Así puedes ahorrar en tu factura de la luz utilizando un termo eléctrico
Una de las claves para ahorrar utilizando un termo eléctrico es ajustar la temperatura del agua.

El termo eléctrico es un aparato esencial en muchos hogares de España, especialmente en aquellos que no cuentan con sistemas centralizados de calefacción y agua caliente. Su instalación es sencilla, requiere poco mantenimiento y no emite gases nocivos, lo que lo convierte en una opción económica.
Sin embargo, su mala utilización puede generar un consumo eléctrico elevado, así que para evitarlo y reducir el gasto en la factura de la luz, es posible aplicar diversas estrategias para mejorar su funcionamiento, pero lo primero es entender como funciona.
Cómo funciona un termo eléctrico
El funcionamiento de un termo eléctrico se basa en un depósito donde se almacena el agua caliente. Este sistema emplea resistencias que se activan hasta alcanzar la temperatura programada, pero con el paso del tiempo, el agua pierde calor y las resistencias vuelven a encenderse repetidamente, generando un consumo innecesario.
Según datos de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), el consumo medio de agua caliente en España ronda los 35 litros diarios por persona, por lo que cualquier medida que ayude a reducir el uso innecesario de energía puede tener ayudar en la economía doméstica.
Cómo ahorrar en tu factura de la luz utilizando un termo eléctrico
Una de las claves para ahorrar es ajustar la temperatura del agua. De normal, los termos eléctricos suelen calentar el agua a 60 °C, pero desde la OCU afirman que esta temperatura no es necesaria para un uso doméstico habitual. De hecho, reducirla a entre 30 y 35 °C puede disminuir el consumo energético hasta en un 15%. Otra medida útil es instalar un enchufe inteligente.
Estos dispositivos permiten programar el encendido del termo solo en los momentos en los que realmente se necesita agua caliente, evitando que permanezca funcionando todo el día. Además, algunos permiten monitorizar el consumo en tiempo real, ayudando a gestionar mejor el gasto energético. También se pueden emplear aireadores en los grifos, que inyectan aire en el chorro de agua, reduciendo el consumo hasta en un 60% sin afectar la presión.
El mantenimiento es clave
El mantenimiento del termo es otro aspecto importante para garantizar su eficiencia y alargar su vida útil. Según la OCU, aunque estos dispositivos no requieren revisiones periódicas obligatorias como las calderas de gas, sí es recomendable realizar ciertas comprobaciones cada pocos años:
- Sustituir el ánodo cada dos años para prevenir la corrosión de los metales en contacto con el agua.
- Resetear el termostato para que calcule correctamente la temperatura.
- Revisar las resistencias, ya que la acumulación de cal en ellas puede reducir significativamente la eficiencia del termo.
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