Temu parecía imparable. Sus últimos resultados empiezan a cuestionar su modelo
Las cifras presentadas recientemente por PDD Holdings, propietaria de Temu, dibuja un panorama algo inesperado. Según lo publicado por Bloomberg, los beneficios aumentaron un 18%, por encima de las expectativas, pero los ingresos se quedaron cortos con unos 15.300 millones de dólares. Es un crecimiento asimétrico que deja entrever la primera fisura en el modelo expansionista de la plataforma china. No es un desajuste casual: Temu ha inundado el mundo occidental con una estrategia de marketing tan agresiva como insostenible. Ha gastado miles de millones en publicidad –omnipresencia en la Super Bowl incluida– mientras subvencionaba logística y precios para capturar cuota de mercado. Es una estrategia que recuerda peligrosamente a la de otros gigantes tecnológicos que acabaron descubriendo que el crecimiento a cualquier precio tiene fecha de caducidad: WeWork colapsó tras años quemando efectivo para crecer de forma agresiva. Groupon llegó a valer 16.000 millones de dólares, hoy vale un 95% menos. Wish –otro marketplace de baratijas– también vio cómo su valoración se desplomó más de 95% tras salir a bolsa, cuando sus propias subvenciones se volvieron insostenibles. La acción de PDD Holdings está lejos de sus máximos históricos, justo al inicio del techlash chino que se empezó a comer hasta el 80% de su valor, pero pese a la volatilidad de 2024 mantiene una inercia alcista. No obstante, Temu tiene cada vez más problemas regulatorios: Trump ha amenazado con cerrar la laguna fiscal que permite las importaciones libres de impuestos por debajo de 800 dólares. La UE está investigando si Temu vende productos ilegales. Vietnam directamente ha suspendido su actividad. Como la de Shein. No son problemas aislados que se acumulan, sino el reconocimiento global de que su modelo ultrabarato solo funciona precisamente porque explota grietas regulatorias que los gobiernos empiezan a sellar. Temu ya ha empezado a enviar mercancía en grandes lotes a almacenes de Estados Unidos –aranceles mediante– para amortiguar el impacto de estos cambios, pero eso erosiona sus márgenes, que no eran altos. Y más preocupante aún: el propio Chen Lei, CEO de PDD, lleva desde verano avisando sobre la competencia. Y alertando de que la rentabilidad disminuirá con el tiempo. Es un mensaje inusualmente pesimista viniendo de una tecnológica china. Cuando un CEO chino admite públicamente sus preocupaciones sobre el futuro, la situación suele ser bastante peor entre bambalinas. En Xataka La fábrica del Xiaomi SU7 en China se ha convertido en una atracción turística. Y hay quien paga un dineral por verla Lo que estamos viendo con Temu no solo es el contexto de una empresa, sino el posible fin de una era. Su modelo –productos ultrabaratos enviados directamente desde China– floreció en un momento muy concreto marcado por dos circunstancias: Globalización. Infraestructura digital. Ahora, con el proteccionismo en auge, la inflación soplando en la nuca de los costes logísticos y los consumidores algo más sensibilizados que antes con la sostenibilidad, la ventana de oportunidad se estrecha. El gigante chino puede estar descubriendo lo que Alibaba y compañía ya tuvieron que aprender: el mercado global no solo es una versión ampliada del mercado chino. Y la pregunta que nos queda por hacer no es si Temu superará el bache, sino si su modelo –volúmenes gigantes, márgenes minúsculos, rotación brutal y externalización de casi todos los costes laborales y ambientales– tiene futuro en un mundo cada vez más fragmentado y regulado. Los inversores, al menos de momento, parecen mantener la fe. El tiempo dirá si es optimismo o simple negación. En Xataka | Shein y Temu han representado durante años la mayor amenaza para Amazon en EEUU. Ahora es el turno de TikTok Imagen destacada | Xataka con ChatGPT - La noticia Temu parecía imparable. Sus últimos resultados empiezan a cuestionar su modelo fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .

Las cifras presentadas recientemente por PDD Holdings, propietaria de Temu, dibuja un panorama algo inesperado. Según lo publicado por Bloomberg, los beneficios aumentaron un 18%, por encima de las expectativas, pero los ingresos se quedaron cortos con unos 15.300 millones de dólares.
Es un crecimiento asimétrico que deja entrever la primera fisura en el modelo expansionista de la plataforma china.
No es un desajuste casual: Temu ha inundado el mundo occidental con una estrategia de marketing tan agresiva como insostenible. Ha gastado miles de millones en publicidad –omnipresencia en la Super Bowl incluida– mientras subvencionaba logística y precios para capturar cuota de mercado.
Es una estrategia que recuerda peligrosamente a la de otros gigantes tecnológicos que acabaron descubriendo que el crecimiento a cualquier precio tiene fecha de caducidad:
- WeWork colapsó tras años quemando efectivo para crecer de forma agresiva.
- Groupon llegó a valer 16.000 millones de dólares, hoy vale un 95% menos.
- Wish –otro marketplace de baratijas– también vio cómo su valoración se desplomó más de 95% tras salir a bolsa, cuando sus propias subvenciones se volvieron insostenibles.
La acción de PDD Holdings está lejos de sus máximos históricos, justo al inicio del techlash chino que se empezó a comer hasta el 80% de su valor, pero pese a la volatilidad de 2024 mantiene una inercia alcista.

No obstante, Temu tiene cada vez más problemas regulatorios:
- Trump ha amenazado con cerrar la laguna fiscal que permite las importaciones libres de impuestos por debajo de 800 dólares.
- La UE está investigando si Temu vende productos ilegales.
- Vietnam directamente ha suspendido su actividad. Como la de Shein.
No son problemas aislados que se acumulan, sino el reconocimiento global de que su modelo ultrabarato solo funciona precisamente porque explota grietas regulatorias que los gobiernos empiezan a sellar.
Temu ya ha empezado a enviar mercancía en grandes lotes a almacenes de Estados Unidos –aranceles mediante– para amortiguar el impacto de estos cambios, pero eso erosiona sus márgenes, que no eran altos.
Y más preocupante aún: el propio Chen Lei, CEO de PDD, lleva desde verano avisando sobre la competencia. Y alertando de que la rentabilidad disminuirá con el tiempo. Es un mensaje inusualmente pesimista viniendo de una tecnológica china.
- Cuando un CEO chino admite públicamente sus preocupaciones sobre el futuro, la situación suele ser bastante peor entre bambalinas.
Lo que estamos viendo con Temu no solo es el contexto de una empresa, sino el posible fin de una era. Su modelo –productos ultrabaratos enviados directamente desde China– floreció en un momento muy concreto marcado por dos circunstancias:
- Globalización.
- Infraestructura digital.
Ahora, con el proteccionismo en auge, la inflación soplando en la nuca de los costes logísticos y los consumidores algo más sensibilizados que antes con la sostenibilidad, la ventana de oportunidad se estrecha.
El gigante chino puede estar descubriendo lo que Alibaba y compañía ya tuvieron que aprender: el mercado global no solo es una versión ampliada del mercado chino.
Y la pregunta que nos queda por hacer no es si Temu superará el bache, sino si su modelo –volúmenes gigantes, márgenes minúsculos, rotación brutal y externalización de casi todos los costes laborales y ambientales– tiene futuro en un mundo cada vez más fragmentado y regulado.
Los inversores, al menos de momento, parecen mantener la fe. El tiempo dirá si es optimismo o simple negación.
En Xataka | Shein y Temu han representado durante años la mayor amenaza para Amazon en EEUU. Ahora es el turno de TikTok
Imagen destacada | Xataka con ChatGPT
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La noticia
Temu parecía imparable. Sus últimos resultados empiezan a cuestionar su modelo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
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