EEUU asesta el golpe definitivo a la industria tecnológica tras el último cambio en su política arancelaria que nadie podrá esquivar

Pese a que los mercados bursátiles se han relajado y los ánimos parecen haberse enfriado, la Administración Trump parece que no tiene intención de regalarlos muchos meses de tranquilidad: más aún tras las últimas declaraciones.

La política arancelaria de Donald Trump y su administración ha sido más que suficiente para provocar un auténtico terremoto financiero de escala mundial. Pese a que en su primer mandado ya ocurrió algo similar con sus decisiones sobre los aranceles, convertidos en las dos campañas en uno de sus principales focos de atención, las dimensiones de las decisiones tomadas en esta segunda legislatura han impactado con una fuerza nunca vista antes.

Los mercados mundiales tambalearon durante algunos días, mientras que la deuda de Estados Unidos comenzaba a tensionarse más de la cuenta, dos ingredientes que provocaron que dicha administración optara por pausar los aranceles durante 90 días, con una única excepción: China. Poco después, también conocimos una segunda buena noticia que aliviaba, al menos aparentemente, a las propias empresas americanas, como era la exención arancelaria para los dispositivos electrónicos e informáticos.

Sin embargo, cuando todo parecía que poco a poco regresábamos a la normalidad, Trump no dudó en, a través de los integrantes de su gobierno, volver a mover las aguas, afirmando que la exención no es definitiva y que, de hecho, se espera que dichos productos vuelvan a gravar aranceles en un breve espacio de tiempo. Un jarro de agua fría tanto para las empresas como para los propios consumidores, que empiezan a ver una realidad que ciertas marcas comiencen a ser inaccesibles.

Un arancel específico para la industria tecnológica: los precios actuales son cosa del pasado

Podemos comenzar a despedirnos de los precios actuales de ciertas marcas, como Apple. Si hasta ahora ya eran consideradas con un precio superior a la media de la industria, el escenario que está por llegar no parece ser mucho mejor. Ayer, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, confirmó que la exención a los productos tecnológicos será “temporal”. Al mismo tiempo que afirmaba que los productos como los smartphones o los ordenadores portátiles “se incluirán en la categoría de semiconductores y tendrán un arancel específico”.

En una entrevista recogida por ABC News, añadió que estos productos “estarán incluidos en los aranceles sobre semiconductores, que probablemente entrarán en vigor en uno o dos meses. Así que estos llegarán pronto”.

Pese a que de momento no conocemos muchos más detalles al respecto, y el propio Donald Trump ya afirmó que durante el día de hoy daría más información al respecto, la realidad es que todo parece indicar que la industria tecnológica está viviendo uno de los puntos de inflexión más importantes que se recuerdan.

Una cuestión de seguridad nacional

Para el Gobierno actual de Estados Unidos, que la fabricación de todos estos productos se lleve a cabo en Estados Unidos es una cuestión de “seguridad nacional”. Si tenemos en cuenta que empresas como Apple tienen el 80% de su producción del iPhone localizada en China, parece que este cambio requeriría bastantes años para poder materializarse, en el caso de que sea posible. Más aún si tenemos en cuenta la inversión que han hecho en este país durante las últimas décadas.

Mientras todo esto ocurre y se plantea una resolución definitiva a todo este conflicto, lo único que podemos hacer es esperar y confiar en que la escalada en torno a la guerra comercial que llevamos viviendo las últimas semanas cese de manera definitiva con una resolución cómoda para todas las partes implicadas.

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