La gran pesadilla de los perros españoles está en pleno apogeo: qué hacer si nos encontramos con las temidas procesionarias

Cada vez empieza antes y se acaba después. Llevan miles de años conviviendo con nosotros, pero cada vez están más tiempo con nosotros. Las procesionarias (Thaumetopoea pityocampa) descienden de los pinos a primeros de febrero y llenan el campo de interminables filas urticantes hasta finales de mayo. Y eso significa que la gran pesadilla del pinar está en pleno apogeo. ¿Qué es lo que hay que saber sí o sí sobre estos peligrosos insectos? ¿Qué hacer si entramos en contacto con ellas o lo hace nuestro perro? ¿Qué son exactamente las procesionarias del pino? Aunque en el imaginario popular "procesionaria" es igual que "oruga urticante", estos insectos son en realidad polillas o mariposas nocturnas con un ciclo de vida muy interesante. Esto es interesante porque, en sentido estricto, no son plagas. Por lo que sabmeos, las procesionarias no matan a los pinos. Las origas solo se alimentan "las acículas y no tocan la base de las hoja (yema)": eso hace que los árboles se debiliten, sí; pero la capacidad de recuperación es enorme. Tradicionalmente, el número de bolsas y orugas iba cambiando según als condiciones climáticas. El problema es que, en los los últimos años e impulsadas por el cambio climático, cada vez hay más. Eso hace que cada vez aparezcan antes y que afecten más a los pinares. Y si sumamos esa mayor debilidad a estrés climáticos cada vez más intensos, los riesgos se incrementan. En Xataka Móvil La oruga procesionaria es un peligro para tu perro: esta app te avisará si hay en tu zona Problemas para todos. Porque, más allá de los pinos, cualquier ser vivo que se mueva por un pinar corre peligro de verse afectado por ellas. No hay que olvidar que, como explicaba Mar Fernández Nieto, alergóloga de la Fundación Jiménez Díaz, "cada oruga dispone a lo largo de su cuerpo de unos 500.000 pelos de pequeño tamaño, muy urticantes, y que pueden desprenderse con facilidad". Esto implica un riesgo "no sólo por contacto directo, sino también por vía aérea a través del efecto de corrientes de viento, ya que, si se sienten amenazadas, pueden lanzar estos pelos al aire". En el caso de los perros, especialmente de brancos por su propensión a rastrear, hay que ser cuidadosos. Y, de hecho, se recomienda no frecuentas zonas con procesionarias en estos días (o, si hay que hacerlo, llevarlos siempre atados en corto para evitar que curioseen). Hay apps que te ayudan a descartar lugares peligrosos. ¿Qué hacemos ante un contacto? Como señalaba Fernández Nieto, "el mecanismo implicado en la producción de esta reacción suele ser el mecánico o irritativo, aunque en ocasiones se produce un cuadro de alergia verdadera". Por ello, ante un contacto, "lo primero que hay que hacer es echar agua fría en la zona afectada, para retirar así los posibles pelos que hayan quedado enganchados en la piel, y calmar la piel agredida". "Aunque no se trate de una reacción alérgica, dado que se ha liberado histamina, el tratamiento con un antihistamínico paliará los síntomas de las personas afectadas". En el caso de los perros, es recomendable prestar atención a un exceso de salivación además de las posibles reacciones inflamatorias. En caso de que se desencadene una alergia (inflamación de la cara y/o los ojos, urticaria generalizada, dificultad para respirar e incluso reacciones anafilácticas), lo más recomendable es buscar asistencia médica o veterinaria. ¿Podemos acabar con ellas? El asunto central es que no podemos exterminarlas sin producir grandes destrozos en el ecosistema. Como explican en el CREAF, la procesionaria del pino "está totalmente integrada en la red trófica. Es alimento, en todas las fases vitales (huevos, orugas, crisálidas y mariposas), para muchos depredadores: otros insectos, pájaros insectívoros como los herrerillos, abubillas, cucos, murciélagos". Si acabáramos con ellas, tendríamos muchos más problemas. La clave está en controlarlas. ¿Pero se pueden controlar? Es algo complejo, claro. Sobre todo, porque gestionar entornos reales es complicado, pero hay varios sistemas a los que se puede recurrir. Control ecológico: podemos aprovechar la misma cadena trófica para ello. Los murciélagos se comen las polillas cuando surgen del suelo, los herrerillos se comen las orugas en los árboles y las abubillas cuando están ya enterradas. Por ello, se puede fomentar las poblaciones de estos animales (con cajas de nidos, por ejemplo) y dejarles trabajar. Control físico: eliminando las bolsas del árbol durante el invierno. Hay diversas formas de hacerlo, pero siempre es recomendable que lo lleven a cabo profesionales o gente con experiencia. Los compuestos urticantes están ahí y pueden causar enormes problemas. Control químico: sobre todo, con feromonas. Se colocan trampas con feromonas que atraen a los machos y así se impide que las hembras se fecunden. Además, cuando la afectación es muy grandes, se puede fumigar con

Mar 3, 2025 - 16:39
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La gran pesadilla de los perros españoles está en pleno apogeo: qué hacer si nos encontramos con las temidas procesionarias

La gran pesadilla de los perros españoles está en pleno apogeo: qué hacer si nos encontramos con las temidas procesionarias

Cada vez empieza antes y se acaba después. Llevan miles de años conviviendo con nosotros, pero cada vez están más tiempo con nosotros. Las procesionarias (Thaumetopoea pityocampa) descienden de los pinos a primeros de febrero y llenan el campo de interminables filas urticantes hasta finales de mayo.

Y eso significa que la gran pesadilla del pinar está en pleno apogeo. ¿Qué es lo que hay que saber sí o sí sobre estos peligrosos insectos? ¿Qué hacer si entramos en contacto con ellas o lo hace nuestro perro?

¿Qué son exactamente las procesionarias del pino? Aunque en el imaginario popular "procesionaria" es igual que "oruga urticante", estos insectos son en realidad polillas o mariposas nocturnas con un ciclo de vida muy interesante. Esto es interesante porque, en sentido estricto, no son plagas.

Por lo que sabmeos, las procesionarias no matan a los pinos. Las origas solo se alimentan "las acículas y no tocan la base de las hoja (yema)": eso hace que los árboles se debiliten, sí; pero la capacidad de recuperación es enorme.

Tradicionalmente, el número de bolsas y orugas iba cambiando según als condiciones climáticas. El problema es que, en los los últimos años e impulsadas por el cambio climático, cada vez hay más. Eso hace que cada vez aparezcan antes y que afecten más a los pinares. Y si sumamos esa mayor debilidad a estrés climáticos cada vez más intensos, los riesgos se incrementan.

Problemas para todos. Porque, más allá de los pinos, cualquier ser vivo que se mueva por un pinar corre peligro de verse afectado por ellas. No hay que olvidar que, como explicaba Mar Fernández Nieto, alergóloga de la Fundación Jiménez Díaz, "cada oruga dispone a lo largo de su cuerpo de unos 500.000 pelos de pequeño tamaño, muy urticantes, y que pueden desprenderse con facilidad". Esto implica un riesgo "no sólo por contacto directo, sino también por vía aérea a través del efecto de corrientes de viento, ya que, si se sienten amenazadas, pueden lanzar estos pelos al aire".

En el caso de los perros, especialmente de brancos por su propensión a rastrear, hay que ser cuidadosos. Y, de hecho, se recomienda no frecuentas zonas con procesionarias en estos días (o, si hay que hacerlo, llevarlos siempre atados en corto para evitar que curioseen). Hay apps que te ayudan a descartar lugares peligrosos.

¿Qué hacemos ante un contacto? Como señalaba Fernández Nieto, "el mecanismo implicado en la producción de esta reacción suele ser el mecánico o irritativo, aunque en ocasiones se produce un cuadro de alergia verdadera". Por ello, ante un contacto, "lo primero que hay que hacer es echar agua fría en la zona afectada, para retirar así los posibles pelos que hayan quedado enganchados en la piel, y calmar la piel agredida".

"Aunque no se trate de una reacción alérgica, dado que se ha liberado histamina, el tratamiento con un antihistamínico paliará los síntomas de las personas afectadas". En el caso de los perros, es recomendable prestar atención a un exceso de salivación además de las posibles reacciones inflamatorias.

En caso de que se desencadene una alergia (inflamación de la cara y/o los ojos, urticaria generalizada, dificultad para respirar e incluso reacciones anafilácticas), lo más recomendable es buscar asistencia médica o veterinaria.

¿Podemos acabar con ellas? El asunto central es que no podemos exterminarlas sin producir grandes destrozos en el ecosistema. Como explican en el CREAF, la procesionaria del pino "está totalmente integrada en la red trófica. Es alimento, en todas las fases vitales (huevos, orugas, crisálidas y mariposas), para muchos depredadores: otros insectos, pájaros insectívoros como los herrerillos, abubillas, cucos, murciélagos". Si acabáramos con ellas, tendríamos muchos más problemas.

La clave está en controlarlas.

¿Pero se pueden controlar? Es algo complejo, claro. Sobre todo, porque gestionar entornos reales es complicado, pero hay varios sistemas a los que se puede recurrir.

  • Control ecológico: podemos aprovechar la misma cadena trófica para ello. Los murciélagos se comen las polillas cuando surgen del suelo, los herrerillos se comen las orugas en los árboles y las abubillas cuando están ya enterradas. Por ello, se puede fomentar las poblaciones de estos animales (con cajas de nidos, por ejemplo) y dejarles trabajar.
  • Control físico: eliminando las bolsas del árbol durante el invierno. Hay diversas formas de hacerlo, pero siempre es recomendable que lo lleven a cabo profesionales o gente con experiencia. Los compuestos urticantes están ahí y pueden causar enormes problemas.
  • Control químico: sobre todo, con feromonas. Se colocan trampas con feromonas que atraen a los machos y así se impide que las hembras se fecunden.

Además, cuando la afectación es muy grandes, se puede fumigar con algunas bacterias que sabemos que acaban con las orugas. El problema es que son pequeñas 'armas de destrucción masiva' y "afecta a otras mariposas, moscas, escarabajos y nematodos".

Imagen | Olei | Mangatome

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La noticia La gran pesadilla de los perros españoles está en pleno apogeo: qué hacer si nos encontramos con las temidas procesionarias fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .