La banca española ha convertido un impuesto "confiscatorio" en confetti para su fiesta: 8.400 millones de beneficios
8.487 millones de euros. Ese es el beneficio conjunto de los seis grandes bancos cotizados en España durante el primer trimestre de 2025. Un 27% más que hace un año, según recoge El Economista. Lo más llamativo es que lo han conseguido en plena aplicación del impuesto extraordinario del Gobierno, al que llamaron “confiscatorio”, “desproporcionado” y “perjudicial para la estabilidad del sistema financiero”. Ese impuesto ha acabado siendo una mera anotación contable. Un coste que se puede mover, ajustar, deducir. En resumen: sortear. Por qué es importante. Porque muestra una constante histórica: cuando se intenta gravar de forma extraordinaria al poder financiero, este reacciona de forma extraordinariamente eficaz. Y porque habla de una desigualdad sistémica: un ciudadano no puede elegir cuándo y cómo pagar sus impuestos, pero un banco sí. Y hasta puede ganar más dinero por el camino. En Xataka El Tribunal Supremo acaba de resolver quién es el responsable cuando te roban todo tu dinero por phishing: el banco En detalle. De los 1.400 millones de euros que supuestamente iba a costar el impuesto a la banca este año, solo 351 millones han impactado en las cuentas del primer trimestre. No porque se haya derogado. Sino porque este año se prorratea. La normativa permite deducciones de hasta el 25% de la base imponible, una circunstancia que las entidades financieras han aprovechado para optimizar sus resultados. Bankinter, directamente, no pagará nada este año ni el que viene. Gracias a las deducciones del Impuesto de Sociedades, su factura fiscal ha sido cero. CaixaBank, que sí paga, es casi la que más gana: +46,2% de beneficio. El Santander reduce su carga fiscal del impuesto un 74%, y gana 3.402 millones. Y el BBVA, en un contexto de tipos a la baja, mejora un 22,7% sus resultados. Entre bambalinas. La estrategia es doble: contable y narrativa. Contablemente, el impuesto se fracciona y se maquilla con deducciones. Narrativamente, el sector proyectó una imagen de resistencia. Pero la realidad es que el impuesto no ha alterado lo fundamental: No ha frenado la rentabilidad (RoTE de hasta el 20%). No ha reducido los dividendos. No ha cambiado la tendencia del negocio: en España, los bancos crecen un 48%. Los bancos manifestaron su preocupación por el impacto, pero la adaptación de sus estrategias fiscales ha amortiguado considerablemente el efecto que habían previsto. El telón de fondo. En 2024, el impuesto se cargó de golpe, y la banca alzó la voz. Pero desde entonces han aprendido a gestionarlo. El nuevo diseño les da aire. Un “aire fiscal” que les permite seguir volando alto aunque en teoría lleven lastre en forma de carga impositiva extra. Además, este alivio fiscal compensa con creces el retroceso en el margen de intereses, que cae un 3,95% por a la bajada de tipos. Pero el margen bruto sube un 8,31%, gracias sobre todo a comisiones... y a los mencionados ajustes fiscales. En perspectiva. Mientras la economía general mira el euribor de reojo y mantiene a raya como puede la inflación, el sector bancario demuestra adaptación al entorno fiscal. No solo han evitado el golpe, sino que siguen cumpliendo objetivos ante accionistas e inversores. Y de paso, dejan un mensaje a los mercados: ni siquiera ante un impuesto súbito se frenan sus beneficios. Imagen destacada | BBVA En Xataka | El momento dulce de Revolut: duplica sus ganancias en 2024 y aspira a convertirse en un banco en toda regla - La noticia La banca española ha convertido un impuesto "confiscatorio" en confetti para su fiesta: 8.400 millones de beneficios fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .

8.487 millones de euros. Ese es el beneficio conjunto de los seis grandes bancos cotizados en España durante el primer trimestre de 2025. Un 27% más que hace un año, según recoge El Economista.
Lo más llamativo es que lo han conseguido en plena aplicación del impuesto extraordinario del Gobierno, al que llamaron “confiscatorio”, “desproporcionado” y “perjudicial para la estabilidad del sistema financiero”.
Ese impuesto ha acabado siendo una mera anotación contable. Un coste que se puede mover, ajustar, deducir. En resumen: sortear.
Por qué es importante. Porque muestra una constante histórica: cuando se intenta gravar de forma extraordinaria al poder financiero, este reacciona de forma extraordinariamente eficaz.
Y porque habla de una desigualdad sistémica: un ciudadano no puede elegir cuándo y cómo pagar sus impuestos, pero un banco sí. Y hasta puede ganar más dinero por el camino.
En detalle. De los 1.400 millones de euros que supuestamente iba a costar el impuesto a la banca este año, solo 351 millones han impactado en las cuentas del primer trimestre.
No porque se haya derogado. Sino porque este año se prorratea. La normativa permite deducciones de hasta el 25% de la base imponible, una circunstancia que las entidades financieras han aprovechado para optimizar sus resultados.
- Bankinter, directamente, no pagará nada este año ni el que viene. Gracias a las deducciones del Impuesto de Sociedades, su factura fiscal ha sido cero.
- CaixaBank, que sí paga, es casi la que más gana: +46,2% de beneficio.
- El Santander reduce su carga fiscal del impuesto un 74%, y gana 3.402 millones.
- Y el BBVA, en un contexto de tipos a la baja, mejora un 22,7% sus resultados.

Entre bambalinas. La estrategia es doble: contable y narrativa. Contablemente, el impuesto se fracciona y se maquilla con deducciones. Narrativamente, el sector proyectó una imagen de resistencia. Pero la realidad es que el impuesto no ha alterado lo fundamental:
- No ha frenado la rentabilidad (RoTE de hasta el 20%).
- No ha reducido los dividendos.
- No ha cambiado la tendencia del negocio: en España, los bancos crecen un 48%.
Los bancos manifestaron su preocupación por el impacto, pero la adaptación de sus estrategias fiscales ha amortiguado considerablemente el efecto que habían previsto.
El telón de fondo. En 2024, el impuesto se cargó de golpe, y la banca alzó la voz. Pero desde entonces han aprendido a gestionarlo. El nuevo diseño les da aire. Un “aire fiscal” que les permite seguir volando alto aunque en teoría lleven lastre en forma de carga impositiva extra.
Además, este alivio fiscal compensa con creces el retroceso en el margen de intereses, que cae un 3,95% por a la bajada de tipos. Pero el margen bruto sube un 8,31%, gracias sobre todo a comisiones... y a los mencionados ajustes fiscales.
En perspectiva. Mientras la economía general mira el euribor de reojo y mantiene a raya como puede la inflación, el sector bancario demuestra adaptación al entorno fiscal. No solo han evitado el golpe, sino que siguen cumpliendo objetivos ante accionistas e inversores.
Y de paso, dejan un mensaje a los mercados: ni siquiera ante un impuesto súbito se frenan sus beneficios.
Imagen destacada | BBVA
En Xataka | El momento dulce de Revolut: duplica sus ganancias en 2024 y aspira a convertirse en un banco en toda regla
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La banca española ha convertido un impuesto "confiscatorio" en confetti para su fiesta: 8.400 millones de beneficios
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
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