Wallapop está llena de gente loca por vender su Thermomix. Y eso después de haberse gastado más de mil euros en una
Hace unos días vimos cómo se presentaba una nueva versión de la popular Thermomix. La TM7 venía a reemplazar a la TM6, que se había lanzado en 2019. Lo llamativo es que basta con darse una vuelta por páginas de productos de segunda mano para ver la cantidad de Thermomix que se venden. Casi seis años después, llega un nuevo modelo en el que se mejoran las prestaciones, pero también sube el precio: la nueva Thermomix cuesta 1.549 euros. Llama la atención que, aunque se trata de electrodomésticos que no son nada baratos, la gente se desprenda de ellos. Imagen | Vorwerk Una clásica Thermomix TM31 Parto de la base de que en casa nunca habíamos tenido un electrodoméstico de este tipo. Hace unos tres años optamos por un robot de cocina de otra marca, en concreto, de los que se podían encontrar a un precio mucho más económico en Lidl. Y lo cierto es que, para el coste que tiene y el uso que le doy, me ha resultado interesante, pero tampoco es ninguna locura. Quiero decir que no le saco todo el partido que debiese, que prefiero cocinar de la forma tradicional. La gente habla maravillas de este tipo de dispositivos, pero, oiga, yo prefiero seguir usando olla, sartén y elementos clásicos (hasta el pasapuré para hacer el salmorejo, y eso que así tiene más trabajo). En Xataka Smart Home Robot de cocina de Aldi vs Robot de cocina de Lidl: características, precio y diferencias entre las alternativas a la Thermomix Por eso, no me imagino si me hubiese gastado más de 1.000 euros, que es lo que cuesta una Thermomix, cuál estaría siendo mi experiencia como usuario. Quizás la habría puesto en venta. Eso no lo sé. Pero sí es lo que hacen muchas personas. De la TM6 hay todas las que quieras y más Basta con darse una vuelta por Wallapop y otras plataformas de compraventa de segunda mano para ver cómo muchas de estas máquinas buscan nuevo dueño. Incluso se puede ver cómo ya se vende el último modelo. Ya están llenas las web del nuevo modelo Lo comentaba mi compañera María Yuste: los motivos que pueden llevar a muchas personas a desprenderse de su robot de cocina. Y lo cierto es que comparto y entiendo algunos de ellos. No es tan fácil de usar Es una de las cosas que, reconozco, más me decepcionó cuando me hice con el robot de cocina que tenemos en casa. Aunque se promocionan como dispositivos que simplifican la cocina, muchas recetas requieren múltiples pasos y cambios de accesorios, lo que no difiere mucho de la cocina tradicional. Al fin y al cabo, termino ensuciando casi el mismo número de “cacharros” que con el método tradicional. Tamaño y ruido Para mí, son dos aspectos que me han dejado bastante frío. El tamaño ya lo conocía: es un mamotreto más en la cocina, y para un amante de las encimeras despejadas y limpias, es todo un hándicap. El aparato es voluminoso y ocupa un espacio considerable en cocinas pequeñas. Pero es que, además, cuando se usa, produce un ruido infernal. Se trata de un sonido bastante molesto, que, además, puede prolongarse durante bastante tiempo. La limpieza es un latazo Imagen | Thermomix Pamplona Un robot de cocina no solo ocupa espacio en la encimera, sino que también acumula polvo con el tiempo. Pero es que además, a la hora de su limpieza, tras usarlo, es todo un verdadero latazo. Para empezar a la hora de lavar el vaso debes tener cuidado con no mojar determinadas partes y los accesorios tras cada uso, es necesario limpiarlos. Debe hacerse con frecuencia para mantenerlos en buenas condiciones. No paras de pagar En mi caso, tengo que reconocer que esto no me afecta, pero para aprovechar la nueva Thermomix no queda más remedio que aceptar la suscripción. Además de la inversión inicial, que de por sí no es poca cosa, acceder a la plataforma de recetas Cookidoo implica una suscripción anual de 60 euros. No todo sale tan bueno Este punto es algo muy personal, pero no por ello deja de ser una razón de peso. Algunas personas encuentran que la preparación de carnes y pescados no alcanza la calidad obtenida con métodos tradicionales, resultando en texturas fibrosas o sobrecocidas. Obsolescencia tecnológica Imagen | Vorwerk Ni pantallas, ni recetas online... en este modelo clásico Es, para mí, uno de los puntos clave. Con la aparición de nuevos modelos, los anteriores pueden quedar desactualizados. Si el dueño quiere sacar lo mejor de lo mejor, no le quedará más remedio que pasarse al nuevo modelo. Y una forma de amortiguar la inversión pasa por vender sus unidades antes de que pierdan más valor. Desgaste de accesorios Los componentes del dispositivo se deterioran con el uso y r

Hace unos días vimos cómo se presentaba una nueva versión de la popular Thermomix. La TM7 venía a reemplazar a la TM6, que se había lanzado en 2019. Lo llamativo es que basta con darse una vuelta por páginas de productos de segunda mano para ver la cantidad de Thermomix que se venden.
Casi seis años después, llega un nuevo modelo en el que se mejoran las prestaciones, pero también sube el precio: la nueva Thermomix cuesta 1.549 euros. Llama la atención que, aunque se trata de electrodomésticos que no son nada baratos, la gente se desprenda de ellos.
Parto de la base de que en casa nunca habíamos tenido un electrodoméstico de este tipo. Hace unos tres años optamos por un robot de cocina de otra marca, en concreto, de los que se podían encontrar a un precio mucho más económico en Lidl. Y lo cierto es que, para el coste que tiene y el uso que le doy, me ha resultado interesante, pero tampoco es ninguna locura.
Quiero decir que no le saco todo el partido que debiese, que prefiero cocinar de la forma tradicional. La gente habla maravillas de este tipo de dispositivos, pero, oiga, yo prefiero seguir usando olla, sartén y elementos clásicos (hasta el pasapuré para hacer el salmorejo, y eso que así tiene más trabajo).
Por eso, no me imagino si me hubiese gastado más de 1.000 euros, que es lo que cuesta una Thermomix, cuál estaría siendo mi experiencia como usuario. Quizás la habría puesto en venta. Eso no lo sé. Pero sí es lo que hacen muchas personas.

Basta con darse una vuelta por Wallapop y otras plataformas de compraventa de segunda mano para ver cómo muchas de estas máquinas buscan nuevo dueño. Incluso se puede ver cómo ya se vende el último modelo.

Lo comentaba mi compañera María Yuste: los motivos que pueden llevar a muchas personas a desprenderse de su robot de cocina. Y lo cierto es que comparto y entiendo algunos de ellos.
No es tan fácil de usar
Es una de las cosas que, reconozco, más me decepcionó cuando me hice con el robot de cocina que tenemos en casa. Aunque se promocionan como dispositivos que simplifican la cocina, muchas recetas requieren múltiples pasos y cambios de accesorios, lo que no difiere mucho de la cocina tradicional. Al fin y al cabo, termino ensuciando casi el mismo número de “cacharros” que con el método tradicional.
Tamaño y ruido
Para mí, son dos aspectos que me han dejado bastante frío. El tamaño ya lo conocía: es un mamotreto más en la cocina, y para un amante de las encimeras despejadas y limpias, es todo un hándicap. El aparato es voluminoso y ocupa un espacio considerable en cocinas pequeñas.
Pero es que, además, cuando se usa, produce un ruido infernal. Se trata de un sonido bastante molesto, que, además, puede prolongarse durante bastante tiempo.
La limpieza es un latazo
Un robot de cocina no solo ocupa espacio en la encimera, sino que también acumula polvo con el tiempo. Pero es que además, a la hora de su limpieza, tras usarlo, es todo un verdadero latazo. Para empezar a la hora de lavar el vaso debes tener cuidado con no mojar determinadas partes y los accesorios tras cada uso, es necesario limpiarlos. Debe hacerse con frecuencia para mantenerlos en buenas condiciones.
No paras de pagar
En mi caso, tengo que reconocer que esto no me afecta, pero para aprovechar la nueva Thermomix no queda más remedio que aceptar la suscripción. Además de la inversión inicial, que de por sí no es poca cosa, acceder a la plataforma de recetas Cookidoo implica una suscripción anual de 60 euros.
No todo sale tan bueno
Este punto es algo muy personal, pero no por ello deja de ser una razón de peso. Algunas personas encuentran que la preparación de carnes y pescados no alcanza la calidad obtenida con métodos tradicionales, resultando en texturas fibrosas o sobrecocidas.
Obsolescencia tecnológica
Es, para mí, uno de los puntos clave. Con la aparición de nuevos modelos, los anteriores pueden quedar desactualizados. Si el dueño quiere sacar lo mejor de lo mejor, no le quedará más remedio que pasarse al nuevo modelo. Y una forma de amortiguar la inversión pasa por vender sus unidades antes de que pierdan más valor.
Desgaste de accesorios
Los componentes del dispositivo se deterioran con el uso y requieren reemplazo periódico, incrementando los gastos. Que se deterioren antes o después depende de la frecuencia de uso, pero si quieres aprovecharlo al máximo, ya sabes que te tocará pasar por caja de vez en cuando.
Imagen portada | Vorwerk
Vía | Trendencias
En Xataka SmartHome |
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La noticia
Wallapop está llena de gente loca por vender su Thermomix. Y eso después de haberse gastado más de mil euros en una
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
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