México ha prohibido matar o herir a los toros en las corridas. España ya lo intentó en Baleares y no salió bien
En el año 2022 hubo un primer conato. En México, una nación cuya fuerte tradición a las corridas de toros se equipara con España, se prohibieron “las fiestas”. Sin embargo, la Corte Suprema revocó la suspensión y regresaron. ¿Solución? En un hecho sin precedentes en la nación, Ciudad de México ha decidido que ya no habrá sangre en las corridas. En España se han llevado a cabo iniciativas parecidas, aunque con resultados desalentadores. Fin a las muertes. Como decíamos, en una decisión histórica, el Congreso de la Ciudad de México aprobó por una abrumadora mayoría de 61 votos a 1 la prohibición de las corridas de toros tradicionales, eliminando la posibilidad de herir o matar a los toros durante estos eventos. La legislación, impulsada por la legisladora Xóchitl Bravo Espinosa y respaldada por la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, permitirá la realización de corridas sin violencia ni sangre, en las que solo se utilizarán capotes y sin estoques ni banderillas. La prohibición marca un hito en la ciudad con la plaza de toros más grande del planeta, La Plaza México, con capacidad para 42.000 espectadores y epicentro de una tradición con casi 500 años de historia en el país. Por supuesto, el sector taurino ha reaccionado con indignación, anunciando impugnaciones legales y protestas contra la medida. En 3D Juegos La Generación Z no puede pagar el alquiler, pero muy pronto será la generación más rica de la historia Una medida intermedia. A diferencia de una prohibición total, la reforma permitirá una versión de la tauromaquia en la que los toreros solo podrán usar el capote y la muleta roja, con una duración máxima de 15 minutos por toro y un límite de seis toros por evento. Según Bravo Espinosa, esta medida busca equilibrar el bienestar animal con la protección económica de quienes dependen de la industria, como vendedores, criadores de toros y empleados de las plazas. ¿El problema? Que los defensores de la tauromaquia consideran que la nueva regulación desvirtúa completamente la esencia de la tradición. La Plaza México calificó la reforma como "una amenaza clara a una de las tradiciones culturales más arraigadas del país", mientras que grupos taurinos han declarado que lucharán legalmente para revertir la prohibición. Contexto de una batalla. Lo cierto es que la prohibición en la Ciudad de México es el capítulo más reciente de una batalla que ha ido ganando terreno en distintas partes del país. Desde 2013, cinco de los 31 estados de México han prohibido las corridas de toros, reflejando el creciente rechazo hacia la tauromaquia. Como explicamos, en 2022 un juez federal suspendió las corridas en la capital tras una demanda de un grupo de derechos humanos. Sin embargo, la Corte Suprema revocó la suspensión y permitió el regreso de los eventos en enero de 2024. Ahora, con la nueva legislación, las corridas tradicionales quedan oficialmente eliminadas en la Ciudad de México, aunque la industria taurina sigue buscando mecanismos legales para impugnar la medida. Un choque cultural. El debate sobre la tauromaquia ha trascendido el ámbito legal y se ha convertido en un símbolo de la tensión entre el respeto por las tradiciones y la evolución de los valores sociales en torno a los derechos de los animales. Mientras que los defensores argumentan que la tauromaquia genera decenas de miles de empleos y que el número de toros sacrificados es insignificante en comparación con la ganadería en general, los opositores han denunciado la brutalidad del espectáculo. Según datos del Congreso de la Ciudad de México, en 2019 fueron 168 los toros sacrificados en la Plaza México, lo que los activistas consideran una muestra del sufrimiento innecesario infligido a los animales. El grupo Animal Heroes, que desde hace seis años lidera la campaña México Sin Corridas de Toros, celebró la reforma, pero advirtió que seguirán luchando por la abolición total de la tauromaquia en el país. Por su parte, Salvador Arias, abogado de Tauromaquia Mexicana, señaló que un modelo similar ya había fracasado en España en las Islas Baleares, donde la falta de interés llevó a su desaparición y, poco después, a su revocación por parte de los tribunales españoles. El caso de Baleares. Lo ocurrido en España se remonta a 2017, cuando el Parlamento balear aprobó una ley que prohibía la muerte y el sufrimiento de los toros en las corridas, estableciendo lo que se denominó "corridas sin sangre". Esta normativa exigía que los toros no fueran sometidos a daño físico y que las corridas se limitaran a 10 minutos por animal, sin la posibilidad de utilizar banderillas, estoques ni espadas. La medida fue celebrada por los defensores de los derechos de los animales, pero provocó el rechazo del sector taurino y llevó a un intenso debate sobre la viabilidad del espectáculo sin su componente tradicional. La sentencia. En dicie

En el año 2022 hubo un primer conato. En México, una nación cuya fuerte tradición a las corridas de toros se equipara con España, se prohibieron “las fiestas”. Sin embargo, la Corte Suprema revocó la suspensión y regresaron. ¿Solución? En un hecho sin precedentes en la nación, Ciudad de México ha decidido que ya no habrá sangre en las corridas. En España se han llevado a cabo iniciativas parecidas, aunque con resultados desalentadores.
Fin a las muertes. Como decíamos, en una decisión histórica, el Congreso de la Ciudad de México aprobó por una abrumadora mayoría de 61 votos a 1 la prohibición de las corridas de toros tradicionales, eliminando la posibilidad de herir o matar a los toros durante estos eventos. La legislación, impulsada por la legisladora Xóchitl Bravo Espinosa y respaldada por la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, permitirá la realización de corridas sin violencia ni sangre, en las que solo se utilizarán capotes y sin estoques ni banderillas.
La prohibición marca un hito en la ciudad con la plaza de toros más grande del planeta, La Plaza México, con capacidad para 42.000 espectadores y epicentro de una tradición con casi 500 años de historia en el país. Por supuesto, el sector taurino ha reaccionado con indignación, anunciando impugnaciones legales y protestas contra la medida.
Una medida intermedia. A diferencia de una prohibición total, la reforma permitirá una versión de la tauromaquia en la que los toreros solo podrán usar el capote y la muleta roja, con una duración máxima de 15 minutos por toro y un límite de seis toros por evento. Según Bravo Espinosa, esta medida busca equilibrar el bienestar animal con la protección económica de quienes dependen de la industria, como vendedores, criadores de toros y empleados de las plazas.
¿El problema? Que los defensores de la tauromaquia consideran que la nueva regulación desvirtúa completamente la esencia de la tradición. La Plaza México calificó la reforma como "una amenaza clara a una de las tradiciones culturales más arraigadas del país", mientras que grupos taurinos han declarado que lucharán legalmente para revertir la prohibición.
Contexto de una batalla. Lo cierto es que la prohibición en la Ciudad de México es el capítulo más reciente de una batalla que ha ido ganando terreno en distintas partes del país. Desde 2013, cinco de los 31 estados de México han prohibido las corridas de toros, reflejando el creciente rechazo hacia la tauromaquia.
Como explicamos, en 2022 un juez federal suspendió las corridas en la capital tras una demanda de un grupo de derechos humanos. Sin embargo, la Corte Suprema revocó la suspensión y permitió el regreso de los eventos en enero de 2024. Ahora, con la nueva legislación, las corridas tradicionales quedan oficialmente eliminadas en la Ciudad de México, aunque la industria taurina sigue buscando mecanismos legales para impugnar la medida.

Un choque cultural. El debate sobre la tauromaquia ha trascendido el ámbito legal y se ha convertido en un símbolo de la tensión entre el respeto por las tradiciones y la evolución de los valores sociales en torno a los derechos de los animales. Mientras que los defensores argumentan que la tauromaquia genera decenas de miles de empleos y que el número de toros sacrificados es insignificante en comparación con la ganadería en general, los opositores han denunciado la brutalidad del espectáculo.
Según datos del Congreso de la Ciudad de México, en 2019 fueron 168 los toros sacrificados en la Plaza México, lo que los activistas consideran una muestra del sufrimiento innecesario infligido a los animales. El grupo Animal Heroes, que desde hace seis años lidera la campaña México Sin Corridas de Toros, celebró la reforma, pero advirtió que seguirán luchando por la abolición total de la tauromaquia en el país.
Por su parte, Salvador Arias, abogado de Tauromaquia Mexicana, señaló que un modelo similar ya había fracasado en España en las Islas Baleares, donde la falta de interés llevó a su desaparición y, poco después, a su revocación por parte de los tribunales españoles.
El caso de Baleares. Lo ocurrido en España se remonta a 2017, cuando el Parlamento balear aprobó una ley que prohibía la muerte y el sufrimiento de los toros en las corridas, estableciendo lo que se denominó "corridas sin sangre". Esta normativa exigía que los toros no fueran sometidos a daño físico y que las corridas se limitaran a 10 minutos por animal, sin la posibilidad de utilizar banderillas, estoques ni espadas.
La medida fue celebrada por los defensores de los derechos de los animales, pero provocó el rechazo del sector taurino y llevó a un intenso debate sobre la viabilidad del espectáculo sin su componente tradicional.
La sentencia. En diciembre de 2018, el Tribunal Constitucional de España anuló la ley, argumentando que invadía competencias estatales sobre patrimonio cultural, ya que la tauromaquia había sido declarada en 2013 como parte del patrimonio cultural inmaterial del país. Con aquella decisión, las corridas tradicionales con muerte del toro volvieron a permitirse en Baleares en 2019, aunque con restricciones adicionales impuestas por la normativa autonómica, como la prohibición de la entrada de menores de edad a los festejos.
La sentencia del Tribunal Constitucional supuso un revés para el movimiento antitaurino en España y evidenció las dificultades legales para prohibir la tauromaquia a nivel autonómico sin una reforma legislativa de mayor alcance.
Extinción o transformación. Así las cosas, el gobierno de la Ciudad de México tendrá un plazo de siete meses para emitir la regulación final sobre las corridas sin violencia, incluyendo la participación de todas las partes involucradas. La alcaldesa Clara Brugada celebró la decisión y la calificó como un gran avance en la protección animal.
Aunque la prohibición ya ha sido aprobada, el futuro de la tauromaquia en México sigue en disputa. Los empresarios taurinos y los aficionados han advertido que seguirán peleando en tribunales para revertir la medida, mientras que los activistas continúan presionando por la erradicación total de las corridas en el país.
Lo que sí parece claro es que la resolución en la capital mexicana podría ser el detonante para que otros estados sigan el mismo camino, marcando un cambio irreversible en una tradición que ha definido la identidad cultural del país durante siglos. Eso sin contar con la gran incógnita: saber si el público aceptará esta nueva forma de tauromaquia sin sangre o si, como en España, la opción no sale bien.
Imagen | Christian Ramiro, Jorge Andrade
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México ha prohibido matar o herir a los toros en las corridas. España ya lo intentó en Baleares y no salió bien
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Xataka
por
Miguel Jorge
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