Hay una tecnología que tiene potencial para jubilar al WiFi. El problema: casi 15 años después sigue en desarrollo
Qué gusto da llegar a un lugar con Wi-Fi y que inmediatamente se te conecte el móvil y otros dispositivos para poder conectarte a internet desde ya y sin cables y qué rabia cuando empiezan los problemas: caídas, velocidades bajas o irregulares, experiencias a trompicones...porque el Wi-Fi está muy bien, pero tiene margen de mejora y hasta un (potencial) sustituto que lo mejora: el LiFi. En pocas palabras, el LiFi o Light Fidelity se basa en el envío de datos mediante luz y no usando ondas de radio. Pero por encima de esta diferencia de base, lo más interesante es en qué se traduce para usuarios y usuarias: es más eficiente, tiene menos latencia y no puede ser interceptado. La primera vez que oímos el término LiFi fue en una charla TED en 2011 y fue de la mano del profesor de la Universidad de Edimburgo Harald Hass, por lo que estrictamente hablando el LiFi no es algo nuevo. Sin embargo, casi 15 años después y pese a sus ventajas, no es una tecnología que se haya popularizado (aún). De hecho, el LIFI todavía está muy verde. Sin ir más lejos, hace solo dos veranos llegó su primer estándar. El funcionamiento del LiFi tiene muchas ventajas. Y algunas desventajas críticas Para entender los motivos de esta lentitud es esencial tener claro cómo funciona el LiFi. La transferencia de datos mediante LiFi se produce alternado la frecuencia de la luz entre los 400 y los 800 THz y se hace empleando bombillas LED con codificadores. Eso sí, estas bombillas parpadean a tal velocidad que ese apagado y encendido es inapreciable por el ojo humano, pero suficiente como para que un fotoreceptor reciba la señal y establezca la conexión. O sea, que para que haya conexión a internet hace falta iluminación sí o sí. Como opera en el rango visible, tiene potencial para ser más rápido, seguro y con menos interferencias que el viejo Wi-Fi. Si hablamos de velocidad, en la charla Ted de Hass se hablaba de 10 Mbps, pero a día de hoy el récord de transferencia lo consiguió en 2022 Kyocera con 90 Gpbs, es decir, 100 veces más que el 5G. La amplitud del espectro electromagnético juega a favor del LiFi para minimizar interferencias | Wikimedia Al tratarse de luz, el LiFi puede usar todo el espectro de luz visible y como puede usar longitudes de ondas concretas, no hay interferencias con otros dispositivos. En cuanto a la seguridad, un atacante no puede interceptar la conexión ni espiar el contenido. Sí, la luz ofrece numerosas bondades frente a las ondas de radio, pero tiene algunos serios inconvenientes como que no puede traspasar objetos, lo que significa que tampoco puede atravesar paredes. Es decir, es necesario tener acceso físico a la señal LiFi, que haya línea de visión directa con el emisor. Vamos, que si te guardas el móvil en el bolsillo, la conexión LiFi se corta. Con el Wi-Fi lo más habitual es tener un router en casa en una buena ubicación y a partir de este, tener una experiencia más o menos radial de alcance, pero con el LiFi no pasa igual, ya que se trata de una conexión de corto alcance. Según PureLifi, la tecnología está pensada para usarse a menos de 4 menos. ¿Y a oscuras? No habría problema, ya que puede usar infrarrojos. Бумбаяр, CC BY-SA 4.0 | Wikimedia Su alcance limitado y la necesidad de presencia de bombillas cerca son dos limitaciones que juegan en su contra, pero también la necesidad de que los dispositivos se adapten a esta tecnología para aprovecharla. Hace tres años acudimos a una demo de PureLiFi donde vimos cómo un móvil se conectaba al LiFi. El proceso de conexión del Android empleado era similar al del Wi-Fi, pero no bastaba con ir a los ajustes y poco más, sino que el móvil tenía que estar apuntando a la luz de la señal y sin nada que lo cubriera (poner la mano delante durante 10 segundos implicaba un corte) y además contar con una carcasa con una pequeña luz LED que se conectaba con el emisor de la señal. O sea, que para aprovechar esta tecnología con tu teléfono necesitarías o bien una carcasa o comprar un móvil compatible con Li-Fi, hoy en día toda una rareza (en 2020 Oppo patentó un móvil y en 2022 se lanzó la LiFiMaxTab) La falta de dispositivos compatibles con LiFi es otro problema que la tecnología está poniendo solución. Los primeros usos del LiFi se han destinado al ámbito profesional, siendo un candidato ideal para lugares donde las antenas de telecomunicaciones no lleguen o haya interferencias, pero en el MWC de 2022 pudimos ver la primera solución comercial: LiFi@Home. En 2023 llegaba el estándar 802.11bb, una extensión del Wi-Fi que permite usar la luz como si fuera una nueva banda de frecuencias, y que abría las puertas a que las marcas interesadas la implementen en sus dispositivos. Pero integrar el LiFi en dispositivos no es tan fácil como poner una bombilla, fotorreceptor y ya. Precisamen

Qué gusto da llegar a un lugar con Wi-Fi y que inmediatamente se te conecte el móvil y otros dispositivos para poder conectarte a internet desde ya y sin cables y qué rabia cuando empiezan los problemas: caídas, velocidades bajas o irregulares, experiencias a trompicones...porque el Wi-Fi está muy bien, pero tiene margen de mejora y hasta un (potencial) sustituto que lo mejora: el LiFi.
En pocas palabras, el LiFi o Light Fidelity se basa en el envío de datos mediante luz y no usando ondas de radio. Pero por encima de esta diferencia de base, lo más interesante es en qué se traduce para usuarios y usuarias: es más eficiente, tiene menos latencia y no puede ser interceptado.
La primera vez que oímos el término LiFi fue en una charla TED en 2011 y fue de la mano del profesor de la Universidad de Edimburgo Harald Hass, por lo que estrictamente hablando el LiFi no es algo nuevo. Sin embargo, casi 15 años después y pese a sus ventajas, no es una tecnología que se haya popularizado (aún). De hecho, el LIFI todavía está muy verde. Sin ir más lejos, hace solo dos veranos llegó su primer estándar.
El funcionamiento del LiFi tiene muchas ventajas. Y algunas desventajas críticas
Para entender los motivos de esta lentitud es esencial tener claro cómo funciona el LiFi. La transferencia de datos mediante LiFi se produce alternado la frecuencia de la luz entre los 400 y los 800 THz y se hace empleando bombillas LED con codificadores. Eso sí, estas bombillas parpadean a tal velocidad que ese apagado y encendido es inapreciable por el ojo humano, pero suficiente como para que un fotoreceptor reciba la señal y establezca la conexión. O sea, que para que haya conexión a internet hace falta iluminación sí o sí.
Como opera en el rango visible, tiene potencial para ser más rápido, seguro y con menos interferencias que el viejo Wi-Fi. Si hablamos de velocidad, en la charla Ted de Hass se hablaba de 10 Mbps, pero a día de hoy el récord de transferencia lo consiguió en 2022 Kyocera con 90 Gpbs, es decir, 100 veces más que el 5G.
Al tratarse de luz, el LiFi puede usar todo el espectro de luz visible y como puede usar longitudes de ondas concretas, no hay interferencias con otros dispositivos. En cuanto a la seguridad, un atacante no puede interceptar la conexión ni espiar el contenido. Sí, la luz ofrece numerosas bondades frente a las ondas de radio, pero tiene algunos serios inconvenientes como que no puede traspasar objetos, lo que significa que tampoco puede atravesar paredes. Es decir, es necesario tener acceso físico a la señal LiFi, que haya línea de visión directa con el emisor. Vamos, que si te guardas el móvil en el bolsillo, la conexión LiFi se corta. Con el Wi-Fi lo más habitual es tener un router en casa en una buena ubicación y a partir de este, tener una experiencia más o menos radial de alcance, pero con el LiFi no pasa igual, ya que se trata de una conexión de corto alcance. Según PureLifi, la tecnología está pensada para usarse a menos de 4 menos. ¿Y a oscuras? No habría problema, ya que puede usar infrarrojos.
Su alcance limitado y la necesidad de presencia de bombillas cerca son dos limitaciones que juegan en su contra, pero también la necesidad de que los dispositivos se adapten a esta tecnología para aprovecharla. Hace tres años acudimos a una demo de PureLiFi donde vimos cómo un móvil se conectaba al LiFi.
El proceso de conexión del Android empleado era similar al del Wi-Fi, pero no bastaba con ir a los ajustes y poco más, sino que el móvil tenía que estar apuntando a la luz de la señal y sin nada que lo cubriera (poner la mano delante durante 10 segundos implicaba un corte) y además contar con una carcasa con una pequeña luz LED que se conectaba con el emisor de la señal. O sea, que para aprovechar esta tecnología con tu teléfono necesitarías o bien una carcasa o comprar un móvil compatible con Li-Fi, hoy en día toda una rareza (en 2020 Oppo patentó un móvil y en 2022 se lanzó la LiFiMaxTab)

La falta de dispositivos compatibles con LiFi es otro problema que la tecnología está poniendo solución. Los primeros usos del LiFi se han destinado al ámbito profesional, siendo un candidato ideal para lugares donde las antenas de telecomunicaciones no lleguen o haya interferencias, pero en el MWC de 2022 pudimos ver la primera solución comercial: LiFi@Home.
En 2023 llegaba el estándar 802.11bb, una extensión del Wi-Fi que permite usar la luz como si fuera una nueva banda de frecuencias, y que abría las puertas a que las marcas interesadas la implementen en sus dispositivos. Pero integrar el LiFi en dispositivos no es tan fácil como poner una bombilla, fotorreceptor y ya.
Precisamente en nuestra experiencia hace tres años comprobamos que una de las asignaturas pendientes era seguir miniaturizando las antenas ópticas necesarias, si bien ya están a la altura de los módulos WiFi, lo que permite esconderlos al lado de la cámara selfie. Y que los precios de este componente sigan bajando, para lo que es esencial una economía de escala, o lo que es lo mismo, que haya fabricantes que apuesten por ella.
A día de hoy con una búsqueda rápida puede comprobarse que en la práctica apenas hay dispositivos con LiFi, si bien se espera que este 2025 sea el año en el que comiencen a verse los primeros dispositivos de hardware con LiFi integrado, de la misma forma que en la ficha técnica vemos otras conexiones como el WiFi, NFC o Bluetooth.
Habida cuenta de las limitaciones, la lentitud a la hora de implementarse y las diferentes experiencias de uso, en la actualidad el LiFi es todavía un complemento del WiFi y no un sustituto, una tecnología que pueda servir a ofrecer una conexión mejor y más estable en aquellos lugares donde pueda haber muchas interferencias.
En Xataka Móvil | Próxima parada, WiFi 7: el nuevo estándar que quiere revolucionar las redes inalámbricas ya tiene fecha
Portada | Montaje con foto de Enrique Pérez
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Hay una tecnología que tiene potencial para jubilar al WiFi. El problema: casi 15 años después sigue en desarrollo
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Xataka Móvil
por
Eva R. de Luis
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