Japón está viviendo algo inédito en sus barrios más emblemáticos: la "chinificación" del anime y los videojuegos

2025 está confirmando algo que se intuía el año pasado. De entre la gente que llega a Japón para quedarse, China lleva la delantera. Primero fue trasladándose para no regresar a la nación, luego el fenómeno se ha ido extendiendo por zonas, donde la proliferación de “nuevas Chinatowns” estaba dando lugar a barrios con más chinos que japoneses. Ahora están reemplazando uno de los bastiones nacionales: la cultura pop. "Chinificación". Lo contaba Nikkei hace unos días. Algunos de los barrios más emblemáticos del Japón contemporáneo están viviendo una transformación silenciosa pero radical, impulsada por la creciente influencia comercial, visual y demográfica de China. Lugares como Akihabara en Tokio, Ameyoko en Ueno o Dotonbori en Osaka, durante décadas considerados símbolos de la identidad popular nipona, están adoptando una estética y una dinámica que remiten cada vez más al estilo chino. En Xataka Tras perder un dineral, los mayores multimillonarios de EEUU se toparon con el "milagro": un repunte de patrimonio histórico El anime. En Akihabara, centro neurálgico del universo otaku, la iconografía habitual de personajes kawaii continúa dominando el paisaje, pero muchos de esos personajes ya no proceden de estudios japoneses. Empresas como Yostar Games, con sede en Shanghái, han tomado el control de espacios clave como el acceso principal de la estación de tren, exhibiendo campañas protagonizadas por sus personajes con estética anime que han logrado un éxito rotundo entre el público local. A esto se suma la presencia constante de títulos como Genshin Impact, creado por miHoYo, que también ocupa prominentes vallas publicitarias. Estas compañías no solo reproducen con precisión las fórmulas narrativas y visuales japonesas, sino que contratan personal nipón y actores de voz locales para asegurar una fidelidad estética casi absoluta. Buena parte del talento creativo japonés ha migrado hacia estos estudios debido a sus mejores condiciones salariales, lo cual ha generado preocupación en la industria nacional, donde incluso veteranos del desarrollo de videojuegos hablan abiertamente de una pérdida de competitividad. Akihabara (Tokio) Cambio en los mercados tradicionales. La transformación no se limita a la cultura digital. En Tokio, el histórico mercado de Ameyoko, conocido por su venta de pescado y productos para las celebraciones de Año Nuevo, ha experimentado una sustitución casi total de su tejido comercial. Según estimaciones de los comerciantes locales, aproximadamente el 80% de los negocios están ahora en manos de ciudadanos chinos. Comida china. Restaurantes, tiendas de ingredientes importados y supermercados enfocados en el consumo de visitantes chinos han reemplazado a los antiguos establecimientos tradicionales. En Osaka, Dotonbori se ha convertido en el destino turístico más frecuentado por ciudadanos chinos en todo Japón, superando incluso a zonas históricas de Tokio como Ginza o Asakusa. Con una afluencia de más de 13.000 visitantes chinos diarios, la zona ha modificado su oferta visual, lingüística y gastronómica para adaptarse a sus nuevos usuarios. Carteles en mandarín, menús con platos originarios de Dalian y comercios operados por ciudadanos chinos se han convertido en parte integral del paisaje urbano. En el barrio colindante de Shimanouchi, la creciente población china ha generado un ecosistema comercial propio, con supermercados, farmacias, restaurantes y alojamientos turísticos gestionados casi en su totalidad por migrantes. Auge en zonas deprimidas. En el distrito de Nishinari, tradicionalmente asociado a la pobreza urbana y al envejecimiento poblacional, el fenómeno ha tomado una dimensión diferente. Allí, contaba Nikkei que el empresario chino Lin Chuanlong ha reactivado económicamente una zona moribunda mediante la apertura de más de 170 bares tipo karaoke, operados por mujeres chinas conocidas como “mamas”. Estos locales, de precios accesibles y estética festiva han devuelto la vida nocturna a un vecindario antaño silencioso. Apodado ahora como Karaoke Pub Town, el barrio se ha convertido en una nueva referencia del ocio nocturno asequible en Osaka. Lin, que llegó de Fujian hace más de treinta años, ha fundado además una inmobiliaria y planea construir en la zona un barrio chino que, en sus propias palabras, sea más atractivo que los de Yokohama o Kobe. Aunque algunos locales admiten su desconcierto ante la rapidez del cambio, muchos otros reconocen que la transformación ha revitalizado espacios condenados al abandono. En Xataka Los aranceles ya se están cobrando a su primera gran víctima de la economía global: el precio del petróleo Una manta sobre Japón. De fondo, una idea que ya se atisbaba semanas atrás. Este proceso no responde a una invasión ni a una sustitución

Abr 20, 2025 - 13:41
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Japón está viviendo algo inédito en sus barrios más emblemáticos: la "chinificación" del anime y los videojuegos

Japón está viviendo algo inédito en sus barrios más emblemáticos: la "chinificación" del anime y los videojuegos

2025 está confirmando algo que se intuía el año pasado. De entre la gente que llega a Japón para quedarse, China lleva la delantera. Primero fue trasladándose para no regresar a la nación, luego el fenómeno se ha ido extendiendo por zonas, donde la proliferación de “nuevas Chinatowns” estaba dando lugar a barrios con más chinos que japoneses. Ahora están reemplazando uno de los bastiones nacionales: la cultura pop.

"Chinificación". Lo contaba Nikkei hace unos días. Algunos de los barrios más emblemáticos del Japón contemporáneo están viviendo una transformación silenciosa pero radical, impulsada por la creciente influencia comercial, visual y demográfica de China. Lugares como Akihabara en Tokio, Ameyoko en Ueno o Dotonbori en Osaka, durante décadas considerados símbolos de la identidad popular nipona, están adoptando una estética y una dinámica que remiten cada vez más al estilo chino.

El anime. En Akihabara, centro neurálgico del universo otaku, la iconografía habitual de personajes kawaii continúa dominando el paisaje, pero muchos de esos personajes ya no proceden de estudios japoneses. Empresas como Yostar Games, con sede en Shanghái, han tomado el control de espacios clave como el acceso principal de la estación de tren, exhibiendo campañas protagonizadas por sus personajes con estética anime que han logrado un éxito rotundo entre el público local.

A esto se suma la presencia constante de títulos como Genshin Impact, creado por miHoYo, que también ocupa prominentes vallas publicitarias. Estas compañías no solo reproducen con precisión las fórmulas narrativas y visuales japonesas, sino que contratan personal nipón y actores de voz locales para asegurar una fidelidad estética casi absoluta. Buena parte del talento creativo japonés ha migrado hacia estos estudios debido a sus mejores condiciones salariales, lo cual ha generado preocupación en la industria nacional, donde incluso veteranos del desarrollo de videojuegos hablan abiertamente de una pérdida de competitividad.

D Akihabara (Tokio)

Cambio en los mercados tradicionales. La transformación no se limita a la cultura digital. En Tokio, el histórico mercado de Ameyoko, conocido por su venta de pescado y productos para las celebraciones de Año Nuevo, ha experimentado una sustitución casi total de su tejido comercial. Según estimaciones de los comerciantes locales, aproximadamente el 80% de los negocios están ahora en manos de ciudadanos chinos.

Comida china. Restaurantes, tiendas de ingredientes importados y supermercados enfocados en el consumo de visitantes chinos han reemplazado a los antiguos establecimientos tradicionales. En Osaka, Dotonbori se ha convertido en el destino turístico más frecuentado por ciudadanos chinos en todo Japón, superando incluso a zonas históricas de Tokio como Ginza o Asakusa.

Con una afluencia de más de 13.000 visitantes chinos diarios, la zona ha modificado su oferta visual, lingüística y gastronómica para adaptarse a sus nuevos usuarios. Carteles en mandarín, menús con platos originarios de Dalian y comercios operados por ciudadanos chinos se han convertido en parte integral del paisaje urbano. En el barrio colindante de Shimanouchi, la creciente población china ha generado un ecosistema comercial propio, con supermercados, farmacias, restaurantes y alojamientos turísticos gestionados casi en su totalidad por migrantes.

Auge en zonas deprimidas. En el distrito de Nishinari, tradicionalmente asociado a la pobreza urbana y al envejecimiento poblacional, el fenómeno ha tomado una dimensión diferente. Allí, contaba Nikkei que el empresario chino Lin Chuanlong ha reactivado económicamente una zona moribunda mediante la apertura de más de 170 bares tipo karaoke, operados por mujeres chinas conocidas como “mamas”. Estos locales, de precios accesibles y estética festiva han devuelto la vida nocturna a un vecindario antaño silencioso.

Apodado ahora como Karaoke Pub Town, el barrio se ha convertido en una nueva referencia del ocio nocturno asequible en Osaka. Lin, que llegó de Fujian hace más de treinta años, ha fundado además una inmobiliaria y planea construir en la zona un barrio chino que, en sus propias palabras, sea más atractivo que los de Yokohama o Kobe. Aunque algunos locales admiten su desconcierto ante la rapidez del cambio, muchos otros reconocen que la transformación ha revitalizado espacios condenados al abandono.

Una manta sobre Japón. De fondo, una idea que ya se atisbaba semanas atrás. Este proceso no responde a una invasión ni a una sustitución abrupta, sino a una reconfiguración paulatina en la que la inversión china, su poder de atracción comercial y su capacidad de adaptación parecen estar reformulando las formas, las funciones y los sentidos de lo urbano en muchas partes de Japón.

En estas áreas, lo “nipón” ya no se define por su origen nacional, o no en su totalidad, sino por su capacidad de sobrevivir, convivir o integrarse en una nueva estética regional asiática donde la distinción entre lo propio y lo ajeno se ha vuelto difusa. La transformación en curso no solo afecta a fachadas, carteles o idiomas, sino a la memoria misma de lo que significaban estos lugares. Una “chinificación” silenciosa de la cultura japonesa que, lejos de desaparecer, se está encontrando formas inesperadas de continuar existiendo, aunque ya no lo haga de forma exclusiva.

Imagen | IQRemix, jpellgen (@1105

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La noticia Japón está viviendo algo inédito en sus barrios más emblemáticos: la "chinificación" del anime y los videojuegos fue publicada originalmente en Xataka por Miguel Jorge .