Los neobancos reviven una moda que no acabó bien la última vez: que hasta en la frutería tengan su propio OMV

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que ir al supermercado no solo implicaba llenar el carro de la compra, sino también poder salir con una tarjeta SIM bajo el brazo. Fue durante el auge de los operadores móviles virtuales (OMV), a mediados de los 2000, cuando empresas completamente ajenas al sector de las telecomunicaciones como Eroski o Carrefour decidieron subirse a la ola y lanzar su propio servicio de telefonía móvil. El auge y caída de los OMV de supermercados La promesa era clara: ofrecer llamadas y datos móviles a precios competitivos, aprovechando la infraestructura de los grandes operadores (Movistar, Vodafone, Orange) sin tener que invertir en redes propias. Durante un tiempo, la estrategia pareció funcionar: tarifas económicas, presencia masiva en puntos de venta y una imagen de marca ya consolidada en otros sectores. Sin embargo, el entusiasmo se diluyó con la misma rapidez con la que surgió. Estos OMVs carecían de una propuesta de valor verdaderamente diferenciadora. La mayoría ofrecía exactamente lo mismo: llamadas baratas y poco más. En Xataka Móvil Qué fue de Airtel, el operador móvil que rompió el monopolio de Telefónica No había una experiencia de usuario destacable, innovación tecnológica, ni una comunidad leal. En cuestión de pocos años, muchos de estos proyectos desaparecieron o fueron absorbidos por operadores más grandes. La lección parecía clara: vender minutos desde una caja registradora no era suficiente. Pero como suele ocurrir en el mundo de la tecnología y los negocios, las modas no mueren; simplemente hibernan. Hoy, casi dos décadas después, una nueva generación de actores digitales ha decidido revivir la idea de ofrecer servicios de telecomunicaciones como valor añadido: los neobancos. El renacer del modelo: los neobancos como nuevos OMV Hoy, el sector asiste a una segunda juventud de este modelo, pero con un giro: los protagonistas ya no son supermercados, sino neobancos como Revolut y N26. Estas entidades, 100% digitales y sin oficinas físicas, han revolucionado la banca con una oferta centrada en la experiencia móvil, la transparencia y la agilidad. Ahora, los neobancos están expandiendo su cartera de servicios hacia las telecomunicaciones. Revolut, por ejemplo, ha anunciado el lanzamiento de su propio servicio de telefonía móvil, con integración total en su aplicación y opciones como eSIM, itinerancia de datos internacional y activación instantánea. N26 ha seguido el mismo camino en Alemania, permitiendo a sus clientes contratar servicios móviles desde la propia aplicación, con flexibilidad total y sin permanencias. En Xataka Móvil Las mejores tarifas móviles baratas de contrato en 2025 y comparador con todas las compañías de teléfono A diferencia de sus predecesores en los lineales del supermercado, los neobancos juegan con una ventaja significativa: son nativos digitales y cuentan con una base de usuarios altamente comprometida. Sus plataformas están pensadas para integrar múltiples servicios en un solo entorno: cuentas, tarjetas, seguros, criptomonedas… y ahora, también conectividad móvil. La clave está en la experiencia integrada. Para el usuario moderno, poder gestionar su plan de datos móviles, cambiar de tarifa o contratar una eSIM internacional sin salir de la app bancaria supone una comodidad sin precedentes. Además, los neobancos pueden utilizar la información financiera y de comportamiento del usuario para ofrecer paquetes personalizados, algo que los OMVs tradicionales nunca llegaron a hacer. El desafío: evitar los errores del pasado El éxito de esta nueva ola dependerá de la capacidad de los neobancos para diferenciar su oferta y aportar valor real al usuario, más allá de la simple reventa de minutos y datos. Si logran integrar la telefonía como un servicio más dentro de un ecosistema digital completo, podrían consolidar un modelo que, en su día, no supieron aprovechar ni Carrefour ni Eroski. Los neobancos están resucitando una tendencia que parecía agotada, pero con un enfoque mucho más digital, flexible y centrado en el usuario. No obstante, la historia sirve de advertencia. El éxito de estos nuevos OMVs no dependerá únicamente de su capacidad tecnológica, sino de si realmente pueden ofrecer una propuesta de valor clara, competitiva y sostenible. Si vuelven a caer en la trampa de ofrecer "más de lo mismo", la moda podría terminar igual que la última vez: relegada al recuerdo de las tarjetas SIM colgadas junto a las pilas en el pasillo del supermercado. En Xataka Móvil | Así era navegar con ADSL y otras tecnologías obsoletas, que en su día fueron rompedoras. - La noticia Los neobancos reviven una moda que no acabó bien la última vez: que hasta en la frutería tengan su pr

May 11, 2025 - 10:19
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Los neobancos reviven una moda que no acabó bien la última vez: que hasta en la frutería tengan su propio OMV

Los neobancos reviven una moda que no acabó bien la última vez: que hasta en la frutería tengan su propio OMV

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que ir al supermercado no solo implicaba llenar el carro de la compra, sino también poder salir con una tarjeta SIM bajo el brazo. Fue durante el auge de los operadores móviles virtuales (OMV), a mediados de los 2000, cuando empresas completamente ajenas al sector de las telecomunicaciones como Eroski o Carrefour decidieron subirse a la ola y lanzar su propio servicio de telefonía móvil.

El auge y caída de los OMV de supermercados

Carrefour móvil

La promesa era clara: ofrecer llamadas y datos móviles a precios competitivos, aprovechando la infraestructura de los grandes operadores (Movistar, Vodafone, Orange) sin tener que invertir en redes propias. Durante un tiempo, la estrategia pareció funcionar: tarifas económicas, presencia masiva en puntos de venta y una imagen de marca ya consolidada en otros sectores.

Sin embargo, el entusiasmo se diluyó con la misma rapidez con la que surgió. Estos OMVs carecían de una propuesta de valor verdaderamente diferenciadora. La mayoría ofrecía exactamente lo mismo: llamadas baratas y poco más.

No había una experiencia de usuario destacable, innovación tecnológica, ni una comunidad leal. En cuestión de pocos años, muchos de estos proyectos desaparecieron o fueron absorbidos por operadores más grandes. La lección parecía clara: vender minutos desde una caja registradora no era suficiente.

Pero como suele ocurrir en el mundo de la tecnología y los negocios, las modas no mueren; simplemente hibernan. Hoy, casi dos décadas después, una nueva generación de actores digitales ha decidido revivir la idea de ofrecer servicios de telecomunicaciones como valor añadido: los neobancos.

El renacer del modelo: los neobancos como nuevos OMV

Hoy, el sector asiste a una segunda juventud de este modelo, pero con un giro: los protagonistas ya no son supermercados, sino neobancos como Revolut y N26. Estas entidades, 100% digitales y sin oficinas físicas, han revolucionado la banca con una oferta centrada en la experiencia móvil, la transparencia y la agilidad.

Ahora, los neobancos están expandiendo su cartera de servicios hacia las telecomunicaciones. Revolut, por ejemplo, ha anunciado el lanzamiento de su propio servicio de telefonía móvil, con integración total en su aplicación y opciones como eSIM, itinerancia de datos internacional y activación instantánea. N26 ha seguido el mismo camino en Alemania, permitiendo a sus clientes contratar servicios móviles desde la propia aplicación, con flexibilidad total y sin permanencias.

A diferencia de sus predecesores en los lineales del supermercado, los neobancos juegan con una ventaja significativa: son nativos digitales y cuentan con una base de usuarios altamente comprometida. Sus plataformas están pensadas para integrar múltiples servicios en un solo entorno: cuentas, tarjetas, seguros, criptomonedas… y ahora, también conectividad móvil.

La clave está en la experiencia integrada. Para el usuario moderno, poder gestionar su plan de datos móviles, cambiar de tarifa o contratar una eSIM internacional sin salir de la app bancaria supone una comodidad sin precedentes. Además, los neobancos pueden utilizar la información financiera y de comportamiento del usuario para ofrecer paquetes personalizados, algo que los OMVs tradicionales nunca llegaron a hacer.

El desafío: evitar los errores del pasado

Revolut móvil

El éxito de esta nueva ola dependerá de la capacidad de los neobancos para diferenciar su oferta y aportar valor real al usuario, más allá de la simple reventa de minutos y datos. Si logran integrar la telefonía como un servicio más dentro de un ecosistema digital completo, podrían consolidar un modelo que, en su día, no supieron aprovechar ni Carrefour ni Eroski.

Los neobancos están resucitando una tendencia que parecía agotada, pero con un enfoque mucho más digital, flexible y centrado en el usuario. No obstante, la historia sirve de advertencia.

El éxito de estos nuevos OMVs no dependerá únicamente de su capacidad tecnológica, sino de si realmente pueden ofrecer una propuesta de valor clara, competitiva y sostenible. Si vuelven a caer en la trampa de ofrecer "más de lo mismo", la moda podría terminar igual que la última vez: relegada al recuerdo de las tarjetas SIM colgadas junto a las pilas en el pasillo del supermercado.

En Xataka Móvil | Así era navegar con ADSL y otras tecnologías obsoletas, que en su día fueron rompedoras.

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La noticia Los neobancos reviven una moda que no acabó bien la última vez: que hasta en la frutería tengan su propio OMV fue publicada originalmente en Xataka Móvil por plokiko .