China pone en jaque a NVIDIA y Trump: consiguen GPU Blackwell a través de terceros países, EE.UU. ya sugiere el bloqueo total
El mercado negro tecnológico asiático ha encontrado una nueva manera de desafiar las restricciones impuestas por Estados Unidos. A pesar de los controles que intentan bloquear el acceso de China a las GPU Blackwell de NVIDIA, los comerciantes han ideado métodos para eludir estas barreras. Desde la compra a través de intermediarios en otros países La entrada China pone en jaque a NVIDIA y Trump: consiguen GPU Blackwell a través de terceros países, EE.UU. ya sugiere el bloqueo total aparece primero en El Chapuzas Informático.

El mercado negro tecnológico asiático ha encontrado una nueva manera de desafiar las restricciones impuestas por Estados Unidos. A pesar de los controles que intentan bloquear el acceso de China a las GPU Blackwell de NVIDIA, los comerciantes han ideado métodos para eludir estas barreras. Desde la compra a través de intermediarios en otros países hasta la reventa encubierta en territorio chino, la demanda por estos procesadores de última generación sigue creciendo sin freno y EE.UU. se está planteando la medida más dura de todas: un bloqueo total de chips a Asia.
La realidad es que ni Biden, ni Trump, van a poder frenar la llegada de hardware a China, y no son pocos los casos donde crean las leyes y los bloqueos, y sigue la trampa. Por ello, el nuevo mandatario americano está pensando en dar el golpe definitivo y final al problema.
China encuentra la manera de comprar GPU Blackwell para IA a través de terceros países
Y Trump está bastante enfadado con todo este tema y lleva algunas semanas trabajando con su equipo para cortar esto de raíz. A pesar de las restricciones impuestas por la administración Biden, los vendedores chinos han encontrado maneras de hacerse con estos chips mediante redes de terceros en países como Malasia, Vietnam y Taiwán. En cuestión de semanas, los pedidos llegan a compradores en China que buscan potenciar sus desarrollos en Inteligencia Artificial.
La reventa de servidores con estos chips es un negocio altamente lucrativo, que se lo digan a NVIDIA. Un servidor Blackwell con ocho procesadores de IA puede alcanzar un precio de hasta 600.000 dólares en China, superando con creces su valor en el resto del mundo.
Pero no solo Blackwell está en la mira. La familia de procesadores Hopper, que dominó el mercado antes de la llegada de Blackwell, sigue siendo parte del comercio clandestino. El H200 y H20, uno de los modelos más demandados, se vende en China con una ligera prima sobre el precio global, y los pedidos se pueden entregar en cuestión de semanas. Algunos comerciantes incluso presumen de tener cientos de servidores en stock, aunque la verificación de estas afirmaciones sigue siendo difícil.
Las universidades chinas también han logrado hacerse con estos equipos a pesar de las restricciones. Se han documentado adquisiciones recientes en Shenzhen y Wuhan, lo que sugiere que el acceso a hardware de Inteligencia Artificial sigue siendo posible a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos por limitarlo.
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Y mientras las autoridades refuerzan los controles, los comerciantes siguen encontrando formas de sortearlos.
En los últimos años, la administración estadounidense ha endurecido las restricciones no solo en la venta de chips, sino también en la maquinaria necesaria para fabricarlos. NVIDIA y otras compañías han intensificado sus políticas de control, con verificaciones más estrictas sobre los compradores, pero esto no ha frenado completamente el flujo de chips hacia China.
Mientras tanto, países como Singapur y Taiwán han aumentado el escrutinio sobre este comercio clandestino, dificultando los envíos de grandes volúmenes. Algunas empresas han optado por detener sus compras a través de canales grises y explorar alternativas más seguras, aunque esto no detiene a quienes están decididos a conseguir la tecnología.
El comercio de chips de IA ha evolucionado. Lo que empezó con mensajeros transportando pequeñas cantidades de procesadores ha crecido hasta convertirse en una sofisticada red de intermediarios capaces de gestionar pagos, documentos y logística a gran escala. Con nuevas restricciones en camino, la gran pregunta es si Estados Unidos logrará cerrar definitivamente esta vía de acceso o si los comerciantes encontrarán otra manera de seguir operando en este lucrativo negocio. En pocos meses tendremos las primeras respuestas.
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