Gastarte 2.000 € en una Smart TV excelente y que el mando venga con carencias es una gran decepción. Casi nunca están a la altura
Invertimos cientos, incluso miles de euros en un televisor de última generación con todo tipo de prestaciones. Muchos de ellos nos brindan una calidad de imagen excepcional. Y aún así, su acompañante, el mando a distancia, suele acabar quedándose corto ante nuestras expectativas. Si bien es cierto que aún a día de hoy hay ejemplos de buenos mandos a distancia que se encuentran a la altura de la Smart TV que los acompaña, la tendencia por recortar cada vez más en funciones o en materiales de construcción es algo decepcionante. Y es que las marcas a veces deciden recortar costes y prestaciones, incluso en los modelos de gama alta. Índice de Contenidos (6) Calidad de construcción: plástico barato para televisores premium Hubo una época en la que los mandos de Samsung molaban La retroiluminación debería ser obligatoria La invasión de los botones de streaming No todo es malo: también hay buenas prácticas en mandos Un mercado cada vez más competitivo Calidad de construcción: plástico barato para televisores premium El acabado en plástico suele acabar siendo la opción preferida por los fabricantes. A veces me resulta decepcionante desembolsar más de 2.000 euros en un televisor OLED o Mini-LED de última generación y recibir a cambio un mando fabricado en plástico y con acabados muy mejorables. Mando incluido en los últimos modelos OLED de LG. Imagen: Xataka El Magic Remote de LG, por ejemplo, a pesar de contar con funcionalidades avanzadas como el puntero aéreo, control por voz, y accesos directos a ajustes de gran utilidad, su construcción en plástico con acabado brillante no termina de convencer, y ni mucho menos está a la altura de lo que cabría esperar para televisores que superan los 2.000 euros. El mando de la imagen corresponde al de la LG OLED C3. La compañía lleva varios años reciclando este modelo de mando. Hubo una época en la que los mandos de Samsung molaban Mando incluido en el Samsung S95C. Imagen: Xataka Samsung representaba hasta hace poco un caso interesante. Sus mandos para la gama alta destacaban por una construcción en una aleación de aluminio que queda elegante y minimalista. Sin embargo, tras la llegada de los modelos con carga solar, la marca ha dado un paso atrás en sus últimos modelos, volviendo al plástico sin una razón aparente más allá del ahorro en costes, incluso en los modelos 8K Esta simplicidad en el diseño, aunque estéticamente atractiva, también ha significado una reducción extrema de las funciones que tiene el usuario a golpe de clic en su mando. Se deshacen de la botonera de números y de otras funciones útiles que, si dependiéramos de un control de voz por IA muy avanzado, sería otro cantar, pero todavía no es el caso (habrá que ver en los modelos de este año). Celdas solares del mando de Samsung. Imagen: Xataka La retroiluminación debería ser obligatoria Otro punto crítico es la ausencia de retroiluminación en los botones, una característica sorprendentemente escasa en la alta gama que puede venir muy bien para el usuario. Ver una película con las luces apagadas se convierte en una odisea para encontrar el botón correcto. En este sentido me gustaría destacar el mando vocal de Movistar Plus+, que contiene todos los botones fundamentales, números, control por voz y además retroiluminado, con un diseño además sencillo y sin excesos. Pienso que la retroiluminación no debería ser un lujo caprichoso, sino una funcionalidad práctica que mejora significativamente la experiencia de usuario. Sin embargo, pocas marcas la implementan de serie en sus mandos, obligando a los usuarios a memorizar la disposición de los botones o a encender una luz para realizar cualquier ajuste. En Xataka Smart Home Escribir texto desde el mando de mi Smart TV es un incordio: así lo he solucionado en mi tele con Google TV La invasión de los botones de streaming La proliferación de botones dedicados a plataformas de streaming es otro fenómeno destacable. Netflix, Amazon Prime Video, Disney+... Los mandos actuales suelen incluir botones de acceso directo que, si bien pueden resultar prácticos, también responden a acuerdos comerciales entre fabricantes y plataformas. Lo cuestionable es que, en buena parte de los mandos a distancia, estos botones no suelen ser personalizables. Si no utilizamos alguna de estas plataformas, tendremos un botón permanentemente inútil en nuestro mando. Mientras tanto, tal vez echemos en falta accesos directos a funciones que sí usamos habitualmente

Invertimos cientos, incluso miles de euros en un televisor de última generación con todo tipo de prestaciones. Muchos de ellos nos brindan una calidad de imagen excepcional. Y aún así, su acompañante, el mando a distancia, suele acabar quedándose corto ante nuestras expectativas.
Si bien es cierto que aún a día de hoy hay ejemplos de buenos mandos a distancia que se encuentran a la altura de la Smart TV que los acompaña, la tendencia por recortar cada vez más en funciones o en materiales de construcción es algo decepcionante. Y es que las marcas a veces deciden recortar costes y prestaciones, incluso en los modelos de gama alta.
Índice de Contenidos (6)
Calidad de construcción: plástico barato para televisores premium
El acabado en plástico suele acabar siendo la opción preferida por los fabricantes. A veces me resulta decepcionante desembolsar más de 2.000 euros en un televisor OLED o Mini-LED de última generación y recibir a cambio un mando fabricado en plástico y con acabados muy mejorables.

El Magic Remote de LG, por ejemplo, a pesar de contar con funcionalidades avanzadas como el puntero aéreo, control por voz, y accesos directos a ajustes de gran utilidad, su construcción en plástico con acabado brillante no termina de convencer, y ni mucho menos está a la altura de lo que cabría esperar para televisores que superan los 2.000 euros. El mando de la imagen corresponde al de la LG OLED C3. La compañía lleva varios años reciclando este modelo de mando.
Hubo una época en la que los mandos de Samsung molaban

Samsung representaba hasta hace poco un caso interesante. Sus mandos para la gama alta destacaban por una construcción en una aleación de aluminio que queda elegante y minimalista. Sin embargo, tras la llegada de los modelos con carga solar, la marca ha dado un paso atrás en sus últimos modelos, volviendo al plástico sin una razón aparente más allá del ahorro en costes, incluso en los modelos 8K
Esta simplicidad en el diseño, aunque estéticamente atractiva, también ha significado una reducción extrema de las funciones que tiene el usuario a golpe de clic en su mando. Se deshacen de la botonera de números y de otras funciones útiles que, si dependiéramos de un control de voz por IA muy avanzado, sería otro cantar, pero todavía no es el caso (habrá que ver en los modelos de este año).

La retroiluminación debería ser obligatoria
Otro punto crítico es la ausencia de retroiluminación en los botones, una característica sorprendentemente escasa en la alta gama que puede venir muy bien para el usuario. Ver una película con las luces apagadas se convierte en una odisea para encontrar el botón correcto. En este sentido me gustaría destacar el mando vocal de Movistar Plus+, que contiene todos los botones fundamentales, números, control por voz y además retroiluminado, con un diseño además sencillo y sin excesos.

Pienso que la retroiluminación no debería ser un lujo caprichoso, sino una funcionalidad práctica que mejora significativamente la experiencia de usuario. Sin embargo, pocas marcas la implementan de serie en sus mandos, obligando a los usuarios a memorizar la disposición de los botones o a encender una luz para realizar cualquier ajuste.
La invasión de los botones de streaming
La proliferación de botones dedicados a plataformas de streaming es otro fenómeno destacable. Netflix, Amazon Prime Video, Disney+... Los mandos actuales suelen incluir botones de acceso directo que, si bien pueden resultar prácticos, también responden a acuerdos comerciales entre fabricantes y plataformas.
Lo cuestionable es que, en buena parte de los mandos a distancia, estos botones no suelen ser personalizables. Si no utilizamos alguna de estas plataformas, tendremos un botón permanentemente inútil en nuestro mando. Mientras tanto, tal vez echemos en falta accesos directos a funciones que sí usamos habitualmente.
No todo es malo: también hay buenas prácticas en mandos

Afortunadamente, no todo son malas noticias. Algunos fabricantes sí pienso que cuentan con ejemplos de buenas prácticas. Sony destaca con mandos bien construidos y funcionales para sus televisores Bravia, incluso con retroiluminación, al menos en Bravia 9 y Bravia A95k/A95L. Una pena que tengamos que dirigirnos a los modelos más premium para obtener la retroiluminación. Lo bueno es que normalmente no se dejan funciones útiles para incorporar en sus botones y, si bien algunos modelos de mandos pueden pecar de “anticuados” en su diseño, mejor eso que no ofrecer al usuario funciones extra. Algunas teles del fabricante vienen hasta con dos mandos: uno más moderno y con retroiluminación y uno más clásico con botonera numérica.

El mando Pro del Fire TV Stick de Amazon también ofrece un mando con una construcción sólida, retroiluminación automática que se activa al cogerlo y un sistema que pita para cuando se pierde entre los cojines del sofá. También podemos personalizar los botones para añadir accesos directos a plataformas y funciones. En esta misma línea, el nuevo Google TV Streamer 4K también incorpora botones personalizables y sistema para cuando lo perdemos.
Los mandos que se han ido incluyendo en los Apple TV también merecen su mención aparte, pues a pesar de que el cacharro cuesta lo suyo, los mandos llegan con una muy buena construcción en aluminio y el tacto y sensación se sienten premium. La pena es que se incluyan tan pocos botones. Sí, lo capto, minimalisto y diseño vanguardista, pero para algunos el diseño no compensa.

Un mercado cada vez más competitivo
Realmente comprendo esta situación, o al menos así lo considero. Por un lado, las prioridades de marketing juegan un papel fundamental, ya que las especificaciones técnicas del panel venden más que las características del mando. También influye la percepción de valor por parte de los consumidores, quienes tienden a valorar más la calidad de imagen que lo que pueda aportar el mando, aunque si no nos dan a elegir tampoco hay mucha más opción que comérnoslo con papas.
Además, en un mercado altamente competitivo, los fabricantes buscan constantemente áreas donde recortar gastos sin afectar aparentemente al producto principal. Y esto no solo lo vemos en el mando, sino también en la incorporación de publicidad y técnicas de recolección de datos en el software.
En Xataka Smart Home | He perdido el mando de mi Smart TV Samsung. Mientras me llega uno nuevo, este truco me permite navegar por ella como si nada
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La noticia
Gastarte 2.000 € en una Smart TV excelente y que el mando venga con carencias es una gran decepción. Casi nunca están a la altura
fue publicada originalmente en
Xataka Smart Home
por
Antonio Vallejo
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