La bestia china que desafía a EEUU: así es el caza de sexta generación J-36

La aviación militar ha entrado en una nueva era con el desarrollo de cazas de sexta generación, una categoría que promete revolucionar el combate aéreo mediante inteligencia artificial, sigilo extremo y capacidades de combate colaborativo con drones.

Aunque hasta ahora Estados Unidos ha marcado el ritmo del baile, especialmente con su esperado B-21 Raider, otros países no se quedan fuera. Sin ir más lejos, España, junto a Francia y Alemania, está inmersa en el desarrollo del Future Combat Air System (FCAS), un proyecto que busca dotar a Europa de su propio caza de sexta generación.

En este contexto, otro importante jugador compite por esta rivalidad tecnológica en los cielos que marcará el futuro del combate aéreo. China ha dado un paso clave con el conocido como J-36, un avión de combate aún en fase de pruebas que ha sido avistado recientemente en su segundo vuelo de prueba.

El vídeo muestra una aeronave sin cola y con forma de diamante, acompañada por un caza furtivo biplaza J-20S que actuaba como avión de persecución.

El primer avistamiento del J-36 se produjo el pasado mes de diciembre sobre Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, donde tiene su sede Chengdu Aircraft Corporation, quien se cree que es el fabricante del avión.

Así es el J-36, el caza chino que pone en jaque a EE.UU.

El J-36, desarrollado por la Corporación de la Industria de la Aviación de China (AVIC), es un caza de sexta generación del que aún se conocen pocos detalles oficiales. Esta semana se ha podido ver surcando los cielos en su segundo vuelo de prueba:

Si bien desde China no han confirmado nada oficialmente, las imágenes filtradas y los análisis de expertos nos han permitido ya tener una idea de cómo es el J-36. La información disponible sugiere que la aeronave cuenta con un diseño de baja visibilidad (stealth) más avanzado que sus predecesores, incluyendo una configuración de alas en delta y una disposición interna de armas para reducir lo que en la industria se conoce como ‘firma de radar’, es decir, su capacidad de ser invisible ante los radares.

Además de ese sigilo mejorado y diseño aerodinámico optimizado y recubrimientos avanzados para minimizar la detección por radar, el caza posiblemente integrará sistemas autónomos (IA) para asistir en la toma de decisiones en combate.

El diseño liso del J-36 también sugiere que cuenta con cierto nivel de optimización para la eficiencia aerodinámica, lo que se traduce en una mayor velocidad.

El tamaño del avión, estimado en aproximadamente 22,5 metros de longitud y 24 metros de envergadura, sugiere que podría transportar una carga útil considerable, que posiblemente incluya municiones avanzadas o combustible para misiones prolongadas.

Además, su peso máximo al despegue es de 55 toneladas y tiene un alcance estimado de unos 3.000 kilómetros, lo que completa sus mencionadas funciones para misiones de larga duración y enfrentamientos a alta velocidad.

Por último, como caza de sexta generación, se espera que integre múltiples sistemas de sensores y pueda interactuar con drones de combate y otros aviones en tiempo real.

¿Quién dominará los cielos en la próxima década?

El desarrollo del J-36 es un indicio claro de la ambición china en el sector aeroespacial militar. A medida que los cazas de sexta generación comiencen a entrar en servicio en la próxima década, la supremacía aérea estará más disputada que nunca. Con EE.UU., China y otras potencias como Europa y Rusia desarrollando sus propios modelos, la rivalidad tecnológica en los cielos alcanzará un nuevo nivel.

Por ello, los expertos esperan que el futuro de la guerra aérea en el siglo XXI esté marcado por un escenario donde la inteligencia artificial y el sigilo definirán el dominio aéreo.

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