Ha ocurrido algo extraordinario en Ucrania: por primera vez una lancha no tripulada ha derribado aviones de combate rusos

A comienzos del mes de febrero se dio un hecho insólito, no ya para la guerra en Ucrania, sino para cualquier otro conflicto armado conocido en la historia. Si la batalla de drones estaba redefiniendo el combate moderno, el conflicto daba luz verde a algo nuevo: enjambres de drones “madre” lanzando a su vez otros drones para atacar a su vez a drones rivales. Lo último: lanchas con misiles derribando cazas rusos, y sin nadie al volante de las embarcaciones. Innovación letal en el Mar Negro. En un hecho sin precedentes, la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR) logró derribar dos cazas rusos Su-30 Flanker utilizando misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder. Lo sorprendente es desde dónde se lanzaron: drones navales Magura-7, según declaró en exclusiva el teniente general Kyrylo Budanov a The War Zone. Esta acción inédita, ocurrida en el Mar Negro, representa no solo la primera vez que aviones de combate son abatidos desde embarcaciones no tripuladas, sino también el primer uso letal confirmado de misiles AIM-9 desde este tipo de plataforma, lo que subraya el grado de sofisticación e innovación alcanzado por las fuerzas ucranianas en el teatro marítimo de operaciones. En Xataka Hay tantos turistas en Grecia que el país se ha topado con un problema: no tiene suficientes trabajadores para atenderlos Detalles de un ataque insólito. Al parecer, el operativo empleó tres drones Magura-7, una variante antiaérea del modelo Magura-5, de los cuales dos dispararon contra los cazas rusos. Según Budanov, el primer Su-30 fue alcanzado y su tripulación sobrevivió tras ser rescatada por un barco civil, mientras que se presume que los pilotos del segundo aparato perecieron en el ataque. Hasta el momento, solo existen imágenes del primer derribo difundidas en redes sociales. Recordamos que el uso de misiles AIM-9M, una variante más avanzada que la R-73 soviética, demuestra la capacidad de Ucrania para integrar armamento occidental en plataformas no convencionales. A diferencia del R-73, el AIM-9M carece de la capacidad high-off-boresight (HOBS), lo que obliga a que el misil esté orientado directamente hacia el objetivo para adquirir el blanco. Sin embargo, su mejor discriminación de fondo, resistencia a contramedidas infrarrojas y propulsión sin humo ofrecen ventajas tácticas significativas, especialmente en un entorno donde los drones deben operar con discreción. Precedentes y evolución de la doctrina. El incidente se pone a la par que el ocurrido en diciembre, cuando Ucrania reportó el uso exitoso de un R-73 disparado desde un USV para abatir un helicóptero Mi-8 ruso. Desde enero, según Budanov, los ingenieros ucranianos comenzaron a instalar AIM-9 en estos vehículos no tripulados, consolidando una evolución que combina elementos de defensa aérea, guerra electrónica y combate naval asimétrico. Aunque las configuraciones exactas de lanzamiento no han sido divulgadas por la inteligencia ucraniana, todo indica que el Magura-7 representa un nodo híbrido de alta movilidad capaz de operar en zonas donde el control aéreo es altamente disputado. Reacciones rusas y consecuencias. La respuesta de Moscú no se ha hecho esperar. A través de diversos canales en Telegram, analistas y comentaristas militares han reconocido la eficacia del ataque y señalado las crecientes deficiencias en la capacidad defensiva del Mar Negro. El canal War Correspondent Kitten expresó su alarma por tres factores: la pérdida de la iniciativa marítima, la degradación de la Flota del Mar Negro tras la destrucción del crucero Moskva, y el aparente dominio ucraniano en el uso de embarcaciones no tripuladas capaces de proyectar poder incluso sobre el espacio aéreo costero ruso. El analista Vladislav Shurygin lamentaba que el ataque siguiera el mismo patrón de señuelo y emboscada ya observado en otras operaciones ucranianas, criticando que la doctrina rusa parece incapaz de adaptarse a estas tácticas. Mientras tanto, el canal Two Majors cuestionó duramente la falta de medios eficaces para neutralizar los USV, proponiendo el uso de drones FPV o la combinación de UAV de reconocimiento ZALA con municiones merodeadoras Lancet, como ya ocurre en tierra firme. Implicaciones tecnológicas. Qué duda cabe, el uso de misiles aire-aire en plataformas navales no tripuladas redefine las reglas del combate en el Mar Negro. Históricamente, los Sidewinder se han adaptado a sistemas de defensa naval como el Sea Chaparral, pero su integración en drones kamikaze de superficie otorga a Ucrania una capacidad táctica móvil, oculta y escalable, capaz de disuadir a la aviación rusa sin comprometer recursos humanos o materiales de alto valor. Además, refleja una evolución constante en el uso de sistemas occidentales donados, muchos de los cuales, como el AIM-9M, fueron pensados originalmente para cazas tripulados y ahora se reconfiguran en plataformas innovad

May 6, 2025 - 12:23
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Ha ocurrido algo extraordinario en Ucrania: por primera vez una lancha no tripulada ha derribado aviones de combate rusos

Ha ocurrido algo extraordinario en Ucrania: por primera vez una lancha no tripulada ha derribado aviones de combate rusos

A comienzos del mes de febrero se dio un hecho insólito, no ya para la guerra en Ucrania, sino para cualquier otro conflicto armado conocido en la historia. Si la batalla de drones estaba redefiniendo el combate moderno, el conflicto daba luz verde a algo nuevo: enjambres de drones “madre” lanzando a su vez otros drones para atacar a su vez a drones rivales. Lo último: lanchas con misiles derribando cazas rusos, y sin nadie al volante de las embarcaciones.

Innovación letal en el Mar Negro. En un hecho sin precedentes, la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania (GUR) logró derribar dos cazas rusos Su-30 Flanker utilizando misiles aire-aire AIM-9 Sidewinder. Lo sorprendente es desde dónde se lanzaron: drones navales Magura-7, según declaró en exclusiva el teniente general Kyrylo Budanov a The War Zone.

Esta acción inédita, ocurrida en el Mar Negro, representa no solo la primera vez que aviones de combate son abatidos desde embarcaciones no tripuladas, sino también el primer uso letal confirmado de misiles AIM-9 desde este tipo de plataforma, lo que subraya el grado de sofisticación e innovación alcanzado por las fuerzas ucranianas en el teatro marítimo de operaciones.

Detalles de un ataque insólito. Al parecer, el operativo empleó tres drones Magura-7, una variante antiaérea del modelo Magura-5, de los cuales dos dispararon contra los cazas rusos. Según Budanov, el primer Su-30 fue alcanzado y su tripulación sobrevivió tras ser rescatada por un barco civil, mientras que se presume que los pilotos del segundo aparato perecieron en el ataque.

Hasta el momento, solo existen imágenes del primer derribo difundidas en redes sociales. Recordamos que el uso de misiles AIM-9M, una variante más avanzada que la R-73 soviética, demuestra la capacidad de Ucrania para integrar armamento occidental en plataformas no convencionales. A diferencia del R-73, el AIM-9M carece de la capacidad high-off-boresight (HOBS), lo que obliga a que el misil esté orientado directamente hacia el objetivo para adquirir el blanco. Sin embargo, su mejor discriminación de fondo, resistencia a contramedidas infrarrojas y propulsión sin humo ofrecen ventajas tácticas significativas, especialmente en un entorno donde los drones deben operar con discreción.

Precedentes y evolución de la doctrina. El incidente se pone a la par que el ocurrido en diciembre, cuando Ucrania reportó el uso exitoso de un R-73 disparado desde un USV para abatir un helicóptero Mi-8 ruso. Desde enero, según Budanov, los ingenieros ucranianos comenzaron a instalar AIM-9 en estos vehículos no tripulados, consolidando una evolución que combina elementos de defensa aérea, guerra electrónica y combate naval asimétrico.

Aunque las configuraciones exactas de lanzamiento no han sido divulgadas por la inteligencia ucraniana, todo indica que el Magura-7 representa un nodo híbrido de alta movilidad capaz de operar en zonas donde el control aéreo es altamente disputado.

Reacciones rusas y consecuencias. La respuesta de Moscú no se ha hecho esperar. A través de diversos canales en Telegram, analistas y comentaristas militares han reconocido la eficacia del ataque y señalado las crecientes deficiencias en la capacidad defensiva del Mar Negro. El canal War Correspondent Kitten expresó su alarma por tres factores: la pérdida de la iniciativa marítima, la degradación de la Flota del Mar Negro tras la destrucción del crucero Moskva, y el aparente dominio ucraniano en el uso de embarcaciones no tripuladas capaces de proyectar poder incluso sobre el espacio aéreo costero ruso.

El analista Vladislav Shurygin lamentaba que el ataque siguiera el mismo patrón de señuelo y emboscada ya observado en otras operaciones ucranianas, criticando que la doctrina rusa parece incapaz de adaptarse a estas tácticas. Mientras tanto, el canal Two Majors cuestionó duramente la falta de medios eficaces para neutralizar los USV, proponiendo el uso de drones FPV o la combinación de UAV de reconocimiento ZALA con municiones merodeadoras Lancet, como ya ocurre en tierra firme.

Implicaciones tecnológicas. Qué duda cabe, el uso de misiles aire-aire en plataformas navales no tripuladas redefine las reglas del combate en el Mar Negro. Históricamente, los Sidewinder se han adaptado a sistemas de defensa naval como el Sea Chaparral, pero su integración en drones kamikaze de superficie otorga a Ucrania una capacidad táctica móvil, oculta y escalable, capaz de disuadir a la aviación rusa sin comprometer recursos humanos o materiales de alto valor.

Además, refleja una evolución constante en el uso de sistemas occidentales donados, muchos de los cuales, como el AIM-9M, fueron pensados originalmente para cazas tripulados y ahora se reconfiguran en plataformas innovadoras que multiplican su impacto estratégico. Si bien Estados Unidos y sus aliados no han detallado públicamente cuántos misiles de este tipo han entregado a Ucrania, parece claro que su uso está lejos de limitarse al combate aéreo convencional y está ampliando la letalidad de los sistemas autónomos ucranianos.

Un punto de inflexión. En definitiva, el derribo de los dos cazas Su-30 por parte de drones navales ucranianos marca un punto de inflexión simbólico y operativo. A medida que la guerra en Ucrania entra en su cuarto año, el control del espacio marítimo se vuelve tan crucial como el dominio terrestre, y Kiev demuestra una vez más su capacidad para convertir limitaciones materiales en ventajas asimétricas.

Lo hemos venido contando conforme crecía esa industria sin parangón en torno a los drones. Al integrar tecnologías occidentales con doctrina propia, Ucrania está creando una nueva clase de amenazas híbridas difíciles de detectar, anticipar o contrarrestar. El incidente no solo representa una victoria puntual en términos tácticos, sino también un mensaje meridianamente claro: el poder naval ruso ya no es incuestionable ni siquiera frente a pequeños botes no tripulados que son capaces de abatir cazas a decenas de kilómetros de la costa.

Imagen | Alex Beltyukov, GUR SCREENCAP

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La noticia Ha ocurrido algo extraordinario en Ucrania: por primera vez una lancha no tripulada ha derribado aviones de combate rusos fue publicada originalmente en Xataka por Miguel Jorge .