TikTok ha disparado la descarga de apps para comprar directamente a fábricas chinas sin aranceles. No es una buena idea

El fin de semana pasado, el medio Fortune hablaba de una práctica que habían comenzado proveedores en China con motivo de la guerra comercial que libra la nación con Estados Unidos. En esencia, se trataba de una especie de “salvoconducto” para los vendedores de Amazon en Estados Unidos, pero uno ilegal: falsificar el valor declarado al importar. Ahora, en Estados Unidos y a través de redes como TikTok se está promoviendo saltarse cualquier intermediario y con ello los aranceles. Acudir directamente a China tiene más de un problema. Comprar barato. Lo explicaba el Washington Post y Bloomberg. Una nueva tendencia en TikTok ha seducido a miles de usuarios estadounidenses con la promesa de adquirir productos directamente de fábricas chinas, desde bolsos de lujo hasta casas prefabricadas, todo supuestamente a precios irrisorios y al margen de intermediarios, tarifas y sobreprecios. El auge de estas recomendaciones ha catapultado a plataformas como DHgate y Taobao al top de las aplicaciones más descargadas en Estados Unidos, alimentadas por la ansiedad generada por los efectos de la guerra comercial con China y por la eterna fascinación por esos atajos secretos, "life hacks" financieros y la ilusión de saber algo que el resto ignora. En Xataka Los F-35 y los misiles balísticos de EEUU necesitan el componente clave de un imán. El problema es que era "Made in China" Un espejismo. Sin embargo, los especialistas advierten que esta narrativa está plagada de mitos, simplificaciones y, en muchos casos, riesgos innecesarios. Comprar directamente a fábricas no significa necesariamente mejores precios ni mayor seguridad: los aranceles del 145 % a los productos chinos siguen aplicando, y las garantías de calidad, servicio al cliente, devoluciones o protección contra fraudes que ofrecen plataformas como Amazon, Walmart, Temu o Shein simplemente desaparecen al comprar desde sitios como DHgate o Taobao, o al contactar directamente con fabricantes por canales como WeChat. El valor oculto: sobrecostes. Hay más, porque como explicaban los medios, lejos de ser meros encarecedores del producto final, los intermediarios cumplen una función vital en la cadena de consumo: seleccionan, filtran, aseguran estándares mínimos y ofrecen respaldo ante problemas. Aunque es cierto que muchas marcas occidentales fabrican sus productos en China (desde muebles hasta iPhones), no significa que cualquier consumidor pueda replicar esas relaciones comerciales. Las fábricas venden a granel, no por unidad, y no negociarán con un particular lo que sí hacen con conglomerados que compran por contenedores. Algunos videos, que aseguran que basta con contactar a fabricantes en apps chinas para adquirir un sofá o una mesa de lujo a precio de fábrica, ignoran la complejidad logística, los pedidos mínimos y los costes ocultos, incluyendo la imposibilidad real de recibir asistencia o reembolso en caso de fraude o incumplimiento. Como advertía Sky Canaves, analista principal de eMarketer, si una oferta suena demasiado buena para ser cierta, probablemente lo sea. Auge de los “dupes”. Una de las razones por las que plataformas como DHgate se han vuelto tan populares entre la Generación Z es la búsqueda de imitaciones baratas (conocidas como dupes) de marcas de alto perfil. Aunque algunas de estas réplicas pueden ser sorprendentemente buenas, otras tantas dejan mucho que desear. Dicho de otra forma: los compradores deberían estar preparados para una calidad variable, sin garantía ni recurso legal. Plus: también proliferan en TikTok videos con afirmaciones completamente falsas, como que los bolsos de Hermès se fabrican en China, lo que demuestra el grado de desinformación en estas supuestas revelaciones de “insiders”. Incluso si se logra una compra con relativo éxito, queda en el aire una pregunta fundamental: ¿cuál es el riesgo dispuesto a asumir por una posible ganga? Sin escapatoria fiscal. En definitiva, a pesar del entusiasmo por burlar el sistema, no existe una vía mágica para evitar los aranceles. Como señalaba Sucharita Kodali, analista de Forrester, cualquier producto de origen chino (sin importar cómo se adquiera) está sujeto a los nuevos gravámenes. Además, la Casa Blanca ha anunciado el fin de una práctica común utilizada por plataformas como Temu, Shein y DHgate para esquivar estos aranceles mediante envíos individuales por vía aérea, lo que inevitablemente provocará un alza de precios. Algunas marcas ya lo han reconocido: Shein anunció ajustes de precios a partir del 25 de abril, mientras que Temu aún no ha confirmado su política. La posibilidad de conseguir productos chinos baratos está menguando incluso dentro de plataformas que, hasta ahora, ofrecían ese tipo de acceso con cierto grado de control y protección al consumidor. En Xataka En 1953 Estados Unidos decidió poner una base naval en

Abr 16, 2025 - 18:26
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TikTok ha disparado la descarga de apps para comprar directamente a fábricas chinas sin aranceles. No es una buena idea

TikTok ha disparado la descarga de apps para comprar directamente a fábricas chinas sin aranceles. No es una buena idea

El fin de semana pasado, el medio Fortune hablaba de una práctica que habían comenzado proveedores en China con motivo de la guerra comercial que libra la nación con Estados Unidos. En esencia, se trataba de una especie de “salvoconducto” para los vendedores de Amazon en Estados Unidos, pero uno ilegal: falsificar el valor declarado al importar. Ahora, en Estados Unidos y a través de redes como TikTok se está promoviendo saltarse cualquier intermediario y con ello los aranceles. Acudir directamente a China tiene más de un problema.

Comprar barato. Lo explicaba el Washington Post y Bloomberg. Una nueva tendencia en TikTok ha seducido a miles de usuarios estadounidenses con la promesa de adquirir productos directamente de fábricas chinas, desde bolsos de lujo hasta casas prefabricadas, todo supuestamente a precios irrisorios y al margen de intermediarios, tarifas y sobreprecios.

El auge de estas recomendaciones ha catapultado a plataformas como DHgate y Taobao al top de las aplicaciones más descargadas en Estados Unidos, alimentadas por la ansiedad generada por los efectos de la guerra comercial con China y por la eterna fascinación por esos atajos secretos, "life hacks" financieros y la ilusión de saber algo que el resto ignora.

Un espejismo. Sin embargo, los especialistas advierten que esta narrativa está plagada de mitos, simplificaciones y, en muchos casos, riesgos innecesarios. Comprar directamente a fábricas no significa necesariamente mejores precios ni mayor seguridad: los aranceles del 145 % a los productos chinos siguen aplicando, y las garantías de calidad, servicio al cliente, devoluciones o protección contra fraudes que ofrecen plataformas como Amazon, Walmart, Temu o Shein simplemente desaparecen al comprar desde sitios como DHgate o Taobao, o al contactar directamente con fabricantes por canales como WeChat.

El valor oculto: sobrecostes. Hay más, porque como explicaban los medios, lejos de ser meros encarecedores del producto final, los intermediarios cumplen una función vital en la cadena de consumo: seleccionan, filtran, aseguran estándares mínimos y ofrecen respaldo ante problemas. Aunque es cierto que muchas marcas occidentales fabrican sus productos en China (desde muebles hasta iPhones), no significa que cualquier consumidor pueda replicar esas relaciones comerciales.

Las fábricas venden a granel, no por unidad, y no negociarán con un particular lo que sí hacen con conglomerados que compran por contenedores. Algunos videos, que aseguran que basta con contactar a fabricantes en apps chinas para adquirir un sofá o una mesa de lujo a precio de fábrica, ignoran la complejidad logística, los pedidos mínimos y los costes ocultos, incluyendo la imposibilidad real de recibir asistencia o reembolso en caso de fraude o incumplimiento. Como advertía Sky Canaves, analista principal de eMarketer, si una oferta suena demasiado buena para ser cierta, probablemente lo sea.

Auge de los “dupes”. Una de las razones por las que plataformas como DHgate se han vuelto tan populares entre la Generación Z es la búsqueda de imitaciones baratas (conocidas como dupes) de marcas de alto perfil. Aunque algunas de estas réplicas pueden ser sorprendentemente buenas, otras tantas dejan mucho que desear. Dicho de otra forma: los compradores deberían estar preparados para una calidad variable, sin garantía ni recurso legal.

Plus: también proliferan en TikTok videos con afirmaciones completamente falsas, como que los bolsos de Hermès se fabrican en China, lo que demuestra el grado de desinformación en estas supuestas revelaciones de “insiders”. Incluso si se logra una compra con relativo éxito, queda en el aire una pregunta fundamental: ¿cuál es el riesgo dispuesto a asumir por una posible ganga?

Sin escapatoria fiscal. En definitiva, a pesar del entusiasmo por burlar el sistema, no existe una vía mágica para evitar los aranceles. Como señalaba Sucharita Kodali, analista de Forrester, cualquier producto de origen chino (sin importar cómo se adquiera) está sujeto a los nuevos gravámenes. Además, la Casa Blanca ha anunciado el fin de una práctica común utilizada por plataformas como Temu, Shein y DHgate para esquivar estos aranceles mediante envíos individuales por vía aérea, lo que inevitablemente provocará un alza de precios.

Algunas marcas ya lo han reconocido: Shein anunció ajustes de precios a partir del 25 de abril, mientras que Temu aún no ha confirmado su política. La posibilidad de conseguir productos chinos baratos está menguando incluso dentro de plataformas que, hasta ahora, ofrecían ese tipo de acceso con cierto grado de control y protección al consumidor.

Una decisión personal. Mientras que muchos consumidores seguirán obteniendo productos asequibles y funcionales a través de estas plataformas o contactos directos, para muchos otros el intento se traducirá en pérdidas, frustración y, en el peor de los casos, una estafa y amarga lección sobre las complejidades del comercio global.

La ilusión de un acceso sin filtros a las fábricas chinas puede ser tentadora, pero no sustituye las estructuras, garantías y controles que hacen posible una experiencia de compra segura y satisfactoria… aunque eso implique pagar un poco más.

Imagen | RawPixel

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La noticia TikTok ha disparado la descarga de apps para comprar directamente a fábricas chinas sin aranceles. No es una buena idea fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Miguel Jorge .