Android es tan estable que llevo años sin que un móvil entre en bucle de reinicio. Hasta hoy... con una ROM
Tras llevar desde los inicios en Android puedo corroborar el cambio gigantesco dado en la plataforma: de ser inestable y abierta a los errores hasta convertirse en un sistema maduro que se caracteriza por su estabilidad. Es tan estable que no recordaba un cuelgue durante un reinicio forzoso. Hasta que volví a vivirlo. Aún recuerdo aquellos tiempos en los que jugaba con mi Samsung Galaxy Note 4 y se quedaba atascado en el reinicio tras haberle tocado alguna cosa. Y qué decir del Nexus 5, casi salía a ROM por día, a menudo porque la anterior se negaba a arrancar. Era una época en la que valía la pena llevar a Android al extremo porque era la única forma de sacarle todo el provecho. Eso dejó de tener sentido, hasta las ROMs perdieron buena parte de popularidad. Google logró un Android tan potente como estable Llevo en este sistema desde las primeras versiones, aquel Android 1.5 cupcake con el que me estrené y que ya me parecía súper versátil en mi viejo y querido HTC Magic. Comparar ese Android con el de ahora es casi como enfrentar a Peter Parker antes y después de que le pique la araña: tienen la misma base, pero no idénticas capacidades. En Xataka Android Todas las versiones de Android de la historia Sí, Android fue ganando superpoderes con el paso de los años y gracias a las innumerables versiones que lanzó Google. En el inicio se notaba mucho la evolución entre un Android y el siguiente, en la actualidad apenas hay novedades en lo que respecta al usuario. Y hay una razón: ya no hace falta. Google ha conseguido un sistema tan eficiente, estable y capaz que no es necesario introducir cambios de calado con las actualizaciones. Eso se nota especialmente en el funcionamiento de los móviles y tablets, porque ya no aparecen problemas que antes eran habituales: No hay cierre forzoso de aplicaciones. Aquel mítico «FC» o «La aplicación XX ha dejado de funcionar» hace tiempo que no me aparece. Incluso en los móviles que analizo con versiones en desarrollo. Ha desaparecido el cuelgue del sistema. Si me hubiesen dado un euro cada vez que un móvil Android se me congelaba ahora podría comprarle Tesla a Elon Musk. Bueno, quizá no tanto, pero casi. El bucle de reinicio ya no existe. Después del cuelgue llegaba el reinicio forzoso; con un «bootloop» o bucle de reinicio que helaba la sangre. Es algo anecdótico en el Android actual. Como es lógico, siempre existe la posibilidad de que alguno de los problemas anteriores aparezca. Aun así, resulta tan extraño que casi puede descartarse. Es una demostración de lo mucho que evolucionó Android y de la calidad que ha alcanzado Google, sobre todo porque la variedad de dispositivos sigue siendo inabarcable. Las marcas se alejaron de la raíz de Android Nubia Z70 Ultra Google fue modificando el sistema en su base para extraer áreas de gestión del software que después modifica cada fabricante. Esto hizo que las marcas se centrasen en la capa más superficial de Android, un plan con el que Google fue poco a poco corrigiendo lo que era característico en los comienzos; como los cuelgues y los reinicios. Con el lanzamiento de Project Treble en 2017 Google modificaba la estructura de Android para separar su implementación de bajo nivel; agilizando con ello las actualizaciones. Las imágenes genéricas o GSI fueron una consecuencia de dicho Treble: dado que la base del sistema se mantiene entre todos los dispositivos, instalar un firmware genérico con independencia del fabricante se hizo posible. Un milagro que asentó aún más las bases de la estabilidad. izquierda, Pixel 6. Derecha, Xiaomi Mi A3 con ROM Pixel Experience No todas las marcas permiten las imágenes GSI, pero sí que no pueden modificar la raíz de Android en su propio beneficio. Esto hace que las aplicaciones encuentren una base homogénea por más que existan miles de tipos de dispositivos; lo que ha desterrado casi por completo la inestabilidad, un logro mayúsculo y que ejemplifica la madurez que tiene Android hoy en día. Casi 17 años de Android, 23 versiones clave hasta la fecha, decenas de miles de dispositivos que lo traían instalado de serie y una clara evolución hasta un sistema completamente maduro. Y yo tengo que recuperar los viejos tiempos con una ROM. La excepción que confirma la regla Magisk en un Samsung Galaxy S5 El fallo me ocurrió con la ROM Pixel Experience de Android 12 en un Xiaomi Mi A3. Esta ROM estaba rooteada con Magisk, tenía instalados unos cuantos módulos para hacer maldades (a veces es la única manera de extraer las novedades de las apps) y las Google Apps de MicroG. Vamos, que no era el entorno más estable posible. Aun así me aguantó mucho tiempo sin el más mínimo problema.
Tras llevar desde los inicios en Android puedo corroborar el cambio gigantesco dado en la plataforma: de ser inestable y abierta a los errores hasta convertirse en un sistema maduro que se caracteriza por su estabilidad. Es tan estable que no recordaba un cuelgue durante un reinicio forzoso. Hasta que volví a vivirlo.
Aún recuerdo aquellos tiempos en los que jugaba con mi Samsung Galaxy Note 4 y se quedaba atascado en el reinicio tras haberle tocado alguna cosa. Y qué decir del Nexus 5, casi salía a ROM por día, a menudo porque la anterior se negaba a arrancar. Era una época en la que valía la pena llevar a Android al extremo porque era la única forma de sacarle todo el provecho. Eso dejó de tener sentido, hasta las ROMs perdieron buena parte de popularidad.
Google logró un Android tan potente como estable
Llevo en este sistema desde las primeras versiones, aquel Android 1.5 cupcake con el que me estrené y que ya me parecía súper versátil en mi viejo y querido HTC Magic. Comparar ese Android con el de ahora es casi como enfrentar a Peter Parker antes y después de que le pique la araña: tienen la misma base, pero no idénticas capacidades.
Sí, Android fue ganando superpoderes con el paso de los años y gracias a las innumerables versiones que lanzó Google. En el inicio se notaba mucho la evolución entre un Android y el siguiente, en la actualidad apenas hay novedades en lo que respecta al usuario. Y hay una razón: ya no hace falta.
Google ha conseguido un sistema tan eficiente, estable y capaz que no es necesario introducir cambios de calado con las actualizaciones. Eso se nota especialmente en el funcionamiento de los móviles y tablets, porque ya no aparecen problemas que antes eran habituales:
- No hay cierre forzoso de aplicaciones. Aquel mítico «FC» o «La aplicación XX ha dejado de funcionar» hace tiempo que no me aparece. Incluso en los móviles que analizo con versiones en desarrollo.
- Ha desaparecido el cuelgue del sistema. Si me hubiesen dado un euro cada vez que un móvil Android se me congelaba ahora podría comprarle Tesla a Elon Musk. Bueno, quizá no tanto, pero casi.
- El bucle de reinicio ya no existe. Después del cuelgue llegaba el reinicio forzoso; con un «bootloop» o bucle de reinicio que helaba la sangre. Es algo anecdótico en el Android actual.
Como es lógico, siempre existe la posibilidad de que alguno de los problemas anteriores aparezca. Aun así, resulta tan extraño que casi puede descartarse. Es una demostración de lo mucho que evolucionó Android y de la calidad que ha alcanzado Google, sobre todo porque la variedad de dispositivos sigue siendo inabarcable.
Las marcas se alejaron de la raíz de Android
Nubia Z70 Ultra
Google fue modificando el sistema en su base para extraer áreas de gestión del software que después modifica cada fabricante. Esto hizo que las marcas se centrasen en la capa más superficial de Android, un plan con el que Google fue poco a poco corrigiendo lo que era característico en los comienzos; como los cuelgues y los reinicios.
Con el lanzamiento de Project Treble en 2017 Google modificaba la estructura de Android para separar su implementación de bajo nivel; agilizando con ello las actualizaciones. Las imágenes genéricas o GSI fueron una consecuencia de dicho Treble: dado que la base del sistema se mantiene entre todos los dispositivos, instalar un firmware genérico con independencia del fabricante se hizo posible. Un milagro que asentó aún más las bases de la estabilidad.
izquierda, Pixel 6. Derecha, Xiaomi Mi A3 con ROM Pixel Experience
No todas las marcas permiten las imágenes GSI, pero sí que no pueden modificar la raíz de Android en su propio beneficio. Esto hace que las aplicaciones encuentren una base homogénea por más que existan miles de tipos de dispositivos; lo que ha desterrado casi por completo la inestabilidad, un logro mayúsculo y que ejemplifica la madurez que tiene Android hoy en día.
Casi 17 años de Android, 23 versiones clave hasta la fecha, decenas de miles de dispositivos que lo traían instalado de serie y una clara evolución hasta un sistema completamente maduro. Y yo tengo que recuperar los viejos tiempos con una ROM.
La excepción que confirma la regla
Magisk en un Samsung Galaxy S5
El fallo me ocurrió con la ROM Pixel Experience de Android 12 en un Xiaomi Mi A3. Esta ROM estaba rooteada con Magisk, tenía instalados unos cuantos módulos para hacer maldades (a veces es la única manera de extraer las novedades de las apps) y las Google Apps de MicroG. Vamos, que no era el entorno más estable posible. Aun así me aguantó mucho tiempo sin el más mínimo problema.
Android se comporta como un campeón hasta en un móvil con firmware modificado, otra muestra de su madurez. Y de que siempre habrá espacio para las ROMs y para aquellos que se dedican a modificar el sistema: a menudo son la última salvación para móviles que, de otra manera, morirían. La comunidad es otra de las señas de identidad de este sistema, una seña que también contribuyó activamente a su estabilidad y madurez. Nunca podremos agradecérselo lo suficiente.
Imagen de portada | Iván Linares
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Android es tan estable que llevo años sin que un móvil entre en bucle de reinicio. Hasta hoy... con una ROM
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Xataka Android
por
Iván Linares
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