Análisis de Lost Records: Bloom & Rage – Parte 1: Don’t Nod recupera (y mejora) la fórmula Life is Strange
El estudio parisino Don’t Nod (anteriormente conocido como Dontnod Entertainment) tiene una de las trayectorias más variadas…


El estudio parisino Don’t Nod (anteriormente conocido como Dontnod Entertainment) tiene una de las trayectorias más variadas de la industria. Desde aventuras narrativas como Life is Strange hasta plataformas como Jusant, pasando por hack and slash como Remember Me. Nunca les ha dado miedo probar cosas nuevas, pero ahora los franceses han querido regresar adonde más cómodos se sintieron y adonde más reconocimiento alcanzaron.
Aunque la licencia Life is Strange quedó hace años en manos de Square Enix tras la independencia de Don’t Nod, la compañía gala siempre ha tenido en mente el retorno a lo que mejor se les da: las aventuras narrativas con decisiones, personajes carismáticos, historias que importan, espíritu adolescente y una enorme presencia de música. Eso es precisamente lo que nos propone Lost Records: Bloom & Rage. En el día de hoy te presentamos nuestro análisis de Lost Records: Bloom & Rage – Parte 1, la primera mitad del videojuego de Don’t Nod, que sienta las bases para lo que puede ser una historia apasionante. La segunda parte (y final) llegará en abril.
Amor a primera vista
Los videojuegos que se centran en su historia, su guion y su argumento necesitan algo fundamental para tener éxito: un carismático elenco de personajes. No cabe duda de que Don’t Nod ha echado el resto para Lost Records. Y es que su cuarteto protagonista es uno de los más memorables que hemos visto en mucho tiempo en este mundillo. El personaje jugable es Swann, una joven de dieciséis años apasionada de la naturaleza y el cine de terror que disfruta dando paseos y grabando con su videocámara todo lo que encuentra, pero cuya timidez y complejo por su sobrepeso la atenazan a la hora de tener una vida social más activa, por lo que pasa mucho tiempo sola.
Todo ello cambia en el verano de 1995, el último antes de que su familia se mude de Velvet Cove a Vancouver, Canadá. En circunstancias que no desvelaremos, Swann conoce a tres chicas de su edad que se convierten en sus mejores amigas: Autumn, honesta, amable y amante de los videojuegos; Nora, extrovertida y deseosa de convertirse en una estrella de la música; y Kat, pequeñita en tamaño, pero increíblemente inteligente, valiente y con alma de poetisa. Las cuatro harán una piña durante ese verano que les cambia las vidas.
Y es que una de las particularidades de Lost Records es que tiene lugar en dos líneas temporales diferentes. La del pasado, la mencionada del verano de 1995; y la del presente, que nos lleva 27 años en el futuro, hasta 2022, donde las cuatro amigas han quedado en reunirse tras no verse durante casi tres décadas por una promesa que se hicieron hace casi tres décadas. Sin embargo, las circunstancias les han obligado a hacerlo. Por supuesto, nos guardamos las sorpresas para que las descubras por ti mismo.
Los 90s son los nuevos 80s
Cuando vi el primer tráiler de Lost Records pensé inmediatamente que el juego transmitía vibes de Stranger Things y no andaba muy desencaminado. Obviamente no contaré más de lo necesario, pero la ambientación es una de las claves. Tenemos un grupo de amigas adolescentes, un pueblecito recóndito, un enorme paraje natural a su alrededor y un setting en el pasado. Aunque los años 80 han sido fundamentales para la cultura pop en los últimos tiempos, las cosas están cambiando y los 90 empiezan a ocupar ese lugar.
Lost Records lo hace con maestría. El walkman, la videocámara con la que Swann documenta todo lo que ocurre en su vida, el incipiente nacimiento de tecnología que ahora damos por sentada. Ni que decir tiene que la ambientación noventera ayuda a potenciar la nostalgia que Don’t Nod pretende inculcar en el jugador con esta historia, pero también para darle un toque distintivo y para huir de los recientes tópicos ochenteros. En Lost Records todo se siente familiar, pero al mismo tiempo fresco y novedoso.
Evolucionando la fórmula Life is Strange
Seamos honestos. En el mundo de los videojuegos (y en el mundo en general) está casi todo inventado. Es muy difícil ser innovador en un título de decisiones cuya jugabilidad tiene un papel menor. Sin embargo, Don’t Nod ha conseguido ofrecer algo totalmente distinto y con personalidad propia. Aunque las comparativas con Life is Strange son inevitables, lo cierto es que Lost Records no es su sucesor espiritual. Es simplemente Lost Records. Para ello la compañía francesa y su filial canadiense Don’t Nod Montréal han decidido incluir algunos cambios aquí y allá que hacen de la experiencia una mucho más interesante e imprevisible.
Hay varios tipos de elecciones a lo largo del juego. Algunas nos permiten “plantar una semilla” que germinará en consecuencias indeterminadas ya sea en el mismo verano del 95 o en la línea temporal del futuro, mientras que otras (especialmente cuando hablamos con nuestras amigas) consisten en mejorar (o empeorar) nuestra afinidad con Autumn, Nora y Kat. De hacerlo de un modo u otro depende hasta dónde llegue tu relación con ellas. Pueden ser simples conocidas, amigas de verdad o incluso ir más allá de la amistad. Por ahora no podemos atisbar hasta dónde pueden llegar las decisiones, por lo que necesitaremos la segunda mitad del juego para saber cómo acaban rematándose ciertos aspectos que se han presentado en esta primera parte, llamada Bloom.
Un importante cambio con respecto a otros juegos del género es el elenco de personajes. Este tipo de aventuras narrativas suelen tener nutridos castings de personajes que se presentan durante las primeras horas de juego para sentar las bases de cara a la recta final de la aventura y poder incluso hacer algunos giros de guion con algunos de ellos. No obstante, Lost Records solo presenta un par más de ellos aparte del cuarteto protagonista. La intención es clara: Don’t Nod quiere que nos enamoremos de Swann, Autumn, Nora y Kat, y lo cierto es que logra unos resultados magníficos.
La toma de decisiones requiere en Lost Records de algo de paciencia. Muchas elecciones de diálogo se nos presentan mientras las conversaciones están teniendo lugar. Contestar pondrá fin a la conversación entre otros personajes y permitirá que Swann meta baza en cuanto termine la frase que se está pronunciando en ese momento. Nuestra recomendación es que seas paciente. Dejar fluir las conversaciones hace más bien que mal. A veces se generan nuevas respuestas en función de cosas que vemos en el entorno o alguna nueva información que ha sido revelada durante la conversación. El temporizador siempre nos permite saber cuándo van a “caducar” las respuestas, así que no te preocupes por quedarte sin tiempo.
Las otras dos grandes novedades jugables de la obra de Don’t Nod son la perspectiva y la interacción con el entorno. En Lost Records se juega mucho con la primera y la tercera persona. Casi todas las partes del verano del 95 tienen lugar en tercera persona, mientras que todo el presente del 2022 funciona en primera para darle un toque más enigmático y opresivo al conjunto. La interacción con el entorno funciona parecido a otros juegos de Don’t Nod. Puedes interactuar con objetos resaltados para hacer cosas con ellos o para oír los pensamientos de Swann, pero la mayor novedad es el uso de la videocámara. Swann se la lleva a todas partes y es su forma de documentar lo que ocurre a su alrededor.
El juego, a modo de coleccionables, te permite grabar animales, entornos, paisajes, a tu gato o a tus propias amigas. Una vez tienes los suficientes clips de vídeos puedes “montar” tus propias películas para escuchar pensamientos profundos de Swann. El título también cuenta con una herramienta de edición que te permite modificar los clips para lograr incluso resultados más profesionales. No es necesario para el progreso en el juego, pero ahí tienes la opción.
Conclusiones
Es difícil extraer conclusiones de la primera mitad de un videojuego. Es por ello que en esta ocasión hemos decidido publicar el análisis sin nota a la espera de la segunda mitad y final de Lost Records: Bloom & Rage. Sin embargo, si todo se mantiene como hasta ahora y Don’t Nod es capaz de sacar todo el potencial a lo que han presentado durante estas primeras 6-8 horas de juego podríamos estar ante algo muy, muy serio.
Life is Strange son palabras mayores para los fans del género, entre los que me incluyo. Tuvo un impacto muy importante en mi vida, pero Lost Records se ha empeñado en estar a su altura. Su cuarteto protagonista es ya memorable. No te hará falta mucho tiempo de juego para descubrir lo bien escrito que está y lo naturales que son sus interacciones. Don’t Nod también está acertada aquí en el apartado musical, imprescindible para un juego de este tipo. Con una mezcla de canciones originales y licenciadas, la música está en su punto justo para aportar emoción y emotividad en los momentos que lo requieren.
Don’t Nod ha sentado unas bases fantásticas en la primera parte de Lost Records. Falta saber cómo se cerrará la historia y por dónde irán los derroteros de las cosas que hemos visto en este comienzo, especialmente en lo que se refiere a la enigmática trama del presente, pero sin duda es un juego muy especial. Sí, por supuesto, no es uno para todo el mundo, pero es exactamente el juego que los fans de Don’t Nod llevaban tantos años esperando.