Romper radares sale caro: la DGT denuncia siete casos y advierte de multas de medio millón y hasta tres años de cárcel

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha denunciado la rotura de siete radares (dos en carreteras de la Comunidad de Madrid, dos en Castilla-La Mancha, dos en Castilla y León y uno en la Comunidad Valenciana). Ahora, la Guardia Civil investiga los hechos y advierten que las consecuencias de los daños podrían alcanzar el medio millón de euros en multas y penas de prisión de hasta tres años.

Los radares de tráfico sirven para controlar y regular la velocidad de los vehículos en las carreteras y calles. La DGT los coloca en las carreteras españolas con el objetivo es mejorar la seguridad vial y reducir accidentes. También pueden utilizarse para detectar otras infracciones, como el cruce de semáforos en rojo o el uso indebido de carriles.

Su función sea proteger a la ciudadanía de accidentes de tráfico y aleccionar a quienes infringen las normas. Sin embargo, no suelen ser aparatos muy queridos por los conductores. De ahí que siete hayan aparecido rotos y la DGT esté buscando a los culpables.

De los radares vandalizados, hay unos fijos, cuyo coste de reparación alcanza los 67.000 euros; y de tramo, por los que habrá que pagar unos 66.000 euros. No obstante, el organismo de tráfico cree que la cifra podría llegar a los 469.000 euros (casi un millón de euros). Si se encuentran los causantes de las roturas, no solo deberán hacerse cargo del precio de los arreglos, sino que podrían terminar en la cárcel.

¿Por qué los radares son tan caros?

A muchos le han sorprendido el importe económico que supone arreglar los radares rotos, pero hay que tener en cuenta la tecnología puntera que integran. Tal y como detalla la DGT en su página web oficial, los radares de tramo integran cámaras con tecnología láser.

Gracias a las cámaras, estos aparatos son capaces de capturar imágenes constantemente. De este modo, el organismo de tráfico garantiza la comunicación entre la entrada y salida de una parte de una carretera. Es así cómo el radar llega a calcular el tiempo que tarda un vehículo en ir de un punto a otro de la vía y sacar conclusiones sobre a qué velocidad iba.

Si el cálculo de los kilómetros por horas a los que va un coche, camión u otro vehículo supera la velocidad permitida, el radar hace uso de otro dispositivo integrado. En este caso es un aparato que envía la información recopilada al centro de datos de la DGT. De esta manera, se puede comprobar el análisis realizado y tramitar la denuncia en caso necesario.

Romper radares puede llevarte a prisión

En la denuncia de los siete radares rotos, la DGT recuerda que es un delito contra la seguridad del tráfico: «Es constitutivo de un delito de daños tipificado en el Código Penal en sus artículos 263 a 267». El organismo recalca que el vandalismo en radares viene dentro de las acciones que «provocan un menoscabo en el valor patrimonial de la propiedad ajena y cuyo bien jurídico protegido es el patrimonio».

Si leemos a detalle los artículos mencionados, se aclara que aquellos que cometan dicho delito pueden ser castigados con penas de prisión de «uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses». Esto hace referencia a distintos tipos de daños, como los que «tengan por objetivo impedir el libre ejercicio de la autoridad o se realicen como consecuencia de las acciones ejecutadas por la autoridad en el ejercicio de sus funciones».

Romper radares sale caro y no solo se paga con dinero, sino que te puede costar años de cárcel. Por mucho que estés enfadado con una multa que te hayan puesto estos aparatos, deberías pensártelo dos veces antes de intentar dañarlos.

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