En la era del MP3, Sony quiso frenar la copia de música… y cometió el gran error de meter malware en sus propios CD
Cuando hablamos de malware, una de las principales recomendaciones es no instalar nada que no provenga de un desarrollador o empresa de confianza. Pero incluso las grandes compañías pueden cometer errores garrafales. Hace casi 20 años, Sony protagonizó uno de los escándalos más graves de su historia: instaló un malware en los CD de música que vendía. Para entender esta historia, hay que remontarse a los años 90, cuando nació el formato MP3, que permitía comprimir archivos de audio sin una pérdida significativa de calidad. Esto facilitó que los archivos pudieran almacenarse y reproducirse en dispositivos portátiles, lo que cambió radicalmente el consumo musical. Un error garrafal (e histórico) de Sony Este nuevo formato abría la puerta a la distribución digital y al streaming, lo que amenazaba directamente al negocio tradicional de las discográficas, especialmente Sony, una de las más grandes. Su reacción fue extremadamente agresiva. El vicepresidente de Sony llegó a declarar: “La industria tomará cualquier medida necesaria para protegerse y proteger sus fuentes de ingresos. No perderemos ese flujo de dinero. Pase lo que pase, Sony va a tomar medidas agresivas para detener esto y desarrollaremos tecnología que trascienda al usuario individual”. Entre sus ideas estaban medidas como bloquear descargas de MP3 desde el operador de red o incluso mediante el firmware del ordenador. Querían evitar por todos los medios que los usuarios pudieran copiar sus CD y convertirlos a formato digital. Algo similar a los bloqueos que vemos de LaLiga a Cloudflare a día de hoy. Así nació una alianza entre Sony y BMG, que derivó en la contratación de First 4 Internet, una empresa que desarrolló un sistema de protección llamado Extended Copy Protection (XCP). Este sistema se integraba en los CD de música, y al introducirlos en un ordenador, obligaba al usuario a aceptar un contrato de licencia para reproducirlos. Entre otras cosas, el acuerdo: Solo permitía hacer tres copias del CD. Obligaba a eliminar la música al mudarse de país. Autorizaba a Sony a acceder remotamente al ordenador para borrar contenido. Limitaba posibles demandas por parte del usuario a un máximo de cinco dólares. Peor aún, al aceptar el contrato se instalaban programas y drivers ocultos. Uno de ellos, "$sys$aries", se ejecutaba en segundo plano con el sistema operativo y ocultaba su presencia, como un típico rootkit. Este comportamiento fue expuesto en 2005 por el ingeniero Mark Russinovich, quien descubrió que el software no aparecía en el acuerdo de licencia y que degradaba el rendimiento del sistema. Sony negó inicialmente su implicación, pero más tarde se vio obligada a lanzar una supuesta "herramienta de desinstalación"… que resultó ser aún peor. En Genbeta 20 curiosidades de Windows XP tras 20 años recorriendo sus icónicas praderas La herramienta no eliminaba el rootkit, solo lo hacía visible. Y para desinstalarlo, los usuarios debían facilitar su correo electrónico a Sony, lo que generó más desconfianza. Además, instalaba software adicional. La presión pública y mediática forzó finalmente a Sony a lanzar una herramienta real de eliminación. Pero ya era tarde: millones de CD infectados estaban en circulación y empezaron a surgir denuncias colectivas. Uno de los casos más importantes ocurrió en Texas, donde el fiscal general demandó a Sony por espiar a los ciudadanos. El estado ganó la demanda, y Sony fue obligada a: Pagar 750.000 dólares en tasas. Reembolsar a los usuarios afectados. Permitir la devolución de los CD infectados. Pagar 150 dólares por cada ordenador afectado. Este escándalo cambió las prácticas del sector. Desde entonces, los expertos en seguridad recomiendan no instalar ningún software incluido en un CD musical. Estos deben contener únicamente música, nunca programas ocultos. Este caso es recordado como uno de los mayores ejemplos de cómo una empresa puede vulnerar la confianza del consumidor, incluso bajo el pretexto de proteger sus propios intereses. Imágenes | Brett Jordan Marija Zaric Vía | Xataka En Genbeta | Han grabado a la Generación Z usando Windows XP. Les ha costado abrir un CD-ROM o usar un salvapantallas - La noticia En la era del MP3, Sony quiso frenar la copia de música… y cometió el gran error de meter malware en sus propios CD fue publicada originalmente en Genbeta por José Alberto Lizana .

Cuando hablamos de malware, una de las principales recomendaciones es no instalar nada que no provenga de un desarrollador o empresa de confianza. Pero incluso las grandes compañías pueden cometer errores garrafales. Hace casi 20 años, Sony protagonizó uno de los escándalos más graves de su historia: instaló un malware en los CD de música que vendía.
Para entender esta historia, hay que remontarse a los años 90, cuando nació el formato MP3, que permitía comprimir archivos de audio sin una pérdida significativa de calidad. Esto facilitó que los archivos pudieran almacenarse y reproducirse en dispositivos portátiles, lo que cambió radicalmente el consumo musical.
Un error garrafal (e histórico) de Sony
Este nuevo formato abría la puerta a la distribución digital y al streaming, lo que amenazaba directamente al negocio tradicional de las discográficas, especialmente Sony, una de las más grandes. Su reacción fue extremadamente agresiva. El vicepresidente de Sony llegó a declarar:
“La industria tomará cualquier medida necesaria para protegerse y proteger sus fuentes de ingresos. No perderemos ese flujo de dinero. Pase lo que pase, Sony va a tomar medidas agresivas para detener esto y desarrollaremos tecnología que trascienda al usuario individual”.

Entre sus ideas estaban medidas como bloquear descargas de MP3 desde el operador de red o incluso mediante el firmware del ordenador. Querían evitar por todos los medios que los usuarios pudieran copiar sus CD y convertirlos a formato digital. Algo similar a los bloqueos que vemos de LaLiga a Cloudflare a día de hoy.
Así nació una alianza entre Sony y BMG, que derivó en la contratación de First 4 Internet, una empresa que desarrolló un sistema de protección llamado Extended Copy Protection (XCP). Este sistema se integraba en los CD de música, y al introducirlos en un ordenador, obligaba al usuario a aceptar un contrato de licencia para reproducirlos. Entre otras cosas, el acuerdo:
- Solo permitía hacer tres copias del CD.
- Obligaba a eliminar la música al mudarse de país.
- Autorizaba a Sony a acceder remotamente al ordenador para borrar contenido.
- Limitaba posibles demandas por parte del usuario a un máximo de cinco dólares.
Peor aún, al aceptar el contrato se instalaban programas y drivers ocultos. Uno de ellos, "$sys$aries", se ejecutaba en segundo plano con el sistema operativo y ocultaba su presencia, como un típico rootkit.
Este comportamiento fue expuesto en 2005 por el ingeniero Mark Russinovich, quien descubrió que el software no aparecía en el acuerdo de licencia y que degradaba el rendimiento del sistema. Sony negó inicialmente su implicación, pero más tarde se vio obligada a lanzar una supuesta "herramienta de desinstalación"… que resultó ser aún peor.
La herramienta no eliminaba el rootkit, solo lo hacía visible. Y para desinstalarlo, los usuarios debían facilitar su correo electrónico a Sony, lo que generó más desconfianza. Además, instalaba software adicional.
La presión pública y mediática forzó finalmente a Sony a lanzar una herramienta real de eliminación. Pero ya era tarde: millones de CD infectados estaban en circulación y empezaron a surgir denuncias colectivas.
Uno de los casos más importantes ocurrió en Texas, donde el fiscal general demandó a Sony por espiar a los ciudadanos. El estado ganó la demanda, y Sony fue obligada a:
- Pagar 750.000 dólares en tasas.
- Reembolsar a los usuarios afectados.
- Permitir la devolución de los CD infectados.
- Pagar 150 dólares por cada ordenador afectado.
Este escándalo cambió las prácticas del sector. Desde entonces, los expertos en seguridad recomiendan no instalar ningún software incluido en un CD musical. Estos deben contener únicamente música, nunca programas ocultos.
Este caso es recordado como uno de los mayores ejemplos de cómo una empresa puede vulnerar la confianza del consumidor, incluso bajo el pretexto de proteger sus propios intereses.
Imágenes | Brett Jordan Marija Zaric
Vía | Xataka
En Genbeta | Han grabado a la Generación Z usando Windows XP. Les ha costado abrir un CD-ROM o usar un salvapantallas
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En la era del MP3, Sony quiso frenar la copia de música… y cometió el gran error de meter malware en sus propios CD
fue publicada originalmente en
Genbeta
por
José Alberto Lizana
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