Los juegos románticos para móvil son un fenómeno en China. Hay jóvenes contratando cosplayers para tener citas con sus personajes
Jesse es un personaje de ficción descrito como sensible y carismático. También es músico en el popular videojuego en China, Light and Night, desarrollado por Tencent. Sin embargo, en el país es mucho más que eso. Jesse y otros tantos personajes de este tipo de simulador románticos para móvil han traspasado la frontera entre la realidad y la ficción a través de un fenómeno que está convirtiendo las fantasías de muchas jóvenes en la cita soñada. Encargar citas con personajes de ficción. Lo contaba este fin de semana SCMP, aunque lleva varios meses al alza: en el panorama urbano y emocional de la juventud china, un fenómeno fascinante y revelador se extiende con fuerza, uno donde mujeres jóvenes contratan a cosplayers (en su mayoría también mujeres) para que encarnen a los protagonistas masculinos de videojuegos románticos o simulaciones amorosas para móviles (como Light and Night o Love and Deepspace). El fin: citas cuidadosamente planeadas. Hablamos de producciones chinas que han cultivado legiones de seguidoras fervientes gracias a sus tramas inmersivas, personajes idealizados y escenarios cuidadosamente diseñados para despertar afecto, ternura y deseo. Para muchas jóvenes, la frontera entre lo virtual y lo emocionalmente real se difumina, y al contratar a intérpretes que encarnen a sus “novios digitales”, experimentan una forma de intimidad que les ofrece consuelo, validación y/o la sensación de ser amadas en un entorno seguro y controlado. En 3D Juegos Si tienes un puerto USB libre en tu televisor, tienes un tesoro escondido: así puedes exprimir cinco funciones esenciales Cos commissioning. El fenómeno, conocido como cos commissioning, ha alcanzado una enorme popularidad en redes sociales hasta el punto de tener millones de visualizaciones que dan cuenta de un deseo compartido: transformar la fantasía digital del amor idealizado en una experiencia vivida, tangible, aunque deliberadamente construida. Un ejemplo. Hace unos meses lo contaba en un reportaje AFP a través de Xu Yunting, una adolescente de Shanghái que comenzó a interpretar personajes masculinos como forma de ganar algo de dinero mientras cursaba sus últimos años de secundaria. La joven contaba que uno de sus papeles más solicitados era precisamente Jesse, el personaje del videojuego Light and Night, donde el jugador vive una historia de amor inmersiva con cinco pretendientes posibles. Para su clienta Feng Xinyu, de 19 años, Jesse era mucho más que un personaje: era su pareja perfecta. Por eso había contratado en varias ocasiones a Xu para recrear con ella escenas de citas reales, con paseos, comidas, talleres y miradas compartidas que parecen salidas directamente del universo virtual del juego. Una fantasía controlada. Feng afirmaba en el reportaje no estar interesada en los “hombres 3D”, término popular que usan las jóvenes para referirse a los hombres reales, en contraste con los “2D” de los juegos y el anime. En estos últimos encuentran cualidades deseables que rara vez hallan en su entorno cotidiano. A saber: dulzura, atención, sensibilidad o romanticismo sin condescendencia ni violencia emocional. El precio a pagar. ¿De cuánto hablamos? Al parecer, contratar una cita con un cosplayer gira en torno a una tarifa que puede rondar los 70 dólares o, en casos más elaborados, llegar a los 2.800 por varios días. Es decir, que la contratación se convierte en una experiencia de inmersión afectiva cuidadosamente orquestada, donde el control está del lado de quien paga, y el resultado, aunque ensayado, genera una sensación real de compañía, complicidad y consuelo. ¿Dónde? Este tipo de encuentros, al parecer, suele desarrollarse en espacios lo más teatrales posibles: desde clases de decoración o pintura de muñecas, hasta cenas o caminatas tranquilas. Los encargos son gestionados con detalle, ya que no se trata solo del disfraz, sino del lenguaje corporal, el tono de voz del “intérprete”, los gestos caballerosos (al estilo del juego en cuestión) y la recreación fiel del “novio soñado” que las clientas conocen al dedillo desde la pantalla del móvil. Reescribiendo el guion del género. Más allá de lo anecdótico, académicas y estudiosos del fenómeno ven en el cos commissioning una manifestación de resistencia cultural ante las normas tradicionales del género en China. En una sociedad donde las actitudes conservadoras hacia las mujeres siguen siendo dominantes y el patriarcado se refuerza desde los medios y las instituciones, estas citas ficticias parecen ofrecer un espacio de agencia y redefinición del rol femenino en las relaciones heteronormativas. Como señalaba la investigadora Zhou Zixing, la práctica permite a las mujeres “ganar una voz plenamente respetada por el sexo opuesto… respondiendo, rompiendo y reconstruyendo las reglas de género del mundo real”. Aquí no importa tanto si el cosplayer es hombre o mujer, lo que importa

Jesse es un personaje de ficción descrito como sensible y carismático. También es músico en el popular videojuego en China, Light and Night, desarrollado por Tencent. Sin embargo, en el país es mucho más que eso. Jesse y otros tantos personajes de este tipo de simulador románticos para móvil han traspasado la frontera entre la realidad y la ficción a través de un fenómeno que está convirtiendo las fantasías de muchas jóvenes en la cita soñada.
Encargar citas con personajes de ficción. Lo contaba este fin de semana SCMP, aunque lleva varios meses al alza: en el panorama urbano y emocional de la juventud china, un fenómeno fascinante y revelador se extiende con fuerza, uno donde mujeres jóvenes contratan a cosplayers (en su mayoría también mujeres) para que encarnen a los protagonistas masculinos de videojuegos románticos o simulaciones amorosas para móviles (como Light and Night o Love and Deepspace). El fin: citas cuidadosamente planeadas.
Hablamos de producciones chinas que han cultivado legiones de seguidoras fervientes gracias a sus tramas inmersivas, personajes idealizados y escenarios cuidadosamente diseñados para despertar afecto, ternura y deseo. Para muchas jóvenes, la frontera entre lo virtual y lo emocionalmente real se difumina, y al contratar a intérpretes que encarnen a sus “novios digitales”, experimentan una forma de intimidad que les ofrece consuelo, validación y/o la sensación de ser amadas en un entorno seguro y controlado.
Cos commissioning. El fenómeno, conocido como cos commissioning, ha alcanzado una enorme popularidad en redes sociales hasta el punto de tener millones de visualizaciones que dan cuenta de un deseo compartido: transformar la fantasía digital del amor idealizado en una experiencia vivida, tangible, aunque deliberadamente construida.
Un ejemplo. Hace unos meses lo contaba en un reportaje AFP a través de Xu Yunting, una adolescente de Shanghái que comenzó a interpretar personajes masculinos como forma de ganar algo de dinero mientras cursaba sus últimos años de secundaria. La joven contaba que uno de sus papeles más solicitados era precisamente Jesse, el personaje del videojuego Light and Night, donde el jugador vive una historia de amor inmersiva con cinco pretendientes posibles.
Para su clienta Feng Xinyu, de 19 años, Jesse era mucho más que un personaje: era su pareja perfecta. Por eso había contratado en varias ocasiones a Xu para recrear con ella escenas de citas reales, con paseos, comidas, talleres y miradas compartidas que parecen salidas directamente del universo virtual del juego.
Una fantasía controlada. Feng afirmaba en el reportaje no estar interesada en los “hombres 3D”, término popular que usan las jóvenes para referirse a los hombres reales, en contraste con los “2D” de los juegos y el anime. En estos últimos encuentran cualidades deseables que rara vez hallan en su entorno cotidiano. A saber: dulzura, atención, sensibilidad o romanticismo sin condescendencia ni violencia emocional.
El precio a pagar. ¿De cuánto hablamos? Al parecer, contratar una cita con un cosplayer gira en torno a una tarifa que puede rondar los 70 dólares o, en casos más elaborados, llegar a los 2.800 por varios días. Es decir, que la contratación se convierte en una experiencia de inmersión afectiva cuidadosamente orquestada, donde el control está del lado de quien paga, y el resultado, aunque ensayado, genera una sensación real de compañía, complicidad y consuelo.
¿Dónde? Este tipo de encuentros, al parecer, suele desarrollarse en espacios lo más teatrales posibles: desde clases de decoración o pintura de muñecas, hasta cenas o caminatas tranquilas. Los encargos son gestionados con detalle, ya que no se trata solo del disfraz, sino del lenguaje corporal, el tono de voz del “intérprete”, los gestos caballerosos (al estilo del juego en cuestión) y la recreación fiel del “novio soñado” que las clientas conocen al dedillo desde la pantalla del móvil.
Reescribiendo el guion del género. Más allá de lo anecdótico, académicas y estudiosos del fenómeno ven en el cos commissioning una manifestación de resistencia cultural ante las normas tradicionales del género en China. En una sociedad donde las actitudes conservadoras hacia las mujeres siguen siendo dominantes y el patriarcado se refuerza desde los medios y las instituciones, estas citas ficticias parecen ofrecer un espacio de agencia y redefinición del rol femenino en las relaciones heteronormativas.
Como señalaba la investigadora Zhou Zixing, la práctica permite a las mujeres “ganar una voz plenamente respetada por el sexo opuesto… respondiendo, rompiendo y reconstruyendo las reglas de género del mundo real”. Aquí no importa tanto si el cosplayer es hombre o mujer, lo que importa es que se convierte en un canal mediante el cual la clienta puede explorar, expresar y validar sus necesidades afectivas. Al evitar relaciones reales con hombres que muchas veces consideran poco sensibles, autoritarios o emocionalmente inaccesibles, las jóvenes parecer crear un microcosmos donde hay afecto sin violencia ni juicio, y siempre bajo sus propias condiciones.
Un juego serio. Aunque los encuentros no dejan de ser transacciones pactadas, eso no parece restarle carga emocional. Como explicaba la profesora Tian Qian, de la Universidad Fudan, estas citas pueden funcionar como “sustento emocional” y ofrecer una forma de “ser vistas” que tiene un efecto terapéutico real. Xu, por su parte, dice interpretar a Jesse con atención a cada matiz. En su visión, estos personajes ideales pueden incluso elevar los estándares afectivos de sus clientas, ayudándolas a no conformarse con parejas reales que no las traten con la misma consideración.
Contaban en AFP que su madre, inicialmente confundida por esta inusual ocupación de la joven, ha llegado a aceptarla como un pasatiempo que genera "alegría" tanto en su hija como en quienes la contratan. Así, lo que parece desde fuera una puesta en escena, es en realidad una compleja coreografía de afecto, deseo, seguridad y libertad, una en la que la línea entre realidad y ficción se vuelve de lo más difusa.
Imagen | Beryl_snw
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La noticia
Los juegos románticos para móvil son un fenómeno en China. Hay jóvenes contratando cosplayers para tener citas con sus personajes
fue publicada originalmente en
Xataka Móvil
por
Miguel Jorge
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