Precrastinación: cuando el ansia por terminar tareas genera tanta ansiedad y problemas como no hacerlas
La procrastinación es el arte de dejarle toda la carga de trabajo a tu yo futuro, sabiendo que al final te va a tocar hacerlo, pero con prisas y mayores dosis de ansiedad y frustración. Sin embargo, y contra todo pronóstico, también existe su contraparte: la precrastinación, o no soportar dejar las tareas para luego. Aunque no lo parezca, la precrastinación es una obsesión que también tiene efectos negativos. ¿Qué es la Precrastinación? El término fue acuñado por el profesor en psicología David Rosenbaum en su estudio 'Precrastinación: acelerar la consecución de un subobjetivo a expensas de un esfuerzo físico adicional' en 2014. Rosenbaum demostró con su experimento que las personas a veces eligen la opción que implica más esfuerzo físico solo para tachar una tarea de su lista. En Xataka El sencillo hábito que aporta un sorprendente impacto en la productividad: ordenar el espacio de trabajo antes de empezar Para llegar a esa conclusión, se pedía a los participantes que eligieran entre dos cubos con agua que tenían que llevar hasta el final de un pasillo. Uno de estos cubos a veces estaba más cerca del principio del pasillo y otras un poco más alejado. Sin embargo, los investigadores observaron que, a menudo, los participantes elegían el cubo que estaba más cerca del punto de salida para llevarlo hasta el final, incluso cuando elegir el segundo cubo implicaba cargarlo durante una distancia más corta. Cuando se les preguntó por qué habían elegido el primer cubo, la mayoría de los participantes respondían: “quería terminar la tarea lo antes posible". Ese comportamiento marcaba una tendencia a adelantar la tarea asignada a cualquier coste, incluso a costa de implicar mayor desgaste físico en el proceso. En el trabajo, esto se traduce en la necesidad de terminar todo cuanto antes las tareas, motivado por la idea de que rapidez es igual a eficiencia. Sin embargo, eso es partir de una premisa errónea ya que rapidez no siempre es eficiencia. Las personas con tendencia a la precrastinación pueden sentirse satisfechas al terminar el trabajo antes de tiempo, pero esas prisas por acabar las tareas pueden llevar a errores y falta de enfoque en la ejecución. "Es como ir al supermercado, llenar la cesta con un montón de manzanas y seguir comprando cargando con ellas pese a saber que volverás a pasar por el lugar en el que se encuentran cuando vayas hacia la caja", explicaba el psicólogo Obsesionados con tachar tareas La precrastinación es un problema más habitual de lo que puede parecer. Quien padece sus efectos a menudo se muestra como ejemplo de productividad en una sociedad que valora la inmediatez y lo necesitamos todo "para ayer". Esto afecta a la calidad del trabajo y no se valora que, algunas tareas, requieren tiempo y reflexión. La precrastinación no siempre es fácil de identificar. Vamos completando tareas atropelladamente creyendo que estamos siendo productivos. Sin embargo, terminar las cosas antes de tiempo, sin la debida dedicación, puede generar estrés, errores y agotamiento. Si sientes que necesitas equilibrar tu forma de trabajar, estos consejos pueden ayudarte: 1.Planifica tus tareas Si eres consciente de tu tendencia a precrastinar, procura contener tu primer instinto de lanzarte a completar todo de inmediato. Tómate un momento para analizar y priorizar qué tareas realmente necesitan de tu atención inmediata. Puedes usar el método ABCDE para priorizar tareas según su urgencia e importancia. En Xataka La regla de las cinco horas: el sencillo hábito que Bill Gates o Elon Musk aplican para mejorar su productividad 2. Establece tiempos razonables No todas las tareas deben ejecutarse en el momento, por lo que es importante reflexionar sobre su impacto sobre el proyecto o sobre tu jornada. Antes de actuar, pregúntate: "¿Es necesario resolver inmediatamente? ¿es urgente responder ese correo inmediatamente o puedes hacerlo más tarde?" Imponte períodos de espera para actividades no urgentes para forzar esa reflexión y darte espacio para reflexionar y abordar las cosas con una mente más clara y serena. Es muy probable que descubras nuevas formas de abordarla de una forma más creativa. Una buena estrategia para afrontar la precrastinación es la propuesta por el "slow work", que defiende la idea de que trabajar a un ritmo más pausado favorece la creatividad, la concentración y mejora la calidad del resultado final. 3. Concéntrate en una sola cosa a la vez El ímpetu por terminar tareas puede hacerte caer en la multitarea. Un error que no trae más que dolores de cabeza a quien lo pone en práctica, agotando las energías y evitando que el cerebro profundice en las tareas que se tienen entre manos. En lugar de tratar de abarcar todo a la vez, céntrate en el momento presente y completa una sola tarea tras otra. Eso te ayudará

La procrastinación es el arte de dejarle toda la carga de trabajo a tu yo futuro, sabiendo que al final te va a tocar hacerlo, pero con prisas y mayores dosis de ansiedad y frustración.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, también existe su contraparte: la precrastinación, o no soportar dejar las tareas para luego. Aunque no lo parezca, la precrastinación es una obsesión que también tiene efectos negativos.
¿Qué es la Precrastinación?
El término fue acuñado por el profesor en psicología David Rosenbaum en su estudio 'Precrastinación: acelerar la consecución de un subobjetivo a expensas de un esfuerzo físico adicional' en 2014. Rosenbaum demostró con su experimento que las personas a veces eligen la opción que implica más esfuerzo físico solo para tachar una tarea de su lista.
Para llegar a esa conclusión, se pedía a los participantes que eligieran entre dos cubos con agua que tenían que llevar hasta el final de un pasillo. Uno de estos cubos a veces estaba más cerca del principio del pasillo y otras un poco más alejado. Sin embargo, los investigadores observaron que, a menudo, los participantes elegían el cubo que estaba más cerca del punto de salida para llevarlo hasta el final, incluso cuando elegir el segundo cubo implicaba cargarlo durante una distancia más corta.
Cuando se les preguntó por qué habían elegido el primer cubo, la mayoría de los participantes respondían: “quería terminar la tarea lo antes posible".
Ese comportamiento marcaba una tendencia a adelantar la tarea asignada a cualquier coste, incluso a costa de implicar mayor desgaste físico en el proceso. En el trabajo, esto se traduce en la necesidad de terminar todo cuanto antes las tareas, motivado por la idea de que rapidez es igual a eficiencia. Sin embargo, eso es partir de una premisa errónea ya que rapidez no siempre es eficiencia.
Las personas con tendencia a la precrastinación pueden sentirse satisfechas al terminar el trabajo antes de tiempo, pero esas prisas por acabar las tareas pueden llevar a errores y falta de enfoque en la ejecución.
"Es como ir al supermercado, llenar la cesta con un montón de manzanas y seguir comprando cargando con ellas pese a saber que volverás a pasar por el lugar en el que se encuentran cuando vayas hacia la caja", explicaba el psicólogo

Obsesionados con tachar tareas
La precrastinación es un problema más habitual de lo que puede parecer. Quien padece sus efectos a menudo se muestra como ejemplo de productividad en una sociedad que valora la inmediatez y lo necesitamos todo "para ayer". Esto afecta a la calidad del trabajo y no se valora que, algunas tareas, requieren tiempo y reflexión.
La precrastinación no siempre es fácil de identificar. Vamos completando tareas atropelladamente creyendo que estamos siendo productivos. Sin embargo, terminar las cosas antes de tiempo, sin la debida dedicación, puede generar estrés, errores y agotamiento. Si sientes que necesitas equilibrar tu forma de trabajar, estos consejos pueden ayudarte:
1.Planifica tus tareas
Si eres consciente de tu tendencia a precrastinar, procura contener tu primer instinto de lanzarte a completar todo de inmediato. Tómate un momento para analizar y priorizar qué tareas realmente necesitan de tu atención inmediata. Puedes usar el método ABCDE para priorizar tareas según su urgencia e importancia.
2. Establece tiempos razonables
No todas las tareas deben ejecutarse en el momento, por lo que es importante reflexionar sobre su impacto sobre el proyecto o sobre tu jornada. Antes de actuar, pregúntate: "¿Es necesario resolver inmediatamente? ¿es urgente responder ese correo inmediatamente o puedes hacerlo más tarde?"
Imponte períodos de espera para actividades no urgentes para forzar esa reflexión y darte espacio para reflexionar y abordar las cosas con una mente más clara y serena. Es muy probable que descubras nuevas formas de abordarla de una forma más creativa.
Una buena estrategia para afrontar la precrastinación es la propuesta por el "slow work", que defiende la idea de que trabajar a un ritmo más pausado favorece la creatividad, la concentración y mejora la calidad del resultado final.
3. Concéntrate en una sola cosa a la vez
El ímpetu por terminar tareas puede hacerte caer en la multitarea. Un error que no trae más que dolores de cabeza a quien lo pone en práctica, agotando las energías y evitando que el cerebro profundice en las tareas que se tienen entre manos.
En lugar de tratar de abarcar todo a la vez, céntrate en el momento presente y completa una sola tarea tras otra. Eso te ayudará a valorar mejor el proceso de resolución de las tareas, en lugar de obsesionarte con los resultados rápidos.
4. Vivir con incertidumbre
Uno de los rasgos que lleva a los precrastinadores a terminar tareas antes de tiempo es su intolerancia a la incertidumbre de tener cosas pendientes, en una suerte de 'Efecto Zeigarnik'.
Ser conscientes de que todo tiene sus ritmos y procesos es clave para afrontar la necesidad de tachar a toda costa las tareas de la lista. Practica la paciencia y enfócate en lo que puedes controlar.
5. Gestiona tu energía
El agotamiento mental es uno de los mayores peligros de la precrastinación. Saber que hay una tarea incompleta supone una carga mental adicional para quienes tienen tendencia a precrastinar.
Para evitarlo, asegúrate de incluir descansos regulares en tu día, incluyéndolos como una tarea más en tu jornada. Esto permitirá que el cerebro recupere parte de su energía y puedas abordar tus tareas en las mejores condiciones cognitivas.
Imagen | Unsplash (The Drink Luis Villasmil)
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Precrastinación: cuando el ansia por terminar tareas genera tanta ansiedad y problemas como no hacerlas
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Xataka
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Rubén Andrés
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