La muerte de Flash: cuando una habilidad técnica cae en desgracia

Si tienes una cierta edad, seguramente recordarás a Adobe Flash como aquella tecnología omnipresente que durante años llenó la web de insoportables animaciones y juegos interactivos. Su desaparición fue bastante abrupta, y tuvo consecuencias que van más allá de lo tecnológico, afectando directamente a trabajadores, mercados laborales y dinámicas de oferta y demanda. En abril …

Mar 21, 2025 - 16:51
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La muerte de Flash: cuando una habilidad técnica cae en desgracia

IMAGE: Adobe

Si tienes una cierta edad, seguramente recordarás a Adobe Flash como aquella tecnología omnipresente que durante años llenó la web de insoportables animaciones y juegos interactivos. Su desaparición fue bastante abrupta, y tuvo consecuencias que van más allá de lo tecnológico, afectando directamente a trabajadores, mercados laborales y dinámicas de oferta y demanda.

En abril de 2010, Steve Jobs publicó «Thoughts on Flash«, un artículo breve pero sumamente contundente en el que anunciaba que Apple dejaría de soportar Flash en sus dispositivos móviles del momento (iPhone, iPod y iPad). El anuncio no sólo provocó el declive irreversible de la tecnología, sino que creó además una dinámica laboral fascinante, que ha sido recientemente analizada en uno de los mejores journals de mi área, Information Systems Research (ISR), en el estudio titulado «The Death of a Technical Skill«, que me ha parecido sumamente interesante.

En un mercado laboral online cada vez más activo (en 2023 superó un billón de dólares de ingresos y cerca del 68% de estadounidenses trabajaron como freelancers), las habilidades técnicas son cruciales no solo por el salario inmediato, sino también por su valor futuro. Los desarrolladores no solo cobran por lo que hacen hoy, sino que consideran hasta qué punto les servirá lo aprendido para proyectos futuros. El colapso de Flash, en ese sentido, ilustra perfectamente hasta qué punto una habilidad técnica puede pasar de «prometedora» a «tóxica» en tan solo cuestión de meses.

Paradójicamente, a pesar de la caída drástica en la demanda de Flash tras el artículo de Jobs (más de un 80% entre 2010 y 2015), el estudio muestra que los salarios no se desplomaron. ¿Por qué? Sencillamente, porque los trabajadores fueron capaces de adaptarse rápidamente, migrando hacia tecnologías emergentes como HTML5. Fueron especialmente los más jóvenes y con menos especialización los primeros en abandonar Flash, mientras que trabajadores más veteranos continuaron, algunos incluso con un salario ligeramente superior, motivados por la dificultad de reorientar su carrera.

Este fenómeno tiene paralelos con lenguajes como Cobol, cuya demanda se desplomó sin caer en salarios, debido a que quedaron muy pocos trabajadores especializados. En Flash ocurrió algo similar: la oferta se contrajo tan rápido que los empleadores no se vieron inundados por candidatos desempleados.

Lo realmente sorprendente de este proceso fue la velocidad de ajuste del mercado laboral online. Plataformas como Upwork permiten cambios rápidos porque los trabajadores pueden aprender habilidades nuevas mientras trabajan, en muchos casos aceptando salarios menores temporalmente para «invertir» en su formación futura («earn-while-you-learn»).

Estas conclusiones no son exclusivas del caso Flash. Otras tecnologías también han experimentado cambios bruscos de demanda por diferentes motivos. El «link building», por ejemplo, perdió muchísima relevancia tras algunos cambios en el algoritmo de Google, generando situaciones similares. Lo que viene a revelar esto es cómo es de importante para un trabajador mantener una cartera diversificada de habilidades, anticipando posibles caídas en tecnologías específicas.

Esta experiencia deja importantes lecciones tanto para empresas como para profesionales independientes. Para las empresas, la elección tecnológica afecta directamente la calidad del talento que pueden atraer. Aquellas tecnologías percibidas como con futuro siempre atraerán mejores candidatos (algo esencial ahora mismo con tecnologías como la inteligencia artificial generativa, que prometen cambiar radicalmente muchas industrias).

Además, la edad juega un papel crucial en estas dinámicas. El estudio sugiere que las empresas podrían emparejar trabajadores mayores con tecnologías maduras, dado que estos tienen menos incentivos financieros para buscar nuevos aprendizajes tecnológicos. Esto podría reducir, además, ciertos prejuicios relacionados con la edad en el sector tecnológico.

Para los trabajadores, invertir en habilidades que están claramente en declive supone asumir un riesgo enorme. El estudio encontró, por ejemplo, que quienes complementaron Flash con habilidades paralelas (HTML5, JavaScript) tuvieron resultados laborales mucho mejores tras la caída del primero.

En un mundo cada vez más rápido, en el que las plataformas digitales permiten transiciones laborales más veloces que nunca, los profesionales necesitan imperiosamente estar atentos al horizonte tecnológico. La decisión de Adobe de matar Flash tras la carta de Steve Jobs fue un recordatorio severo: el valor de tu habilidad técnica depende mucho más del mañana que del hoy. La próxima habilidad en desaparecer podría estar más cerca de lo que crees, y cuando eso sucede, es posible que no te dé mucho tiempo para reaccionar.