Corea del Sur y Taiwán se preparan para los aranceles a los chips: simulaciones de impacto, inversiones récord y diplomacia

En los últimos días, dos países asiáticos de los semiconductores han tomado caminos muy distintos para responder a las presiones externas desde Estados Unidos, concretamente por sus aranceles. Por un lado, Taiwán ha optado por un enfoque diplomático, preparando simulaciones de impacto económico y abogando por conversaciones directas con Washington. Mientras tanto, Corea del Sur ha metido la directa y ha aumentado su inversión pública en el sector de los chips a niveles récord, con la vista puesta en mantener su liderazgo global frente a rivales cada vez más fuertes. Así es como Taiwán y Corea del Sur preparan sus estrategias para cuando Trump lance sus aranceles la semana que viene.

Ambos países tienen intereses parecidos, pero formas muy distintas. Por ejemplo, TSMC va a invertir 165.000 millones y recibirá otros tantos en subsidios, pero en cambio, Samsung y SK Hynix están paralizando sus inversiones, o al menos, ralentizándolas, según parece, hasta nuevo aviso.

Taiwán y Corea del Sur toman dos caminos distintos motivados por los intereses y posicionamiento de sus empresas

Primero, el caso de Taiwán, que se enfrenta a la amenaza de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos.

El ministro de Economía taiwanés, Kuo Jyh-huei, dejó claro que el gobierno no se va a quedar de brazos cruzados:

"En cuanto a la posible cuantía de los aranceles, por supuesto, realizaremos simulaciones".

La estrategia de la isla parece clara: analizar todas las consecuencias que estén en sus manos y, sobre todo, evitar el choque directo con Estados Unidos. Y es que, aunque hay tensión, también hay cooperación.

"En cuanto al tema de los aranceles, nos esforzaremos al máximo por comunicarnos con la parte estadounidense".

Para Kuo, la clave está en mantener un terreno de juego justo y recordar que las cadenas de suministro de ambos países están interconectadas, no enfrentadas.

"Los sectores de chips de Taiwán y Estados Unidos son complementarios", dijo.

Corea del Sur saca la cartera y responderá a Trump con más inversión interna en su país

En cambio, Corea del Sur ha optado por otro enfoque. Lejos de medir los posibles daños, lo que ha hecho es reforzar el músculo financiero de su industria. El gobierno anunció que el paquete de apoyo al sector de los chips crece hasta los 33 billones de wones (más de 23.000 millones de dólares), superando por mucho el plan del año pasado. ¿El motivo? Responder al contexto internacional incierto y a una competencia china cada vez más agresiva, mandando un mensaje claro a Trump..

A eso hay que sumarle que el fondo de asistencia directa a empresas del sector también se amplía, subiendo a 20 billones de wones. Esto significa que no solo habrá más dinero, sino que estará más a mano para ayudar a las compañías a capear los altos costos de producción.

La apuesta tiene todo el sentido si se considera que Corea del Sur es el hogar de los gigantes tecnológicos como Samsung y SK Hynix. Aunque son líderes en memoria, saben que hay terreno que recuperar en áreas como el diseño de chips o la fabricación por encargo, donde otros competidores, como Micron, les han tomado la delantera.

Con estas dos estrategias tan diferentes, Asia, con Corea del Sur y Taiwán vuelve a demostrar que el juego de los semiconductores no se trata solo de tecnología, sino también de política, visión a largo plazo y maniobra geoestratégica, más si cabe con Trump al mando y los aranceles a la vuelta de la esquina.

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