El sabotaje de cables submarinos es un problema mundial. Acabamos de dar con la clave para encontrar al culpable: el sonido

En los últimos meses, una serie de “accidentes” en diferentes puntos del planeta han puesto a prueba lo que se creía que sería el mayor y más sofisticado servicio de internet del planeta. Nos referimos a los cables submarinos de comunicaciones, esas “hileras” kilométricas de fibra óptica que se han visto cortadas en lugares tan dispares como el Báltico o Taiwán. Había sospechosos habituales, pero a partir de ahora tendrán que pensarlo dos veces. La detección acústica. Lo contaba esta semana la BBC. En respuesta a los recientes ataques y daños a cables de telecomunicaciones submarinos en el mar Báltico, la OTAN y la Unión Europea han intensificado sus esfuerzos para proteger estas infraestructuras críticas, esenciales para el tráfico global de datos. ¿Cómo? Una de las tecnologías emergentes y posiblemente clave en este ámbito es la detección acústica a través de cables de fibra óptica, la cual permite monitorear en tiempo real actividades sospechosas en el lecho marino, como drones submarinos, buzos o embarcaciones arrastrando anclas deliberadamente. En 3D Juegos La Generación Z no puede pagar el alquiler, pero muy pronto será la generación más rica de la historia Cómo funciona. Empresas como AP Sensing y Optics11 han desarrollado sistemas que aprovechan las señales ópticas que viajan por los cables de fibra para detectar perturbaciones físicas en su entorno. Ante pequeños cambios en la temperatura, vibraciones o impactos sobre el cable, estos pueden ser registrados y analizados. Durante pruebas realizadas en el mar del Norte, la tecnología fue capaz de detectar la presencia de un buzo simplemente al tocar levemente el cable. También ha demostrado su eficacia al identificar el impacto de un ancla lanzada al agua y seguir el paso de embarcaciones sobre los cables. Es más, el sistema puede incluso calcular el tamaño y la dirección de un barco, correlacionando la información con datos de imágenes satelitales o registros de identificación automática (AIS), lo que proporciona una imagen más clara de posibles amenazas. Limitaciones y desafíos. A pesar de su potencial, esta tecnología también se enfrenta a varias limitaciones. Según David Webb, de la Universidad de Aston, los sensores de fibra óptica no pueden detectar perturbaciones a largas distancias. Para una cobertura efectiva, se requiere instalar dispositivos de escucha cada 100 km, lo que obviamente incrementa los costes y la complejidad operativa. AP Sensing asegura que su sistema puede captar vibraciones a cientos de metros de distancia, pero no más allá de varios kilómetros. Hay otro “pero”, y este radica en que, aunque los cables actuales están reforzados con metal y doble blindaje en ciertas zonas, un barco con un ancla pesada aún puede dañarlos de manera irreversible. Enterrar los cables en el lecho marino sería una solución, pero su alto coste y la dificultad técnica hacen que solo sea viable en zonas estratégicas. En Trendencias Los niños con mejores habilidades sociales tienen padres que hacen estas siete cosas Respuesta militar y geopolítica. Qué duda cabe, los repetidos incidentes han generado preocupación en la comunidad internacional. Como respuesta, la OTAN lanzó la misión “Baltic Sentry”, que patrulla la región con aviones, drones y buques de guerra para proteger la infraestructura submarina. Sin embargo, la supervisión física tiene limitaciones logísticas, lo que ha impulsado el interés por sistemas de seguimiento permanente como el de detección acústica en cables. El crecimiento de la demanda por esta tecnología es evidente. Empresas como Viavi Solutions han reportado un aumento en las solicitudes de implementación de estos sistemas. A medida que las amenazas contra cables submarinos crecen, la vigilancia y la detección temprana se están convirtiendo en una prioridad estratégica para gobiernos y empresas de telecomunicaciones. Lo que sí parece meridianamente claro es que esta nueva tecnología representa un avance crucial en la seguridad de las redes globales de telecomunicaciones, especialmente en un contexto donde los actos de sabotaje y espionaje submarino van en aumento. Sí, el alcance ahora mismo se limita a un máximo de 100 km, pero para las zonas en conflicto o bajo tensiones, debería ser más que suficiente una pequeña flota de estos sistemas en puntos estratégicos. Imagen | Collinpetty, IToldYa En Xataka Móvil | El corte en los cables submarinos que afectó a Europa apuntaba a Rusia. La última explicación es todavía más simple En Xataka Móvil | Los AirTags están ayudando a recuperar coches robados. Son tan útiles que la policía de EEUU ha empezado a regalarlos - La noticia El sabotaje de cables submarinos es un problema mundial. Acabamos de dar con la clave para encontrar al culpable: el sonido fue publicada o

Mar 19, 2025 - 18:24
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El sabotaje de cables submarinos es un problema mundial. Acabamos de dar con la clave para encontrar al culpable: el sonido

El sabotaje de cables submarinos es un problema mundial. Acabamos de dar con la clave para encontrar al culpable: el sonido

En los últimos meses, una serie de “accidentes” en diferentes puntos del planeta han puesto a prueba lo que se creía que sería el mayor y más sofisticado servicio de internet del planeta. Nos referimos a los cables submarinos de comunicaciones, esas “hileras” kilométricas de fibra óptica que se han visto cortadas en lugares tan dispares como el Báltico o Taiwán. Había sospechosos habituales, pero a partir de ahora tendrán que pensarlo dos veces.

La detección acústica. Lo contaba esta semana la BBC. En respuesta a los recientes ataques y daños a cables de telecomunicaciones submarinos en el mar Báltico, la OTAN y la Unión Europea han intensificado sus esfuerzos para proteger estas infraestructuras críticas, esenciales para el tráfico global de datos.

¿Cómo? Una de las tecnologías emergentes y posiblemente clave en este ámbito es la detección acústica a través de cables de fibra óptica, la cual permite monitorear en tiempo real actividades sospechosas en el lecho marino, como drones submarinos, buzos o embarcaciones arrastrando anclas deliberadamente.

Cómo funciona. Empresas como AP Sensing y Optics11 han desarrollado sistemas que aprovechan las señales ópticas que viajan por los cables de fibra para detectar perturbaciones físicas en su entorno. Ante pequeños cambios en la temperatura, vibraciones o impactos sobre el cable, estos pueden ser registrados y analizados.

Durante pruebas realizadas en el mar del Norte, la tecnología fue capaz de detectar la presencia de un buzo simplemente al tocar levemente el cable. También ha demostrado su eficacia al identificar el impacto de un ancla lanzada al agua y seguir el paso de embarcaciones sobre los cables. Es más, el sistema puede incluso calcular el tamaño y la dirección de un barco, correlacionando la información con datos de imágenes satelitales o registros de identificación automática (AIS), lo que proporciona una imagen más clara de posibles amenazas.

Limitaciones y desafíos. A pesar de su potencial, esta tecnología también se enfrenta a varias limitaciones. Según David Webb, de la Universidad de Aston, los sensores de fibra óptica no pueden detectar perturbaciones a largas distancias. Para una cobertura efectiva, se requiere instalar dispositivos de escucha cada 100 km, lo que obviamente incrementa los costes y la complejidad operativa. AP Sensing asegura que su sistema puede captar vibraciones a cientos de metros de distancia, pero no más allá de varios kilómetros.

Hay otro “pero”, y este radica en que, aunque los cables actuales están reforzados con metal y doble blindaje en ciertas zonas, un barco con un ancla pesada aún puede dañarlos de manera irreversible. Enterrar los cables en el lecho marino sería una solución, pero su alto coste y la dificultad técnica hacen que solo sea viable en zonas estratégicas.

Respuesta militar y geopolítica. Qué duda cabe, los repetidos incidentes han generado preocupación en la comunidad internacional. Como respuesta, la OTAN lanzó la misión “Baltic Sentry”, que patrulla la región con aviones, drones y buques de guerra para proteger la infraestructura submarina. Sin embargo, la supervisión física tiene limitaciones logísticas, lo que ha impulsado el interés por sistemas de seguimiento permanente como el de detección acústica en cables.

El crecimiento de la demanda por esta tecnología es evidente. Empresas como Viavi Solutions han reportado un aumento en las solicitudes de implementación de estos sistemas. A medida que las amenazas contra cables submarinos crecen, la vigilancia y la detección temprana se están convirtiendo en una prioridad estratégica para gobiernos y empresas de telecomunicaciones.

Lo que sí parece meridianamente claro es que esta nueva tecnología representa un avance crucial en la seguridad de las redes globales de telecomunicaciones, especialmente en un contexto donde los actos de sabotaje y espionaje submarino van en aumento. Sí, el alcance ahora mismo se limita a un máximo de 100 km, pero para las zonas en conflicto o bajo tensiones, debería ser más que suficiente una pequeña flota de estos sistemas en puntos estratégicos.

Imagen | Collinpetty, IToldYa

En Xataka Móvil | El corte en los cables submarinos que afectó a Europa apuntaba a Rusia. La última explicación es todavía más simple

En Xataka Móvil | Los AirTags están ayudando a recuperar coches robados. Son tan útiles que la policía de EEUU ha empezado a regalarlos

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La noticia El sabotaje de cables submarinos es un problema mundial. Acabamos de dar con la clave para encontrar al culpable: el sonido fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Miguel Jorge .