El iPhone patriótico que nunca fue: por qué «Made in USA» sigue siendo un sueño imposible

Me parece una aproximación interesante y, sobre todo, didáctica, tratar de explicar por qué la propuesta de fabricar iPhones en Estados Unidos, impulsada por la visión considerada por muchos analistas como simplista de Donald Trump no se sustenta en términos de viabilidad económica ni logística. En la práctica, podemos aplicar este mismo tipo de análisis …

Abr 11, 2025 - 14:59
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El iPhone patriótico que nunca fue: por qué «Made in USA» sigue siendo un sueño imposible

Me parece una aproximación interesante y, sobre todo, didáctica, tratar de explicar por qué la propuesta de fabricar iPhones en Estados Unidos, impulsada por la visión considerada por muchos analistas como simplista de Donald Trump no se sustenta en términos de viabilidad económica ni logística. En la práctica, podemos aplicar este mismo tipo de análisis a casi cualquier producto de electrónica de consumo dotado de un mínimo de complejidad.

La estructura global de la cadena de suministro de Apple le permite minimizar costes, maximizar calidad y aprovecharse de una gran disponibilidad de mano de obra y componentes especializados, algo que hoy difícilmente encuentra un paralelo dentro del territorio de los Estados Unidos. Pretender «forzar» el proceso mediante aranceles o políticas proteccionistas el algo que únicamente amenaza con encarecer de manera desproporcionada el producto (mismo artículo sin paywall), debilitando la competitividad de Apple y afectando negativamente el poder adquisitivo de los consumidores. Pero afirmar esto requiere un análisis detallado: ¿convierte realmente la complejidad de la cadena de suministro de Apple, sumada a razones de costo, escala, mano de obra y disponibilidad de componentes, en poco realista una fabricación nacional sin disparar el precio del dispositivo de manera considerable? Estudiemos esto factor por factor:

  1. Coste de la mano de obra y disponibilidad de personal especializado
    La mano de obra es, sin duda, el factor principal y de mayor peso, derivado no solo de las diferencias salariales, sino también de la relativa escasez de personal con competencias técnicas específicas en territorio estadounidense. La experiencia de Apple con socios asiáticos permite beneficiarse de un amplio conjunto de trabajadores, fábricas y proveedores con amplia formación en técnicas de manufactura de alta tecnología, que va muchísimo más allá de los simples trabajadores no especializados que ensamblaban componentes hace años, una actividad ya casi totalmente robotizada. Transferir esta estructura a Estados Unidos resultaría no solo significativamente más costoso, sino que, además, implicaría la contratación, formación y consolidación de un nuevo ecosistema productivo con el que hoy el país no cuenta de manera suficiente para fabricar cientos de millones de dispositivos al año.
  2. Cadena de suministro global y economías de escala
    Este factor es habitualmente obviado en los análisis: el modelo de Apple depende de un ecosistema global sumamente eficiente, con grandes volúmenes de producción repartidos entre múltiples proveedores. El sudeste asiático, y China en particular, cuentan con ventajas tangibles para aprovisionar, en plazos cortos, millones de unidades de componentes como pantallas, chips y demás partes críticas. El traslado de esta estructura implicaría la ruptura de contratos de largo plazo, la duplicación de líneas de producción y el aumento en gastos de logística, con la consiguiente pérdida de las economías de escala que hacen hoy los iPhone competitivos en el mercado.
  3. Infraestructura industrial y ventajas competitivas de Asia
    Las regiones donde operan las fábricas de Apple, especialmente en China, han invertido durante décadas en infraestructura, instalaciones y procesos específicamente orientados a la industria electrónica, lo que las ha convertido en centros neurálgicos para la producción de dispositivos de alto valor añadido. El ritmo de ampliación de plantas productivas, la rapidez y flexibilidad en la provisión de componentes y la existencia de hubs industriales consolidados hacen muy difícil replicar estas condiciones en Estados Unidos sin que el costo de cada iPhone se incremente de forma sustancial.
  4. Impacto de los aranceles y repercusiones en el precio final
    Aunque en la retórica política se subraya la posibilidad de imponer aranceles para encarecer la importación y así «forzar» la producción nacional, distintas estimaciones apuntan a que esta estrategia tendría efectos contraproducentes: en lugar de fomentar la manufactura doméstica, los costos se trasladarían al precio final del iPhone, afectando tanto la competitividad del producto como el bolsillo de los consumidores. En ciertos escenarios, los aumentos podrían llegar a ser tan significativos (con proyecciones de duplicar o incluso triplicar el precio actual) que la demanda de estos dispositivos se vería seriamente perjudicada, socavando el propósito de la fabricación local.
  5. Falta de flexibilidad en la producción y tiempos de ajuste
    Las cadenas de producción establecidas en Asia ofrecen no solo costos menores, sino también gran agilidad para responder a picos de demanda y, sobre todo, para introducir cambios de diseño o actualizaciones en cada nueva generación de dispositivos. La flexibilidad industrial y la capacidad de realinear turnos, líneas de ensamblaje y recursos humanos resulta esencial en el competitivo sector de la electrónica de consumo. En Estados Unidos, en cambio, se requeriría un complejo proceso de adaptación que conllevaría mayor rigidez y tiempos de respuesta más lentos a la hora de escalar o redireccionar la producción.
  6. Incertidumbre política y riesgo de represalias comerciales
    Las disputas comerciales, tanto las planteadas por la administración Trump como las potenciales respuestas de China, añaden volatilidad e inseguridad jurídica para compañías globales como Apple. La amenaza de contramedidas, restricciones o cambios arancelarios repentinos puede desalentar aún más la relocalización masiva de la producción. Un escenario de competencia geopolítica dificulta la planificación industrial a largo plazo, especialmente en un sector donde las decisiones y la red de proveedores requieren inversiones multimillonarias y años de consolidación.
  7. Especialización vertical de la industria
    Además de contar con un auténtico ejército de proveedores muy cerca de las plantas principales, la cadena de suministro en Asia se ha especializado a lo largo de años en el perfeccionamiento y en la innovación incremental. Las empresas dedicadas a la fabricación de microcomponentes, montaje de placas lógicas o encapsulado de semiconductores se encuentran optimizadas para producir a gran escala y con alta precisión. Esta especialización vertical y el know-how acumulado no podrían ser sustituidos fácilmente sin que Apple experimentase grandes retrasos, sobrecostes e ineficiencias.

La evidencia disponible sugiere que Apple va a continuar diversificando gradualmente su cadena de suministro, en algunos casos para reducir riesgos geopolíticos o ampliar capacidad, con países como India, Vietnam u otros del sudeste asiático, pero que trasladar por completo la fabricación de iPhones a Estados Unidos a un coste «razonable» resulta, en la práctica, inviable en el contexto actual, por muchos aranceles que pretendas imponer. De nuevo, por tanto, una prueba de razonamiento simplista y desinformado de alguien que actúa sin otorgar ningún valor al análisis, simplemente en función de intuiciones primarias y opiniones completamente infundadas. Malo para Apple, malo para los Estados Unidos, y malo para todos.