Manus es la startup china de IA que acaba de lanzar una suscripción de 200 dólares al mes. Es mala señal para la industria
Algunos lo llamaban el otro "momento DeepSeek" de la IA china. Este nuevo modelo, llamado Manus, se hizo rápidamente viral por su capacidad para hacer análisis profundos buscando fuentes de información para luego sintetizar respuestas claras pero detalladas sobre cualquier cuestión. Era un competidor directo de OpenAI y su modo "Deep Research", y tras estar disponible de forma limitada y gratuita, ahora sus creadores han decidido comercializar este producto a lo grande. Con suscripciones, claro. Manus. Aunque sus creadores lo califican como un agente de IA, en realidad Manus está fundamentalmente orientado a dar respuestas más meditadas y tras un análisis profundo de diversas fuentes de información. Es cierto que automatiza ese proceso, pero hace lo mismo que otros "agentes de IA" como el modo Deep Research de OpenAI y también los que también ofrecen Claude o Gemini. Su rendimiento, eso sí, es comparable al de estos servicios, e inicialmente estuvo disponible (bajo invitación) de forma gratuita. Eso se acabó. En Xataka Los servicios de inteligencia artificial están por todos lados. Y con ellos vuelve la fatiga de las suscripciones Suscripciones caras. Como señalan en Bloomberg Manus ofrece ahora una versión pública de pago por 39 dólares al mes para poder usar sus prestaciones con 3.900 créditos, pero además cuenta con un plan superior de 199 dólares al mes para su versión con aún menos límites (19.900 créditos) a la hora de explotar esos modos de investigación profunda. Teniendo en cuenta que el servicio acaba de aparecer, esos precios desde luego son agresivos y hasta polémicos. Cuidado con esto. La decisión de Manus es sorprendente por varias razones. Para empezar, es una empresa sin apenas penetración en el mercado y prácticamente desconocida para el gran público. Pedir de buenas a primeras 200 dólares al mes parece arriesgarse a pecar de exceso de confianza. No solo eso: lo preocupante es que esto puede ser el canario en la mina de la IA. Esto es: un precedente de lo que se nos viene encima, con suscripciones de empresas de IA que nos piden verdaderos dinerales por servicios que otras más reputadas (como OpenAI) también ofrecen y sin que haya un factor diferencial claro. Viralidad comprometida. Con el auge de internet y las redes social la viralidad se consiguió con productos masivos gratuitos que se monetizaban a través de la publicidad. Google y Facebook se nutrieron de esos modelos, pero la IA parece depender del modelo freemium: podemos acceder a funciones básicas, pero si queremos aprovechar del todo los modelos, tenemos que pasar por un modelo de suscripción. Y hay una razón clara para ello. La IA generativa es muy cara. El coste de cada consulta que realizamos a chatbots de IA es comparativamente mucho mayor que el que por ejemplo tienen las consultas a buscadores tradicionales. Entrenar esos modelos es también excepcionalmente caro —se estima que el entrenamiento de GPT-4 costó unos 100 millones de dólares—, y hay que tratar de recuperar la inversión. Las empresas de IA saben cómo hacerlo: suscripciones cada vez más caras. Y estamos acostumbrándonos a suscribirnos a todo. Con la "era Google" no pagábamos por el producto pero éramos el producto, pero poco a poco las suscripciones de pago han ido cogiendo fuerza con el auge del streaming de contenidos. Estamos ya muy acostumbrados a pagar por servicios que utilizamos, y la IA quiere aprovechar esa tendencia. El problema, como ocurre con el citado segmento del streaming, es que debe haber factores diferenciadores para apostar por un servicio de pago y no por otro. Y ahí Manus lo tiene especialmente difícil, porque compite con modelos muy reputados ya y que pueden percibirse como de mayor confianza para los usuarios. Sin modelo propio. Manus es un "wrapper", una plataforma que está construida a partir de las funciones de otros modelos de IA como Claude, de Anthropic, o Qwen, de Alibaba. No depende de sí misma. Sus creadores no parecen disponer de modelo propio, pero aun teniéndolo el problema es que no serán capaces de invertir en él la cantidad de tiempo, dinero y recursos (como talento) necesarios para que los modelos sean especialmente destacables. Demasiada competencia. Pero es que Manus se enfrenta a verdaderos gigantes. Es una situación análoga a la que viven Anthropic y su chatbot Claude, que no disponen del músculo financiero de Google, Microsoft o incluso OpenAI. Manus tiene tanto esa competencia en EEUU como rivales especialmente importantes en China. Allí DeepSeek es el gran protagonista, pero Alibaba, Baidu o Tencent no dejarán que una recién llegada les robe la cartera fácilmente. En Xataka | Ahora la competencia por superar a DeepSeek también se libra en la propia China: Alibaba acaba de anunciar Qwen2.5-Max - La noticia Manus es la startup china de IA que acaba de lanzar una suscripción

Algunos lo llamaban el otro "momento DeepSeek" de la IA china. Este nuevo modelo, llamado Manus, se hizo rápidamente viral por su capacidad para hacer análisis profundos buscando fuentes de información para luego sintetizar respuestas claras pero detalladas sobre cualquier cuestión. Era un competidor directo de OpenAI y su modo "Deep Research", y tras estar disponible de forma limitada y gratuita, ahora sus creadores han decidido comercializar este producto a lo grande. Con suscripciones, claro.
Manus. Aunque sus creadores lo califican como un agente de IA, en realidad Manus está fundamentalmente orientado a dar respuestas más meditadas y tras un análisis profundo de diversas fuentes de información. Es cierto que automatiza ese proceso, pero hace lo mismo que otros "agentes de IA" como el modo Deep Research de OpenAI y también los que también ofrecen Claude o Gemini. Su rendimiento, eso sí, es comparable al de estos servicios, e inicialmente estuvo disponible (bajo invitación) de forma gratuita. Eso se acabó.
Suscripciones caras. Como señalan en Bloomberg Manus ofrece ahora una versión pública de pago por 39 dólares al mes para poder usar sus prestaciones con 3.900 créditos, pero además cuenta con un plan superior de 199 dólares al mes para su versión con aún menos límites (19.900 créditos) a la hora de explotar esos modos de investigación profunda. Teniendo en cuenta que el servicio acaba de aparecer, esos precios desde luego son agresivos y hasta polémicos.
Cuidado con esto. La decisión de Manus es sorprendente por varias razones. Para empezar, es una empresa sin apenas penetración en el mercado y prácticamente desconocida para el gran público. Pedir de buenas a primeras 200 dólares al mes parece arriesgarse a pecar de exceso de confianza. No solo eso: lo preocupante es que esto puede ser el canario en la mina de la IA. Esto es: un precedente de lo que se nos viene encima, con suscripciones de empresas de IA que nos piden verdaderos dinerales por servicios que otras más reputadas (como OpenAI) también ofrecen y sin que haya un factor diferencial claro.
Viralidad comprometida. Con el auge de internet y las redes social la viralidad se consiguió con productos masivos gratuitos que se monetizaban a través de la publicidad. Google y Facebook se nutrieron de esos modelos, pero la IA parece depender del modelo freemium: podemos acceder a funciones básicas, pero si queremos aprovechar del todo los modelos, tenemos que pasar por un modelo de suscripción. Y hay una razón clara para ello.
La IA generativa es muy cara. El coste de cada consulta que realizamos a chatbots de IA es comparativamente mucho mayor que el que por ejemplo tienen las consultas a buscadores tradicionales. Entrenar esos modelos es también excepcionalmente caro —se estima que el entrenamiento de GPT-4 costó unos 100 millones de dólares—, y hay que tratar de recuperar la inversión. Las empresas de IA saben cómo hacerlo: suscripciones cada vez más caras.
Y estamos acostumbrándonos a suscribirnos a todo. Con la "era Google" no pagábamos por el producto pero éramos el producto, pero poco a poco las suscripciones de pago han ido cogiendo fuerza con el auge del streaming de contenidos. Estamos ya muy acostumbrados a pagar por servicios que utilizamos, y la IA quiere aprovechar esa tendencia. El problema, como ocurre con el citado segmento del streaming, es que debe haber factores diferenciadores para apostar por un servicio de pago y no por otro. Y ahí Manus lo tiene especialmente difícil, porque compite con modelos muy reputados ya y que pueden percibirse como de mayor confianza para los usuarios.
Sin modelo propio. Manus es un "wrapper", una plataforma que está construida a partir de las funciones de otros modelos de IA como Claude, de Anthropic, o Qwen, de Alibaba. No depende de sí misma. Sus creadores no parecen disponer de modelo propio, pero aun teniéndolo el problema es que no serán capaces de invertir en él la cantidad de tiempo, dinero y recursos (como talento) necesarios para que los modelos sean especialmente destacables.
Demasiada competencia. Pero es que Manus se enfrenta a verdaderos gigantes. Es una situación análoga a la que viven Anthropic y su chatbot Claude, que no disponen del músculo financiero de Google, Microsoft o incluso OpenAI. Manus tiene tanto esa competencia en EEUU como rivales especialmente importantes en China. Allí DeepSeek es el gran protagonista, pero Alibaba, Baidu o Tencent no dejarán que una recién llegada les robe la cartera fácilmente.
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La noticia
Manus es la startup china de IA que acaba de lanzar una suscripción de 200 dólares al mes. Es mala señal para la industria
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Pastor
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