No eras nadie en Apple si Steve Jobs no te llevaba al retiro "Top 100". Lo que pasaba allí marcaba el futuro de la compañía
Trabajar en Apple durante la era de Steve Jobs no era para todo el mundo. Según cuentan algunos empleados, muchos evitaban a toda costa comer en la misma mesa que él. ¿El motivo? Una conversación casual a menudo se transformaba en un interrogatorio sobre lo que estabas haciendo para mejorar Apple. Y peor aún, el simple hecho de coincidir con él en un ascensor podía hacer que temieras por tu trabajo: si no le convencía tu respuesta a la pregunta, podías salir despedido en la siguiente planta. Ese lado perfeccionista, casi intimidante, era parte de lo que hacía a Jobs un líder único. Pero había una excepción: el retiro anual "Top 100". Aquí, lejos de los pasillos de Cupertino, Jobs reunía a las 100 personas que consideraba esenciales para discutir el futuro de Apple. Aunque seguía siendo exigente, este retiro era una oportunidad de oro para estar cara a cara con su visión y formar parte de los planes estratégicos más ambiciosos de la compañía. El retiro secreto donde Jobs decidía el futuro de Apple El retiro "Top 100" era mucho más que una simple reunión o actividad de team building. Era un evento exclusivo que definía quiénes eran las personas más valiosas de Apple. Steve Jobs seleccionaba a los asistentes siguiendo un criterio propio, basado en el impacto y el talento, no en los títulos. Si eras un ingeniero con ideas brillantes, podías estar invitado, mientras que un vicepresidente se podía quedar fuera. Para Jobs, la jerarquía no era importante, solo los resultados. El "Top 100" no solo premiaba a los mejores, sino que también generaba una notable tensión dentro de la empresa. Las personas no invitadas quedaban marcadas de forma indirecta. Lo más sorprendente era que Jobs no solo lo sabía, sino que parecía disfrutarlo. Para él, este nivel de competencia interna ayudaba a mantener a los empleados motivados. ¿Cómo era? "Stay hungry, stay foolish", ¿verdad? Como todo en Apple, el "Top 100" estaba rodeado de un nivel de secretismo al nivel de la CIA. Los asistentes no podían hablar del retiro, ni antes ni después. Tampoco podían conducir al lugar de la reunión: Apple organizaba autobuses desde su sede para evitar cualquier fuga de información. Y las medidas de seguridad no terminaban ahí. En Applesfera La empleada de Apple que quiso "acabar con Steve Jobs" porque ya no podía más. Al final se convirtió en su mano derecha Cada sala en la que se celebraban las reuniones era revisada con equipos especiales en busca de micrófonos para evitar cualquier tipo de espionaje. Jobs incluso llegó a prohibir que los camareros entraran durante las presentaciones más importantes. Era tan meticuloso que, antes de empezar, pedía a todos que se presentaran entre ellos para asegurarse de que nadie había logrado colarse en la sala. La gran recompensa: ver el futuro antes que nadie El evento solía durar entre dos y tres días, y la agenda estaba diseñada al milímetro. Cada jornada empezaba con una presentación de Jobs, quien marcaba el tono con una mezcla de carisma, visuales impecables y una obsesión por los detalles. Desde estrategias para superar a competidores como Google hasta la proyección de Apple como líder indiscutible del mercado, las sesiones eran bien intensas. Pero no todo giraba en torno a Jobs. Otros ejecutivos también tomaban el escenario para presentar planes y proyectos, en un formato que fomentaba el debate abierto. Una de las reglas implícitas del retiro decía que ningún tema era tabú. Este espacio permitía a los empleados, que habitualmente trabajaban en sus departamentos de manera individual, colaborar y discutir sin las restricciones habituales de la estructura de una gran empresa. Curiosamente, no todos los asistentes eran empleados de Apple. De vez en cuando, Jobs invitaba a ejecutivos de empresas clave como Intel o AT&T. El momento más esperado del retiro era la presentación de productos inéditos. Muchos de los asistentes tenían su primer vistazo a los dispositivos que cambiarían el mercado años antes de su lanzamiento oficial. Aquí se revelaron por primera vez productos como el iPod original o el iPad 2, con su revolucionaria Smart Cover, más de un año antes de su anuncio público. El retiro "Top 100" era sinónimo de prestigio dentro de Apple. Ser invitado significaba que eras parte del círculo interno de Jobs, una señal de que tu trabajo tenía un impacto real en los gigantescos planes de la compañía. Pero no ser parte del "Top 100" tampoco pasaba desapercibido. En Cupertino, los empleados que no eran invitados llegaron incluso a organizar almuerzos humorísticos llamados "Bottom 100", una forma de burlarse de su exclusión. El famoso correo de Steve Jobs: así se preparó para el retiro de 2010 La planificación del retiro del 2010 tuvo una filtración inesperada: un correo electrónico que Jobs envió al equipo ejecutivo e

Trabajar en Apple durante la era de Steve Jobs no era para todo el mundo. Según cuentan algunos empleados, muchos evitaban a toda costa comer en la misma mesa que él. ¿El motivo? Una conversación casual a menudo se transformaba en un interrogatorio sobre lo que estabas haciendo para mejorar Apple. Y peor aún, el simple hecho de coincidir con él en un ascensor podía hacer que temieras por tu trabajo: si no le convencía tu respuesta a la pregunta, podías salir despedido en la siguiente planta.
Ese lado perfeccionista, casi intimidante, era parte de lo que hacía a Jobs un líder único. Pero había una excepción: el retiro anual "Top 100". Aquí, lejos de los pasillos de Cupertino, Jobs reunía a las 100 personas que consideraba esenciales para discutir el futuro de Apple. Aunque seguía siendo exigente, este retiro era una oportunidad de oro para estar cara a cara con su visión y formar parte de los planes estratégicos más ambiciosos de la compañía.
El retiro secreto donde Jobs decidía el futuro de Apple
El retiro "Top 100" era mucho más que una simple reunión o actividad de team building. Era un evento exclusivo que definía quiénes eran las personas más valiosas de Apple. Steve Jobs seleccionaba a los asistentes siguiendo un criterio propio, basado en el impacto y el talento, no en los títulos. Si eras un ingeniero con ideas brillantes, podías estar invitado, mientras que un vicepresidente se podía quedar fuera. Para Jobs, la jerarquía no era importante, solo los resultados.
El "Top 100" no solo premiaba a los mejores, sino que también generaba una notable tensión dentro de la empresa. Las personas no invitadas quedaban marcadas de forma indirecta. Lo más sorprendente era que Jobs no solo lo sabía, sino que parecía disfrutarlo. Para él, este nivel de competencia interna ayudaba a mantener a los empleados motivados. ¿Cómo era? "Stay hungry, stay foolish", ¿verdad?
Como todo en Apple, el "Top 100" estaba rodeado de un nivel de secretismo al nivel de la CIA. Los asistentes no podían hablar del retiro, ni antes ni después. Tampoco podían conducir al lugar de la reunión: Apple organizaba autobuses desde su sede para evitar cualquier fuga de información. Y las medidas de seguridad no terminaban ahí.
Cada sala en la que se celebraban las reuniones era revisada con equipos especiales en busca de micrófonos para evitar cualquier tipo de espionaje. Jobs incluso llegó a prohibir que los camareros entraran durante las presentaciones más importantes. Era tan meticuloso que, antes de empezar, pedía a todos que se presentaran entre ellos para asegurarse de que nadie había logrado colarse en la sala.
La gran recompensa: ver el futuro antes que nadie
El evento solía durar entre dos y tres días, y la agenda estaba diseñada al milímetro. Cada jornada empezaba con una presentación de Jobs, quien marcaba el tono con una mezcla de carisma, visuales impecables y una obsesión por los detalles. Desde estrategias para superar a competidores como Google hasta la proyección de Apple como líder indiscutible del mercado, las sesiones eran bien intensas.

Pero no todo giraba en torno a Jobs. Otros ejecutivos también tomaban el escenario para presentar planes y proyectos, en un formato que fomentaba el debate abierto. Una de las reglas implícitas del retiro decía que ningún tema era tabú. Este espacio permitía a los empleados, que habitualmente trabajaban en sus departamentos de manera individual, colaborar y discutir sin las restricciones habituales de la estructura de una gran empresa.
Curiosamente, no todos los asistentes eran empleados de Apple. De vez en cuando, Jobs invitaba a ejecutivos de empresas clave como Intel o AT&T.
El momento más esperado del retiro era la presentación de productos inéditos. Muchos de los asistentes tenían su primer vistazo a los dispositivos que cambiarían el mercado años antes de su lanzamiento oficial. Aquí se revelaron por primera vez productos como el iPod original o el iPad 2, con su revolucionaria Smart Cover, más de un año antes de su anuncio público.

El retiro "Top 100" era sinónimo de prestigio dentro de Apple. Ser invitado significaba que eras parte del círculo interno de Jobs, una señal de que tu trabajo tenía un impacto real en los gigantescos planes de la compañía. Pero no ser parte del "Top 100" tampoco pasaba desapercibido. En Cupertino, los empleados que no eran invitados llegaron incluso a organizar almuerzos humorísticos llamados "Bottom 100", una forma de burlarse de su exclusión.
El famoso correo de Steve Jobs: así se preparó para el retiro de 2010
La planificación del retiro del 2010 tuvo una filtración inesperada: un correo electrónico que Jobs envió al equipo ejecutivo en octubre. En este email Steve delineó su visión sobre la Apple del próximo año, y por supuesto, eran temas a tratar en el "Top 100" del 2010.
Título del correo |
Top 100 - A |
---|---|
Fecha |
24 de octubre de 2010 |
Remitente |
Steve Jobs (sjobs@apple.com) |
Destinatarios |
Equipo ejecutivo y directivos clave de Apple (“ET”), incluido Philip Schiller y otros líderes. |
Tema principal |
Estrategia de Apple para 2011 y discusiones clave para el retiro "Top 100". |
era post-pc |
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Guerra con Google |
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Año de la Nube |
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Nuevo campus |
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iPhone |
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iPad |
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Sistemas operativos |
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El último "Top 100" al que asistió Steve Jobs fue este precisamente y se celebró en noviembre de 2010. Aunque estaba visiblemente debilitado por su enfermedad, no impidió que lo liderara tan bien como siempre. En ese retiro, presentó finalmente el iPad 2 y, sin saberlo, se convirtió en el último que realizaría la compañía. Un espacio en el que las mejores mentes de Apple, bajo la dirección de Steve Jobs, diseñaban el futuro de la tecnología. Quizás, una actividad tan propia de Steve que no tendría sentido seguir haciéndola sin Steve.
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La noticia
No eras nadie en Apple si Steve Jobs no te llevaba al retiro "Top 100". Lo que pasaba allí marcaba el futuro de la compañía
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Guille Lomener
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