Esto es lo que reviso en mi frigorífico para que enfríe bien durante mucho tiempo. El consumo se dispara si no lo mantengo así
Entre los electrodomésticos que más luz gastan nos encontramos con los frigoríficos y congeladores, aparatos que si bien no tienen un consumo energético de pico muy elevado, tienen que estar las 24 horas del día funcionando y no podemos apagarlos para ahorrar. Suponen hasta el 18,9% del total del gasto eléctrico de las viviendas según IDAE o hasta un 31% según estudios de la OCU y eso si trabajan en perfectas condiciones y hacemos un buen uso de ellos, ya que si no el consumo se dispara. ¿Qué conviene vigilar para que gasten lo menos posible? En Xataka Smart Home He comparado lo que gasta mi antiguo frigorífico con otro más moderno y eficiente. Es una ruina y no sé cómo no lo he cambiado todavía Qué revisar en el frigorífico para que gaste menos luz Aunque lo ideal para ahorrar al máximo es adquirir un frigorífico que cuente con la mejor eficiencia energética posible, si nuestro modelo todavía funciona bien y no estamos pensando en comprar uno nuevo, hay trucos y consejos que podemos seguir para reducir su gasto eléctrico. Comprobar que tenemos seleccionada una temperatura adecuada es fundamental. De hecho, la temperatura elegida es uno de los principales motivos para que el consumo eléctrico se dispare. ¿Cuál es la que hay que seleccionar? Pues la temperatura ideal en la parte de nevera se sitúa entre los 4-5 ºC, aunque de forma puntual si queremos guardar algún alimento más delicado podemos bajarla ligeramente o mejor aún colocar ese alimento en la parte baja de la nevera que es donde hay siempre más frío. En cuanto al congelador, depende del tipo de alimentos que almacenemos, pero en general con tenerlo a unos -16 o -18 ºC es más que suficiente, a pesar de que nuestro modelo pueda alcanzar los -22 o -24 grados no es necesario ponerlo a tales temperaturas. Hacer un buen mantenimiento externo es la clave. El frigorífico es básicamente un intercambiador de calor. Genera frío dentro a costa de emitir calor al exterior por medio de unos disipadores que generalmente están situados en la parte trasera del aparato. Los modelos más modernos vienen con estas rejillas cubiertas por un plástico y suelen mantenerse limpios, pero los antiguos y los de gamas más bajas las tienen bien visibles y tienden a llenarse de suciedad, de grasa y polvo dificultando la tarea de emitir el calor generado por el compresor. Limpiarlas una o dos veces al año ayudará a bajar el consumo. Imagen: Max Vakhtbovycn Evitar instalarlo junto a una fuente de calor. Esto conviene hacerlo en el momento de diseñar la cocina o si estamos pensando en reformarla, ya que muchas veces por falta de espacio cometemos el error de colocar el frigo junto a un horno o a los fogones principales, lo que hace que más calor entre dentro y sea necesario usar más energía para enfriarlo. De igual modo sucede si lo colocamos junto o frente a una ventana muy soleada. Si la luz solar da directamente en el frigo con frecuencia y especialmente en el verano, la máquina tendrá que trabajar más para poder mantener el frío gastando energía adicional. En este caso si no podemos moverlo quizá si sea posible vigilar que no entre el sol directo, usando persianas, estores, cortinas y toldos en las horas centrales del día. Descongelar de vez en cuando sin nuestro modelo no es No Frost, ya que según en estudio de la OCU, tener tres milímetros de escarcha en las paredes del congelador pueden aumentar el consumo eléctrico un 30%. Comprobar que la bombilla interior es de tipo LED. Esta tecnología además de consumir menos, apenas genera calor y por lo tanto no reduce el frío interno de la nevera cada vez que se enciende. Si somos de estar un buen rato mirando a ver qué vamos a coger, evitaremos que se sobrecaliente el espacio junto a la bombilla. Tener ordenados bien los alimentos en su interior es fundamental. Es recomendable tener la nevera lo más llena posible pero sin que estén comprimidos los paquetes, haciendo uso de los compartimentos especiales que nos ofrezca cada modelo para alimentos que requieran temperaturas concretas. Vigilar que los ventiladores no están obstruidos ni taponados. Los frigoríficos modernos cuentan con diferentes sistemas de ventilación en su interior, tanto visibles como ocultos tras unas aberturas, que permiten mover el aire para enfriar todas las zonas de forma más homogénea. Si los tenemos tapados con alimentos, recipientes, botellas, etc. el aire no se moverá eficientemente y habrá zonas donde la temperatura subirá, haciendo que la máquina tenga que trabajar más. Revisar los elementos de sellado de las puertas. Otra cosa que suelo comprobar con cierta frecuencia, ya que es la defensa del aparato ante la entrada de aire caliente del exterior. Podemos echar un vistazo a ver si están en buenas condiciones o probar con el truco del folio para saber si cierran con buena pre

Entre los electrodomésticos que más luz gastan nos encontramos con los frigoríficos y congeladores, aparatos que si bien no tienen un consumo energético de pico muy elevado, tienen que estar las 24 horas del día funcionando y no podemos apagarlos para ahorrar.
Suponen hasta el 18,9% del total del gasto eléctrico de las viviendas según IDAE o hasta un 31% según estudios de la OCU y eso si trabajan en perfectas condiciones y hacemos un buen uso de ellos, ya que si no el consumo se dispara. ¿Qué conviene vigilar para que gasten lo menos posible?
Qué revisar en el frigorífico para que gaste menos luz
Aunque lo ideal para ahorrar al máximo es adquirir un frigorífico que cuente con la mejor eficiencia energética posible, si nuestro modelo todavía funciona bien y no estamos pensando en comprar uno nuevo, hay trucos y consejos que podemos seguir para reducir su gasto eléctrico.
Comprobar que tenemos seleccionada una temperatura adecuada es fundamental. De hecho, la temperatura elegida es uno de los principales motivos para que el consumo eléctrico se dispare. ¿Cuál es la que hay que seleccionar? Pues la temperatura ideal en la parte de nevera se sitúa entre los 4-5 ºC, aunque de forma puntual si queremos guardar algún alimento más delicado podemos bajarla ligeramente o mejor aún colocar ese alimento en la parte baja de la nevera que es donde hay siempre más frío.
En cuanto al congelador, depende del tipo de alimentos que almacenemos, pero en general con tenerlo a unos -16 o -18 ºC es más que suficiente, a pesar de que nuestro modelo pueda alcanzar los -22 o -24 grados no es necesario ponerlo a tales temperaturas.
Hacer un buen mantenimiento externo es la clave. El frigorífico es básicamente un intercambiador de calor. Genera frío dentro a costa de emitir calor al exterior por medio de unos disipadores que generalmente están situados en la parte trasera del aparato.
Los modelos más modernos vienen con estas rejillas cubiertas por un plástico y suelen mantenerse limpios, pero los antiguos y los de gamas más bajas las tienen bien visibles y tienden a llenarse de suciedad, de grasa y polvo dificultando la tarea de emitir el calor generado por el compresor. Limpiarlas una o dos veces al año ayudará a bajar el consumo.
Evitar instalarlo junto a una fuente de calor. Esto conviene hacerlo en el momento de diseñar la cocina o si estamos pensando en reformarla, ya que muchas veces por falta de espacio cometemos el error de colocar el frigo junto a un horno o a los fogones principales, lo que hace que más calor entre dentro y sea necesario usar más energía para enfriarlo.
De igual modo sucede si lo colocamos junto o frente a una ventana muy soleada. Si la luz solar da directamente en el frigo con frecuencia y especialmente en el verano, la máquina tendrá que trabajar más para poder mantener el frío gastando energía adicional. En este caso si no podemos moverlo quizá si sea posible vigilar que no entre el sol directo, usando persianas, estores, cortinas y toldos en las horas centrales del día.
Descongelar de vez en cuando sin nuestro modelo no es No Frost, ya que según en estudio de la OCU, tener tres milímetros de escarcha en las paredes del congelador pueden aumentar el consumo eléctrico un 30%.
Comprobar que la bombilla interior es de tipo LED. Esta tecnología además de consumir menos, apenas genera calor y por lo tanto no reduce el frío interno de la nevera cada vez que se enciende. Si somos de estar un buen rato mirando a ver qué vamos a coger, evitaremos que se sobrecaliente el espacio junto a la bombilla.
Tener ordenados bien los alimentos en su interior es fundamental. Es recomendable tener la nevera lo más llena posible pero sin que estén comprimidos los paquetes, haciendo uso de los compartimentos especiales que nos ofrezca cada modelo para alimentos que requieran temperaturas concretas.
Vigilar que los ventiladores no están obstruidos ni taponados. Los frigoríficos modernos cuentan con diferentes sistemas de ventilación en su interior, tanto visibles como ocultos tras unas aberturas, que permiten mover el aire para enfriar todas las zonas de forma más homogénea. Si los tenemos tapados con alimentos, recipientes, botellas, etc. el aire no se moverá eficientemente y habrá zonas donde la temperatura subirá, haciendo que la máquina tenga que trabajar más.
Revisar los elementos de sellado de las puertas. Otra cosa que suelo comprobar con cierta frecuencia, ya que es la defensa del aparato ante la entrada de aire caliente del exterior. Podemos echar un vistazo a ver si están en buenas condiciones o probar con el truco del folio para saber si cierran con buena presión.
En el caso de que estén deteriorados nos convendrá cambiarlos, para lo que hay que consultar con el manual de instrucciones o el servicio técnico de nuestra marca.
Imagen portada | LusterPix® Media
En Xataka Smart Home | Qué hay que mirar para comprar un frigorífico y asegurarnos de que tenga las tecnologías de los próximos años
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La noticia
Esto es lo que reviso en mi frigorífico para que enfríe bien durante mucho tiempo. El consumo se dispara si no lo mantengo así
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Xataka Smart Home
por
Paco Rodríguez
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