Pasar la noche en una Polaris de Star Citizen con un grupo de jugadores ha sido una de las cosas más brutales que he vivido en este universo

He hecho cosas muy bestias en videojuegos, desde asaltar el mismísimo Olimpo con Kratos en God of War 3 a utilizar el Martillo del Alba en Gears of War, entre otras muchas locuras. Cosas muy bestias como lanzar 8 ataques orbitales simultáneos en una sola ubicación en Helldivers 2. He visto mucha destrucción. Y aun así, lo que he vivido en Star Citizen me ha dejado boquiabierto. La noche del viernes (21 de marzo) entré a Star Citizen para chatarrear con mi Drake Vulture y desconectar de lo que fue una semana de auténticos locos... literalmente. Hice algunos encargos hasta que llegó un buen amigo y nos dispusimos a cazar algunos piratas para robar su carga y venderla. Sin embargo, recibimos una invitación de una organización (clan, por llamarlo de forma coloquial) para jugar en grupo. Y accedimos. Una noche en una RSI Polaris de Star Citizen Si esta historia tuviese banda sonora, definitivamente sería el tema principal de Pacific Rim o Bismark de Sabaton. Ya irás viendo por qué. Nos movimos al canal de Discord de esta organización, entramos en una de las salas de chat y realizamos las presentaciones. Todos majísimos y muy buen rollo. Da gusto encontrar gente así después de una semana para olvidar con Assassin's Creed Shadows. El nombre de Polaris surgió rápidamente cuando se preguntó qué hacer entre tantas personas. Por si no lo sabes, esta nave es un auténtico monstruo de 166 metros de largo, 35 metros de alto y 85 metros de ancho máximo. Su tripulación mínima recomendada es de 6 jugadores con un máximo de 12, aunque entran más jugadores sobradamente como tripulación. Además, cuenta con torretas para mantener ocupados a todos, capacidad para atracar al universo entero y puede llevar un chorro de misiles. Es obsceno. Es tan enorme que tiene su propia pista de aterrizaje con espacio para varios cazas pequeños. De hecho, entra mi Vulture. Para que te hagas una idea del tamaño que maneja esta monstruosidad. Los edificios de 10-12 metros miden alrededor de 38 metros y los submarinos de clase virginia alrededor de 115 metros. De hecho, iguala y supera a muchos destructores de armadas reales. Andar por ella es una aventura en sí misma, porque cuenta con varios pisos (dos o tres, si contamos las propias torretas) y una cabina absolutamente espectacular. Pasamos la noche haciendo contratos especiales de cazarrecompensas, enfrentamientos contra tres, cuatro y cinco naves al mismo tiempo, que destruíamos o dejábamos inhabilitadas en función de su carga. Tras combatir junto a mis compañeros desde mi torreta (usé la misma durante toda la noche), la mayoría bajábamos a la zona de carga y hacíamos el transbordo de toda la mercancía que nos interesaba. Vaciamos naves cargadas hasta los topes en minutos. Cuatro o cinco jugadores moviendo cajas y organizando. La vista desde fuera era increíble: dos naves grandes como edificios y unos puntitos moviendo píxeles de un lado a otro. Las batallas espaciales fuero exactamente como lo muestra el tráiler oficial de la Polaris: varias naves disparándonos y todas las torretas de nuestra nave disparando al mismo tiempo. Era raro que una nave resistiese demasiado cuando el piloto señalaba a un objetivo. Son armas potentes e incluso las más grandes sufrían bajo nuestro fuero. Éramos literalmente un acorazando pasando por en medio del espacio enemigo y destrozando todo lo que había a nuestro alrededor. Poner la cámara en tercera persona era ver un festival de láseres, ráfagas de ametralladoras y misiles. En Vida Extra He encontrado a dos chalados con melones en la cabeza a punto de matarse en Assassin's Creed Shadows. Y admito que los entiendo Uno de los momentos más críticos fue precisamente con misiles o torpedos, no sabría decir exactamente. El dueño de la nave dijo al piloto que se acercase mucho a la nave enemiga y que disparase uno a bocajarro y a ojo, sin marcar al enemigo. La maniobra era compleja y nos comimos dos odas expansivas antes de calzarle el tercero y volar la nave en mil pedazos. Y así durante dos o tres horas sin una sola interrupción ni un fundido negro para cargar. Seis o siete chalados metidos en una bestia de metal del tamaño de un edificio y destrozando a todo lo que se ponía en nuestro camino. Las Corsair de mis amigos y mi Vulture se me van a quedar muy pequeñas en comparación. Fue una noche extremadamente divertida y que estaría dispuesto a repetir, a ser posible con naves más grandes y más personas por la anécdota, pero admito que no lo haría cada noche. Por muy épica que sea la experiencia, sigo prefiriendo las aventuras en petit comité, donde hay muchas más limitaciones y un peligro real de que todo se tuerza. Nada puede darte miedo a lomos de una RSI Polaris, ni siquiera las temibles Hammerhead. Cada día en Star Citizen es literalmente una aventura. En VidaExtra | Me niego a abordar más naves en Star Citizen

Mar 27, 2025 - 08:45
 0
Pasar la noche en una Polaris de Star Citizen con un grupo de jugadores ha sido una de las cosas más brutales que he vivido en este universo

Pasar la noche en una Polaris de Star Citizen con un grupo de jugadores ha sido una de las cosas más brutales que he vivido en este universo

He hecho cosas muy bestias en videojuegos, desde asaltar el mismísimo Olimpo con Kratos en God of War 3 a utilizar el Martillo del Alba en Gears of War, entre otras muchas locuras. Cosas muy bestias como lanzar 8 ataques orbitales simultáneos en una sola ubicación en Helldivers 2. He visto mucha destrucción. Y aun así, lo que he vivido en Star Citizen me ha dejado boquiabierto.

La noche del viernes (21 de marzo) entré a Star Citizen para chatarrear con mi Drake Vulture y desconectar de lo que fue una semana de auténticos locos... literalmente. Hice algunos encargos hasta que llegó un buen amigo y nos dispusimos a cazar algunos piratas para robar su carga y venderla. Sin embargo, recibimos una invitación de una organización (clan, por llamarlo de forma coloquial) para jugar en grupo. Y accedimos.

Una noche en una RSI Polaris de Star Citizen

Si esta historia tuviese banda sonora, definitivamente sería el tema principal de Pacific Rim o Bismark de Sabaton. Ya irás viendo por qué. Nos movimos al canal de Discord de esta organización, entramos en una de las salas de chat y realizamos las presentaciones. Todos majísimos y muy buen rollo. Da gusto encontrar gente así después de una semana para olvidar con Assassin's Creed Shadows.

El nombre de Polaris surgió rápidamente cuando se preguntó qué hacer entre tantas personas. Por si no lo sabes, esta nave es un auténtico monstruo de 166 metros de largo, 35 metros de alto y 85 metros de ancho máximo. Su tripulación mínima recomendada es de 6 jugadores con un máximo de 12, aunque entran más jugadores sobradamente como tripulación. Además, cuenta con torretas para mantener ocupados a todos, capacidad para atracar al universo entero y puede llevar un chorro de misiles. Es obsceno.

Es tan enorme que tiene su propia pista de aterrizaje con espacio para varios cazas pequeños. De hecho, entra mi Vulture. Para que te hagas una idea del tamaño que maneja esta monstruosidad. Los edificios de 10-12 metros miden alrededor de 38 metros y los submarinos de clase virginia alrededor de 115 metros. De hecho, iguala y supera a muchos destructores de armadas reales. Andar por ella es una aventura en sí misma, porque cuenta con varios pisos (dos o tres, si contamos las propias torretas) y una cabina absolutamente espectacular.

Pasamos la noche haciendo contratos especiales de cazarrecompensas, enfrentamientos contra tres, cuatro y cinco naves al mismo tiempo, que destruíamos o dejábamos inhabilitadas en función de su carga. Tras combatir junto a mis compañeros desde mi torreta (usé la misma durante toda la noche), la mayoría bajábamos a la zona de carga y hacíamos el transbordo de toda la mercancía que nos interesaba. Vaciamos naves cargadas hasta los topes en minutos. Cuatro o cinco jugadores moviendo cajas y organizando. La vista desde fuera era increíble: dos naves grandes como edificios y unos puntitos moviendo píxeles de un lado a otro.

Las batallas espaciales fuero exactamente como lo muestra el tráiler oficial de la Polaris: varias naves disparándonos y todas las torretas de nuestra nave disparando al mismo tiempo. Era raro que una nave resistiese demasiado cuando el piloto señalaba a un objetivo. Son armas potentes e incluso las más grandes sufrían bajo nuestro fuero. Éramos literalmente un acorazando pasando por en medio del espacio enemigo y destrozando todo lo que había a nuestro alrededor. Poner la cámara en tercera persona era ver un festival de láseres, ráfagas de ametralladoras y misiles.

Star Citizen Polaris

Uno de los momentos más críticos fue precisamente con misiles o torpedos, no sabría decir exactamente. El dueño de la nave dijo al piloto que se acercase mucho a la nave enemiga y que disparase uno a bocajarro y a ojo, sin marcar al enemigo. La maniobra era compleja y nos comimos dos odas expansivas antes de calzarle el tercero y volar la nave en mil pedazos. Y así durante dos o tres horas sin una sola interrupción ni un fundido negro para cargar. Seis o siete chalados metidos en una bestia de metal del tamaño de un edificio y destrozando a todo lo que se ponía en nuestro camino.

Las Corsair de mis amigos y mi Vulture se me van a quedar muy pequeñas en comparación. Fue una noche extremadamente divertida y que estaría dispuesto a repetir, a ser posible con naves más grandes y más personas por la anécdota, pero admito que no lo haría cada noche. Por muy épica que sea la experiencia, sigo prefiriendo las aventuras en petit comité, donde hay muchas más limitaciones y un peligro real de que todo se tuerza. Nada puede darte miedo a lomos de una RSI Polaris, ni siquiera las temibles Hammerhead. Cada día en Star Citizen es literalmente una aventura.

En VidaExtra | Me niego a abordar más naves en Star Citizen hasta que se me olvide la ansiedad que he sufrido durante mi primer curro de cazarrecompensas

En VidaExtra | He pasado una semana viviendo aventuras en Star Citizen y ni siquiera he rascado la superficie de todo lo que quiero hacer en este universo

En VidaExtra | Me prometieron guerra en Star Citizen y eso fue lo que encontré: naves increíbles, armas enormes y muerte en el cruel vacío del espacio

-
La noticia Pasar la noche en una Polaris de Star Citizen con un grupo de jugadores ha sido una de las cosas más brutales que he vivido en este universo fue publicada originalmente en Vida Extra por Alberto Martín .