Que Starlink tenga en órbita muchos más satélites que sus rivales no tiene por qué ser una ventaja, de momento

En la carrera por conquistar el mercado de internet satelital, Starlink, la filial de SpaceX liderada por Elon Musk, lleva una ventaja evidente: una constelación de satélites en órbita que eclipsa a la de sus competidores. Con más de 7.000 satélites ya desplegados (y un plan para superar los 40,000), Starlink domina el cielo en términos de presencia. Pero, ¿es esto necesariamente una ventaja sostenible? Para tener cobertura global se necesitan unos 400 satélites LEO Los satélites LEO orbitan a altitudes bajas (entre 300 y 2,000 km), lo que significa que tienen un campo de visión limitado y se mueven rápidamente alrededor de la Tierra. Por ello, un solo satélite no puede proporcionar cobertura continua sobre una misma área. Para garantizar conectividad constante en cualquier lugar del mundo, se requiere una constelación de múltiples satélites que trabajen de manera sincronizada. Esto asegura que siempre haya al menos un satélite disponible sobre cada región. Para garantizar una cobertura global básica, se necesitan al menos entre 300 y 500 satélites LEO distribuidos uniformemente en diferentes órbitas. Esto asegura que siempre haya un satélite visible desde cualquier punto del planeta. En Xataka Móvil Lo mejor del 5G por satélite está por llegar. Las redes 5G NTN revolucionarán la conexión sin fronteras Para cubrir toda Europa con satélites LEO, se necesitaría una constelación de al menos 100 a 200 satélites dependiendo de varios factores técnicos y operativos. Esto incluye la altitud orbital, la capacidad de cada satélite y la densidad de usuarios. IRIS², la nueva constelación de satélites europea, será una constelación multiorbital de satélites compuesta por 290 satélites LEO y MEO que combina las ventajas de baja latencia y alta cobertura global. Más que suficiente para garantizar cobertura plena en Europa y parte de África entre otros territorios. Ya que Starlink y otras empresas satelitales tienen vocación para dar servicio en cualquier parte del mundo a todo tipo de usuarios, es lógico que necesiten de un mayor número de satélites, pero cifras tan altas como los 15.000 satélites planeados por otros rivales, son cruciales por otros motivos, pero no para ofrecer cobertura plena. El número de satélites necesario es proporcional al número de usuarios Una red más densa de satélites mejora la capacidad para mantener la baja latencia y manejar más tráfico simultáneamente reduciendo el riesgo de congestión en la red, incluso en áreas con alta demanda como Argentina, donde ya hubo problemas de saturación. A mayor número de usuarios o mayor demanda de ancho de banda (por ejemplo, en zonas urbanas), se necesitan más satélites para evitar congestión. Por tanto, como Starlink tiene grandes aspiraciones de contar con un gran volumen de usuarios repartidos por todo el mundo, necesita de un mayor número de satélites en órbita que garantice el buen servicio. Pero todos aquellos rivales con aspiraciones más modestas, como la europea IRIS², pueden plantearse despliegues más modestos y eficientes, ajustados a las necesidades de su público objetivo. IRIS², utiliza una configuración que combina diferentes tipos de órbitas para conseguir una cobertura completa con menos satélites, aunque sacrificando algo de latencia. Alta resiliencia La densidad de la constelación de Starlink hace que sea más resistente a interrupciones, como ciberataques o interferencias electrónicas, comparado con sistemas GEO que dependen de menos satélites. A diferencia de los satélites geoestacionarios (GEO) que permanecen fijos sobre un punto del ecuador, los satélites LEO orbitan la Tierra rápidamente, cubriendo cada uno de un área limitada de la superficie. Para garantizar una cobertura continua, mientras algunos satélites LEO pasan sobre una región, otros deben tomar su lugar, lo que requiere una constelación de múltiples unidades trabajando en conjunto Para lograr la capacidad de mantener niveles de servicio aceptables incluso cuando ocurren fallos en satélites individuales o interrupciones en partes del sistema, las principales constelaciones comerciales suelen incluir entre un 10% y un 20% de satélites adicionales como respaldo. En Xataka Móvil Starlink se ha hecho grande por lanzar satélites más baratos que cualquier rival. SpinLaunch promete ser más económico y eficiente Para garantizar alta resiliencia, el número debe incrementarse significativamente: Para una resiliencia moderada se necesitan entre 1.000 y 1.500 satélites, que proporcionan redundancia suficiente para mantener el servicio ante fallos de unidades individuales. Para alta resiliencia, entre 2.000 y 3.000 satélites, similar a lo planificado por el Proyecto Kuiper, permitiendo mantener niveles de servicio óptimos inclus

Abr 17, 2025 - 15:58
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Que Starlink tenga en órbita muchos más satélites que sus rivales no tiene por qué ser una ventaja, de momento

Que Starlink tenga en órbita muchos más satélites que sus rivales no tiene por qué ser una ventaja, de momento

En la carrera por conquistar el mercado de internet satelital, Starlink, la filial de SpaceX liderada por Elon Musk, lleva una ventaja evidente: una constelación de satélites en órbita que eclipsa a la de sus competidores.

Con más de 7.000 satélites ya desplegados (y un plan para superar los 40,000), Starlink domina el cielo en términos de presencia. Pero, ¿es esto necesariamente una ventaja sostenible?

Para tener cobertura global se necesitan unos 400 satélites LEO

Eutelsat OneWeb

Los satélites LEO orbitan a altitudes bajas (entre 300 y 2,000 km), lo que significa que tienen un campo de visión limitado y se mueven rápidamente alrededor de la Tierra. Por ello, un solo satélite no puede proporcionar cobertura continua sobre una misma área.

Para garantizar conectividad constante en cualquier lugar del mundo, se requiere una constelación de múltiples satélites que trabajen de manera sincronizada. Esto asegura que siempre haya al menos un satélite disponible sobre cada región.

Para garantizar una cobertura global básica, se necesitan al menos entre 300 y 500 satélites LEO distribuidos uniformemente en diferentes órbitas. Esto asegura que siempre haya un satélite visible desde cualquier punto del planeta.

Para cubrir toda Europa con satélites LEO, se necesitaría una constelación de al menos 100 a 200 satélites dependiendo de varios factores técnicos y operativos. Esto incluye la altitud orbital, la capacidad de cada satélite y la densidad de usuarios.

IRIS², la nueva constelación de satélites europea, será una constelación multiorbital de satélites compuesta por 290 satélites LEO y MEO que combina las ventajas de baja latencia y alta cobertura global. Más que suficiente para garantizar cobertura plena en Europa y parte de África entre otros territorios.

Ya que Starlink y otras empresas satelitales tienen vocación para dar servicio en cualquier parte del mundo a todo tipo de usuarios, es lógico que necesiten de un mayor número de satélites, pero cifras tan altas como los 15.000 satélites planeados por otros rivales, son cruciales por otros motivos, pero no para ofrecer cobertura plena.

El número de satélites necesario es proporcional al número de usuarios

Una red más densa de satélites mejora la capacidad para mantener la baja latencia y manejar más tráfico simultáneamente reduciendo el riesgo de congestión en la red, incluso en áreas con alta demanda como Argentina, donde ya hubo problemas de saturación.

A mayor número de usuarios o mayor demanda de ancho de banda (por ejemplo, en zonas urbanas), se necesitan más satélites para evitar congestión.

Por tanto, como Starlink tiene grandes aspiraciones de contar con un gran volumen de usuarios repartidos por todo el mundo, necesita de un mayor número de satélites en órbita que garantice el buen servicio.

Pero todos aquellos rivales con aspiraciones más modestas, como la europea IRIS², pueden plantearse despliegues más modestos y eficientes, ajustados a las necesidades de su público objetivo. IRIS², utiliza una configuración que combina diferentes tipos de órbitas para conseguir una cobertura completa con menos satélites, aunque sacrificando algo de latencia.

Alta resiliencia

Alta resiliencia frente a interrupciones

La densidad de la constelación de Starlink hace que sea más resistente a interrupciones, como ciberataques o interferencias electrónicas, comparado con sistemas GEO que dependen de menos satélites.

A diferencia de los satélites geoestacionarios (GEO) que permanecen fijos sobre un punto del ecuador, los satélites LEO orbitan la Tierra rápidamente, cubriendo cada uno de un área limitada de la superficie. Para garantizar una cobertura continua, mientras algunos satélites LEO pasan sobre una región, otros deben tomar su lugar, lo que requiere una constelación de múltiples unidades trabajando en conjunto

Para lograr la capacidad de mantener niveles de servicio aceptables incluso cuando ocurren fallos en satélites individuales o interrupciones en partes del sistema, las principales constelaciones comerciales suelen incluir entre un 10% y un 20% de satélites adicionales como respaldo.

Para garantizar alta resiliencia, el número debe incrementarse significativamente:

  • Para una resiliencia moderada se necesitan entre 1.000 y 1.500 satélites, que proporcionan redundancia suficiente para mantener el servicio ante fallos de unidades individuales.
  • Para alta resiliencia, entre 2.000 y 3.000 satélites, similar a lo planificado por el Proyecto Kuiper, permitiendo mantener niveles de servicio óptimos incluso ante fallos Múltiples o sectorizados.
  • Para resiliencia extrema se necesitan más de 5.000 satélites, como la constelación actual de Starlink, que proporciona capacidades de reorganización dinámica y redundancia masiva.

La propuesta de IRIS2 con más de 290 satélites en configuración híbrida (LEO, MEO y GEO) representa un enfoque alternativo que busca equilibrar la resiliencia con la eficiencia en el número de satélites.

Consideraciones ambientales y de seguridad

Alta resiliencia

El volumen sin precedentes de satélites Starlink en órbita plantea desafíos significativos para la seguridad y la gestión del tráfico espacial, especialmente en la congestionada órbita terrestre baja.

Mientras que la norma aceptada establece que los dispositivos satelitales en la órbita terrestre baja deben mantener una distancia superior a los 10 kilómetros entre sí para minimizar riesgos de colisión, varios equipos Starlink operan a apenas 5 kilómetros de distancia. Esta reducción de la separación parece ser una estrategia deliberada para maximizar el intercambio de datos mediante comunicaciones láser.

La presencia masiva de satélites Starlink está generando preocupaciones significativas en la comunidad científica, particularmente en el campo de la radioastronomía. Los nuevos satélites Starlink 'V2-mini' emiten una radiación electromagnética no intencionada (UEMR) que es 32 veces mayor que la de los modelos de primera generación. Esta interferencia representa un obstáculo considerable para investigaciones astronómicas cruciales.

Además, la constante necesidad de lanzar nuevos satélites para mantener la constelación activa genera preocupaciones sobre sostenibilidad orbital y posibles efectos ambientales.

Si el número de usuarios a los que pretende dar servicio cualquier constelación es comedido y las exigencias de resiliencia no son extremas, que Starlink tenga mayor número de satélites en órbita baja no tiene por qué traducirse en una mejora significativa del servicio de internet proporcionado desde el espacio de cualquiera de las emergentes nuevas empresas de satélites LEO. En cambio, Starlink no es tan estricta sobre la basura espacial generada.

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