China crea un Superordenador equivalente a 30.000 PC gaming TOP y los sumerge en el fondo del mar

China sigue pisando el acelerador en la carrera tecnológica con un nuevo centro de computación inteligente inaugurado en Hainan, según informa ChinaDaily. Este monstruo de procesamiento no solo aumenta la capacidad del país para entrenar modelos de IA, sino que también marca un hito en la integración de infraestructuras submarinas del país para mejorar la eficiencia energética y la seguridad de los datos. Así es el Superordenador submarino de China, tan potente como 30.000 PC gaming TOP.

Con una cápsula de datos sumergida y conectada a un centro de datos submarino preexistente, el país asiático refuerza su apuesta por la IA con una potencia de cálculo que deja atrás a los centros convencionales. Pero, ¿por qué ahora?

China ya tiene su Superordenador submarino para acelerar el cómputo general

Este no es un caso aislado. En toda China, cada vez más ciudades están apostando por este tipo de centros de computación para respaldar su transformación digital. Según datos de IDC, entre 2022 y 2024 se han lanzado 219 proyectos similares en 81 ciudades repartidas en 28 provincias, una auténtica barbaridad dado lo complejo de uno de estos proyectos.

Y las proyecciones en China indican que esto no hará más que crecer: se espera que la capacidad informática del país aumente a una tasa compuesta anual del 33,9% entre 2022 y 2027. Es difícil seguirles el ritmo realmente. La potencia de procesamiento de este Superordenador submarino de China es equivalente a 30.000 PC gaming de alta gama jugando al mismo tiempo, y un segundo puede completar el volumen de computación de las PC comunes durante un año.

Más allá de la potencia bruta, el diseño del centro de computación en Hainan tiene un giro interesante: el uso del agua de mar como refrigerante natural. Esto permite ahorrar electricidad, agua dulce y espacio en tierra, lo que lo convierte en un modelo sostenible en términos de eficiencia energética. Además, la estabilidad del entorno submarino le otorga una mayor seguridad frente a factores externos que podrían afectar un centro de datos tradicional.

La estructura es gigantesca, la capacidad de cómputo a subasta

La clave del asunto está en la cápsula recién instalada en el fondo del mar: una estructura de 18 metros de largo y 3,6 metros de diámetro que alberga más de 400 servidores de alto rendimiento. Según se informa, esta unidad se conecta a clientes a través de una estación costera, permitiendo acceso remoto a una capacidad informática que puede dejar en ridículo a cualquier centro de datos común.

Esa brutal capacidad de cálculo no es solo una cifra impresionante en papel. Empresas chinas ya han comenzado a cerrar acuerdos para aprovechar este centro en el entrenamiento de modelos de IA, simulaciones industriales y hasta en el desarrollo de videojuegos. Es una apuesta fuerte por la automatización y la transformación digital, sectores en los que China quiere mantenerse al frente a nivel global.

Con esta iniciativa, China demuestra que su apuesta por la IA no es solo cuestión de software, sino de infraestructura de vanguardia. No se trata solo de desarrollar modelos de lenguaje avanzados o asistentes inteligentes, sino de construir una base tecnológica lo suficientemente potente como para seguir compitiendo en la primera división de la Inteligencia Artificial a nivel global.

Por supuesto, no son pioneros en esto, solo hay que recordar el proyecto de Microsoft (Project Natick) y los buenos resultados que cosecharon, donde los servidores fallaron una octava parte de lo que lo hacían en tierra, así que China parece que cogió el mensaje, y ahora lo ha llevado a la realidad.

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