En 1973 alguien oyó un zumbido inexplicable. No solo no lo hemos descifrado: en una isla de Escocia se está multiplicando

Hay fenómenos que desafían, no solo la razón, sino incluso la percepción misma de la realidad. Uno de ellos es recordado en Escocia desde finales de los años 90, un zumbido de baja frecuencia que se escucha en distintas partes del mundo y que, aunque para la mayoría pasa desapercibido, para quienes lo perciben resulta tan real como insoportable. Al zumbido se le ha llamado The Hum, y en una isla escocesa parece que ha regresado con fuerza. Rompiendo la calma. En la apartada Isla de Lewis, en el archipiélago escocés de las Hébridas, un persistente y extraño zumbido de baja frecuencia ha comenzado a perturbar la vida de sus habitantes, generando desconcierto, ansiedad y problemas de salud entre quienes aseguran escucharlo cada noche. Se trata de un murmullo grave, pulsante y penetrante, que impide conciliar el sueño y causa vértigo, cefaleas e incluso alteraciones de la concentración, según testimonios recogidos por los medios británicos. A pesar de su intensidad para los afectados, el fenómeno carece de una fuente clara y permanece fuera del alcance de explicaciones consensuadas. La responsable de documentar esta inquietante anomalía es Lauren-Grace Kirtley, fundadora del grupo de apoyo “The Hebridean Hum”, que ha recopilado decenas de denuncias ciudadanas y registros acústicos en distintas zonas de la isla, en los que aparece una señal persistente de unos 50 Hz, variable en intensidad, pero presente en todos los casos. Este dato ha permitido descartar fuentes locales como infraestructuras portuarias, turbinas eólicas o instalaciones industriales, y ha redirigido la búsqueda hacia un posible origen... marino. En Xataka Este mapa muestra cómo será la Tierra dentro de 250 millones de años. Si se cumple, España tendrá mucha suerte Entre lo físico y lo perceptual. Aunque algunos miembros del grupo han considerado hipótesis fisiológicas como las emisiones otoacústicas (sonidos generados en el oído interno), la disparidad geográfica de la experiencia debilita esta línea de explicación. Pamela Weaver Larson, una de las participantes del grupo, ha señalado que no escucha el zumbido cuando se traslada fuera de la isla, lo que indicaría una fuente ambiental localizada más que un fenómeno subjetivo. Esta contradicción pone de manifiesto la complejidad del caso, que se inscribe en un patrón mucho más amplio: el llamado “Worldwide Hum”, un fenómeno acústico documentado desde hace décadas en diversas regiones del mundo, cuyas causas siguen siendo enigmáticas y su simple existencia sigue siendo cuestionada por sectores científicos. Glen MacPherson, fundador del proyecto World Hum Map and Database, ha recopilado cientos de testimonios que describen un zumbido semejante al motor de un vehículo estacionado, más perceptible por la noche y en espacios cerrados, aunque generalmente descrito como omnipresente. The Hum, el comienzo. Como decíamos al inicio, a finales de la década de 1990 Escocia comenzó a percibir estos zumbidos. Así lo vivió Georgie Helop, una mujer escocesa que tras la muerte de su esposo se mudó a la localidad costera de Largs, al oeste de Glasgow, buscando tranquilidad. Lo que encontró fue el inicio de una pesadilla sonora: un zumbido constante, grave, parecido al de un camión en ralentí, que parecía no tener fuente visible y que era aún más intenso dentro de su propia casa. No era solo un ruido molesto. Con el paso del tiempo, el fenómeno comenzó a provocarle dolencias físicas: cefaleas, hemorragias nasales, dolores de oído, opresión en el pecho. Como medida desesperada, Helop llegó a dormir en una tienda de campaña en el jardín, buscando la paz que no encontraba dentro de la vivienda. Su caso no era aislado: con el tiempo descubrió que no solo en Largs, sino en otras partes del Reino Unido, de Estados Unidos y del mundo, muchas otras personas también reportaban escuchar el mismo zumbido inexplicable. En Xataka Jeff Bezos quiso desglosar el impacto de los aranceles en los precios de Amazon: bastó una llamada para dar marcha atrás Desconcierto. Así y echando la vista atrás, desde 1973 se han documentado casos similares en localidades muy dispares: Taos en Nuevo México, Hueytown en Alabama, Roma en los años setenta, Bristol en el Reino Unido. En muchos de estos lugares, solo una pequeña fracción de la población, a menudo mujeres de mediana edad, declara escuchar el ruido, lo que ha llevado a múltiples especulaciones sobre su origen. Algunas teorías apuntan a condiciones fisiológicas como el tinnitus, una percepción sonora sin estímulo externo. En los años noventa, expertos en audición sugerían que quienes oían el zumbido simplemente no aceptaban su diagnóstico clínico. Pero con el tiempo, y gracias al avance de la tecnología, algunos científicos han logrado detectar emisiones reales, de frecuencias tan bajas como esos 50 o 60 hertzios, e incluso otra

May 2, 2025 - 13:38
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En 1973 alguien oyó un zumbido inexplicable. No solo no lo hemos descifrado: en una isla de Escocia se está multiplicando

En 1973 alguien oyó un zumbido inexplicable. No solo no lo hemos descifrado: en una isla de Escocia se está multiplicando

Hay fenómenos que desafían, no solo la razón, sino incluso la percepción misma de la realidad. Uno de ellos es recordado en Escocia desde finales de los años 90, un zumbido de baja frecuencia que se escucha en distintas partes del mundo y que, aunque para la mayoría pasa desapercibido, para quienes lo perciben resulta tan real como insoportable. Al zumbido se le ha llamado The Hum, y en una isla escocesa parece que ha regresado con fuerza.

Rompiendo la calma. En la apartada Isla de Lewis, en el archipiélago escocés de las Hébridas, un persistente y extraño zumbido de baja frecuencia ha comenzado a perturbar la vida de sus habitantes, generando desconcierto, ansiedad y problemas de salud entre quienes aseguran escucharlo cada noche. Se trata de un murmullo grave, pulsante y penetrante, que impide conciliar el sueño y causa vértigo, cefaleas e incluso alteraciones de la concentración, según testimonios recogidos por los medios británicos.

A pesar de su intensidad para los afectados, el fenómeno carece de una fuente clara y permanece fuera del alcance de explicaciones consensuadas. La responsable de documentar esta inquietante anomalía es Lauren-Grace Kirtley, fundadora del grupo de apoyo “The Hebridean Hum”, que ha recopilado decenas de denuncias ciudadanas y registros acústicos en distintas zonas de la isla, en los que aparece una señal persistente de unos 50 Hz, variable en intensidad, pero presente en todos los casos. Este dato ha permitido descartar fuentes locales como infraestructuras portuarias, turbinas eólicas o instalaciones industriales, y ha redirigido la búsqueda hacia un posible origen... marino.

Entre lo físico y lo perceptual. Aunque algunos miembros del grupo han considerado hipótesis fisiológicas como las emisiones otoacústicas (sonidos generados en el oído interno), la disparidad geográfica de la experiencia debilita esta línea de explicación. Pamela Weaver Larson, una de las participantes del grupo, ha señalado que no escucha el zumbido cuando se traslada fuera de la isla, lo que indicaría una fuente ambiental localizada más que un fenómeno subjetivo.

Esta contradicción pone de manifiesto la complejidad del caso, que se inscribe en un patrón mucho más amplio: el llamado “Worldwide Hum”, un fenómeno acústico documentado desde hace décadas en diversas regiones del mundo, cuyas causas siguen siendo enigmáticas y su simple existencia sigue siendo cuestionada por sectores científicos. Glen MacPherson, fundador del proyecto World Hum Map and Database, ha recopilado cientos de testimonios que describen un zumbido semejante al motor de un vehículo estacionado, más perceptible por la noche y en espacios cerrados, aunque generalmente descrito como omnipresente.

The Hum, el comienzo. Como decíamos al inicio, a finales de la década de 1990 Escocia comenzó a percibir estos zumbidos. Así lo vivió Georgie Helop, una mujer escocesa que tras la muerte de su esposo se mudó a la localidad costera de Largs, al oeste de Glasgow, buscando tranquilidad. Lo que encontró fue el inicio de una pesadilla sonora: un zumbido constante, grave, parecido al de un camión en ralentí, que parecía no tener fuente visible y que era aún más intenso dentro de su propia casa.

No era solo un ruido molesto. Con el paso del tiempo, el fenómeno comenzó a provocarle dolencias físicas: cefaleas, hemorragias nasales, dolores de oído, opresión en el pecho. Como medida desesperada, Helop llegó a dormir en una tienda de campaña en el jardín, buscando la paz que no encontraba dentro de la vivienda. Su caso no era aislado: con el tiempo descubrió que no solo en Largs, sino en otras partes del Reino Unido, de Estados Unidos y del mundo, muchas otras personas también reportaban escuchar el mismo zumbido inexplicable.

Desconcierto. Así y echando la vista atrás, desde 1973 se han documentado casos similares en localidades muy dispares: Taos en Nuevo México, Hueytown en Alabama, Roma en los años setenta, Bristol en el Reino Unido. En muchos de estos lugares, solo una pequeña fracción de la población, a menudo mujeres de mediana edad, declara escuchar el ruido, lo que ha llevado a múltiples especulaciones sobre su origen.

Algunas teorías apuntan a condiciones fisiológicas como el tinnitus, una percepción sonora sin estímulo externo. En los años noventa, expertos en audición sugerían que quienes oían el zumbido simplemente no aceptaban su diagnóstico clínico. Pero con el tiempo, y gracias al avance de la tecnología, algunos científicos han logrado detectar emisiones reales, de frecuencias tan bajas como esos 50 o 60 hertzios, e incluso otras más elevadas en la gama de los megahertzios, lo que ha abierto la puerta a explicaciones que van más allá del oído interno.

Otra explicación. Algunas hipótesis apuntan a frecuencias combinadas que generan una especie de “frecuencia de batido” solo perceptible para una minoría con sensibilidad acústica extrema. Otros sugieren que el zumbido se origina en la infraestructura moderna (torres de telecomunicación, turbinas eólicas, ductos de gas, instalaciones militares), o incluso en fenómenos electromagnéticos o acústicos aún no comprendidos.

M Mapa del proyecto iniciado por MacPherson

El mapa de un sonido invisible. Como decíamos, en 2012 un profesor canadiense llamado Glen MacPherson comenzó a escuchar el zumbido en su hogar de Sechelt, en la Columbia Británica. Su experiencia personal lo llevó a fundar el World Hum Map and Database Project, una plataforma colaborativa donde las personas afectadas pueden registrar su ubicación y compartir sus vivencias.

Con el paso de los años ya se habían reportado más de 5.000 puntos del planeta donde se afirmaba escuchar el zumbido. El proyecto ha contribuido a visibilizar una experiencia que durante décadas fue desacreditada o atribuida a causas psicológicas. En el caso de Helop, científicos que analizaron su casa pudieron registrar frecuencias anómalas, confirmando al menos parcialmente que algo físico sucedía en ese entorno.

Nuevas explicaciones. Al igual que los con los casos más recientes, una de las explicaciones que ha cobrado más fuerza asocia el fenómeno con la geografía de las zonas costeras. Largs, como muchos otros puntos donde se registra el zumbido, se encuentra cerca del océano. Según esta teoría expuesta en su momento en el Washington Post, las tormentas en el mar generan olas cuyo impacto se transmite al lecho oceánico, provocando vibraciones que se extienden por la corteza terrestre.

Estas oscilaciones podrían viajar a grandes distancias y ser detectadas por aquellos con una sensibilidad particular a las bajas frecuencias, especialmente en interiores donde los sonidos externos quedan más amortiguados. La hipótesis, aunque plausible, sigue sin confirmación científica sólida. Mientras tanto, otras teorías más especulativas siguen en circulación: desde radiación de redes eléctricas y pruebas militares secretas, hasta las señales de origen extraterrestre (no podían faltar) o incluso ilusiones colectivas amplificadas por la sugestión social.

Impacto ambiental. Sea como fuere, ahora que “The Hum” parece haberse replicado en Lewis, las autoridades locales han confirmado haber recibido informes sobre ruidos de baja frecuencia y el equipo de salud ambiental ha iniciado investigaciones preliminares, aunque hasta el momento no se ha llegado a ninguna conclusión concreta.

Kirtley, por su parte, ha asegurado al Times que todo indica que el origen del zumbido se encuentra, en efecto, en el mar y que, además de perjudicar la salud humana, podría estar afectando a la fauna marina. Este matiz medioambiental añadiría una dimensión más urgente al problema, especialmente en un contexto global de sensibilidad ecológica y protección de ecosistemas costeros.

Incertidumbre. Mientras, la comunidad de la pequeña isla, que durante años ha vivido en relativo aislamiento y tranquilidad, se enfrenta ahora a una aparente perturbación invisible pero tangible, una intrusión acústica que desafía los marcos conocidos de explicación técnica, percepción sensorial y gestión pública.

Al menos por ahora, y a pesar del esfuerzo colectivo por identificar el origen del sonido, el zumbido persiste como un fenómeno desconcertante que, más allá de su naturaleza, ha transformado la vida cotidiana en la isla replicando los sucesos que se han alertado en otros puntos del planeta.

Imagen | Simaron, World Hum Map and Database Project

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La noticia En 1973 alguien oyó un zumbido inexplicable. No solo no lo hemos descifrado: en una isla de Escocia se está multiplicando fue publicada originalmente en Xataka por Miguel Jorge .