Me va a dar una depresión olímpica en cuanto acabe esta aventura, pero aun así no puedo dejar de jugar. Estoy condenado a la tristeza
Aviso: spoilers de Immortals Fenyx Rising Diario de aventura. Han pasado casi 20 horas desde que comencé mi viaje en Immortals Fenyx Rising. Llegué a la Isla Áurea desprovisto de propósito y valor, viviendo bajo la sombra de un hermano aparentemente perfecto. Sin embargo, la traición de Tifón y el rescate de los Olímpicos me ha dado una nueva meta. He mejorado mucho y recordado historias que no escucha desde las clases de griego, latín e historia del arte en el Bachillerato. Y alguna que otra durante la carrera. Ha sido poco tiempo en comparación con otras aventuras recientes como Assassin's Creed Shadows, por mencionar una de la misma casa, pero me ha aportado mucha más felicidad y momentos significativos. No digo que mi viaje por Japón estuviese carente de ellos, pero no puedes comparar la tinta en papel con el grabado en piedra. De cero a héroe... o eso creo Mi odisea para liberar a los Olímpicos me ha llevado por caminos de cuatro regiones muy diferentes: el Valle de la Eterna Primavera para Afrodita, la Arboleda de Kieros para Atenea, Tierraforja para Hefesto y finalmente la Guarida de la Guerra para Ares. Y cada batalla ha sido un placer muy divertido. Recuperar la esencia de Afrodita fue ciertamente peculiar. No es mi diosa favorita del panteón griego, pero admito que tanto su historieta como su Cámara fueron muy interesantes. De hecho, ni siquiera me llamó la atención en God of War... y ya sabemos cómo fue el encuentro con Kratos. Guiño, guiño. Fue la primera en llegar a la base y desde entonces no ha dejado de cuchichear sobre belleza con Hermes. Trato de ignorarlos por mi salud mental. Ah, pero Atenea es una historia muy diferente. Es mi favorita de todo el panteón griego. No solo por sus representaciones reales y por cómo es su personaje en Immortals Fenyx Rising, también por todo lo que simboliza. Además, es la diosa que representa una de mis pasiones: la filosofía. Su historia es genial. Me llevó a luchar contra la hidra (una sorprendentemente similar a la película de Hércules de Disney) y a seguir los pasos de los cuatro héroes principales del juego: Atalanta, Heracles, Odiseo y Aquiles. Mentiría si os dijese que no me quedo embobado con su representación cada vez que paso por el Salón de los Dioses para aumentar la vida y la resistencia y mejorar las pociones y el equipamiento. Hefesto fue el tercero en llegar al Salón de los Dioses. Aunque Atenea me tenga totalmente enamorado, la historia del herrero es la mejor de las cuatro con diferencia. Su zona, Tierraforja, es genial porque está llena de autómatas fabricados por el propio dios que te señalan el camino y recrean escenas variadas. Además, la tarea de encender sus grandes fojas fue realmente divertido. Ares, dios de la guerra, fue la última incorporación al salón. Más allá del pesadísimo triángulo amoroso entre Afrodita, Hefesto y él, su historia es desternillante y la cinemática que muestra la apertura de su fortaleza es uno de mis momentos favoritos del juego hasta el momento. Sus misiones son las más flojas, pero creo que Ubisoft lo compensa con el extra de humor. En cualquier caso, resulta irónico: lo maté en 2005 y lo he rescatado en 2025- Y estaría genial si solo fuese esto, pero he vivido mucho más. He luchado contra el bravo Aquiles, el intrépido Odiseo y la feroz Atalanta. El combate con la heroína fue muy estimulante. Mi esperanza estaba en Aquiles, que también fue genial porque descubrí que Ubisoft utilizó el clásico movimiento de Brad Pitt en Troya, pero el mejor de todo fue el enfrentamiento contra Odiseo. Es el único jefe de Immortals Fenyx Rising que realmente me ha hecho creer que podía matarme con facilidad... durante unos minutos. Acabó mordiendo el polvo como el resto. En Vida Extra Microsoft no supo sacar todo el potencial de Kinect, pero la tecnología ha encontrado una segunda vida en los hospitales Todavía tengo que derrotar a Heracles y completar todos los objetivos secundarios antes de continuar con la aventura. El siguiente objetivo es subir hasta la montaña más alta de la Cima del Rey. No sé qué me depara Immortals Fenyx Rising. Creo que sé por dónde van los tiros, pero quiero descubrirlo. Lo que sí sé con certeza es que voy a caer en la depresión post-juegazo en cuanto lo complete al 100%. He aceptado que estoy condenado a la tristeza... pero de la buena. En VidaExtra | Estoy totalmente convencido de que existen videojuegos destinados a llegar en el momento exacto de tu vida. Este es uno de los míos En VidaExtra | Immortals Fenyx Rising: Un Nuevo Dios, una razón más para rendirse a la mejor aventura que ha hecho Ubisoft en mucho tiempo En VidaExtra | Los Dioses Perdidos es la fruta escarchada de Immortals Fenyx Rising: pretende hacer un pastel más apetecible, pero sólo lo estropea - La noticia Me va a dar una depresi

- Aviso: spoilers de Immortals Fenyx Rising
Diario de aventura. Han pasado casi 20 horas desde que comencé mi viaje en Immortals Fenyx Rising. Llegué a la Isla Áurea desprovisto de propósito y valor, viviendo bajo la sombra de un hermano aparentemente perfecto. Sin embargo, la traición de Tifón y el rescate de los Olímpicos me ha dado una nueva meta. He mejorado mucho y recordado historias que no escucha desde las clases de griego, latín e historia del arte en el Bachillerato. Y alguna que otra durante la carrera.
Ha sido poco tiempo en comparación con otras aventuras recientes como Assassin's Creed Shadows, por mencionar una de la misma casa, pero me ha aportado mucha más felicidad y momentos significativos. No digo que mi viaje por Japón estuviese carente de ellos, pero no puedes comparar la tinta en papel con el grabado en piedra.
De cero a héroe... o eso creo
Mi odisea para liberar a los Olímpicos me ha llevado por caminos de cuatro regiones muy diferentes: el Valle de la Eterna Primavera para Afrodita, la Arboleda de Kieros para Atenea, Tierraforja para Hefesto y finalmente la Guarida de la Guerra para Ares. Y cada batalla ha sido un placer muy divertido.
Recuperar la esencia de Afrodita fue ciertamente peculiar. No es mi diosa favorita del panteón griego, pero admito que tanto su historieta como su Cámara fueron muy interesantes. De hecho, ni siquiera me llamó la atención en God of War... y ya sabemos cómo fue el encuentro con Kratos. Guiño, guiño. Fue la primera en llegar a la base y desde entonces no ha dejado de cuchichear sobre belleza con Hermes. Trato de ignorarlos por mi salud mental.
Ah, pero Atenea es una historia muy diferente. Es mi favorita de todo el panteón griego. No solo por sus representaciones reales y por cómo es su personaje en Immortals Fenyx Rising, también por todo lo que simboliza. Además, es la diosa que representa una de mis pasiones: la filosofía.
Su historia es genial. Me llevó a luchar contra la hidra (una sorprendentemente similar a la película de Hércules de Disney) y a seguir los pasos de los cuatro héroes principales del juego: Atalanta, Heracles, Odiseo y Aquiles. Mentiría si os dijese que no me quedo embobado con su representación cada vez que paso por el Salón de los Dioses para aumentar la vida y la resistencia y mejorar las pociones y el equipamiento.
Hefesto fue el tercero en llegar al Salón de los Dioses. Aunque Atenea me tenga totalmente enamorado, la historia del herrero es la mejor de las cuatro con diferencia. Su zona, Tierraforja, es genial porque está llena de autómatas fabricados por el propio dios que te señalan el camino y recrean escenas variadas. Además, la tarea de encender sus grandes fojas fue realmente divertido.
Ares, dios de la guerra, fue la última incorporación al salón. Más allá del pesadísimo triángulo amoroso entre Afrodita, Hefesto y él, su historia es desternillante y la cinemática que muestra la apertura de su fortaleza es uno de mis momentos favoritos del juego hasta el momento. Sus misiones son las más flojas, pero creo que Ubisoft lo compensa con el extra de humor. En cualquier caso, resulta irónico: lo maté en 2005 y lo he rescatado en 2025-
Y estaría genial si solo fuese esto, pero he vivido mucho más. He luchado contra el bravo Aquiles, el intrépido Odiseo y la feroz Atalanta. El combate con la heroína fue muy estimulante. Mi esperanza estaba en Aquiles, que también fue genial porque descubrí que Ubisoft utilizó el clásico movimiento de Brad Pitt en Troya, pero el mejor de todo fue el enfrentamiento contra Odiseo. Es el único jefe de Immortals Fenyx Rising que realmente me ha hecho creer que podía matarme con facilidad... durante unos minutos. Acabó mordiendo el polvo como el resto.

Todavía tengo que derrotar a Heracles y completar todos los objetivos secundarios antes de continuar con la aventura. El siguiente objetivo es subir hasta la montaña más alta de la Cima del Rey. No sé qué me depara Immortals Fenyx Rising. Creo que sé por dónde van los tiros, pero quiero descubrirlo. Lo que sí sé con certeza es que voy a caer en la depresión post-juegazo en cuanto lo complete al 100%. He aceptado que estoy condenado a la tristeza... pero de la buena.
En VidaExtra | Estoy totalmente convencido de que existen videojuegos destinados a llegar en el momento exacto de tu vida. Este es uno de los míos
En VidaExtra | Immortals Fenyx Rising: Un Nuevo Dios, una razón más para rendirse a la mejor aventura que ha hecho Ubisoft en mucho tiempo
En VidaExtra | Los Dioses Perdidos es la fruta escarchada de Immortals Fenyx Rising: pretende hacer un pastel más apetecible, pero sólo lo estropea
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La noticia
Me va a dar una depresión olímpica en cuanto acabe esta aventura, pero aun así no puedo dejar de jugar. Estoy condenado a la tristeza
fue publicada originalmente en
Vida Extra
por
Alberto Martín
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