Hace 20 años, Sony hizo uno de los mejores anuncios de TVs de la historia. Desató el caos y hasta destrozó coches y ventanas
Cómo ha pasado el tiempo. Se cumplen casi 20 años de uno de los anuncios de televisión más emblemáticos de la historia. Fue en julio de 2005 cuando Sony desató el caos en las colinas de San Francisco. El resultado fue una de las campañas publicitarias más memorables jamás realizadas. El anuncio promocionaba los televisores Bravia de la marca y ponía el énfasis en el color. Para conseguirlo, la empresa apostó por una idea radical: inundar la ciudad con pelotas de colores, sin recurrir a imágenes generadas por ordenador ni a efectos especiales digitales. 250.000 pelotas rebotando Imagen | Sfgate San Francisco fue el escenario perfecto. La ciudad fue elegida por Sony para desarrollar una de sus campañas más recordadas con el objetivo de presentar al mundo los televisores Bravia. El anuncio del color. Se liberaron 250.000 pelotas multicolores que descendieron por las empinadas calles de la ciudad, generando una imagen surrealista que captó la atención del público de todo el mundo. La campaña giraba en torno al eslogan “Color como ningún otro”. El concepto fue desarrollado por el director creativo Juan Cabral, de la agencia británica Fallon. A partir de ahí, se inició la búsqueda de un director; entre los considerados estuvo Spike Jonze, pero finalmente se eligió al danés Nicolai Fuglsig. Patrick Ranahan, responsable de localizaciones, fue quien se encargó de seleccionar los escenarios y obtener los permisos necesarios. Convencer a los vecinos para que transformaran sus calles en un auténtico campo de pruebas no fue tarea fácil. Según Conner: “el hecho de que lograra convencer a todos los residentes de todos estos barrios para que lo hicieran… me ponía muy nervioso por si nos iban a rechazar”. Inspirado por la película Bullitt, el director, fascinado por la ciudad, decidió que las colinas serían el lugar ideal para filmar el anuncio. Lo primero fue recorrer el país en busca de las 250.000 pelotas saltarinas necesarias para la grabación. En Xataka Smart Home Cómo actualizar tu televisor Sony con Android TV o Google TV si no tienes conexión a Internet en casa Las colinas eran el escenario ideal. A pesar de las cuestas y pendientes, que facilitaban el rodaje, el equipo necesitaba un sistema para lanzar las pelotas. Además, otro equipo debía encargarse de recogerlas. El responsable de toda la operación fue el especialista en efectos especiales y producción Barry Conner. Solo pelotas rojas. Como si no bastara con tantas pelotas, al director se le ocurrió idear una escena exclusivamente con pelotas rojas. Para ello, se organizó un equipo encargado de seleccionar y clasificar las pelotas por colores. El secreto estaba en cómo se lanzaban. Para conseguir que las pelotas salieran disparadas, Conner diseñó un sistema de lanzamiento patentado, similar a cañones montados en camiones, con gran precisión técnica. Las pelotas alcanzaban velocidades de entre 45 y 60 metros por segundo (164 a 219 km/h). Un equipo de personas enorme Imagen | Sfgate El problema fue que prohibieron los cañones. Ante esta restricción, el equipo optó por una solución alternativa: llenar grandes contenedores de carga, elevarlos con montacargas a 20 metros de altura y dejarlos caer sobre rampas de madera contrachapada a nivel de calle, haciendo que las pelotas se impulsaran por sí solas. Las clásicas pelotas rebotadoras. Fabricadas originalmente con un polímero sintético llamado Zectron, tenían un coeficiente de rebote extremadamente alto de 0,92. Esto permitía que, al caer desde 30 metros, pudieran rebotar hasta 28 metros. Con suficiente impulso, incluso llegaban a superar la altura de las casas victorianas. Algunas pelotas llegaron a rebotar tres manzanas, colándose en desagües que se creían fuera del alcance. El mérito del anuncio. Todo se logró sin recurrir a efectos generados por ordenador. Incluso la icónica toma de una rana saltando entre las pelotas se rodó con animales reales y efectos prácticos. Al inicio del rodaje, se utilizaron doce cañones ubicados en dos localizaciones distintas, cada uno cargado con unas 25.000 pelotas, según explicó Fuglsig. Imagen | Sfgate Durante el rodaje, se usaron seis cámaras, todas protegidas por carcasas, una de ellas una antigua Photo-Sonics que requería iluminación muy específica. Para evitar complicaciones por cambios meteorológicos, contaban con un seguro climático que permitía repetir la toma si el sol se ocultaba. Se construyeron decorados dentro del recorrido de las pelotas y, por seguridad, el equipo técnico llevaba chalecos de Kevlar, cascos y escudos, además de instalar redes y cubrir desagües para contener los rebotes. Además de lanzar pelotas, se causaron daños. Vehículos y casas sufriero
Cómo ha pasado el tiempo. Se cumplen casi 20 años de uno de los anuncios de televisión más emblemáticos de la historia. Fue en julio de 2005 cuando Sony desató el caos en las colinas de San Francisco. El resultado fue una de las campañas publicitarias más memorables jamás realizadas.
El anuncio promocionaba los televisores Bravia de la marca y ponía el énfasis en el color. Para conseguirlo, la empresa apostó por una idea radical: inundar la ciudad con pelotas de colores, sin recurrir a imágenes generadas por ordenador ni a efectos especiales digitales.
250.000 pelotas rebotando
Imagen | Sfgate
San Francisco fue el escenario perfecto. La ciudad fue elegida por Sony para desarrollar una de sus campañas más recordadas con el objetivo de presentar al mundo los televisores Bravia.
El anuncio del color. Se liberaron 250.000 pelotas multicolores que descendieron por las empinadas calles de la ciudad, generando una imagen surrealista que captó la atención del público de todo el mundo.
La campaña giraba en torno al eslogan “Color como ningún otro”. El concepto fue desarrollado por el director creativo Juan Cabral, de la agencia británica Fallon. A partir de ahí, se inició la búsqueda de un director; entre los considerados estuvo Spike Jonze, pero finalmente se eligió al danés Nicolai Fuglsig.
Patrick Ranahan, responsable de localizaciones, fue quien se encargó de seleccionar los escenarios y obtener los permisos necesarios. Convencer a los vecinos para que transformaran sus calles en un auténtico campo de pruebas no fue tarea fácil. Según Conner: “el hecho de que lograra convencer a todos los residentes de todos estos barrios para que lo hicieran… me ponía muy nervioso por si nos iban a rechazar”.
Inspirado por la película Bullitt, el director, fascinado por la ciudad, decidió que las colinas serían el lugar ideal para filmar el anuncio. Lo primero fue recorrer el país en busca de las 250.000 pelotas saltarinas necesarias para la grabación.
Las colinas eran el escenario ideal. A pesar de las cuestas y pendientes, que facilitaban el rodaje, el equipo necesitaba un sistema para lanzar las pelotas. Además, otro equipo debía encargarse de recogerlas. El responsable de toda la operación fue el especialista en efectos especiales y producción Barry Conner.
Solo pelotas rojas. Como si no bastara con tantas pelotas, al director se le ocurrió idear una escena exclusivamente con pelotas rojas. Para ello, se organizó un equipo encargado de seleccionar y clasificar las pelotas por colores.
El secreto estaba en cómo se lanzaban. Para conseguir que las pelotas salieran disparadas, Conner diseñó un sistema de lanzamiento patentado, similar a cañones montados en camiones, con gran precisión técnica. Las pelotas alcanzaban velocidades de entre 45 y 60 metros por segundo (164 a 219 km/h).
Un equipo de personas enorme
Imagen | Sfgate
El problema fue que prohibieron los cañones. Ante esta restricción, el equipo optó por una solución alternativa: llenar grandes contenedores de carga, elevarlos con montacargas a 20 metros de altura y dejarlos caer sobre rampas de madera contrachapada a nivel de calle, haciendo que las pelotas se impulsaran por sí solas.
Las clásicas pelotas rebotadoras. Fabricadas originalmente con un polímero sintético llamado Zectron, tenían un coeficiente de rebote extremadamente alto de 0,92. Esto permitía que, al caer desde 30 metros, pudieran rebotar hasta 28 metros. Con suficiente impulso, incluso llegaban a superar la altura de las casas victorianas. Algunas pelotas llegaron a rebotar tres manzanas, colándose en desagües que se creían fuera del alcance.
El mérito del anuncio. Todo se logró sin recurrir a efectos generados por ordenador. Incluso la icónica toma de una rana saltando entre las pelotas se rodó con animales reales y efectos prácticos. Al inicio del rodaje, se utilizaron doce cañones ubicados en dos localizaciones distintas, cada uno cargado con unas 25.000 pelotas, según explicó Fuglsig.
Imagen | Sfgate
Durante el rodaje, se usaron seis cámaras, todas protegidas por carcasas, una de ellas una antigua Photo-Sonics que requería iluminación muy específica. Para evitar complicaciones por cambios meteorológicos, contaban con un seguro climático que permitía repetir la toma si el sol se ocultaba. Se construyeron decorados dentro del recorrido de las pelotas y, por seguridad, el equipo técnico llevaba chalecos de Kevlar, cascos y escudos, además de instalar redes y cubrir desagües para contener los rebotes.
Además de lanzar pelotas, se causaron daños. Vehículos y casas sufrieron desperfectos en puertas y ventanas. Hubo que coordinar el cierre de calles y reparar los daños provocados por las pelotas. Como estas terminaban en los rincones más insospechados, se organizó un equipo especializado en recuperarlas.
El anuncio tuvo un coste de más de un millón de dólares y se estrenó el 6 de noviembre de 2005 en Sky Sports 1, justo antes del partido más esperado de la temporada: Manchester United contra Chelsea, en la final de la UEFA Champions League. La campaña ganó numerosos premios y acumuló millones de visualizaciones en plataformas como YouTube. A día de hoy, sigue siendo recordada como una obra maestra de la publicidad y un símbolo del espíritu creativo de San Francisco.
Imagen de portada | YouTube
Vía | Sfgate
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La noticia
Hace 20 años, Sony hizo uno de los mejores anuncios de TVs de la historia. Desató el caos y hasta destrozó coches y ventanas
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Jose Antonio Carmona
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