Descubrieron de dónde venía el mito de que ver la tele de cerca era malo. Y la preocupación tenía sentido
Si hay una "frase de madre" que ha sido recurrente durante décadas, y especialmente cuando los televisores CRT dominaban la Tierra, esa ha sido la de que estábamos sentados demasiado cerca del televisor, que parecía que queríamos "comernos la pantalla" y nos íbamos a perjudicar la vista. Y de hecho es algo que sigue sucediendo hoy, aunque en menor medida gracias a que los tamaños y resoluciones de las teles han crecido enormemente y en general no es necesario sentarse tan cerca para poder apreciar los detalles de la imagen. Sin embargo, esas madres de antaño que nos avisaban amorosamente para retirarnos de la pantalla no estaban desvariando y sus preocupaciones tenían ciertos fundamentos que quizá nunca conocieron realmente, pero que fueron muy reales. ¿De donde viene este mito? En Xataka Smart Home Comprar la tele más grande que quepa en el salón no siempre es la mejor opción: inconvenientes de tener un modelo demasiado grande No es una leyenda urbana: el origen del mito Imagen. PxHere Este saber popular de que sentarse muy cerca de la tele era perjudicial para la salud se remonta casi a los orígenes de estos aparatos en el ámbito doméstico, allá por la década de 1960, cuando General Electric (GE) vendió algunos modelos a color de última generación que emitían cantidades excesivas de radiación, hasta 100.000 veces más de lo que las autoridades sanitarias federales de la época consideraban seguro. GE reparó los televisores defectuosos, que fueron cerca de 90.000 según podemos leer en esta crónica de la época publicada en el Desert Sun, y fue El Centro Nacional de Salud Radiológica en Rockville, Md. el que instó a los clientes a revisar si tenían una de estas teles y ponerse en contacto con el servicio técnico para repararlo. Según las pruebas que hicieron por entonces, los usuarios que se sentaban directamente bajo la tele un total acumulado de 40 horas podrían recibir suficiente radiación en cualquier parte del cuerpo para hacer que la piel se enrojeciera causando dolor. Además, comprobaron que la radiación estaba dirigida hacia el suelo y no hacia el espectador, por lo que quienes tenían la tele directamente en el suelo no parecían verse afectados. Como vemos, el origen del mito se debió a un caso muy puntual de hace más de 50 años y, aunque las emisiones radiactivas no son un problema con los televisores fabricados después de 1968 incluidas las pantallas CRT, de plasma, LCD y OLED actuales, sentarse demasiado cerca de la tele no sigue siendo una buena idea y de hecho puede afectar a nuestra salud. Por ejemplo, según el Dr. Lee Duffner, de la Academia Estadounidense de Oftalmología, ver pantallas de televisión muy cerca "no causará ningún daño físico a los ojos". Sin embargo, añade que ver mucha televisión sin duda puede causar fatiga visual, especialmente para quienes se sientan muy cerca o miran desde ángulos extraños. ¿Es esto verdad? Sentarse muy cerca de la tele: ventajas e inconvenientes En anteriores ocasiones hemos comentado las ventajas e inconvenientes de sentarse muy cerca de la tele, llegando a la conclusión de que efectivamente puede llegar a ser perjudicial para la salud si lo hacemos muchas horas al día, pero no debido a las radiaciones, sino más bien por las fatigas musculares variadas que puede ocasionar. El problema básico con una tele demasiado grande es que, a partir de un ángulo de visión de 60 grados empezamos a perder percepción cromática y a los 124 grados se deja de ver bien con los dos ojos, por lo que hay asociaciones como la Society of Motion Picture & Television Engineers (SMPTE) que proponen considerar un ángulo de visionado óptimo de 30 grados. Esto nos restringe el tamaño máximo del televisor que debemos instalar en casa y en su caso la distancia de visualización mínima, en un intento por reducir el denominado como efecto o problema del "partido de tenis", que básicamente consiste en tener que estar moviendo la cabeza constantemente para apreciar todas las partes de la imagen. Es decir, si nos sentamos demasiado cerca o la pantalla es demasiado grande con respecto a nuestra posición de visionado, el no poder abarcar la pantalla entera de un solo vistazo puede llegar a ocasionar a la larga molestias en los músculos del cuello y espalda así como un exceso de acomodación en los ojos, que según algunos especialistas médicos puede desembocar en síntomas como escozor o visión borrosa que lógicamente empeoran con el tiempo de utilización de las pantallas. ¿Qué distancia sería entonces la óptima? Pues la regla general es que la distancia mínima de visionado para contenidos y usos generalistas sea de tres veces la altura del televisor o 1,6 veces la diagonal de una pantalla 16:9. Así, para distancias de menos de 2 metros sería recomendable un tamaño de hasta 50

Si hay una "frase de madre" que ha sido recurrente durante décadas, y especialmente cuando los televisores CRT dominaban la Tierra, esa ha sido la de que estábamos sentados demasiado cerca del televisor, que parecía que queríamos "comernos la pantalla" y nos íbamos a perjudicar la vista.
Y de hecho es algo que sigue sucediendo hoy, aunque en menor medida gracias a que los tamaños y resoluciones de las teles han crecido enormemente y en general no es necesario sentarse tan cerca para poder apreciar los detalles de la imagen.
Sin embargo, esas madres de antaño que nos avisaban amorosamente para retirarnos de la pantalla no estaban desvariando y sus preocupaciones tenían ciertos fundamentos que quizá nunca conocieron realmente, pero que fueron muy reales. ¿De donde viene este mito?
No es una leyenda urbana: el origen del mito
Este saber popular de que sentarse muy cerca de la tele era perjudicial para la salud se remonta casi a los orígenes de estos aparatos en el ámbito doméstico, allá por la década de 1960, cuando General Electric (GE) vendió algunos modelos a color de última generación que emitían cantidades excesivas de radiación, hasta 100.000 veces más de lo que las autoridades sanitarias federales de la época consideraban seguro.
GE reparó los televisores defectuosos, que fueron cerca de 90.000 según podemos leer en esta crónica de la época publicada en el Desert Sun, y fue El Centro Nacional de Salud Radiológica en Rockville, Md. el que instó a los clientes a revisar si tenían una de estas teles y ponerse en contacto con el servicio técnico para repararlo.
Según las pruebas que hicieron por entonces, los usuarios que se sentaban directamente bajo la tele un total acumulado de 40 horas podrían recibir suficiente radiación en cualquier parte del cuerpo para hacer que la piel se enrojeciera causando dolor. Además, comprobaron que la radiación estaba dirigida hacia el suelo y no hacia el espectador, por lo que quienes tenían la tele directamente en el suelo no parecían verse afectados.
Como vemos, el origen del mito se debió a un caso muy puntual de hace más de 50 años y, aunque las emisiones radiactivas no son un problema con los televisores fabricados después de 1968 incluidas las pantallas CRT, de plasma, LCD y OLED actuales, sentarse demasiado cerca de la tele no sigue siendo una buena idea y de hecho puede afectar a nuestra salud.
Por ejemplo, según el Dr. Lee Duffner, de la Academia Estadounidense de Oftalmología, ver pantallas de televisión muy cerca "no causará ningún daño físico a los ojos". Sin embargo, añade que ver mucha televisión sin duda puede causar fatiga visual, especialmente para quienes se sientan muy cerca o miran desde ángulos extraños. ¿Es esto verdad?
Sentarse muy cerca de la tele: ventajas e inconvenientes
En anteriores ocasiones hemos comentado las ventajas e inconvenientes de sentarse muy cerca de la tele, llegando a la conclusión de que efectivamente puede llegar a ser perjudicial para la salud si lo hacemos muchas horas al día, pero no debido a las radiaciones, sino más bien por las fatigas musculares variadas que puede ocasionar.
El problema básico con una tele demasiado grande es que, a partir de un ángulo de visión de 60 grados empezamos a perder percepción cromática y a los 124 grados se deja de ver bien con los dos ojos, por lo que hay asociaciones como la Society of Motion Picture & Television Engineers (SMPTE) que proponen considerar un ángulo de visionado óptimo de 30 grados.
Esto nos restringe el tamaño máximo del televisor que debemos instalar en casa y en su caso la distancia de visualización mínima, en un intento por reducir el denominado como efecto o problema del "partido de tenis", que básicamente consiste en tener que estar moviendo la cabeza constantemente para apreciar todas las partes de la imagen.
Es decir, si nos sentamos demasiado cerca o la pantalla es demasiado grande con respecto a nuestra posición de visionado, el no poder abarcar la pantalla entera de un solo vistazo puede llegar a ocasionar a la larga molestias en los músculos del cuello y espalda así como un exceso de acomodación en los ojos, que según algunos especialistas médicos puede desembocar en síntomas como escozor o visión borrosa que lógicamente empeoran con el tiempo de utilización de las pantallas.

¿Qué distancia sería entonces la óptima? Pues la regla general es que la distancia mínima de visionado para contenidos y usos generalistas sea de tres veces la altura del televisor o 1,6 veces la diagonal de una pantalla 16:9.
Así, para distancias de menos de 2 metros sería recomendable un tamaño de hasta 50 pulgadas, las 55 pulgadas quedan reservadas para distancias de 2,1 metros, las 65 pulgadas son recomendables para unos 2,5 metros y si queremos meter 75 o más pulgadas deberíamos tener por lo menos 2,9 metros de distancia entre la pantalla y nuestra posición habitual en la sala.
No obstante, si nuestro uso no es todoterreno (es decir no vemos programas variados, videojuegos, noticias, series, noticias, etc.) y el principal destino de tu televisor es ver películas de forma ocasional, podemos tomar en consideración las recomendaciones de la empresa THX, que es la que estipula el estándar de audio y vídeo para algunas salas de cine (conocida como certificación THX), y acercarnos un poco más a la pantalla.
THX señala que el ángulo de visionado perfecto para contenido en alta definición para una inmersión total es del de 40 grados, por lo que para calcular la distancia ideal de nuestro televisor deberemos multiplicar su diagonal por 1,2.
Más información | UCR | ScientificAmerican | The New York Times
Imagen portada | Creada con ChatGPT
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La noticia
Descubrieron de dónde venía el mito de que ver la tele de cerca era malo. Y la preocupación tenía sentido
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Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
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