Todo esto está matando la velocidad de tu router, y no, la culpa no es de tu operador
Cuando existe una cierta discrepancia entre la tarifa que tenemos contratada y la que recibimos en nuestra vivienda, es habitual que achaquemos la causa a alguna incidencia con nuestro operador. La realidad es que no siempre es así y son diferentes los motivos que pueden explicarlo. Cuando instalamos internet en casa, son dos los factores […] The post Todo esto está matando la velocidad de tu router, y no, la culpa no es de tu operador appeared first on ADSLZone.


Cuando existe una cierta discrepancia entre la tarifa que tenemos contratada y la que recibimos en nuestra vivienda, es habitual que achaquemos la causa a alguna incidencia con nuestro operador. La realidad es que no siempre es así y son diferentes los motivos que pueden explicarlo.
Cuando instalamos internet en casa, son dos los factores que influyen en nuestra experiencia de usuario: la cobertura del operador escogido y la velocidad por la que nos hayamos decantado. Pese a que la mayoría de las compañías ofrecen la posibilidad de cambiar gratuitamente entre tarifas sin demasiadas limitaciones, siempre es recomendable acertar a la primera para no tener que estar en contacto con nuestra compañía constantemente hasta dar con la velocidad adecuada.
Sin embargo, no basta con elegir una velocidad que se adapte a nuestras necesidades como consumidores. Además, también tenemos que procurar reducir cualquier amenaza que pueda comprometer esta velocidad. Y es que no siempre es culpa del operador cuando contratamos una tarifa con una cierta velocidad y existe una gran diferencia con respecto a la que terminamos recibiendo. Son muchos otros los factores que pueden intervenir y a continuación te decimos cuáles son algunos de los principales.
El propio router o el cable, los principales sospechosos
Existen dos elementos que siempre deben permanecer perfectos para que la velocidad contratada se transmita al resto de los equipos de nuestra vivienda: el router y el cable. Ambos gozan de una gran durabilidad, y este es precisamente el motivo por el que en muchos casos tendemos a olvidarnos de ellos. La parte buena es que en el caso de que necesiten un cambio, hacerlo es muy sencillo e, incluso, gratuito.
En el caso del router, la mayoría de nosotros utilizamos el router que nos cede el operador. Si ya tiene unos cuantos años y notamos cómo la velocidad ha descendido notablemente, es probable que sea el momento de cambiarlo. Una simple llamada a nuestra compañía es suficiente para que realicen un diagnóstico y comprueben si, efectivamente, necesita un cambio. En algunos casos lo sustituirán por un modelo superior, en otros, por el mismo modelo, pero nuevo. Lo mejor de todo es que se trata de un trámite que no tiene coste.
El cable Ethernet que utilizamos para conectar nuestros dispositivos también puede tener la culpa. Puede que lo hayamos movido más de la cuenta recientemente y que algún componente interno se haya roto y esto esté dificultando la señal de nuestro WiFi. Intenta sustituirlo por uno nuevo y comprueba si, efectivamente, este es el origen del problema.
Una mala elección de la banda
La inmensa mayoría de los routers desde los que nos conectamos la mayoría de nosotros ofrecen la banda de 2’4Ghz y la de 5Ghz. Ambas se pueden configurar desde el menú de nuestro router, a la cual se accede a través de esta URL: 192.168.1.1.
La diferencia básica entre ambas bandas radica en la velocidad máxima que ofrecen y el rango de red desde la que permiten la conexión. Es decir, lo lejos a lo que puede llegar dicha señal.
La red 2’4Ghz se caracteriza por estar más expuesta a interferencias, puesto que suele tener una mayor concentración de dispositivos, y una velocidad máxima de conexión algo inferior. Por su parte, la 5Ghz es más estable y ofrece más velocidad. Hasta aquí, podría parecer que lo idóneo es forzar a que las conexiones se realicen siempre a través de la banda 5Ghz para asegurar siempre una experiencia óptima. Sin embargo, no es así.
Las redes 5Ghz tienen la particularidad de que su alcance es menor, por lo que si nuestro router y el dispositivo desde el que nos conectamos están muy alejados, es probable que suframos microcortes y que lo mejor sea pasar a la de 2’4Ghz, puesto que tiene un mayor alcance. En cualquier caso, todo ello se puede configurar a través del menú mencionado previamente.
Si hemos revisado todo lo anterior y no encontramos el motivo del descenso de la velocidad, también es recomendable revisar la ubicación del router y situarlo en alguna zona libre de interferencias y sin barreras arquitectónicas cercanas como ocurre, por ejemplo, cuando lo instalamos dentro de un armario. Si nada de lo anterior funciona para mejorar la señal, te recomendamos que consultes con tu operador cuáles son los problemas que pueden estar afectando a tu red.
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