Esto es lo que hago en casa para reducir la exposición a microplásticos: sirve para proteger la salud y el medio ambiente

Es posible que hayas escuchado en las noticias un término cada vez más común: los microplásticos y los nanoplásticos. Los primeros son fragmentos de plástico de menos de cinco milímetros de longitud, mientras que los segundos tienen un tamaño igual o inferior a 100 nanómetros. Ambos representan un riesgo tanto para la salud humana como para el medio ambiente. De hecho, su presencia es cada vez más frecuente en mares, océanos y, en general, en el entorno natural, incluso en lugares insospechados. Pero lo más preocupante es que también se han detectado en el cuerpo humano: se han encontrado microplásticos en la sangre, en la leche materna e incluso en los testículos. Por ello, es importante seguir una serie de recomendaciones para reducir su presencia en nuestro organismo. Imagen | Brian Yurasits Los microplásticos provienen de diversas fuentes. Una de ellas es la degradación de plásticos de mayor tamaño como bolsas, botellas, envases o redes de pesca se fragmentan con el tiempo debido a la exposición al sol, al viento y al agua, generando partículas microscópicas. Pero también hay otros que se diseñan directamente y por eso vamos a ver cómo podemos evitar estar tan expuestos a estos componentes. ¿De dónde vienen? Los microplásticos provienen principalmente de dos fuentes: la degradación de plásticos de mayor tamaño y la fabricación directa de partículas plásticas diminutas. Estas partículas, debido a su tamaño, superan los sistemas de filtración del agua y acaban en cuerpos de agua como océanos y lagos, representando un riesgo para la fauna acuática. Por un lado, objetos como bolsas, botellas, envases o redes de pesca se fragmentan con el tiempo debido a la exposición al sol, al viento y al agua, generando partículas microscópicas. Por otro lado, existen microplásticos primarios, que son diseñados en tamaños muy pequeños para ser utilizados en productos cosméticos, detergentes industriales o como materia prima en procesos industriales. Ambos tipos terminan en el medio ambiente y, con facilidad, llegan al agua, los alimentos y finalmente al organismo humano. Por eso vamos a ver cómo podemos evitar estar tan expuestos a estos componentes. Evitar el agua embotellada Imagen: Mandylin Zulpi (Unsplash) En España, uno de los hábitos más extendidos es beber agua envasada. Aunque suele considerarse más pura o segura, lo cierto es que las botellas de plástico contribuyen al deterioro ambiental y además es una práctica mucho más cara que el agua del grifo. Hay que tener en cuenta que cuando se reutilizan o se exponen las botellas de plástico a fuentes de calor o luz solar, pueden liberar microplásticos en el líquido que ingerimos Pero no solo eso, sino que ahora sabemos que también tiene micro y nanoplásticos en cantidades mucho mayores a las estimadas. Un reciente estudio descubrió que un litro de agua embotellada contiene 240.000 fragmentos de plástico detectable, entre diez y 100 veces más que las estimaciones previas. Concretamente, los investigadores afirman que encontraron entre 110.000 y 370.000 fragmentos de plástico en cada litro, de los cuales el 90% eran nanoplásticos. En ese sentido, es importante recordar la diferencia entre micro y nanoplásticos: Microplásticos: aquellos cuyo tamaño varía entre 100 nanómetros y cinco milímetros. Nanoplásticos: aquellos cuyo tamaño es igual o inferior a 100 nanómetros. Por eso una forma de evitar exponerse a estos componentes pasa por usar botellas reutilizables de vidrio o en su caso de acero inoxidable. Otro consejo al beber agua del grifo pasa por filtrarla en caso de ser necesario (opta por agua del grifo filtrada usando jarras, sistemas de ósmosis o filtros de carbón activado). Así se reduce tanto el impacto ambiental como el riesgo de ingerir partículas plásticas. No usar tuppers de plástico Imagen | Amazon Ya vimos como los especilistas advierten sobre esta práctica y la desaconsejan. El uso cotidiano de envases de plástico para conservar alimentos es muy común en hogares y de hecho basta con fijarse en la cantidad de alimentos ultraprocesados que emplean plástico. El problema es que los tuppers de plástico y en general, los envases con este material, especialmente si son de baja calidad, es que tienden a degradarse con el tiempo y con el uso frecuente, liberando microplásticos que contaminan la comida. En Xataka Smart Home Un experto en tóxicos ambientales avisa sobre los táperes. Usar este tipo en el microondas puede salirnos muy caro Frente a su uso hay alternativas como optar por recipientes de vidrio o acero inoxidable, que son más duraderos, seguros para la salud y respetuosos con el medio ambiente. Evitar vasos de papel con recubrimiento plástico Lo

Mar 21, 2025 - 13:19
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Esto es lo que hago en casa para reducir la exposición a microplásticos: sirve para proteger la salud y el medio ambiente

Esto es lo que hago en casa para reducir la exposición a microplásticos: sirve para proteger la salud y el medio ambiente

Es posible que hayas escuchado en las noticias un término cada vez más común: los microplásticos y los nanoplásticos. Los primeros son fragmentos de plástico de menos de cinco milímetros de longitud, mientras que los segundos tienen un tamaño igual o inferior a 100 nanómetros. Ambos representan un riesgo tanto para la salud humana como para el medio ambiente.

De hecho, su presencia es cada vez más frecuente en mares, océanos y, en general, en el entorno natural, incluso en lugares insospechados. Pero lo más preocupante es que también se han detectado en el cuerpo humano: se han encontrado microplásticos en la sangre, en la leche materna e incluso en los testículos. Por ello, es importante seguir una serie de recomendaciones para reducir su presencia en nuestro organismo.

Plástico Imagen | Brian Yurasits

Los microplásticos provienen de diversas fuentes. Una de ellas es la degradación de plásticos de mayor tamaño como bolsas, botellas, envases o redes de pesca se fragmentan con el tiempo debido a la exposición al sol, al viento y al agua, generando partículas microscópicas. Pero también hay otros que se diseñan directamente y por eso vamos a ver cómo podemos evitar estar tan expuestos a estos componentes.

¿De dónde vienen? Los microplásticos provienen principalmente de dos fuentes: la degradación de plásticos de mayor tamaño y la fabricación directa de partículas plásticas diminutas. Estas partículas, debido a su tamaño, superan los sistemas de filtración del agua y acaban en cuerpos de agua como océanos y lagos, representando un riesgo para la fauna acuática.

Por un lado, objetos como bolsas, botellas, envases o redes de pesca se fragmentan con el tiempo debido a la exposición al sol, al viento y al agua, generando partículas microscópicas. Por otro lado, existen microplásticos primarios, que son diseñados en tamaños muy pequeños para ser utilizados en productos cosméticos, detergentes industriales o como materia prima en procesos industriales.

Ambos tipos terminan en el medio ambiente y, con facilidad, llegan al agua, los alimentos y finalmente al organismo humano. Por eso vamos a ver cómo podemos evitar estar tan expuestos a estos componentes.

Evitar el agua embotellada

agua Imagen: Mandylin Zulpi (Unsplash)

En España, uno de los hábitos más extendidos es beber agua envasada. Aunque suele considerarse más pura o segura, lo cierto es que las botellas de plástico contribuyen al deterioro ambiental y además es una práctica mucho más cara que el agua del grifo. Hay que tener en cuenta que cuando se reutilizan o se exponen las botellas de plástico a fuentes de calor o luz solar, pueden liberar microplásticos en el líquido que ingerimos

Pero no solo eso, sino que ahora sabemos que también tiene micro y nanoplásticos en cantidades mucho mayores a las estimadas. Un reciente estudio descubrió que un litro de agua embotellada contiene 240.000 fragmentos de plástico detectable, entre diez y 100 veces más que las estimaciones previas. Concretamente, los investigadores afirman que encontraron entre 110.000 y 370.000 fragmentos de plástico en cada litro, de los cuales el 90% eran nanoplásticos. En ese sentido, es importante recordar la diferencia entre micro y nanoplásticos:

  • Microplásticos: aquellos cuyo tamaño varía entre 100 nanómetros y cinco milímetros.
  • Nanoplásticos: aquellos cuyo tamaño es igual o inferior a 100 nanómetros.

Por eso una forma de evitar exponerse a estos componentes pasa por usar botellas reutilizables de vidrio o en su caso de acero inoxidable. Otro consejo al beber agua del grifo pasa por filtrarla en caso de ser necesario (opta por agua del grifo filtrada usando jarras, sistemas de ósmosis o filtros de carbón activado). Así se reduce tanto el impacto ambiental como el riesgo de ingerir partículas plásticas.

No usar tuppers de plástico

Táper Imagen | Amazon

Ya vimos como los especilistas advierten sobre esta práctica y la desaconsejan. El uso cotidiano de envases de plástico para conservar alimentos es muy común en hogares y de hecho basta con fijarse en la cantidad de alimentos ultraprocesados que emplean plástico.

El problema es que los tuppers de plástico y en general, los envases con este material, especialmente si son de baja calidad, es que tienden a degradarse con el tiempo y con el uso frecuente, liberando microplásticos que contaminan la comida.

Frente a su uso hay alternativas como optar por recipientes de vidrio o acero inoxidable, que son más duraderos, seguros para la salud y respetuosos con el medio ambiente.

Evitar vasos de papel con recubrimiento plástico

Los populares vasos de papel para bebidas calientes, aunque parecen una opción ecológica, contienen una fina capa de plástico en su interior que evita filtraciones. Este revestimiento los convierte en una fuente potencial de microplásticos al degradarse.

Una alternativa más sana y ecológica pasa por llevar un vaso reutilizable de materiales como acero o bambú. Un gesto que no solo reduce la generación de residuos, sino que fomenta prácticas sostenibles dentro del modelo de economía circular.

Cambia tus utensilios de cocina

Plástico

Igualmente es importante evitar usar tuppers, cucharas, tablas o recipientes de plástico, especialmente al calentar alimentos. En su lugar, usa vidrio, acero o silicona de grado alimentario, que no liberan partículas con el calor o el tiempo.


Cuidado con las bolsitas de té

Estamos acostumbrados a usarlas en el día a día pero muchas bolsitas de té comerciales están hechas con materiales plásticos como nylon o polipropileno. El problema es que al entrar en contacto con el agua caliente, estas fibras pueden liberar microplásticos en la infusión.

Como alternativa, se puede adoptar una solución más ecológica como adquirir té a granel y emplear infusores de vidrio o acero, que evitan tanto la contaminación por plásticos como el exceso de embalajes desechables.

Evita productos cosméticos con microperlas

Cuida los productos de higiene que usas. Revisa el etiquetado de exfoliantes, pastas dentales o geles de ducha. Si contienen ingredientes como “polyethylene” o “polypropylene”, es mejor evitarlos. Elige productos naturales sin partículas plásticas añadidas.

Vestir ropa de poliéster

Ropa

Las prendas de vestir de poliéster, nylon o acrílicos sueltan microfibras en cada lavado. Son fibras sintéticas ampliamente utilizadas por su resistencia y bajo coste. Sin embargo, al lavarse, desprenden diminutas partículas plásticas que terminan en ríos, mares y, eventualmente, en la cadena alimentaria.

Una forma de combatir este problema pasa por usar bolsas de lavado para microplásticos, filtros en la lavadora o elige ropa de fibras naturales como algodón, lino o lana. Otra cosas que podemos hacer es optar por tejidos naturales como algodón orgánico, lino o lana.

Imagen portada | Mali Maeder

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La noticia Esto es lo que hago en casa para reducir la exposición a microplásticos: sirve para proteger la salud y el medio ambiente fue publicada originalmente en Xataka Smart Home por Jose Antonio Carmona .