En realidad ya existe un móvil "Made In USA": se llama Liberty, es un gama baja y es más caro que el iPhone 16 Pro

Lo contamos esta semana. La guerra arancelaria que ha iniciado Estados Unidos, ahora centrada en China más que nunca, volvió a recordar ese viejo anhelo por la construcción de un "iPhone Made In USA”. Los problemas para llevarlo a cabo son muy variados, pero se podían resumir en que, hoy por hoy, puede llegar a salir más barato comprar un coche. En cualquier caso, ese presunto teléfono “nacional” ya existe, y quizás sea el mejor reflejo de lo absurdo de tratar de llevarlo a cabo. Un teléfono (im)posible. En un mercado dominado por gigantes que ensamblan sus productos en Asia, el Liberty Phone representa una rareza industrial: un teléfono de 2.000 dólares que puede ostentar legalmente la etiqueta “Hecho en Estados Unidos” según la Comisión Federal de Comercio. Creado por la empresa Purism, este dispositivo de gama baja (una versión modificada del Librem 5) no destaca por su potencia ni por su diseño, sino por su origen y su filosofía. Con solo 4 GB de RAM y especificaciones consideradas anticuadas, su valor no radica en competir con Apple o Samsung, sino en ofrecer soberanía tecnológica, una cadena de suministro auditada y un entorno de fabricación enfocado en la seguridad y la transparencia. El regalo perfecto para Trump. En Xataka Tras perder un dineral, los mayores multimillonarios de EEUU se toparon con el "milagro": un repunte de patrimonio histórico El camino hacia la autonomía. En 404 han entrevistado al fundador de Purism, Todd Weaver, quien inició el proyecto en 2014 con una visión clara: construir tecnología ética y controlable. Weaver contaba que para llegar a fabricar un teléfono íntegramente en suelo estadounidense, la empresa empezó desarrollando laptops, capacitó ingenieros electrónicos y colaboró inicialmente con fabricantes chinos para entender a fondo los procesos industriales. En 2020, tras tres años de iteraciones, lograron lanzar el Librem 5 USA, ensamblado y fabricado en Carlsbad, California. Ahí, desde una placa base vacía hasta el dispositivo final ensamblado y cargado con su propio sistema operativo, todo se hace internamente. Manufactura singular. Purism no se limita a ensamblar piezas importadas. Su proceso incluye la fabricación electrónica completa: soldadura de resistencias, capacitores e integrados sobre la placa, control de calidad, carga de firmware y ensamblaje del teléfono, todo bajo un mismo techo. Aunque algunos componentes (como cristales para temporización) son importados de China o Corea del Sur por falta de proveedores occidentales, el enfoque de la compañía ha sido siempre comprar lo más posible a distribuidores o fabricantes estadounidenses o europeos, publicar la lista completa de materiales y mantener el código fuente libre para verificación pública. Costes y márgenes. Sumado, el Liberty Phone cuesta unos 650 dólares en materiales y fabricación, un margen pequeño en comparación con su precio de venta, pero necesario para sustentar una línea de producción nacional, orientada a mercados de seguridad institucional, defensa y usuarios con necesidades críticas de privacidad. A diferencia de otras compañías, Purism no se basa en marketing o ensamblaje por encargo, sino en una estructura con ingeniería propia, control vertical y una fuerte carga ideológica. Dicho de otra forma: en un mundo donde lo habitual es diseñar en California y ensamblar, por ejemplo, en Shenzhen, su propuesta no puede resultar más disruptiva. En 3D Juegos En Japón hay tantos trabajadores que no pueden renunciar a sus empleos que ya existen empresas que lo hacen por ellos. Ahora empieza su temporada alta Resiliencia en tiempos inestables. Y repente, el teléfono de Purism vuelve a ser noticia. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha introducido una volatilidad que inquieta a muchas empresas tecnológicas. Frente a ello, Purism, al fabricar en casa, no depende de tarifas impredecibles, ni de cadenas logísticas vulnerables. Mientras otras compañías, a priori, deben especular con sus compras e importaciones, Purism opera con independencia. Esa estabilidad operativa no solo refuerza su ventaja comercial, sino que subraya la importancia de contar con una industria tecnológica autónoma en un mundo cada vez más polarizado. Si se quiere también, más que un proyecto político en sentido partidista, el Liberty Phone es una apuesta geopolítica. Weaver contaba a 404 que ve la soberanía tecnológica como una necesidad estratégica: “fabricar hardware crítico en países hostiles, sin saber qué contiene cada chip, no es compatible con los ideales de privacidad ni con la seguridad nacional”.  Bajo ese prisma, la compañía no vende solo un teléfono: ofrece control, verificabilidad, transparencia y, sobre todo, independencia. Eso sí, todo tiene un “precio”. Imagen | Purism En Xataka Móvil | Los aranceles han recuperado el viejo anhelo d

Abr 11, 2025 - 18:34
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En realidad ya existe un móvil "Made In USA": se llama Liberty, es un gama baja y es más caro que el iPhone 16 Pro

En realidad ya existe un móvil "Made In USA": se llama Liberty, es un gama baja y es más caro que el iPhone 16 Pro

Lo contamos esta semana. La guerra arancelaria que ha iniciado Estados Unidos, ahora centrada en China más que nunca, volvió a recordar ese viejo anhelo por la construcción de un "iPhone Made In USA”. Los problemas para llevarlo a cabo son muy variados, pero se podían resumir en que, hoy por hoy, puede llegar a salir más barato comprar un coche. En cualquier caso, ese presunto teléfono “nacional” ya existe, y quizás sea el mejor reflejo de lo absurdo de tratar de llevarlo a cabo.

Un teléfono (im)posible. En un mercado dominado por gigantes que ensamblan sus productos en Asia, el Liberty Phone representa una rareza industrial: un teléfono de 2.000 dólares que puede ostentar legalmente la etiqueta “Hecho en Estados Unidos” según la Comisión Federal de Comercio. Creado por la empresa Purism, este dispositivo de gama baja (una versión modificada del Librem 5) no destaca por su potencia ni por su diseño, sino por su origen y su filosofía.

Con solo 4 GB de RAM y especificaciones consideradas anticuadas, su valor no radica en competir con Apple o Samsung, sino en ofrecer soberanía tecnológica, una cadena de suministro auditada y un entorno de fabricación enfocado en la seguridad y la transparencia. El regalo perfecto para Trump.

El camino hacia la autonomía. En 404 han entrevistado al fundador de Purism, Todd Weaver, quien inició el proyecto en 2014 con una visión clara: construir tecnología ética y controlable. Weaver contaba que para llegar a fabricar un teléfono íntegramente en suelo estadounidense, la empresa empezó desarrollando laptops, capacitó ingenieros electrónicos y colaboró inicialmente con fabricantes chinos para entender a fondo los procesos industriales.

En 2020, tras tres años de iteraciones, lograron lanzar el Librem 5 USA, ensamblado y fabricado en Carlsbad, California. Ahí, desde una placa base vacía hasta el dispositivo final ensamblado y cargado con su propio sistema operativo, todo se hace internamente.

Manufactura singular. Purism no se limita a ensamblar piezas importadas. Su proceso incluye la fabricación electrónica completa: soldadura de resistencias, capacitores e integrados sobre la placa, control de calidad, carga de firmware y ensamblaje del teléfono, todo bajo un mismo techo.

Aunque algunos componentes (como cristales para temporización) son importados de China o Corea del Sur por falta de proveedores occidentales, el enfoque de la compañía ha sido siempre comprar lo más posible a distribuidores o fabricantes estadounidenses o europeos, publicar la lista completa de materiales y mantener el código fuente libre para verificación pública.

Costes y márgenes. Sumado, el Liberty Phone cuesta unos 650 dólares en materiales y fabricación, un margen pequeño en comparación con su precio de venta, pero necesario para sustentar una línea de producción nacional, orientada a mercados de seguridad institucional, defensa y usuarios con necesidades críticas de privacidad.

A diferencia de otras compañías, Purism no se basa en marketing o ensamblaje por encargo, sino en una estructura con ingeniería propia, control vertical y una fuerte carga ideológica. Dicho de otra forma: en un mundo donde lo habitual es diseñar en California y ensamblar, por ejemplo, en Shenzhen, su propuesta no puede resultar más disruptiva.

Resiliencia en tiempos inestables. Y repente, el teléfono de Purism vuelve a ser noticia. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha introducido una volatilidad que inquieta a muchas empresas tecnológicas. Frente a ello, Purism, al fabricar en casa, no depende de tarifas impredecibles, ni de cadenas logísticas vulnerables. Mientras otras compañías, a priori, deben especular con sus compras e importaciones, Purism opera con independencia. Esa estabilidad operativa no solo refuerza su ventaja comercial, sino que subraya la importancia de contar con una industria tecnológica autónoma en un mundo cada vez más polarizado.

Si se quiere también, más que un proyecto político en sentido partidista, el Liberty Phone es una apuesta geopolítica. Weaver contaba a 404 que ve la soberanía tecnológica como una necesidad estratégica: “fabricar hardware crítico en países hostiles, sin saber qué contiene cada chip, no es compatible con los ideales de privacidad ni con la seguridad nacional”. 

Bajo ese prisma, la compañía no vende solo un teléfono: ofrece control, verificabilidad, transparencia y, sobre todo, independencia. Eso sí, todo tiene un “precio”.

Imagen | Purism

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La noticia En realidad ya existe un móvil "Made In USA": se llama Liberty, es un gama baja y es más caro que el iPhone 16 Pro fue publicada originalmente en Xataka Móvil por Miguel Jorge .