Blue Prince, la maravillosa casa de Schrödinger

Blue Prince es la sensación indie del momento. Combinando el género de los puzles y la fórmula Roguelite, Dogubomb se … Sigue leyendo → La entrada Blue Prince, la maravillosa casa de Schrödinger aparece primero en Akihabara Blues.

Abr 21, 2025 - 20:02
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Blue Prince, la maravillosa casa de Schrödinger

Blue Prince es la sensación indie del momento. Combinando el género de los puzles y la fórmula Roguelite, Dogubomb se las ingenia para crear un mundo maravilloso en el que yo, como jugador, me he quedado atrapado.

Primero, un consejo: ya sé que es difícil, pero si no lo has hecho ya, no busques información sobre Blue Prince. Lo menos que sepas de él, mejor. Porque el juego de Dogubomb es una experiencia jugable que se debe desmenuzar run a run para poder ser disfrutada en su máxima experiencia. Una mecánica de Roguelite que se sustenta en un realismo mágico al más puro estilo de las novelas de Gabriel García Marquez, y que pide al jugador que acepte esa realidad alterada a cambio de ofrecerle una experiencia inolvidable.

Una jugabilidad maravillosa

Una experiencia que es mágica, envolvente, consiguiendo algo dificilísimo: que se creara una relación personal con el juego, en la que me sentía totalmente atrapado. Y más: no quería escapar que esa relación se acabara, por lo mucho que me aportaba. Una relación potenciada por un apartado visual maravilloso, estilo cel-shading o sombreado plano, y por una banda sonora de una belleza cautivadora que nos acompañará en cada paseo por la casa.

La experiencia jugable de Blue Prince se basa en dos pilares. El primer pilar es el de los puzles. Así, el plano de la casa se divide en 45 casillas que tendremos que completar con piezas. Por simplificar, porque esta mecánica tiene varios matices, esas piezas se irán revelando de forma ¿aleatoria? cada vez que abramos una puerta. El escoger una de esas habitaciones y abrirse la puerta definirá qué habitación se encuentra en esa casilla, como si abriéramos la caja del gato de Schrödinger.

Cada habitación que seleccionemos, más allá de su contenido, contará con un número de puertas que definirán las posibilidades que tendremos para construir el resto del mapa de habitaciones, por lo que deberemos tener en cuenta este factor, así como la orientación de esas puertas, a la hora de definir el plano de la casa durante cada run.

El segundo pilar radica en la mecánica Roguelite, pues cada run nos permitirá conocer más el mundo de Blue Prince, sus mecánicas, los secretos de su lore y, si tenemos suerte, desbloquear alguna mejora permanente que nos facilite un poco más las cosas de cara en las runs venideras. Estas runs están configuradas como nuevos días, pues el realismo mágico de Blue Prince nos plantea que la casa resetea sus habitaciones cada día, a excepción de los cambios permanentes anteriormente mencionados.

Una aventura entre 4 paredes

Así, cada run se siente como un pasito más que nos acerca al objetivo formal, que es el encontrar la habitación 46, pero también al objetivo emocional, que es el descubrir lo máximo del lore de Blue Prince. El lore del juego de Dogubomb funciona en paralelo a la jugabilidad, y aunque no es necesario para finalizar el juego de forma formal, Blue Prince explota en su máxima dimensión cuando el jugador acepta que el verdadero reto es descubrir la historia del juego. No la que sirve de excusa al mismo, sino la que se encuentra escondida en retazos en cada cajón, en cada armario, en cada puzle.

Depende de ti como jugadore el ir recolectando todos esos retazos en un bloc de notas o en una colección de capturas que poder volver a consultar cuando encuentras nuevas piezas con las que intentar conseguir al menos una parte del gran puzle del lore que se encuentra repartido por las innumerables habitaciones de la mansión.

A mi me ha llevado más de 20 horas el alcanzar el objetivo formal del juego, que consiste, por simplificarlo y por dar el menor número de detalles posibles de Blue Prince, en encontrar una habitación secreta en una mansión. Y tengo que dejar clara una cosa: he gozada cada hora al extremo.

Y es que el gran mérito de Blue Prince es el conseguir que no haya run que se sienta como un fracaso, a pesar de que no descubramos nada nuevo o que nos quedemos bloqueados a las primeras de cambio. Tan solo el hecho de estar en la casa y adentrarnos en ella se siente como estar en una mágica aventura en la que, tarde o temprano, nos encontraremos cara a cara con algo que no habíamos encontrado hasta entonces. Y esa sensación es, en Blue Prince, sencillamente maravillosa.

Conclusión

Aunque el género de los Roguelite o de los puzles no te atraigan especialmente, hazte un favor y juega al mejor título que he podido probar este 2025. Blue Prince es quizá el candidato más claro a GOTY del 2025 que he podido jugar hasta el momento. Y por cierto, que sepas que está tanto en Game Pass como en PSN Plus Extra. [100]

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