Reino Unido prohibió los móviles en las escuelas para proteger a los niños. Ahora son los adolescentes los que piden ayuda

El caso de Reino Unido en torno a las regulaciones sobre el uso de los móviles y las redes sociales en los menores es, posiblemente, el más contradictorio en Europa. Mientras un gran número de naciones han optado por atajarlo con leyes para proteger a los niños en las escuelas, los británicos han tenido que tomar medidas por su propia cuenta, sin el amparo de la acción gubernamental. Hasta el 90% de los centros escolares los ha prohibido, y ahora son los adolescentes los que también pide ayuda. La generación del clic. Lo contaba hace unas horas el Guardian a través de una nueva encuesta realizada por el British Standards Institution que ha revelado una paradoja inquietante en el corazón de la generación digital: casi la mitad de los jóvenes de entre 16 y 21 años de Reino Unido preferiría vivir en un mundo donde internet simplemente no existiera. Pese a haber crecido en un entorno hiperconectado, la mayoría de estos jóvenes reconoce el peso emocional de la vida online: un 70% afirma sentirse peor consigo mismo tras pasar tiempo en redes sociales, mientras que un 50% apoyaría la imposición de un “toque de queda digital” que limite el uso de ciertas aplicaciones después de las 22:00. En Xataka Ya nadie quiere pasar tres horas haciendo la compra un sábado. Y por eso los hipermercados van a la baja Otros problemas. No solo eso. La encuesta refleja también prácticas de riesgo generalizadas: un 42% dice haber mentido sobre su edad en algún momento, otro 42% admite haber ocultado su comportamiento online a sus padres, y más de una cuarta parte ha fingido ser otra persona en la red. Incluso un 27% ha compartido su ubicación con desconocidos, poniendo en evidencia los riesgos de exposición, manipulación y pérdida de privacidad que envuelven la experiencia digital juvenil. Adicción, ansiedad e hiperconexión. Detrás, un problema generalizado del que hemos hablado antes. Los resultados llegan en un contexto en el que muchos jóvenes arrastran secuelas emocionales tras el aumento del tiempo frente a las pantallas durante la pandemia. Un 68% asegura que su salud mental se ha visto afectada negativamente por la cantidad de horas pasadas online, y un cuarto de los encuestados dedica al menos cuatro horas diarias solo a redes sociales. Lejos de ser un espacio seguro, Internet se ha convertido para muchos en un campo minado de presiones estéticas, acoso, ansiedad de rendimiento y estímulos constantes moldeados por algoritmos que, como advertía Andy Burrows de la Fundación Molly Rose, pueden arrastrar a los usuarios por espirales de contenido nocivo sin que ellos siquiera lo adviertan. El impacto es profundo y persistente, más aún si se tiene en cuenta que muchas de estas plataformas están diseñadas no solo para captar atención, sino para retenerla sin límites claros, explotando la vulnerabilidad emocional propia de la adolescencia. Regulación como deuda. De hecho, y ante la creciente alarma pública, el secretario tecnológico de la nación británica, Peter Kyle, propuso recientemente la posibilidad de imponer restricciones horarias obligatorias para ciertas aplicaciones como TikTok e Instagram, lo que ha reabierto el debate sobre el papel del Estado frente a las grandes tecnológicas. En la otra acera, expertos como Rani Govender, de la organización de protección infantil NSPCC, insisten en que los toques de queda digitales, aunque útiles, no bastan por sí solos: los menores seguirán expuestos a los mismos contenidos dañinos durante el día, y sin una reforma más amplia del diseño mismo de estas plataformas cualquier intento resultará incompleto. En Xataka Tras la polémica de Eurovisión, miles de personas se hicieron una vieja pregunta: ¿qué hace Israel en un concurso "europeo"? Una utopía. De fondo, el mensaje de los jóvenes parece meridianamente claro a raíz de la encuesta: son conscientes de los riesgos, quieren cambios y exigen mayor responsabilidad a las empresas tecnológicas. Y mientras tanto, la pregunta que flota entre casi la mitad de ellos parece tan radical como reveladora: ¿cómo sería crecer sin internet?  Aquí no hay nostalgia, solo deseo nacido del agotamiento, la saturación y la necesidad de recuperar una forma de estar en el mundo más sana, humana y, quizá, más libre (y utópica). Imagen | Pexels En Xataka Móvil | Reino Unido ha dado un paso definitivo en su lucha contra el móvil en las escuelas: el 90% los ha prohibido En Xataka Móvil | Ha tenido que llegar una serie de Netflix para abrir el debate en Reino Unido: los niños, los móviles y qué demonios prohibir - La noticia Reino Unido prohibió los móviles en las escuelas para proteger a los niños. Ahora son los adolescentes los que piden ayuda fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Miguel

May 20, 2025 - 22:50
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Reino Unido prohibió los móviles en las escuelas para proteger a los niños. Ahora son los adolescentes los que piden ayuda

Reino Unido prohibió los móviles en las escuelas para proteger a los niños. Ahora son los adolescentes los que piden ayuda

El caso de Reino Unido en torno a las regulaciones sobre el uso de los móviles y las redes sociales en los menores es, posiblemente, el más contradictorio en Europa. Mientras un gran número de naciones han optado por atajarlo con leyes para proteger a los niños en las escuelas, los británicos han tenido que tomar medidas por su propia cuenta, sin el amparo de la acción gubernamental. Hasta el 90% de los centros escolares los ha prohibido, y ahora son los adolescentes los que también pide ayuda.

La generación del clic. Lo contaba hace unas horas el Guardian a través de una nueva encuesta realizada por el British Standards Institution que ha revelado una paradoja inquietante en el corazón de la generación digital: casi la mitad de los jóvenes de entre 16 y 21 años de Reino Unido preferiría vivir en un mundo donde internet simplemente no existiera.

Pese a haber crecido en un entorno hiperconectado, la mayoría de estos jóvenes reconoce el peso emocional de la vida online: un 70% afirma sentirse peor consigo mismo tras pasar tiempo en redes sociales, mientras que un 50% apoyaría la imposición de un “toque de queda digital” que limite el uso de ciertas aplicaciones después de las 22:00.

Otros problemas. No solo eso. La encuesta refleja también prácticas de riesgo generalizadas: un 42% dice haber mentido sobre su edad en algún momento, otro 42% admite haber ocultado su comportamiento online a sus padres, y más de una cuarta parte ha fingido ser otra persona en la red. Incluso un 27% ha compartido su ubicación con desconocidos, poniendo en evidencia los riesgos de exposición, manipulación y pérdida de privacidad que envuelven la experiencia digital juvenil.

Adicción, ansiedad e hiperconexión. Detrás, un problema generalizado del que hemos hablado antes. Los resultados llegan en un contexto en el que muchos jóvenes arrastran secuelas emocionales tras el aumento del tiempo frente a las pantallas durante la pandemia. Un 68% asegura que su salud mental se ha visto afectada negativamente por la cantidad de horas pasadas online, y un cuarto de los encuestados dedica al menos cuatro horas diarias solo a redes sociales.

Lejos de ser un espacio seguro, Internet se ha convertido para muchos en un campo minado de presiones estéticas, acoso, ansiedad de rendimiento y estímulos constantes moldeados por algoritmos que, como advertía Andy Burrows de la Fundación Molly Rose, pueden arrastrar a los usuarios por espirales de contenido nocivo sin que ellos siquiera lo adviertan. El impacto es profundo y persistente, más aún si se tiene en cuenta que muchas de estas plataformas están diseñadas no solo para captar atención, sino para retenerla sin límites claros, explotando la vulnerabilidad emocional propia de la adolescencia.

Regulación como deuda. De hecho, y ante la creciente alarma pública, el secretario tecnológico de la nación británica, Peter Kyle, propuso recientemente la posibilidad de imponer restricciones horarias obligatorias para ciertas aplicaciones como TikTok e Instagram, lo que ha reabierto el debate sobre el papel del Estado frente a las grandes tecnológicas.

En la otra acera, expertos como Rani Govender, de la organización de protección infantil NSPCC, insisten en que los toques de queda digitales, aunque útiles, no bastan por sí solos: los menores seguirán expuestos a los mismos contenidos dañinos durante el día, y sin una reforma más amplia del diseño mismo de estas plataformas cualquier intento resultará incompleto.

Una utopía. De fondo, el mensaje de los jóvenes parece meridianamente claro a raíz de la encuesta: son conscientes de los riesgos, quieren cambios y exigen mayor responsabilidad a las empresas tecnológicas. Y mientras tanto, la pregunta que flota entre casi la mitad de ellos parece tan radical como reveladora: ¿cómo sería crecer sin internet? 

Aquí no hay nostalgia, solo deseo nacido del agotamiento, la saturación y la necesidad de recuperar una forma de estar en el mundo más sana, humana y, quizá, más libre (y utópica).

Imagen | Pexels

En Xataka Móvil | Reino Unido ha dado un paso definitivo en su lucha contra el móvil en las escuelas: el 90% los ha prohibido

En Xataka Móvil | Ha tenido que llegar una serie de Netflix para abrir el debate en Reino Unido: los niños, los móviles y qué demonios prohibir

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