Lo mismo te canto un temazo en un karaoke que te hundo un barco a cañonazos en un circo romano pirata. Yakuza casi me deja para que me encierren
Tengo dudas. Preguntas que necesitan respuestas. Necesito que alguien me explique cosas, si esto ha sido así durante años o si acabo de ver los frutos de una ida de olla colectiva. Porque he jugado un par de horas a la demo de Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii y casi acabo para que me encierren. Fue un viaje psicodélico de guantazos, cañonazos y buena música de la leche y ahora la realidad me sabe a poco. La demo de la última entrega de Yakuza ya está disponible para todas las plataformas. Y la he jugado. Es importante señalar que nunca he tocado esta franquicia. Nunca me he interesado en ella y tampoco he visto más de dos minutos de gameplay seguidos. Alguna curiosidad, pero poco más. Y no sé si he elegido la entrega más descerebrada para empezar o si siempre ha sido así. Resacón en Hawaii: peleas callejeras, karaokes y batallas pirata Mis primeros minutos en la saga Yakuza han sido tal que así: llego en un barco pirata a las playas de una Hawaii moderna, desembarco en un bote de remos, unos señores intentan robarme y acabo metido en una pelea que deja a más de una decena de hombres tirados en la arena. Llámame aburrido, pero mi primera reacción a todo esto es: ¿Es que a nadie de la playa le importa que un señor disfrazado de pirata esté reventando a un grupo de señores mazados con dos espadas y una pistola de mecha?, ¿Es que nadie ve que acabo de apuñalar a diez de personas?, ¡¿Nadie ha visto que he invocado a un tiburón morado llamado "Dios Oscuro de las Olas: Maldición del Tiburón Devoradores" al tocar un puñetero violín?! ¿En qué clase de universo estoy que sus habitantes han normalizado esta ida de olla? Nada que no se solucione con una cerveza en un chiringuito y una partida de dardos. La transición entre ambas escenas es de dos minutos. Y lo peor es que solo era el comienzo de un viaje psicodélico para el que nadie me había advertido. Que sí, había escuchado que la saga Yakuza es muy alocada, pero esto es para que encierren a alguien en el psiquiatrico. A medida que exploro la playa y parte de la ciudad de Hawaii, encuentro a una serie de personas buscadas por la policía: un trío de buzos, un señor muy extraño en la puerta de un hotel, un grupo de pandilleros armados y un maleante que trapichea en un aparcamiento, entre otros. Y todos los encuentros se resuelven a palos. Las peleas son muy locas (el combate me gusta mucho, por cierto), pero mucho es más loco ver a la gente haciendo corrillo para ver las peleas. ¡Que estoy apuñalando a gente vestido de pirata e invocando copias oscuras para que luchen a mi lado!, ¡¿Qué clase de droga psicodélica echa el gobierno de este universo en el agua para que nadie se altere?! ¿Y dónde demonios está la Policía? Trabaja menos que un NPC de Ubisoft. Pero en realidad mi mente quebró en el momento que descubrí que este personaje sacado de una película de acción de los 80s (veteranos entenderán) se desplaza por la ciudad en un Segway que puedes recargar en ciertos puntos y tunear con los adornos más estrafalarios, nivel: añadir dos tubos de escapes enorme... y es eléctrico. Destruyó a nivel molecular cualquier posibilidad de tomarme en serio lo que tenía entre manos. Mi extravagante aventura en Hawaii culmina en el karaoke de un bar de mala muerte. Llegado a este punto ya no cuestionaba nada. Bastaron 40 minutos de demo para hundirme en la demencia. Y no fue moco de pavo: el personaje pasó de cantar en el bar a protagonizar un videoclip ultracolorido con bailarines. Tengo la cancioncita sonando en bucle en mi mente desde entonces: "24-hour Cinderella (Goro Majima)". En Vida Extra Cuando DOOM y Cyberpunk 2077 se enrollan tan fuerte que crean esta brutalidad ultrafrenética. Ya he jugado a Metal Elden Ya iba cuesta abajo y sin frenos, así que solo di dos volteretas mentales al llegar a Madlantis. Viene a ser como la Isla Tortuga de este universo pirata. Sobra decir que hubo peleas de bar y una batalla naval en un circo romano piratesco. ¡Lo normal! Si crees que estoy exagerando o que me invento cosas, descarga la demo y compruébalo por ti mismo. En conclusión, estoy confuso y tengo muchas preguntas. No sé si me gusta Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii. Soy incapaz de decidirme ahora mismo. Me gusta mucho lo que he jugado, pero al mismo tiempo siento que no es para mí. Nunca me había pasado esto con un videojuego. No lo sé, solo quiero escuchar "24-hour Cinderella (Goro Majima)" en bucle el resto de mi vida. Necesito ayuda. En VidaExtra | Todos los juegos de Yakuza: de los clásicos a Like A Dragon: Ishin!, incluidos los disparatados spin-offs En VidaExtra | Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii estuvo a punto de ser un spin-off más loco con un Kazuma Kiryu aficionado a pescar atunes - La noticia Lo mismo te canto un temazo en un karaoke que te hundo un barco a cañonazos en un circo romano pirata. Yakuza casi m
Tengo dudas. Preguntas que necesitan respuestas. Necesito que alguien me explique cosas, si esto ha sido así durante años o si acabo de ver los frutos de una ida de olla colectiva. Porque he jugado un par de horas a la demo de Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii y casi acabo para que me encierren. Fue un viaje psicodélico de guantazos, cañonazos y buena música de la leche y ahora la realidad me sabe a poco.
La demo de la última entrega de Yakuza ya está disponible para todas las plataformas. Y la he jugado. Es importante señalar que nunca he tocado esta franquicia. Nunca me he interesado en ella y tampoco he visto más de dos minutos de gameplay seguidos. Alguna curiosidad, pero poco más. Y no sé si he elegido la entrega más descerebrada para empezar o si siempre ha sido así.
Resacón en Hawaii: peleas callejeras, karaokes y batallas pirata
Mis primeros minutos en la saga Yakuza han sido tal que así: llego en un barco pirata a las playas de una Hawaii moderna, desembarco en un bote de remos, unos señores intentan robarme y acabo metido en una pelea que deja a más de una decena de hombres tirados en la arena.
Llámame aburrido, pero mi primera reacción a todo esto es: ¿Es que a nadie de la playa le importa que un señor disfrazado de pirata esté reventando a un grupo de señores mazados con dos espadas y una pistola de mecha?, ¿Es que nadie ve que acabo de apuñalar a diez de personas?, ¡¿Nadie ha visto que he invocado a un tiburón morado llamado "Dios Oscuro de las Olas: Maldición del Tiburón Devoradores" al tocar un puñetero violín?! ¿En qué clase de universo estoy que sus habitantes han normalizado esta ida de olla?
Nada que no se solucione con una cerveza en un chiringuito y una partida de dardos. La transición entre ambas escenas es de dos minutos. Y lo peor es que solo era el comienzo de un viaje psicodélico para el que nadie me había advertido. Que sí, había escuchado que la saga Yakuza es muy alocada, pero esto es para que encierren a alguien en el psiquiatrico.
A medida que exploro la playa y parte de la ciudad de Hawaii, encuentro a una serie de personas buscadas por la policía: un trío de buzos, un señor muy extraño en la puerta de un hotel, un grupo de pandilleros armados y un maleante que trapichea en un aparcamiento, entre otros. Y todos los encuentros se resuelven a palos. Las peleas son muy locas (el combate me gusta mucho, por cierto), pero mucho es más loco ver a la gente haciendo corrillo para ver las peleas.
¡Que estoy apuñalando a gente vestido de pirata e invocando copias oscuras para que luchen a mi lado!, ¡¿Qué clase de droga psicodélica echa el gobierno de este universo en el agua para que nadie se altere?! ¿Y dónde demonios está la Policía? Trabaja menos que un NPC de Ubisoft.
Pero en realidad mi mente quebró en el momento que descubrí que este personaje sacado de una película de acción de los 80s (veteranos entenderán) se desplaza por la ciudad en un Segway que puedes recargar en ciertos puntos y tunear con los adornos más estrafalarios, nivel: añadir dos tubos de escapes enorme... y es eléctrico. Destruyó a nivel molecular cualquier posibilidad de tomarme en serio lo que tenía entre manos.
Mi extravagante aventura en Hawaii culmina en el karaoke de un bar de mala muerte. Llegado a este punto ya no cuestionaba nada. Bastaron 40 minutos de demo para hundirme en la demencia. Y no fue moco de pavo: el personaje pasó de cantar en el bar a protagonizar un videoclip ultracolorido con bailarines. Tengo la cancioncita sonando en bucle en mi mente desde entonces: "24-hour Cinderella (Goro Majima)".
Ya iba cuesta abajo y sin frenos, así que solo di dos volteretas mentales al llegar a Madlantis. Viene a ser como la Isla Tortuga de este universo pirata. Sobra decir que hubo peleas de bar y una batalla naval en un circo romano piratesco. ¡Lo normal! Si crees que estoy exagerando o que me invento cosas, descarga la demo y compruébalo por ti mismo.
En conclusión, estoy confuso y tengo muchas preguntas. No sé si me gusta Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii. Soy incapaz de decidirme ahora mismo. Me gusta mucho lo que he jugado, pero al mismo tiempo siento que no es para mí. Nunca me había pasado esto con un videojuego. No lo sé, solo quiero escuchar "24-hour Cinderella (Goro Majima)" en bucle el resto de mi vida. Necesito ayuda.
En VidaExtra | Todos los juegos de Yakuza: de los clásicos a Like A Dragon: Ishin!, incluidos los disparatados spin-offs
En VidaExtra | Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii estuvo a punto de ser un spin-off más loco con un Kazuma Kiryu aficionado a pescar atunes
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La noticia
Lo mismo te canto un temazo en un karaoke que te hundo un barco a cañonazos en un circo romano pirata. Yakuza casi me deja para que me encierren
fue publicada originalmente en
Vida Extra
por
Alberto Martín
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