EEUU estaba preparado para la destrucción total en la Guerra Fría. Este mapa para el apocalipsis nuclear lo ilustra
El lanzamiento de las bombas atómicas de Nagasaki e Hiroshima fue un punto de inflexión. Prácticamente, marcó el final de la Segunda Guerra Mundial a la vez que inició una Guerra Fría en la que Estados Unidos y Rusia se dejaron llevar por el éxtasis nuclear. Las dos potencias se enfrascaron en una carrera nuclear sin control, pero no es que desarrollaran bombas a lo loco: también había listas de objetivos enemigos. Y en un mapa interactivo elaborado por Future of Life podemos ver unos 1.000 objetivos a los que Estados Unidos lanzaría una bomba nuclear. Pero había muchos más. El mapa. En 2015 se desclasificó un estudio del Comando Aéreo Estratégico de Estados Unidos -SAC- que mostraba un millar de objetivos potenciales en caso de guerra nuclear. Si esta posibilidad voló sobre las cabezas de algunos con la reciente guerra de Ucrania, imagina el escenario en una Guerra Fría en la que se podía tener la sensación de que el enemigo podía apretar el “botón” en cualquier momento. Son más de 800 páginas en las que se detallan los objetivos de esos bombardeos estratégicos con armas nucleares para borrar cualquier presencia enemiga. En el mapa del Archivo de la Universidad George Washington podemos no sólo apreciar algunos de los principales objetivos, sino los objetivos secundarios de cada uno de ellos. Por ejemplo, si seleccionamos Berlín, podemos ver la lista de objetivos y consecuencias de ese estudio de 1956. Más allá de las ciudades, otra prioridad eran los aeródromos, claves para un contraataque soviético, concretamente los ubicados en Bielorrusia. En Xataka Las 10 explosiones nucleares más grandes de la historia, en un impresionante gráfico Borrando Europa del Este. Al margen de los objetivos militares como bases, puntos estratégicos y aeródromos, la listaincluye más de 1.200 ciudades del bloque soviético. Es donde podemos ver que se reúnen más puntitos en el mapa de Future of Life y van desde ciudades de la Alemania Oriental hasta China. La de Moscú caería en la Plaza Roja, directamente (y en este mapa podemos ver el impacto de diferentes bombas en cualquier ciudad). El gigante asiático, luchara o no junto al bloque soviético en caso de guerra, fue algo que no importó al SAC. Los trató como hostiles, seleccionando objetivos militares, pero también la capital Pekín. Y algo que tienen en común varias de las ciudades bombardeadas es que el SAC ya asumía objetivos de “población”. Las bombas. El plan estaba bien montado porque no sólo había una lista de objetivos, sino también el tipo de armamento que se utilizaría. Emplearían una combinación de armas atómicas y termonucleares con rendimientos de entre 1,6 a 15 megatones. Lejos de los 50 megatones de la Bomba del Zar soviética, pero mucho más que los 16 kilotones de Little Boy y los 21 kilotones de Fat Man, que causaron estragos en Hiroshima y Nagasaki, respectivamente. La megabomba. Hemos hablado de la Bomba del Zar, o Tsar Bomba, y en Estados Unidos también se hablaba de ella en 1956. No sólo es la bomba que ha causado la explosión nuclear más grande hasta ahora, sino que era 3.000 veces más potente que ‘Little Boy’. Los rusos tenían esa bomba y Estados Unidos quería una igual. En el material desclasificado, se detalla cómo el SAC quería una bomba de 60 megatones. No sólo lo identificaron como algo clave de cara a ser tremendamente disuasorio sino que, en caso de ataque sorpresa soviético, podrían lanzarla en un punto estratégico para “asegurar resultados significativos incluso con una fuerza muy reducida”. En ese extasis nuclear, el físico nuclear Edward Teller (”padre” de la bomba H) propuso disositivos de 1.000 metatones y hasta de 10 gigatoneladas. 10 gigatoneladas equivale al poder explosivo 670.000 veces mayor que el de la bomba de Hiroshima. Menos mal que no lo hicieron, ya que afirmó que “contaminaría la Tierra”. Al final, EEUU no llegó a desarrollar una bomba tan monstruosa. Tampoco la de 60 megatones que quería el SAC. Y los medios. Y, dentro del plan, también se concretó cómo se lanzarían las bombas. Había dos sistemas: para el de entrega por bombarderos B-47, Estados Unidos utilizaría sus bases en Reino Unido, Marruecos y España. También emplearían los B-52 desde EEUU, aunque estaban empezando su recorrido. Para el sistema de misiles, se cargarían las ojivas en los misiles Snark, Rascal, Cross Bow y en IRBM. El primero fue un fracaso en las pruebas y la gran prioridad del presidente Eisenhower eran los IRBM. Estos misiles balísticos de alcance intermedio proyectaban alcances de hasta 2.700 kilómetros y la idea era desplegarlos y lanzarlos desde Reino Unido. En Xataka Hay gente que cree que las bombas atómicas no existen y nunca se lanzaron: bi

El lanzamiento de las bombas atómicas de Nagasaki e Hiroshima fue un punto de inflexión. Prácticamente, marcó el final de la Segunda Guerra Mundial a la vez que inició una Guerra Fría en la que Estados Unidos y Rusia se dejaron llevar por el éxtasis nuclear. Las dos potencias se enfrascaron en una carrera nuclear sin control, pero no es que desarrollaran bombas a lo loco: también había listas de objetivos enemigos.
Y en un mapa interactivo elaborado por Future of Life podemos ver unos 1.000 objetivos a los que Estados Unidos lanzaría una bomba nuclear. Pero había muchos más.

El mapa. En 2015 se desclasificó un estudio del Comando Aéreo Estratégico de Estados Unidos -SAC- que mostraba un millar de objetivos potenciales en caso de guerra nuclear. Si esta posibilidad voló sobre las cabezas de algunos con la reciente guerra de Ucrania, imagina el escenario en una Guerra Fría en la que se podía tener la sensación de que el enemigo podía apretar el “botón” en cualquier momento.
Son más de 800 páginas en las que se detallan los objetivos de esos bombardeos estratégicos con armas nucleares para borrar cualquier presencia enemiga. En el mapa del Archivo de la Universidad George Washington podemos no sólo apreciar algunos de los principales objetivos, sino los objetivos secundarios de cada uno de ellos.

Por ejemplo, si seleccionamos Berlín, podemos ver la lista de objetivos y consecuencias de ese estudio de 1956. Más allá de las ciudades, otra prioridad eran los aeródromos, claves para un contraataque soviético, concretamente los ubicados en Bielorrusia.
Borrando Europa del Este. Al margen de los objetivos militares como bases, puntos estratégicos y aeródromos, la listaincluye más de 1.200 ciudades del bloque soviético. Es donde podemos ver que se reúnen más puntitos en el mapa de Future of Life y van desde ciudades de la Alemania Oriental hasta China. La de Moscú caería en la Plaza Roja, directamente (y en este mapa podemos ver el impacto de diferentes bombas en cualquier ciudad).

El gigante asiático, luchara o no junto al bloque soviético en caso de guerra, fue algo que no importó al SAC. Los trató como hostiles, seleccionando objetivos militares, pero también la capital Pekín. Y algo que tienen en común varias de las ciudades bombardeadas es que el SAC ya asumía objetivos de “población”.

Las bombas. El plan estaba bien montado porque no sólo había una lista de objetivos, sino también el tipo de armamento que se utilizaría. Emplearían una combinación de armas atómicas y termonucleares con rendimientos de entre 1,6 a 15 megatones. Lejos de los 50 megatones de la Bomba del Zar soviética, pero mucho más que los 16 kilotones de Little Boy y los 21 kilotones de Fat Man, que causaron estragos en Hiroshima y Nagasaki, respectivamente.
La megabomba. Hemos hablado de la Bomba del Zar, o Tsar Bomba, y en Estados Unidos también se hablaba de ella en 1956. No sólo es la bomba que ha causado la explosión nuclear más grande hasta ahora, sino que era 3.000 veces más potente que ‘Little Boy’.
Los rusos tenían esa bomba y Estados Unidos quería una igual. En el material desclasificado, se detalla cómo el SAC quería una bomba de 60 megatones. No sólo lo identificaron como algo clave de cara a ser tremendamente disuasorio sino que, en caso de ataque sorpresa soviético, podrían lanzarla en un punto estratégico para “asegurar resultados significativos incluso con una fuerza muy reducida”.
En ese extasis nuclear, el físico nuclear Edward Teller (”padre” de la bomba H) propuso disositivos de 1.000 metatones y hasta de 10 gigatoneladas. 10 gigatoneladas equivale al poder explosivo 670.000 veces mayor que el de la bomba de Hiroshima. Menos mal que no lo hicieron, ya que afirmó que “contaminaría la Tierra”. Al final, EEUU no llegó a desarrollar una bomba tan monstruosa. Tampoco la de 60 megatones que quería el SAC.
Y los medios. Y, dentro del plan, también se concretó cómo se lanzarían las bombas. Había dos sistemas: para el de entrega por bombarderos B-47, Estados Unidos utilizaría sus bases en Reino Unido, Marruecos y España. También emplearían los B-52 desde EEUU, aunque estaban empezando su recorrido.
Para el sistema de misiles, se cargarían las ojivas en los misiles Snark, Rascal, Cross Bow y en IRBM. El primero fue un fracaso en las pruebas y la gran prioridad del presidente Eisenhower eran los IRBM. Estos misiles balísticos de alcance intermedio proyectaban alcances de hasta 2.700 kilómetros y la idea era desplegarlos y lanzarlos desde Reino Unido.
Destrucción Mutua Asegurada. Pero bueno, Estados Unidos tenía su plan de ataque al eje soviético, pero la URSS también tenía el suyo. En los planes soviéticos entraba la infraestructura militar occidental, los centros industriales y grandes ciudades tanto de EEUU como de sus aliados. Lo harían mediante bombas de hidrógeno, bombas tácticas que podían montar en torpedos y misiles lanzados desde plataformas móviles.
Pero aunque la lógica no pudo reinar en el desarrollo masivo de armamento, sí lo hizo el miedo y esa postura de ambos países de ‘MAD’, o ‘Destrucción Mutua Asegurada’ que marcaba que, si un país lanzaba un ataque nuclear, automáticamente el otro respondería con una fuerza proporcional. Esto llevó a que se realizaron amagos a lo largo de los años (como el despliegue de misiles estadounidenses en Turquía e Italia o la posterior Crisis de los Misiles de Cuba, pero afortunadamente no llegó a más.
Y qué pasa hoy. En 1986, los dos países llegaron al cenit de su arsenal nuclear y, a partir de ese momento, desmantelaron gran parte de su arsenal. La URSS llegó a tener más de 40.000 cabezas mientras que Estados Unidos alcanzó las 23.317, pero como decimos, diferentes pactos y esa tensión que se disipó con la caída del Muro de Berlín provocó que se deshicieran de gran parte de su arsenal.
El problema es que otros países -China- han desarrollado y se encuentran potenciando su propio arsenal nuclear, y estos últimos años hay una especie de nueva carrera nuclear. Uno de los tratados es el START III que limita el número de armas estratégicas que cada nación puede desplegar, algo de lo que Rusia se salió justo tras la invasión de Ucrania, y ese tratado expirará en 2026 y habrá que ver si se firma algo similar.
Mientras tanto, la que pide cabeza a las naciones con arsenal nuclear es… China.
-
La noticia
EEUU estaba preparado para la destrucción total en la Guerra Fría. Este mapa para el apocalipsis nuclear lo ilustra
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.