El cónclave del nuevo papa es el mejor ejemplo de aislamiento informativo: sin móviles hasta conocer el elegido
El Vaticano anunciaba ayer mismo el fallecimiento del papa Franscisco a los 88 años de edad, un suceso que da paso a la puesta en marcha del milenario mecanismo para elegir al que se convertirá en el nuevo papa de la Iglesia Católica. Nos referimos al cónclave, una reunión que concluirá con la famosa fumata blanca que anuncia que la Iglesia ya ha elegido al nuevo papa. El cónclave es un acontecimiento que genera una gran expectación, sobre todo por el secretismo que lo rodea: los cardenales participantes en la reunión se encierran en la Capilla Sixtina y solo salen cuando han elegido al nuevo papa, algo que en 1922 llevó cinco días. Para garantizar que no se produce ninguna filtración previa al ‘Habemus Papam’, la Iglesia toma una serie de medidas muy rigurosas. El objetivo principal es evitar la filtración de información Una vez en la Capilla Sixtina, los cardenales juran mantener secreto absoluto sobre todo lo que ocurre en el cónclave, así como no dejarse influenciar sobre posibles presiones externas. Una de las medidas más llamativas es que la comunicación con el exterior no está permitida por ninguna vía. Como es lógico, esta prohibición afecta directamente al móvil, cuyo uso está prohibido durante toda la duración del cónclave. En Xataka Móvil Antes de morir, el papa Francisco dejó una lección sobre el uso del móvil. Y una pregunta directa que nos pone frente al espejo La prohibición del uso del móvil no es algo nuevo: fue en 2005, durante el cónclave en el que se eligió al papa Benedicto XVI tras el fallecimiento del papa Juan Pablo II, cuando el Vaticano tomó por primera vez medidas para restringir el uso del smartphone. Eso sí, el móvil no es el único dispositivo en el punto de mira: la Capilla Sixtina es revisada a fondo en busca de micrófonos u otros dispositivos que puedan utilizarse para espiar lo que sucede en su interior. Por ahora no se conocen los detalles del protocolo de seguridad del nuevo cónclave, aunque es de esperar que las medidas sean, como mínimo, similares a las puestas en marcha durante los cónclaves de años anteriores. Si nos remontamos al año 2013, el Vaticano llegó incluso a instalar inhibidores de frecuencia en la Capilla Sixtina para evitar fugas de información, una estrategia que demuestra hasta dónde llega el afán por mantener en secreto lo que ocurre en el cónclave. Teniendo en cuenta el énfasis que el Vaticano pone en proteger todo lo que rodea a la reunión en la que la Iglesia elige al nuevo papa, las probabilidades de que se produzcan filtraciones de información son prácticamente nulas. De hecho, cualquiera que se salte las estrictas normas de seguridad de las que hablamos corre el riesgo de ser excomulgado de la Iglesia. Imagen de portada | Foto de Calvin Craig (Unsplash) En Xataka Móvil | Prohibir el móvil en clase parecía buena idea. Un nuevo estudio cuestiona los beneficios para la salud mental de los adolescentes En Xataka Móvil | Apagar el móvil en clase era el primer paso, el siguiente es prohibir a los estudiantes que lo lleven encima. Francia ya lo plantea - La noticia El cónclave del nuevo papa es el mejor ejemplo de aislamiento informativo: sin móviles hasta conocer el elegido fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Sergio Asenjo .

El Vaticano anunciaba ayer mismo el fallecimiento del papa Franscisco a los 88 años de edad, un suceso que da paso a la puesta en marcha del milenario mecanismo para elegir al que se convertirá en el nuevo papa de la Iglesia Católica. Nos referimos al cónclave, una reunión que concluirá con la famosa fumata blanca que anuncia que la Iglesia ya ha elegido al nuevo papa.
El cónclave es un acontecimiento que genera una gran expectación, sobre todo por el secretismo que lo rodea: los cardenales participantes en la reunión se encierran en la Capilla Sixtina y solo salen cuando han elegido al nuevo papa, algo que en 1922 llevó cinco días. Para garantizar que no se produce ninguna filtración previa al ‘Habemus Papam’, la Iglesia toma una serie de medidas muy rigurosas.
El objetivo principal es evitar la filtración de información
Una vez en la Capilla Sixtina, los cardenales juran mantener secreto absoluto sobre todo lo que ocurre en el cónclave, así como no dejarse influenciar sobre posibles presiones externas. Una de las medidas más llamativas es que la comunicación con el exterior no está permitida por ninguna vía. Como es lógico, esta prohibición afecta directamente al móvil, cuyo uso está prohibido durante toda la duración del cónclave.
La prohibición del uso del móvil no es algo nuevo: fue en 2005, durante el cónclave en el que se eligió al papa Benedicto XVI tras el fallecimiento del papa Juan Pablo II, cuando el Vaticano tomó por primera vez medidas para restringir el uso del smartphone. Eso sí, el móvil no es el único dispositivo en el punto de mira: la Capilla Sixtina es revisada a fondo en busca de micrófonos u otros dispositivos que puedan utilizarse para espiar lo que sucede en su interior.
Por ahora no se conocen los detalles del protocolo de seguridad del nuevo cónclave, aunque es de esperar que las medidas sean, como mínimo, similares a las puestas en marcha durante los cónclaves de años anteriores. Si nos remontamos al año 2013, el Vaticano llegó incluso a instalar inhibidores de frecuencia en la Capilla Sixtina para evitar fugas de información, una estrategia que demuestra hasta dónde llega el afán por mantener en secreto lo que ocurre en el cónclave.
Teniendo en cuenta el énfasis que el Vaticano pone en proteger todo lo que rodea a la reunión en la que la Iglesia elige al nuevo papa, las probabilidades de que se produzcan filtraciones de información son prácticamente nulas. De hecho, cualquiera que se salte las estrictas normas de seguridad de las que hablamos corre el riesgo de ser excomulgado de la Iglesia.
Imagen de portada | Foto de Calvin Craig (Unsplash)
En Xataka Móvil | Prohibir el móvil en clase parecía buena idea. Un nuevo estudio cuestiona los beneficios para la salud mental de los adolescentes
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Sergio Asenjo
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