Sam Altman, CEO de OpenAI, habla del futuro después de la IA: "Toda la estructura de la sociedad cambiará"

Desde hace años, Sam Altman ha expresado abiertamente sus principales preocupaciones sobre los riesgos de la IA, reconociendo su potencial destructivo si no se maneja adecuadamente. Durante su participación en la última Cumbre Global AI for Good, celebrada en febrero de 2024, el CEO de OpenAI analizó detalladamente el panorama actual y las proyecciones evolutivas de la inteligencia artificial, profundizando en su influencia socioeconómica, los marcos regulatorios necesarios y los dilemas éticos vinculados a su rápido avance.La IA cambia las reglas del juego: un nuevo contrato socialEl papel de Altman como director ejecutivo de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT que fundó hace ya 10 años junto a Elon Musk, ha conseguido que su opinión sea una de las más influyentes en el mundo de la inteligencia artificial. Bajo su punto de vista, el desarrollo de la IA podría exigir una revisión profunda del contrato social tradicional, pues a medida que se transforme la economía, el empleo y las dinámicas de poder, las estructuras sociales actuales deberán adaptarse para garantizar equidad y estabilidad.Sam Altman: Advancing AI may require "changes to the social contract.""The entire structure of society will be up for debate and reconfiguration." pic.twitter.com/VQLdBMFy5Y— TFTC (@TFTC21) January 23, 2025El empresario y programador estadounidense, que a día de hoy es una figura de primer orden en Silicon Valley, prevé que la IA eliminará categorías enteras de empleos, modificará la naturaleza de muchos otros y creará nuevas oportunidades. Sin embargo, destaca que este proceso no será algo abrupto, sino gradual, lo que permitirá debates sobre cómo redistribuir recursos y proteger a los trabajadores. Precisamente, en este punto es donde surgen propuestas como la renta básica universal, que Altman considera viable para compensar desplazamientos laborales."A largo plazo, espero que sea necesario algún cambio en el contrato social, dado lo poderosa que esperamos que sea esta tecnología. No creo que no haya empleos, siempre encontramos cosas nuevas que hacer; pero sí creo que toda la estructura de la sociedad en sí misma cambiará y estará sujeta a cierto grado de debate y reconfiguración"Según su análisis, el primer cambio clave residirá en la automatización de tareas repetitivas y administrativas, lo cual permitirá que los trabajadores dediquen más tiempo a labores creativas. Por otro lado, habrá mayor productividad en sectores como la educación y la salud gracias a las herramientas de personalización, aunque esto podría ser un alma de doble filo. Si no se gestiona el acceso equitativo a la tecnología, se podrían ampliar gravemente las desigualdades existentes y las brechas socioeconómicas entre la población, así que también conlleva un gran riesgo.Por ello, el que fuera socio hasta hace unos años de Elon Musk, del que ahora mismo echa pestes, no tiene la menor duda de que la inteligencia artificial obligará a replantear cómo se distribuye la riqueza y las oportunidades. Históricamente, avances tecnológicos como la Revolución Industrial impulsaron el desarrollo de sistemas como la seguridad social, y ahora necesitaríamos mecanismos similares actualizados. Estos son los aspectos más destacados de su planteamiento:Regulación adaptable: defiende marcos legales flexibles que evolucionen junto con la tecnología, evitando normas rígidas que obstaculicen la innovación.Gobernanza colaborativa: aboga por diálogos entre gobiernos, empresas y sociedad civil para diseñar políticas inclusivas.Énfasis en la equidad: propone canalizar los beneficios de la IA hacia comunidades vulnerables, citando ejemplos como herramientas de diagnóstico médico en zonas remotas.A pesar de que se mantiene optimista, Sam Altman reconoce perfectamente los riesgos a los que nos enfrentamos, como que la IA podría concentrar poder en pocas manos o exacerbar sesgos existentes si no se controla. No obstante, también ve suficiente potencial par acelerar descubrimientos científicos mediante el análisis de grandes volúmenes de datos, mejorar servicios públicos con sistemas predictivos en áreas como transporte o gestión energética, y fomentar una economía donde el valor se mida más por contribuciones creativas que por horas trabajadas.Para el director ejecutivo de OpenAI, quien ha llevado a ChatGPT a dominar el campo de la inteligencia artificial, la IA no es solo una herramienta tecnológica, sino un catalizador de cambios sociales profundos. La reconfiguración del contrato social implicará equilibrar innovación con protección, asegurando que los frutos de la IA beneficien a toda la humanidad y la tecnología sirva como un puente hacia un futuro más inclusivo para todos.El artículo Sam Altman, CEO de OpenAI, habla del futuro después de la IA: "Toda la estructura de la sociedad cambiará" fue publicado originalmente en Andro4all.

Feb 19, 2025 - 14:03
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Sam Altman, CEO de OpenAI, habla del futuro después de la IA: "Toda la estructura de la sociedad cambiará"

Desde hace años, Sam Altman ha expresado abiertamente sus principales preocupaciones sobre los riesgos de la IA, reconociendo su potencial destructivo si no se maneja adecuadamente. Durante su participación en la última Cumbre Global AI for Good, celebrada en febrero de 2024, el CEO de OpenAI analizó detalladamente el panorama actual y las proyecciones evolutivas de la inteligencia artificial, profundizando en su influencia socioeconómica, los marcos regulatorios necesarios y los dilemas éticos vinculados a su rápido avance.

La IA cambia las reglas del juego: un nuevo contrato social

El papel de Altman como director ejecutivo de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT que fundó hace ya 10 años junto a Elon Musk, ha conseguido que su opinión sea una de las más influyentes en el mundo de la inteligencia artificial. Bajo su punto de vista, el desarrollo de la IA podría exigir una revisión profunda del contrato social tradicional, pues a medida que se transforme la economía, el empleo y las dinámicas de poder, las estructuras sociales actuales deberán adaptarse para garantizar equidad y estabilidad.

El empresario y programador estadounidense, que a día de hoy es una figura de primer orden en Silicon Valley, prevé que la IA eliminará categorías enteras de empleos, modificará la naturaleza de muchos otros y creará nuevas oportunidades. Sin embargo, destaca que este proceso no será algo abrupto, sino gradual, lo que permitirá debates sobre cómo redistribuir recursos y proteger a los trabajadores. Precisamente, en este punto es donde surgen propuestas como la renta básica universal, que Altman considera viable para compensar desplazamientos laborales.

"A largo plazo, espero que sea necesario algún cambio en el contrato social, dado lo poderosa que esperamos que sea esta tecnología. No creo que no haya empleos, siempre encontramos cosas nuevas que hacer; pero sí creo que toda la estructura de la sociedad en sí misma cambiará y estará sujeta a cierto grado de debate y reconfiguración"

Según su análisis, el primer cambio clave residirá en la automatización de tareas repetitivas y administrativas, lo cual permitirá que los trabajadores dediquen más tiempo a labores creativas. Por otro lado, habrá mayor productividad en sectores como la educación y la salud gracias a las herramientas de personalización, aunque esto podría ser un alma de doble filo. Si no se gestiona el acceso equitativo a la tecnología, se podrían ampliar gravemente las desigualdades existentes y las brechas socioeconómicas entre la población, así que también conlleva un gran riesgo.

Por ello, el que fuera socio hasta hace unos años de Elon Musk, del que ahora mismo echa pestes, no tiene la menor duda de que la inteligencia artificial obligará a replantear cómo se distribuye la riqueza y las oportunidades. Históricamente, avances tecnológicos como la Revolución Industrial impulsaron el desarrollo de sistemas como la seguridad social, y ahora necesitaríamos mecanismos similares actualizados. Estos son los aspectos más destacados de su planteamiento:

  • Regulación adaptable: defiende marcos legales flexibles que evolucionen junto con la tecnología, evitando normas rígidas que obstaculicen la innovación.
  • Gobernanza colaborativa: aboga por diálogos entre gobiernos, empresas y sociedad civil para diseñar políticas inclusivas.
  • Énfasis en la equidad: propone canalizar los beneficios de la IA hacia comunidades vulnerables, citando ejemplos como herramientas de diagnóstico médico en zonas remotas.

A pesar de que se mantiene optimista, Sam Altman reconoce perfectamente los riesgos a los que nos enfrentamos, como que la IA podría concentrar poder en pocas manos o exacerbar sesgos existentes si no se controla. No obstante, también ve suficiente potencial par acelerar descubrimientos científicos mediante el análisis de grandes volúmenes de datos, mejorar servicios públicos con sistemas predictivos en áreas como transporte o gestión energética, y fomentar una economía donde el valor se mida más por contribuciones creativas que por horas trabajadas.

Para el director ejecutivo de OpenAI, quien ha llevado a ChatGPT a dominar el campo de la inteligencia artificial, la IA no es solo una herramienta tecnológica, sino un catalizador de cambios sociales profundos. La reconfiguración del contrato social implicará equilibrar innovación con protección, asegurando que los frutos de la IA beneficien a toda la humanidad y la tecnología sirva como un puente hacia un futuro más inclusivo para todos.

El artículo Sam Altman, CEO de OpenAI, habla del futuro después de la IA: "Toda la estructura de la sociedad cambiará" fue publicado originalmente en Andro4all.