El trasplante de riñón de cerdo que más ha durado falla a los cuatro meses y nueve días
El riñón de cerdo en su bolsa de transporte – Joe Carrotta para NYU Langone Health A finales de enero Towana Looney se convertía en la persona que había sobrevivido más tiempo con un riñón de cerdo al alcanzar los 61 días tras el trasplante al que fue sometida en noviembre de 2024. De hecho iba todo tan bien que sus médicos la mandaron para casa. Pero a finales de marzo su cuerpo empezó a rechazarlo y el pasado día nueve se lo extirparon. Fue una decisión consensuada entre la señora Looney y su equipo médico, que optaron porque ella vuelva a la diálisis frente a la posibilidad de aumentar el tratamiento de inmunosupresores al que estaba sometida desde la operación. Todavía no está claro el motivo de ese rechazo repentino, que es un jarro de agua fría para el campo de los xenotrasplantes. Aunque podría estar relacionado con una reducción en la dosis de inmunosupresores necesaria para tratar una infección que no tenía nada que ver con el riñón. En cualquier caso ha superado con creces los dos meses que aguantó Richard Slayman tras su trasplante –aunque murió por complicaciones no relacionadas con la operación– y los 47 días que aguantó Lisa Pisano tras su operación antes de que tuvieran que extirparle el riñón. La señora Pisano moriría semanas después por complicaciones relacionadas con otras patologías que ya sufría antes del trasplante. La señora Looney, que en la actualidad tiene 53 años, había donado un riñón a su madre en 1999. Pero complicaciones de un embarazo posterior dañaron el riñón que le quedaba, por lo que para diciembre de 2016 tuvo que empezar a someterse a diálisis. A principios de 2017 la pusieron en la lista de trasplantes. Y aunque las personas que han donado un riñón tienen una prioridad más alta en la lista la combinación de anticuerpos presentes en su sangre complicaban enormemente encontrar un donante. Tras casi ocho años de diálisis cada vez era más complicado encontrar venas en condiciones para soportar el procedimiento, así que la médica que la trataba le sugirió la posibilidad de someterse al xenotrasplante. Lo bueno, dentro de haber tenido que renunciar al nuevo órgano, es que el tiempo que ha pasado sin tener que hacer diálisis le ha permitido recuperarse lo suficiente como para poder afrontar de nuevo la diálisis sin demasiados problemas. Y nada impide que en el futuro pueda someterse a otro trasplante, ya sea humano o de cerdo. Además, están autorizados dos ensayos clínicos de trasplantes de cerdos a personas que sin duda permitirán avanzar más en este campo. Relacionado, Muere el primer paciente en recibir un trasplante de corazón de cerdo Muere Lawrence Faucette el segundo paciente en recibir el trasplante de un corazón de cerdo modificado genéticamente # Enlace Permanente

El riñón de cerdo en su bolsa de transporte – Joe Carrotta para NYU Langone Health
A finales de enero Towana Looney se convertía en la persona que había sobrevivido más tiempo con un riñón de cerdo al alcanzar los 61 días tras el trasplante al que fue sometida en noviembre de 2024. De hecho iba todo tan bien que sus médicos la mandaron para casa. Pero a finales de marzo su cuerpo empezó a rechazarlo y el pasado día nueve se lo extirparon.
Fue una decisión consensuada entre la señora Looney y su equipo médico, que optaron porque ella vuelva a la diálisis frente a la posibilidad de aumentar el tratamiento de inmunosupresores al que estaba sometida desde la operación.
Todavía no está claro el motivo de ese rechazo repentino, que es un jarro de agua fría para el campo de los xenotrasplantes. Aunque podría estar relacionado con una reducción en la dosis de inmunosupresores necesaria para tratar una infección que no tenía nada que ver con el riñón.
En cualquier caso ha superado con creces los dos meses que aguantó Richard Slayman tras su trasplante –aunque murió por complicaciones no relacionadas con la operación– y los 47 días que aguantó Lisa Pisano tras su operación antes de que tuvieran que extirparle el riñón. La señora Pisano moriría semanas después por complicaciones relacionadas con otras patologías que ya sufría antes del trasplante.
La señora Looney, que en la actualidad tiene 53 años, había donado un riñón a su madre en 1999. Pero complicaciones de un embarazo posterior dañaron el riñón que le quedaba, por lo que para diciembre de 2016 tuvo que empezar a someterse a diálisis. A principios de 2017 la pusieron en la lista de trasplantes. Y aunque las personas que han donado un riñón tienen una prioridad más alta en la lista la combinación de anticuerpos presentes en su sangre complicaban enormemente encontrar un donante.
Tras casi ocho años de diálisis cada vez era más complicado encontrar venas en condiciones para soportar el procedimiento, así que la médica que la trataba le sugirió la posibilidad de someterse al xenotrasplante.
Lo bueno, dentro de haber tenido que renunciar al nuevo órgano, es que el tiempo que ha pasado sin tener que hacer diálisis le ha permitido recuperarse lo suficiente como para poder afrontar de nuevo la diálisis sin demasiados problemas. Y nada impide que en el futuro pueda someterse a otro trasplante, ya sea humano o de cerdo.
Además, están autorizados dos ensayos clínicos de trasplantes de cerdos a personas que sin duda permitirán avanzar más en este campo.
Relacionado,