Nuestras primeras impresiones de Sword of the Sea

El próximo título de Giant Squid, Sword of the Sea, es una hábil mezcla de todos los títulos en los que han trabajado el estudio y el director del juego Matt Nava. Desde la maravilla acuática de Abzû, hasta el espíritu aventurero de The Pathless y el precioso mundo desértico de Journey, Sword of the Sea se inspira en elementos de títulos pasados y los entreteje con tal destreza que incluso parece que el propósito de todos hubiera sido dar pie a esta aventura de surf atmosférica.

Tuve la oportunidad de probar Sword of the Sea y hablar con Giant Squid sobre el nuevo juego, que se estará disponible en el catálogo de juegos de PlayStation Plus desde el día de su lanzamiento, el 19 de agosto.

Surfeando por la arena y el mar

El juego empieza cuando los jugadores nos despertamos con The Wraith, un recipiente que espera que lo llenen y al que le dan la tarea de devolver los océanos al mundo. Según pareciera, somos los últimos seres vivos que quedan para hacer el trabajo y se nos da una tabla de surf mística para que empecemos a recorrer las dunas.

La zona en la que empezamos es como un partido de juegos enorme, en el que podemos acostumbrarnos a la tabla, hacer trucos y aprender a cómo interactuar con el mundo. Mientras recorremos el desierto a toda pastilla, nos encontramos con distintos nodos, las llamadas «semillas del océano», que nos permiten limpiar la tierra y restaurar partes del océano y la vida marina.

Más allá de lo estético que es todo, el mar y la vida acuática afectan directamente a las mecánicas del juego. The Wraith es mucho más rápido sobre el agua, con lo que consigue una mayor velocidad para saltar más alto y hacer más trucos. Ciertas formas de vida acuática crean nuevas rutas, como las medusas flotantes que podemos usar como plataformas de salto y largas filas de algas por las que se puede trepar. Ver cómo se transformaba el paisaje fue una de las cosas más impresionantes, igual que buscar todos los secretos de la tierra.

«Sword of the Sea trata sobre la magia espiritual de surfear», explica Nava. «está inspirado en las experiencias que he tenido haciendo snowboard, skate y surf durante toda mi vida. Cuando uno piensa en este tipo de deportes extremos, lo primero que le viene a la mente seguramente sea la velocidad y el peligro, pero aportan mucho más que solo la descarga de adrenalina. Cuando se surfear sobre las olas del océano, se está literalmente en el límite que para nuestro mundo del mundo que existe bajo las olas, un mundo más allá de nuestra comprensión».

Por el mundo se encuentran triángulos dorados, conocidos como Tetra, que sirven como medio de pago, que podéis intercambiar con varios vendedores misteriosos para aprender más trucos, adquirir habilidades y abrir rutas. ¿Lo queréis ver todo? Tendréis que saliros del camino establecido para descubrirlo todo y poder pagároslo. Por todo el mundo se esconden distintos vendedores, triángulos y Arenas de ataques con trucos.

Trucos para lucirse y dominar el terreno

Hacer movimientos con un estilo impresionante en Sword of the Sea es sencillo. Al surfear, si saltamos, podemos volver a pulsar X para hacer una variedad de trucos de doble salto. Una vez adquirimos trucos avanzados del vendedor, aguantamos L1 y pulsamos Triángulo, Cuadrado, Círculo o X para hacer trucos especiales de agarre, dar vueltas o girar. Con ellos se consiguen más puntos y se pueden crear trucos nuevos combinando los agarres y vueltas de distintas maneras. Aunque hacerlo todo a tiempo cuesta un poco más, nos podemos dar un impulso necesario saltando y conseguir combinaciones con altas puntuaciones si nos salen bien.

Sword of the Sea lleva la cuenta total de cuántos trucos conseguimos hacer y lo avanzados que son. Las arenas de ataques con trucos escondidas por el mundo nos permiten usar esas habilidades. ¿A qué lleva el acumular una alta puntuación de trucos? Otro misterio para el que nos tocará esperar para descubrirlo.

A pesar de que el juego está ambientado en el desierto, hay una gran variedad de objetos distintos con los que practicar, además de el mar y la arena. Yo me encontré con ruinas, azulejos de cerámica de tejados y vida acuática que me vino muy a mano. El equipo de Giant Squid aprovecha el máximo la hápitca del mando DualSense para asegurarse de que todas las superficies tienen un sonido distinto y transmiten una sensación distinta. Mientras surfear por encima que los tejados, oí los tonos melódicos de los azulejos y noté un cosquilleo en los dedos. En cambio, la arena me transmitió una sensación áspera y, mientras atravesaba carretera improvisadas encima de un océano a toda velocidad, oí y noté el agua que corría debajo de mi tabla.

«La retroalimentación háptica del mando DualSense reacciona de una manera distinta ante cada superficie, para que anotéis cuando pasáis de una a otra», dice Nava. «Eso, mezclado con efectos de sonido especiales que emite el mando, transmite una sensación muy realista de como si estuvierais tocando la superficies que se ven en el juego. Estamos muy emocionados con el nivel de de detalle extra que la retroalimentación háptica añade a la experiencia de surfear en Sword of the Sea».

Podemos explorar el mundo en cualquier dirección que queramos y los lugares a los que cuesta llegar suelen recompensarnos con algo acorde al tiempo y la habilidad que nos ha llevado llegar hasta ellos. Sin embargo, a medida que exploramos, iremos descubriendo morales y otros elementos del entorno, que harán que la narrativa siempre esté presente. Se trata de una historia de pérdida y destrucción y resulta fascinante ir siguiendo su hilo para intentar descifrar cómo encajamos en todo eso. Sobre todo, porque, al final de mi partida, me quedó muy claro que un personaje misterioso me había estado siguiendo. Parecía que fuera otro espectro, pero fuera quien fuese, no me dio la impresión de que tuviera buenas intenciones.

Es fácil caer en comparaciones entre Sword of the Sea y los títulos que lo preceden, pero este juego me pareció toda una evolución de lo que Giant Squid ha creado hasta la fecha. Las fiestas, los sonidos y la sensaciones del juego me conectaron con la tierra y me muero de ganas de volver a subirme la tabla y ver qué más hay ahí fuera.

«Nuestros juegos tienen un estilo artístico, muy reconocible y único, y cuentan historias, atmosféricas con su música y sus colores vivos», dice Nava. «Partimos de una emoción, una experiencia y un mensaje que queremos que sientan los jugadores. En realidad, todos nuestros juegos tratan sobre el movimiento y como nos puede conectar con la naturaleza y el mundo de distintas maneras. Sword of the Sea desarrolla más allá las ideas de nuestros juegos anteriores para crear algo que es muy característico de Giant Squid y al mismo tiempo una trepidante aventura nueva».

¿Queréis más detalles de Sword of the Sea? Echad un vistazo al trailer más reciente y más detalles del State of Play.