EE.UU. deja a China sin herramientas de diseño de chips y productos químicos para fabricarlos

Estados Unidos ha vuelto a dar un golpe sobre la mesa en su pulso tecnológico con su gran rival, China. Esta vez, el objetivo no son los chips o semiconductores, al menos directamente, sino las herramientas que permiten diseñarlos: el software EDA (Electronic Design Automation). Según múltiples fuentes, Washington ha notificado a empresas clave como Siemens, Cadence y Synopsys que deberán dejar de suministrar estos productos a clientes chinos sin una licencia previa. Una medida que, aunque no es un veto total, sí apunta a cortar el acceso a uno de los elementos más estratégicos de la cadena de fabricación de chips. En otras palabras, EE.UU. acaba de bloquear el acceso a China para sus herramientas de diseño de chips, pero no se quedan ahí, Trump va con todo.

Trump vuelve a la jugada tradicional, pero ampliada, tras el varapalo con los aranceles del Tribunal Federal que vimos esta mañana. Todo apunta a que la jugada busca presionar a China en su carrera tecnológica sin necesidad de imponer aranceles nuevos. ¿Tiene un impacto real en el país asiático? Veámoslo.

EE.UU. bloquea las herramientas de diseño de chips a China con licencias de exportación que nunca serán concedidas

Las cartas enviadas por el Departamento de Comercio a empresas del sector incluyen nuevas condiciones para exportar software, herramientas industriales, combustibles como butano y etano, e incluso maquinaria relacionada con la aviación.

El foco, sin embargo, se lo lleva la industria del diseño de chips, ya que más del 70% del mercado de EDA en China depende de estas tres compañías estadounidenses. Eso convierte a este software en un auténtico cuello de botella, justo donde más duele a los de Xi Jinping, que como veremos en breve, están dando pasos adelante con la litografía y los escáneres.

Aunque la noticia ha sacudido los mercados (las acciones de Cadence y Synopsys se desplomaron hasta un 10% tras conocerse la decisión), lo cierto es que en China la actividad sigue como si nada.

Varias fuentes del sector aseguran que los clientes siguen teniendo acceso al software y que están esperando confirmaciones oficiales. Incluso algunos ejecutivos de las propias empresas afectadas niegan haber recibido notificaciones claras. Mientras tanto, Siemens ya ha informado que está revisando el posible impacto de estas nuevas restricciones, aunque su página web parece estar bloqueada en territorio chino.

El gobierno chino vuelve a argumentar que quieren sacarlos del sistema internacional de comercio tecnológico

Desde Pekín, la reacción no se ha hecho esperar: acusan a Estados Unidos de dinamitar la estabilidad de las cadenas de suministro globales con medidas que buscan excluir a China del tablero tecnológico. Aseguran que ni sanciones ni presiones externas frenarán su avance hacia la autosuficiencia. Un argumento que, de hecho, ya empieza a tener algo de base.

Algunas empresas chinas como Empyrean o Primarius han empezado a despuntar como alternativas locales, con subidas bursátiles del 17% y 20% respectivamente tras conocerse los bloqueos. Huawei, por su parte, ya presume de contar con su propio software EDA funcional hasta los 14 nm.

Lo que está claro es que, con este movimiento, Estados Unidos no solo pone en jaque a la industria de diseño china, sino también a las propias empresas americanas que dependen en parte del mercado chino para su facturación. Synopsys, por ejemplo, obtiene un 16% de sus ingresos de China, y Cadence cerca de un 12%.

Así que, por mucha estrategia geopolítica que haya detrás, cortar estos vínculos no es gratis. De momento, estamos ante una de las medidas más agresivas en la guerra tecnológica actual. EE.UU. y China tienen claro que sin herramientas de diseño de chips, por mucho escáner que se tenga habrá problemas con la creación de los nuevos semiconductores.

Si Trump actúa es porque Xinping avanza, ¿qué más le queda por vetar a EE.UU. frente a China?

Esto solo evidencia que China está dando pasos adelante, porque cada vez que EE.UU. intuye que se van a acercar, corta por lo sano en busca de tiempo para que sus empresas puedan avanzar y sentar más distancia con las chinas, algo que, vista la velocidad de desarrollo tecnológico de los asiáticos, no parece muy buena estrategia a largo plazo.

¿Puede China alcanzar a occidente en litografía y herramientas de desarrollo para chips antes de 2035 como quiere Pekín? ¿O quizás este nuevo golpe les retrasará más allá de dicho año? Ya vimos que el proyecto "Made in China", que estaba planificado para este mismo año, terminó volando por los aires, y la situación en el país es compleja por varios motivos, como la burbuja increíble que hay con el sector inmobiliario, donde además, el paro acecha a los nuevos ingenieros que terminan los estudios, puesto que las empresas están automatizando todo y cada vez necesitan menos personal.

La situación es tensa y no parece que vaya a ir a mejor con la IA y la robótica, ambas amparadas por los chips como pilar central de desarrollo y expansión. Seguimos informando.

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