Japón ha tomado una decisión histórica para proteger a los mayores: prohibido usar el móvil en los cajeros automáticos
Japón lleva tiempo tratando de dar con una fórmula que evite fraudes dirigidos a un colectivo muy particular: las personas mayores. Es tal la preocupación de la nación, que el uso de los cajeros automáticos llevará fuertes restricciones para este grupo. Entre las imposiciones: límites diarios de dinero y la más sorprendente: prohibir el uso de los móviles cuando se disponen a usar un cajero automático. Medidas contra fraudes. Ante el alarmante aumento de delitos dirigidos a personas mayores, la Agencia Nacional de Policía de Japón (NPA) busca establecer un límite legal de 300.000 yenes (aproximadamente 2.000 dólares) por día en retiros y transferencias realizadas desde cajeros automáticos para personas de 75 años o más. La medida surge como parte de un esfuerzo por modificar las regulaciones de la ley para la prevención de transferencias de ganancias delictivas, en coordinación con la Asociación de Banqueros de Japón, y busca brindar una respuesta concreta al fenómeno creciente del “fraude especial”, en el que los delincuentes engañan a víctimas sin contacto presencial, generalmente por teléfono. Pero hay mucho más. En 3D Juegos Corea del Sur está envejeciendo tanto que han optado por la solución más radical: cambiar a sus viejos a base de retórica etaria Un problema en expansión. Actualmente, los bancos japoneses establecen de forma voluntaria un límite máximo de 500.000 yenes diarios en operaciones por cajero, pero no existe un marco legal que regule esta práctica. Según datos provisionales de la NPA, en 2023 los fraudes de este tipo alcanzaron un montante récord de 72.15 mil millones de yenes. De ese total, cerca del 45% de las víctimas (9.415 personas) tenían 75 años o más, lo que evidencia el perfil vulnerable que presentan los adultos mayores frente a estas estafas. El nuevo límite propuesto de 300.000 yenes se calculó considerando el promedio de pagos de pensiones y con el objetivo de reducir el daño económico que pueden sufrir los afectados, sin causar un impacto excesivo en sus actividades financieras cotidianas. Prohibido hablar por el móvil. La prefectura de Osaka ha sido el primer enclave de la nación en ir un poco más allá en las medidas. ¿Cómo? Implementando una nueva ordenanza que prohíbe a los mayores utilizar el móvil mientras operan cajeros, como respuesta a ese creciente problema del "fraude especial", la modalidad delictiva en la que los criminales, sin contacto presencial, engañan a sus víctimas por teléfono, internet o correo, haciéndose pasar por familiares o instituciones oficiales. Esta forma de estafa afecta de manera desproporcionada a la población anciana que, como decíamos, año tras año entrega sumas considerables a este tipo de delincuentes. La situación ha alcanzado tal magnitud que las autoridades locales han decidido imponer restricciones directas para proteger a este sector de la población, especialmente vulnerable y cada vez más expuesto a manipulaciones mientras realizan operaciones bancarias. Ordenanza pionera. La medida, aprobada por unanimidad el 24 de marzo por la asamblea de la prefectura, no solo prohíbe el uso simultáneo del teléfono y el cajero automático por parte de personas mayores, sino que también obliga a todos los establecimientos con cajeros a colocar carteles disuasorios y a implementar desde ya un límite diario de transferencias bancarias de 100.000 yenes para personas de edad avanzada. Además, los puntos de venta de tarjetas prepago deberán verificar que los compradores no estén siendo manipulados por estafadores. Aunque esta es la primera ordenanza de su tipo en la nación y no contempla sanciones por incumplimiento, se espera que las instituciones financieras la acaten como parte de sus compromisos de responsabilidad social y reputación corporativa, sobre todo en un país donde las empresas suelen alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Críticas y apoyo de la población. Las reacciones han sido diversas. Mientras algunos celebran la iniciativa por intentar detener el robo de pensiones y proteger a personas vulnerables, otros critican su carácter restrictivo o cuestionan su efectividad real. Varios usuarios en la red han señalado que limitar las transferencias o imponer reglas específicas a los adultos mayores puede resultar discriminatorio o paternalista, además de complicado de aplicar. También se han planteado dudas sobre cómo se definirá legalmente la edad de las personas afectadas y si se requerirá identificación específica en los cajeros. En la otra acera, lo que reconocieron que el fraude especial es un problema complejo sin soluciones simples, y que una mayor participación de los empleados bancarios y la sociedad en general puede ser clave para mitigarlo. En Xataka Un dron ruso ha abierto una de las mayores obras de ingeniería. El problema: era e

Japón lleva tiempo tratando de dar con una fórmula que evite fraudes dirigidos a un colectivo muy particular: las personas mayores. Es tal la preocupación de la nación, que el uso de los cajeros automáticos llevará fuertes restricciones para este grupo. Entre las imposiciones: límites diarios de dinero y la más sorprendente: prohibir el uso de los móviles cuando se disponen a usar un cajero automático.
Medidas contra fraudes. Ante el alarmante aumento de delitos dirigidos a personas mayores, la Agencia Nacional de Policía de Japón (NPA) busca establecer un límite legal de 300.000 yenes (aproximadamente 2.000 dólares) por día en retiros y transferencias realizadas desde cajeros automáticos para personas de 75 años o más.
La medida surge como parte de un esfuerzo por modificar las regulaciones de la ley para la prevención de transferencias de ganancias delictivas, en coordinación con la Asociación de Banqueros de Japón, y busca brindar una respuesta concreta al fenómeno creciente del “fraude especial”, en el que los delincuentes engañan a víctimas sin contacto presencial, generalmente por teléfono. Pero hay mucho más.
Un problema en expansión. Actualmente, los bancos japoneses establecen de forma voluntaria un límite máximo de 500.000 yenes diarios en operaciones por cajero, pero no existe un marco legal que regule esta práctica. Según datos provisionales de la NPA, en 2023 los fraudes de este tipo alcanzaron un montante récord de 72.15 mil millones de yenes.
De ese total, cerca del 45% de las víctimas (9.415 personas) tenían 75 años o más, lo que evidencia el perfil vulnerable que presentan los adultos mayores frente a estas estafas. El nuevo límite propuesto de 300.000 yenes se calculó considerando el promedio de pagos de pensiones y con el objetivo de reducir el daño económico que pueden sufrir los afectados, sin causar un impacto excesivo en sus actividades financieras cotidianas.
Prohibido hablar por el móvil. La prefectura de Osaka ha sido el primer enclave de la nación en ir un poco más allá en las medidas. ¿Cómo? Implementando una nueva ordenanza que prohíbe a los mayores utilizar el móvil mientras operan cajeros, como respuesta a ese creciente problema del "fraude especial", la modalidad delictiva en la que los criminales, sin contacto presencial, engañan a sus víctimas por teléfono, internet o correo, haciéndose pasar por familiares o instituciones oficiales.
Esta forma de estafa afecta de manera desproporcionada a la población anciana que, como decíamos, año tras año entrega sumas considerables a este tipo de delincuentes. La situación ha alcanzado tal magnitud que las autoridades locales han decidido imponer restricciones directas para proteger a este sector de la población, especialmente vulnerable y cada vez más expuesto a manipulaciones mientras realizan operaciones bancarias.
Ordenanza pionera. La medida, aprobada por unanimidad el 24 de marzo por la asamblea de la prefectura, no solo prohíbe el uso simultáneo del teléfono y el cajero automático por parte de personas mayores, sino que también obliga a todos los establecimientos con cajeros a colocar carteles disuasorios y a implementar desde ya un límite diario de transferencias bancarias de 100.000 yenes para personas de edad avanzada.
Además, los puntos de venta de tarjetas prepago deberán verificar que los compradores no estén siendo manipulados por estafadores. Aunque esta es la primera ordenanza de su tipo en la nación y no contempla sanciones por incumplimiento, se espera que las instituciones financieras la acaten como parte de sus compromisos de responsabilidad social y reputación corporativa, sobre todo en un país donde las empresas suelen alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Críticas y apoyo de la población. Las reacciones han sido diversas. Mientras algunos celebran la iniciativa por intentar detener el robo de pensiones y proteger a personas vulnerables, otros critican su carácter restrictivo o cuestionan su efectividad real. Varios usuarios en la red han señalado que limitar las transferencias o imponer reglas específicas a los adultos mayores puede resultar discriminatorio o paternalista, además de complicado de aplicar.
También se han planteado dudas sobre cómo se definirá legalmente la edad de las personas afectadas y si se requerirá identificación específica en los cajeros. En la otra acera, lo que reconocieron que el fraude especial es un problema complejo sin soluciones simples, y que una mayor participación de los empleados bancarios y la sociedad en general puede ser clave para mitigarlo.
La IA entra en escena. Contaban en Sora News que el sector bancario japonés ya está experimentando con tecnologías emergentes para combatir estos fraudes. Japan Post, que también opera como banco, ha comenzado a implementar sistemas de inteligencia artificial capaces de detectar cuándo un usuario está hablando por teléfono mientras utiliza un cajero automático, todo ello con miras a prevenir este tipo de delitos.
Aunque aún se evalúa su precisión y viabilidad, se baraja incluso la posibilidad de que estos sistemas puedan llegar a identificar el rango de edad de los usuarios, abriendo la puerta a medidas de control automatizadas. Qué duda cabe, esta perspectiva también plantea interrogantes éticos sobre privacidad, discriminación y vigilancia digital, especialmente en una sociedad donde el envejecimiento poblacional y la transformación tecnológica avanzan casi en paralelo.
Sea como fuere, el caso de Osaka visibiliza una tendencia preocupante a nivel nacional y pone sobre la mesa un dilema esencial para el Japón actual: cómo proteger eficazmente a su creciente población anciana sin socavar su autonomía ni su dignidad.
Imagen | PXHere
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La noticia
Japón ha tomado una decisión histórica para proteger a los mayores: prohibido usar el móvil en los cajeros automáticos
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Xataka Móvil
por
Miguel Jorge
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