Una década después, sigo usando mi Chromecast. No hay duda, es uno de los mejores dispositivos que he comprado en mi vida
Hoy en día podría decirse que la mayoría de televisores en el mercado tienen cualidades "inteligentes", es decir, nos permiten acceder a aplicaciones como YouTube, Netflix, Disney+ y otras de forma nativa, directamente desde el TV. Pero hubo una época que no era así, y necesitábamos de dispositivos para convertir a nuestras teles tontas en teles inteligentes. Entre ellos, el Chromecast era mítico. Google lanzó el primer Chromecast en 2013, y once años después mató por completo toda esta línea. Después de varias generaciones de dispositivos entre los Chromecast y los Chromecast con Google TV, la compañía decidió que era hora de dejar atrás esta línea y reemplazarla por el nuevo Google TV Streamer. En mi caso, me niego a hacerlo. Más de diez años después de haber comprado mi Chromecast, continúo usándolo casi todos los días. Y tengo buenos motivos. Si funciona, todavía tiene uso. El Chromecast no tiene por qué quedar obsoleto El Chromecast era un producto noble, versátil. Con solo conectarlo a un puerto HDMI, alimentarlo de energía vía USB y conectarlo a la red WiFi local, nos permite transmitir lo que estamos viendo en el móvil a una pantalla de gran tamaño. Hoy en día muchas teles hacen esto de forma nativa, pero si no tienes una tele moderna, o deseas añadir esta capacidad a un monitor o una pantalla económica, el Chromecast era la solución ideal y también una de las más baratas. En Xataka Android Todo sobre Chromecast: primeros pasos, consejos, trucos y aplicaciones para exprimirlo al máximo Recuerdo que compré mi Chromecast, el que acompaña este artículo en fotos, poco después de su lanzamiento original. Su precio rondaba los 40 euros, y once años después puedo decir que ha valido completamente la pena. Originalmente, lo usaba para poder hacer stream de mi móvil Android a una vieja tele LCD marca Sony que me acompañó varios años, y así ver Netflix, YouTube y Crunchyroll en la gran pantalla, además de los vídeos y fotos que tomaba con el móvil. El Chromecast me ha resultado tan útil que desde que lo compré he cambiado de tele tres veces, y en todas las teles ha estado conectado mi viejo Chromecast, incluso en mi Smart TV moderna que, honestamente, no lo necesita. Pero puede que mi tele más nueva no requiera de sus servicios, sin embargo, aún así le sigo encontrando usos. Al viajar, por ejemplo, suelo llevar dos móviles conmigo. Simplemente tengo que conectar el Chromecast a la tele de mi habitación de hotel, crear una red WiFi privada compartida con el móvil (un hotspot), y listo, transmito mis series favoritas a la tele de forma privada, con mi propia red y mi propia cuenta de Netflix, HBO Max o el servicio de streaming que quiera. En Xataka Android Mi salvavidas para las vacaciones: así aprovecho al máximo el Google Chromecast, incluso sin WiFi También suelo llevar el Chromecast a casa de amigos para poder mostrar fotos del último concierto al que fui, o los vídeos que grabé con el móvil, sin importar si mis amigos no tienen una tele inteligente. Sin embargo, el uso que más le doy actualmente a mi Chromecast es en la cocina: lo tengo conectado a un monitor antiguo que tiene altavoces, y así transmito YouTube desde el móvil mientras hago la cena. El Chromecast incluso lo puedo conectar a un sistema de sonido conectado a la tele para escuchar música o podcasts. El Chromecast lo llevo a donde sea que lo necesite. Lleva once años conmigo, y sé que le quedan varios años más de uso y vida útil Menos basura electrónica Foto de Eva R. De Luis. En este caso, Eva usa un Chromecast con Google TV. La realidad es que mi Chromecast, diez años más tarde, sigue teniendo usos, y esto lo hace muy valioso, especialmente en una época en la que muchas veces descartamos las cosas cuando todavía funcionan. Muchas veces descartamos y actualizamos dispositivos cuando el que tenemos todavía anda bien, quizás es un capricho, o sencillamente nos gusta tener lo más nuevo y avanzado, y eso no tiene nada de malo (soy culpable de esto), pero a veces podemos detenernos y pensar si todavía podemos darle un uso a ese aparato que lleva meses o años en un cajón, aunque ese uso sea regalarlo a alguien más para que lo aproveche. En Xataka Android Quien tiene un puerto USB libre en su Android TV tiene un tesoro: cinco funciones poco conocidas pero que para mí son esenciales El Google TV Streamer parece estar muy bien, seguro tiene muchas funciones y capacidades interesantes, pero el Chromecast y su simplicidad cumple con lo que necesito en este tipo de dispositivos, especialmente porque ya tengo una tele con acceso a apps de streaming. El Chromecast lo llevo a donde sea que lo necesite, o lo dejo en la co

Hoy en día podría decirse que la mayoría de televisores en el mercado tienen cualidades "inteligentes", es decir, nos permiten acceder a aplicaciones como YouTube, Netflix, Disney+ y otras de forma nativa, directamente desde el TV. Pero hubo una época que no era así, y necesitábamos de dispositivos para convertir a nuestras teles tontas en teles inteligentes. Entre ellos, el Chromecast era mítico.
Google lanzó el primer Chromecast en 2013, y once años después mató por completo toda esta línea. Después de varias generaciones de dispositivos entre los Chromecast y los Chromecast con Google TV, la compañía decidió que era hora de dejar atrás esta línea y reemplazarla por el nuevo Google TV Streamer. En mi caso, me niego a hacerlo. Más de diez años después de haber comprado mi Chromecast, continúo usándolo casi todos los días. Y tengo buenos motivos.
Si funciona, todavía tiene uso. El Chromecast no tiene por qué quedar obsoleto
El Chromecast era un producto noble, versátil. Con solo conectarlo a un puerto HDMI, alimentarlo de energía vía USB y conectarlo a la red WiFi local, nos permite transmitir lo que estamos viendo en el móvil a una pantalla de gran tamaño. Hoy en día muchas teles hacen esto de forma nativa, pero si no tienes una tele moderna, o deseas añadir esta capacidad a un monitor o una pantalla económica, el Chromecast era la solución ideal y también una de las más baratas.
Recuerdo que compré mi Chromecast, el que acompaña este artículo en fotos, poco después de su lanzamiento original. Su precio rondaba los 40 euros, y once años después puedo decir que ha valido completamente la pena. Originalmente, lo usaba para poder hacer stream de mi móvil Android a una vieja tele LCD marca Sony que me acompañó varios años, y así ver Netflix, YouTube y Crunchyroll en la gran pantalla, además de los vídeos y fotos que tomaba con el móvil.
El Chromecast me ha resultado tan útil que desde que lo compré he cambiado de tele tres veces, y en todas las teles ha estado conectado mi viejo Chromecast, incluso en mi Smart TV moderna que, honestamente, no lo necesita. Pero puede que mi tele más nueva no requiera de sus servicios, sin embargo, aún así le sigo encontrando usos.

Al viajar, por ejemplo, suelo llevar dos móviles conmigo. Simplemente tengo que conectar el Chromecast a la tele de mi habitación de hotel, crear una red WiFi privada compartida con el móvil (un hotspot), y listo, transmito mis series favoritas a la tele de forma privada, con mi propia red y mi propia cuenta de Netflix, HBO Max o el servicio de streaming que quiera.
También suelo llevar el Chromecast a casa de amigos para poder mostrar fotos del último concierto al que fui, o los vídeos que grabé con el móvil, sin importar si mis amigos no tienen una tele inteligente. Sin embargo, el uso que más le doy actualmente a mi Chromecast es en la cocina: lo tengo conectado a un monitor antiguo que tiene altavoces, y así transmito YouTube desde el móvil mientras hago la cena. El Chromecast incluso lo puedo conectar a un sistema de sonido conectado a la tele para escuchar música o podcasts.
Menos basura electrónica

La realidad es que mi Chromecast, diez años más tarde, sigue teniendo usos, y esto lo hace muy valioso, especialmente en una época en la que muchas veces descartamos las cosas cuando todavía funcionan.
Muchas veces descartamos y actualizamos dispositivos cuando el que tenemos todavía anda bien, quizás es un capricho, o sencillamente nos gusta tener lo más nuevo y avanzado, y eso no tiene nada de malo (soy culpable de esto), pero a veces podemos detenernos y pensar si todavía podemos darle un uso a ese aparato que lleva meses o años en un cajón, aunque ese uso sea regalarlo a alguien más para que lo aproveche.
El Google TV Streamer parece estar muy bien, seguro tiene muchas funciones y capacidades interesantes, pero el Chromecast y su simplicidad cumple con lo que necesito en este tipo de dispositivos, especialmente porque ya tengo una tele con acceso a apps de streaming. El Chromecast lo llevo a donde sea que lo necesite, o lo dejo en la cocina. Lleva once años conmigo, y sé que le quedan varios años más de uso y vida útil.
Es, sin duda, uno de los mejores dispositivos que he comprado. No recuerdo muchos dispositivos que haya utilizado durante tantos años.
Foto de portada | Xataka Android
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La noticia
Una década después, sigo usando mi Chromecast. No hay duda, es uno de los mejores dispositivos que he comprado en mi vida
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Xataka Android
por
Eduardo Marín
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