Análisis de Assassin’s Creed Shadows – El mejor renacer posible de la Liga de Asesinos
Ha pasado mucho tiempo desde que la saga Assassin’s Creed, o más bien sus fans, pedía a…



Ha pasado mucho tiempo desde que la saga Assassin’s Creed, o más bien sus fans, pedía a gritos que Japón fuera una de las localizaciones de la franquicia. Y aunque ha costado, hasta el punto de que otras compañías se han adelantado a Ubisoft en lo que a priori debía ser referente, lo cierto es que por fin tenemos entre manos el juego que tanto estábamos esperando.
Es cierto que Assassin’s Creed Shadows ha estado envuelto de polémicas, una tal vez merecida y muchas otras completamente infundadas, pero de lo que no cabe duda es de que el juego puede suponer un antes y un después tanto para la franquicia como para Ubisoft.
Y en este escenario, resulta curioso que los diferentes retrasos hayan provocado que su fecha de lanzamiento sea correlativa para la propia franquicia. Y sí, en este análisis de Assassin’s Creed Shadows te voy a contar por qué el juego de Ubisoft es un ejemplo de la época del año que viven en tierras niponas: la floración de los Sakura.
Para ello, Ubisoft nos ha permitido probar el juego con bastante antelación, en primer lugar a través de NVIDIA GeForce Now y posteriormente a través de Xbox Series X, lo que ha servido para que podamos dedicar el tiempo que requiere un juego de este calibre.
Análisis de Assassin’s Creed Shadows
Una historia ¿de venganza?
La saga Assassin’s Creed siempre se ha caracterizado, al menos en sus inicios, por contar con un potente componente narrativo que lo convertía prácticamente en el núcleo de la experiencia. Y aunque esto siempre ha estado presente, lo cierto es que las últimas entregas de la franquicia han diluido un poco este aspecto, hasta el punto de que parecía que la historia que nos contaban servía un poco de excusa para lo que ocurría en pantalla. Aquí ocurre todo lo contrario.
Assassin’s Creed Shadows se ha construido en torno a la historia que nos quiere contar, y no tengo miedo a decir que probablemente nos encontremos ante una de las mejores historias de toda la franquicia. El juego está cimentado para que todo gire en torno al viaje de Naoe y Yasuke. Y sí, hablamos de la shinobi en primer lugar porque así es como precisamente está planeado en el juego.
Sin entrar en muchos detalles, Naoe y todo lo que ocurre en Iga, su pueblo natal, serán la llama que prendan la revolución que cambiará por completo Japón, y en la que encontraremos múltiples acompañantes, como Yasuke y otros personajes más secundarios. Pero es importante destacar que será el destino de la shinobi la que marque el devenir de la aventura.
Lo cierto es que Ubisoft ha logrado construir una historia con una carga emocional realmente fantástica. El honor, la belleza y la crueldad típicos de la Japón feudal están presente a lo largo de una historia que te estremecerá el alma en numerosos momentos, y que juega a la perfección con esa dualidad de protagonistas que ha ofrecido por primera vez en la saga desde Assassin’s Creed Syndicate.
Como muchos os habréis preguntado, sí, es necesario jugar con los dos personajes. Tanto Naoe como Yasuke cuentan con determinadas misiones en las que el protagonismo recae en uno de ellos, siendo imposible ser llevadas a cabo por el otro. No obstante, y para jolgorio de muchos, el mayor peso narrativo recae, como ya he comentado, en Naoe.
Durante el trayecto, el qué personaje controlar es totalmente opcional, salvo en los casos de misiones secundarias y otras actividades que requieren de uno de los dos personajes para poder ser completadas. Lo cierto es que esta variedad le sienta francamente bien al juego, especialmente por sus diferencias jugables.
La hoja de la sombra. La espada de la muerte
Hablando de la jugabilidad del título, Ubisoft ha apostado por ofrecer una experiencia completamente diferente en base al personaje que controlemos. Naoe, fiel a su complexión y a su camino del Shinobi, es un personaje pensado para explotar el sigilo al máximo. El añadido del gancho y de mecánicas como el agacharse favorece muchísimo esa experiencia sigilosa, algo que junto al diseño de niveles del juego hace que sea tremendamente satisfactorio.
En cambio, Yasuke es todo lo contrario a Naoe. Torpe al escalar, demasiado grande para esconderse, pero todo un tanque. El samurái está pensado para todos aquellos que quieran descargar su adrenalina, con combate donde una estocada de su espada restará una gran cantidad de vida a los adversarios, y donde podremos emplear armas como el Teppo o el arco, en contra de las dagas y shurikens de Naoe.
Esta diversidad jugable tiene una trascendencia mucho más grande de la que podía pensar en un primer momento, ya que dependiendo del escenario, será más recomendable optar por uno u otro personaje. Por ejemplo, en las misiones donde debemos acabar con un gran número de enemigos a campo abierto, Yasuke será la mejor opción. No solo por su poder más destructivo, sino también por contar con una resistencia mucho más elevada que Naoe, que morirá con apenas recibir un par de golpes.
Sobre este tema es preciso hablar en detalles de la inteligencia artificial de los enemigos. En Assassin’s Creed Shadows observamos una mejora considerable del funcionamiento de la IA enemiga, desapareciendo ese combate en el que los enemigos se turnaban en atacarte. Aquí son mucho más agresivos, y de hecho no es raro que haya ciertos tipos que busquen flanquearnos para atacarnos por la espalda.
Esto provoca que, como hemos dicho, el combate de frente con Naoe sea prácticamente un suicidio, aunque dependiendo de la situación también podremos salir bien airados con ella, algo que se debe al sistema de combate del juego. Al contrario que en otras entregas de la franquicia, las esquivas y bloqueos toman mayor importancia que nunca.
El juego cuenta con un sistema donde estas dos opciones son cruciales para acabar con nuestros enemigos en los enfrentamientos directos, acabando con esa experiencia machacabotones de otras entregas. Assassin’s Creed Shadows es desafiante, y requiere cierta estrategia para acabar con los enemigos. Y lo cierto es que es una gran noticia.
No obstante, el juego no es perfecto, especialmente por lo que arrastra la franquicia desde que dio el salto al RPG. El aspecto de los niveles marcará lo que podemos y no podemos hacer durante la aventura. A pesar de no contar con esa limitación de zonas que ya estuvo presente en otras entregas de la saga, lo cierto es que pelear a desnivel es misión casi imposible.
Hacer frente a enemigos que nos saquen más de 2 niveles es morir inmediatamente tras recibir un golpe. Y lo cierto es que es algo que frena tanto el desarrollo de la trama como la exploración. En mi caso personal, me he perdido mucho por los paisajes de Japón, y en alguna ocasión he acabado donde no debía por nivel, lo que ha desembocado en una muerte rápida (y muy dolora).
Eso sí, en lo que se refiere al desarrollo de la aventura, si vas completando contenido secundario no estarás en demasiados problemas, ya que al menos yo no me vi obligado a farmear salvo al principio de la aventura, cuando quise centrarme un poco en avanzar en las primeras misiones principales.
Un Japón muy vivo
Un aspecto importantísimo dentro de Assassin’s Creed Shadows es la construcción de su mundo. Lo cierto es que el equipo de Ubisoft ha puesto un mimo espectacular en recrear todos los escenarios de una Japón que automáticamente se ha convertido en mi localización favorita de toda la saga.
Los paisajes son simplemente espectaculares, y la recreación de los lugares emblemáticos o de las grandes ciudades del país del Sol naciente llegan incluso a quitarte el hipo. Aunque eso sí, no está exento de algunas posibles mejoras. Por ejemplo, echo en falta que los pueblos pequeños presenten una mayor variedad, ya que en algunas ocasiones tienes la sensación de estar atravesando el mismo pueblo que viste hace 400 metros.
Además, una cosa que tampoco me ha terminado de convencer es el diseño de los “campamentos enemigos”. Estos pueden ser efectivamente en un simple campamento, o estar situados cerca de un templo. Y aunque sus recompensas son interesantes, la forma de conseguirlas es altamente repetitiva. Tendremos que asesinar a un número concreto de Samuráis Daimyō, para posteriormente poder desbloquear y abrir el cofre que entraña la recompensa de la zona. Al final, cuando llevas unas horas, es algo que cae en la reiteración, y que podía haberse mejorado añadiendo diferentes objetivos.
¿Y qué ocurre con los temidos iconos? Pues que aquí no están. Empleando un sistema parecido al que ya pudimos ver en Star Wars Outlaws, Assassin’s Creed Shadows apuesta por la posibilidad (ya que se puede escoger antes de empezar la aventura) de no contar con un sistema clásico de iconos. En ese caso, tendremos que subir a lo alto de una torre, y desde ella observar los posibles puntos de interés que estarán marcados con un símbolo de interrogación.
Además, la mecánica de “investigación”, que se lleva a cabo pulsando LT, será fundamental para descubrir los secretos del mapa. Esta mecánica nos la presentan para encontrar rápidamente el objetivo de nuestra misión, pero también será crucial para saber donde están los tesoros, coleccionables y otros elementos que están esparcidos por el mundo del juego.
De hecho, también es algo que afecta a las misiones principales, gracias a a la mecánica de los exploradores. Al contrario que en otras entregas de la saga, algunas misiones, especialmente las que implican encontrar a alguien, no vienen marcadas en el mapa. En cambio, se apuesta por un sistema de “pistas” que debemos seguir para posteriormente mandar a nuestros exploradores a investigar una determinada zona. Si hemos seguido las pistas bien y el explorador está en el lugar correcto, entonces desbloquearemos el punto donde se encuentra nuestro objetivo.
En cambio, si no escogemos adecuadamente el punto, perderemos un explorador, y ya no podremos volver a utilizarlo hasta el próximo cambio de estación. Esto es algo fundamental, especialmente porque los exploradores también sirven para recoger recursos de las bases enemigas, y así tener materiales para nuestra Guarida.
Sinceramente, creo que es todo una cierto, ya que apuesta un poco más por esa navegación inmersiva que ya demostró Ghost of Tsushima en su día, en lugar de tener un mapa repleto de iconos sacan de quicio hasta al más completacionista.
Una guarida que tiene influencia en tu partida
La progresión de Assassin’s Creed Shadows no solo está delimitada al nivel de los personajes o al equipo que hayamos asignado. Que por cierto, hablando de los primeros, contaremos con un árbol de habilidades bastante amplio tanto para Yasuke como para Naoe. Para mejorar nuestro desempeño, la Guarida será un elemento fundamental en la partida.
Más allá del componente estético que presente, que ya te adelanto que es bastante grande, la composición de nuestra Guarida tiene influencia directa en determinados elementos del juego. Por ejemplo, tendremos que crear una herrería para poder mejorar nuestras armas y equipo, así como otras localizaciones que nos permitan mejorar la cantidad de exploradores que podremos ubicar en el mapa.
Por tanto, mejorar nuestra Guarida es algo necesario, y que además es perfecto para aquellos que quieren un rato más relajado que la historia principal del juego, con un componente que se parece especialmente a la Sala de los Menesteres de Hogwarts Legacy.
Las cuatro estaciones
A nivel gráfico, Assassin’s Creed Shadows presenta un nivel espectacular. La recreación del país es simplemente para quitarse el sombre, y la muchas veces te das cuenta que estás con la boca abierta mientras estás galopando a lomos de tu caballo. Y un elemento que favorece esa sensación es el sistema de clima dinámico del juego.
Cada pocas horas, el juego va cambiando de estación, pasando de las flores de cerezo de la primavera, a las hojas rojizas del otoño, con los campos verdes del verano de por medio. Esto le añade un nivel de profundidad fantástico, y que permite que los escenarios varíen de manera continua. Además, todos ellos presentan elementos que destacan aun más ese apartado gráfico.
Donde sí que veo algo mejorable es en los personajes. Las caras, tanto de los protagonistas como las del resto de personajes, acusan una cierta falta de detalle en algunos momentos. Diría que es algo irregular, ya que ha habido escenas donde Yasuke o Naoe lucían francamente impresionantes, pero también otras en las que veía un cierto efecto “de cera” en sus caras. No es demasiado acusado, pero al venir de portentos como Silent Hill 2 Remake o incluso de la demo de Expedition 33, se siente que podría estar algo más cuidado.
A nivel técnico, el juego funciona francamente bien. Como ya adelantamos en su día, en Xbox Series X|S nos encontramos con tres modos gráficos: rendimiento, calidad y equilibrado. En mi caso he optado por jugar en modo calidad, que apuesta por un ray tracing completo, una resolución 4K y 30 fps. En mi caso, no he tenido problemas de rendimiento, por lo que diría que el juego llega a muy buen nivel en este sentido.
También cabe hacer especial mención de las animaciones. Ubisoft ha puesto mucho empeño en traer las que probablemente sean las mejores de la saga, y no solo por ser de las más ágiles que hay (con Naoe), sino también porque son capaces de representar esa torpeza que alguien tan grande como Yasuke tendría en la vida real. Además, hay detalles realmente chulos, como por ejemplo el momento posterior al salir del agua, en el que por ejemplo Naoe trata de quitarse el agua de encima.
Además, los temibles bugs tampoco han hecho acto de presencia, más allá de una vez. El único problema que tuve durante mi partida fue que al ir con el caballo de repente sufrí un “tirón”, que me desplazó varios metros hacia delante de golpe. Lejos de eso, no he tenido ningún problema.
Y por último, cabe hablar de su doblaje. El juego ha llegado completamente doblado al castellano, aunque si me permitís la recomendación, deberíais optar por el modo inmersivo. En él, los personajes hablarán en el idioma nativo de los personajes, ya sea el japonés o el portugués, que son los que principalmente aparecen en el título. El nivel del doblaje en estos idiomas es francamente bueno, y te ayuda aun más en adentrarte en esa Japón feudal.
Conclusiones – Análisis de Assassin’s Creed Shadows
Ubisoft tenía el reto de conseguir que Assassin’s Creed Shadows fuera un juego redondo, tanto a nivel jugable como técnico. En mi opinión, estamos ante el mejor juego de la franquicia desde el salto al género RPG. A nivel narrativo está a la altura de los mejores de la saga, con una Naoe y un Yasuke que simplemente se comen la pantalla.
A nivel jugable, esa dualidad de poder optar por dos formas de jugar le sienta francamente bien, y es perfecto para convencer tanto a los jugadores más clásicos como a los que se han venido acostumbrando a la acción más directa de las últimas entregas.
Además, la apuesta por esa concepción del mundo más inmersiva es precisamente lo que le hacía falta a la saga, y es algo que yo mismo pedí en su día cuando analicé Star Wars Outlaws. Sinceramente, es todo un acierto la fórmula que han empleado, especialmente porque también mantienen la manera clásica para el que no busque este tipo de experiencia.
Y que hablar de la representación de Japón. Sinceramente, a pesar de que la hemos visto recreada en varias ocasiones en los últimos años, el mimo empleado por Ubisoft es capaz de quitarte el hipo. Tiene unos escenarios preciosos, un sistema climático fantástico y a nivel técnico funciona realmente estable.